viernes, 23 de octubre de 2015

Loco por Shun

Capítulo 1. El chico aquel

- Fue en la preparatoria, si, fue ahí donde lo conocí, a ese joven hermosos de cabellos verdes a los hombros, los ojos igual de hermosos a aquellos cabellos que caían desenfadadamente sobre sus hombros, su cuerpo estaba perfectamente cuidado, en una palabra era perfecto, hermoso y perfecto, yo estaba perdidamente enamorado de ese chico pero él ni siquiera sabía de mi existencia, o al menos eso era lo que yo pensaba al saberme nada popular en la escuela, él era realmente popular, gustaba tantos a chicas como a chicos, todos apreciábamos su belleza y además su gentileza porque a diferencia de todos aquellos tontos populares él era único, amable con todos, no distinguía entre populares y fracasados, por eso estaba totalmente convencido de que no solamente era bello por fuera sino que también lo era por dentro, por eso estaba yo totalmente enamorado de él, pero él, él jamás se iba a fijar en alguien como yo... después de la graduación no volví a saber de él pero su recuerdo jamás abandonó mi mente, por eso ahora después de un par de años he decidido buscarlo y satisfacer mi enorme curiosidad por saber que ha sido de él en estos años -

Hyoga es un chico un poco inseguro, vive aún con su madre en la modesta ciudad de Filadelfia y él es quien tanto tiempo había soñado con el chico popular que recordaba de la preparatoria, estaba convencido de que no sería difícil encontrarlo y estaba decidido a hacerlo para saber que había sido de él, no se iba a animar a hacerlo solo pero para eso contrataría a alguien que se especializara en encontrar personas, algo así como un detective, así que se encargaría de buscarlo y encomendarle tan importante tarea, o al menos era importante para él, seguía siendo tímido y por eso no iba a poder presentarse ante él y decirle de sus sentimientos, por eso lo del tal detective, así que una tarde casi cualquiera husmeando por los clasificados del periódico un anuncio llama su atención: "¿Usted perdió algo o necesita encontrarse con alguien, no busque más porque yo soy su solución, llamé al 00 123 456 789 y diríjase con Seiya –

Hyoga. Este parece ser un buen detective, le llamaré

Inmediatamente y sin pensarlo más de una vez, ni siquiera una vez (), Hyoga descuelga el teléfono y marca el número indicado, de inmediato una voz del otro lado de la línea le contesta, era una voz que denotaba desconfianza, de hecho era una voz extraña pero Hyoga no colgaría, no, necesitaba encontrar al chico aquel y saber si estaba bien aunque eso implicara que algún desconocido con una voz tan extraña como la de aquel se inmiscuyera en ese asunto ajeno totalmente a él

Seiya. Diga
Hyoga. Vi su anuncio en el periódico y me interesa...
Seiya. Si como no, usted ha llamado al lugar correcto y con la persona correcta
Hyoga. Me alegra pero...
Seiya. Yo soy la solución a todos sus problemas, ya no tiene nada que temer, ya no sufra
Hyoga. Pero yo...
Seiya. Fácil ¿no? bastaba con marcar y...
Hyoga. ¡¿Podría callarse y oírme?!
Seiya. Perdóneme usted si lo he importunado
Hyoga. Necesito que nos citemos y explicarle la situación ¿está bien el café del viejo Chow a las cinco de la tarde de éste día?
Seiya. Perfecto... usted va a pagar ¿verdad?
Hyoga. Si si, claro

Hyoga cuelga el teléfono y poco después lo hace Seiya desde el otro lado de la ciudad, se sentía emocionado, hace mucho tiempo que no recibía ninguna llamada del algún cliente, tal vez porque la mayoría sabría que él no era ningún santo aunque pareciera que Hyoga no era muy intuitivo en esas cosas, sabía que tendría ya una presa fácil y se moría ya por saber más que del trabajo por el dinero que recibiría a cambio de sus servicios

Madre. ¡Hyoga!... ¿sacaste la basura?
Hyoga. No madre, pero ya voy
Madre. Inútil, siempre has sido un inútil, ¡apúrate!...
Hyoga. Ya voy, ya voy

Hyoga agarra presuroso las bolsas de basura tratando de sacarlas pero dos de ellas se rompen y embarran gran parte de la alfombra haciendo que la madre de Hyoga ardiera en coraje, era una señora algo histérica, se había hecho así desde que su esposo la abandonara años atrás, además Hyoga era algo torpe y eso ayudaba a que su mal carácter fuera aún más grande

Mientras en California, lugar donde residía actualmente aquel joven que tanto recordaba Hyoga... su nombre era Shun, vivía con su hermano Ikki y ellos eran muy unidos, eran huérfanos de padre y madre y vivían solos en un no tan modesto departamento, Shun actualmente tenía una relación amorosa con un chico llamado Shiryu, a su hermano Ikki le agradaba aquel chico pero su cariño hacia su hermano era mayor y por eso había aprendido a controlar sus sentimientos, de hecho esa precisa tarde habían quedado solos en el departamento de los hermanos porque Shun aún no volvía de su club de lectura, es que él era un chico muy culto a quien le gustaba mucho la literatura... eran ya las 3 de la tarde y Shun ya debería estar ahí, se estaba tardando, pero mientras lo esperaban las ganas de Ikki por abrazar a su cuñado eran muy grandes pero como antes se dijo su cariño hacia Shun eran aún mayor que cualquier atracción física por muy fuerte que esta pareciera. 

Los dos tomaban el té tranquilamente en la sala del departamento, Shiryu parecía ensimismado pero en cambio Ikki no apartaba su vista de aquel joven hermoso, tenía una cabellera azul oscuro que le llegaba a la espalda y era muy bella, sus ojos también eran lindos y gozaba de tener un espléndido cuerpo, era obvio que así fuera porque él asistía al gimnasio y tenía una muy buena condición física, Ikki se ruboriza y aparta rápidamente su vista del joven, debía desaparecer esos pensamientos antes de que Shun llegara y notara la excitación de su cuerpo, se pone de pie y se dirige a la cocina por agua fría, de ser posible muy helada, necesitaba apagar esas sensaciones que producía Shiryu en su cuerpo. Al cabo de media hora donde Ikki ya no había ido a la sala, llega Shun y al verse con Shiryu ambos se abrazan y besan, Ikki los ve y se mete nuevamente a la cocina, era muy difícil verlos juntos

Shun. ¿Me has estado esperando mucho?
Shiryu. Nunca esperaría por ti lo suficiente
Shun. Qué lindo

El chico de cabellos verdes le regala un tierno beso en la nariz a Shiryu y lo abraza, él responde de la misma forma siendo interrumpidos por el sonar del teléfono, Shun contesta y se trataba de Esmeralda, la novia a Ikki con quien se había quedado de ver hace media hora pero él por estar al lado de Shiryu no había acudido, realmente no quería a la chica, eran novios desde la facultad pero él la consideraba más una amiga que su novia, por eso ellos jamás habían intimado, él le decía a ella que era porque la respetaba pero a decir verdad él no sentía deseo sexual por ella, si seguía a su lado era para ocultar sus prohibidos sentimientos por el novio de su hermano, solo por eso. Shun hace una seña a su hermano que hablaba con la chica para indicarle que él y Shiryu se retirarían, el novio de Shun también se despide con la mano y ambos salen rumbo al cine, verían una película de arte, de esas que tanto gustaban a Shun aunque a Shiryu le parecían aburridas

De nuevo en Filadelfia en el café del viejo Chow... Seiya había pedido cosas de más al saber que Hyoga pagaría, debía aprovechar esa oportunidad de comer como era debido, así que los pasteles, flanes, pudines y pays además de los clásicos cafés no se hicieron esperar, Hyoga estaba muy sorprendido de cómo comía aquel chico, porque no se veía mayor que él por lo que no lo consideraba un señor, él en cambio solo comía un modesto pedazo de pastel y un café capuchino

Hyoga. ¿Ya podemos hablar del negocio?
Seiya. Espera... estoy... comiendo

Los trozos de bocado que masticaba el chico eran rápidos, se notaba que tenía hambre, pero eso a Hyoga no le importaba, él solo quería comentarle ya del trabajo que debía hacer y así más pronto sabría de su querido Shun. El chico rubio, porque él tenía esa característica estaba harto de que aquel chico enfrente de él no le hiciera caso, se sentía ya desesperado así que le quita el plato que tenía enfrente y con un gesto de enfado coloca el plato cerca de él para que el otro chico no lo tocara

Seiya. ¿Por qué?
Hyoga. ¡Ya deja de tragar!... quise decir, deja ya de comer ¿sí?
Seiya. ¿Por qué?
Hyoga. Venimos aquí a hablar del negocio, no a que comieras
Seiya. Perdón
Hyoga. Mira, ésta es una foto de hace años

Hyoga saca de su cartera sin apartar la vista del otro a su frente y la muestra, Seiya trataba de dar un trago a su café pero la imagen a su frente hace que interrumpa aquella acción, ante sus ojos tenía la más hermosa criatura de la creación, a una bella mujer de cabellos verdes y hermosos ojos de igual color, estaba casi convencido de que era la más hermosa que hubiera visto en su vida, así que deja caer su taza de café a la mesa y toma rápidamente la foto entre las manos del rubio y se talla los ojos ¿realmente aquella persona existía, parecía ser una hermosa hada sacada de algún cuento porque no parecía real, su belleza no tenía igual, solo que él ignoraba que se trataba de un hombre, la foto no era de cuerpo completo y eso ayudaba mucho a aquella confusión, Hyoga nota la mirada lujuriosa del chico a su frente y arrebata la fotografía

Seiya. Simplemente, una belleza
Hyoga. Así es y quiero que encuentres a esa belleza, es de mi edad, vive en California, ahí estudiábamos juntos antes de mudarme, su nombre es Shun... ¿podrás encontrar a ésta persona a pesar de los pocos datos?
Seiya. Soy todo un profesional y me ofende que lo preguntes, claro que lo haré
Hyoga. Entonces quiero saber todo, no pretendo presentarme ante esa persona pero si lo quiero saber todo ¿entendiste?
Seiya. Claro jefe... ¿y mi paga?
Hyoga. Te daré la mitad para que comiences y la otra parte cuando acabes
Seiya. Faltaba más, gracias
Hyoga. Espero pronto tus investigaciones, toma mi tarjeta
Seiya. ¿Tienda de gelatinas?
Hyoga. Negocio familiar
Seiya. Oh... entonces hasta pronto

Seiya se va aguantando la carcajada por lo ridículo que le parecía el negocio familiar del que hablaba el chico rubio, entre sus manos tenía el dinero que Hyoga le había dado como anticipo y estaba contento, no solo tendría dinero para gastar en alcohol y prostitutas sino que trataría de conquistar a aquella belleza de ojos verdes sin decirle nada a su cliente, tenía pensado llevar bien a cabo su trabajo pero adicionaría una relación pagana con la chica aquella que era muy hermosa, para él porque ignoraba que realmente era un hombre

La noche caía sobre California, la película ya había acabado hacía una hora y los novios se encontraban en el departamento del chico de cabellos azules, él vivía solo y así no importunarían a Ikki si es que iban al departamento del chico de cabellos verdes, los dos entran besándose tiernamente, tenían más de dos semanas sin hacer el amor y el deseo los carcomía, cierran la puerta y mientras se quitan las ropas se dirigen a la recámara de Shiryu, sin prender las luces, no eran necesarias ya que Shiryu conocía a la perfección el cuerpo de Shun, conocía hasta el más secreto rincón de aquel cuerpo perfecto, el chico de cabellos azules termina de quitarle las ropas al de pelo verde y lo acuesta en la cama, besa su cuello, su oreja, sus labios, esos labios que tan deliciosos le sabían, era casi un experto en el arte de besar, sabía manejar su lengua como nadie

Las lenguas de ambos jugaban mientras ellos sonreían, la mano de Shiryu baja hasta el miembro de Shun y sonríe al sentir su excitación, el chico de cabellos verdes gime al sentir aquella mano, la experta mano de Shiryu que se movía de abajo hacia arriba por su miembro haciéndolo gemir, su boca se abría de la excitación y eso ayudaba a Shiryu a explorar su boca con su lengua mientras su mano se movía con más fuerza, los gemidos de Shun se aceleran al igual que su respiración, sentía la necesidad de verter su esencia en su amante, Shiryu aparta la mano y baja por el cuerpo del chico a besos hasta llegar a su miembro el cual mete a su boca y continúa la labor que su mano había comenzado, el cuerpo de Shun se flexionaba al frente mientras sujetaba con fuerza el largo y hermoso cabello de Shiryu y mantenía al mismo tiempo sus ojos cerrados, las manos del chico de cabello azul apretaban las caderas de Shun y las movía de tal forma que fuera más cómodo y excitante hacerle sexo oral a su amante

El chico de cabello verde no aguanta más y se viene en la boca de Shiryu, él sonríe y bebe hasta la última gota, sube nuevamente y besa sus labios, Shiryu baja su mano y separa la pierna izquierda de Shun, toma su miembro despierto con la otra mano y comienza a introducirse en su amante, el chico de cabellos verdes aprieta la espalda de Shiryu al sentirlo dentro y encaja sus uñas en la piel de su amante, Shiryu jadea al sentirlas entrar en su piel y con el gemido que Shun lanza de su boca al sentir a su vez el miembro aprovecha para aprisionar sus labios con los de él en un apasionado beso, Shiryu comienza a balancearse de afuera hacia dentro y a la vez de abajo hacia arriba haciendo gemir a Shun y liberando a su vez los labios de ambos de aquel beso, Shun mete dos de sus dedos a su boca y los muerde, realmente era aquello algo muy excitante, Shiryu se movía dentro de él fogosamente y eso lo volvía loco, aquel chico eran un gran amante, lo quería mucho aunque llegar a amarlo no parecía difícil, no lo amaba pero sentía un gran cariño hacia él...

Shiryu se derrama dentro de Shun sintiéndose totalmente aliviado al igual que su amante al sentirlo fuera, el chico de cabellos azules se baja del de cabellos verdes y tomándolo de la mano le da un tierno beso en la frente para después colocarse a un lado de su amante y cierra sus ojos para quedarse dormido irremediablemente después de aquel acto de pasión, Shun lo observa y sonriendo limpia un poco el sudor de la frente de su amante y acostándose completamente en la cama mira hacia el techo, algunas preguntas rondaban por su cabeza ¿a dónde lo llevaba su relación con Shiryu? ¿sería él realmente su alma gemela? es cierto que no tenían muchas cosas en común, Shun era un amante del arte, le gustaba visitar exposiciones de pintura y escultura, gustaba de asistir a la ópera o a la sinfónica, frecuentaba el teatro y los cines culturales, gustaba también de leer y de vez en cuando se atrevía a escribir, y no lo hacía mal

En cambio Shiryu era un gran amante de los deportes, él gustaba de ir a los gimnasios y alguno que otro bar, a diferencia de Shun, que gustaba más de los cafés, sobre todo a aquellos donde había música en vivo, era un gran amante de la trova y lo bohemio, Shiryu en cambio gustaba de otro tipo de música, menos de relajación, de hecho eran muy pocas las cosas que tenían en común, de hecho casi nulas, solo eran dos, la primera era la comida, ambos gustaban de la comida China, Argentina, Brasileña, Mexicana, Italiana y un gran etcétera, y la segunda era la cama, realmente eran ambos muy buenos amantes y el sexo entre los dos era algo sublime, algo que los hacía lograr tocar las puertas del cielo, casi literalmente, pero de ahí en más ¿qué otra cosa los unía, porque amor no era, lo que se llamaba un sentimiento de real amor no existía, había un gran cariño, eso sí, atracción física también, y vaya que era mucha, pero no amor, ese era un sentimiento que Shun anhelaba

Al día siguiente Seiya emprende su viaje a California en busca de Shun para cumplir su trabajo encomendado y además tratar de ligar a aquella belleza que lo tenía hechizado, y la verdad es que Shun tenía muchísimos pretendientes, Shiryu era su amante, Hyoga estaba enamorado de él desde la secundaria, Seiya había quedado impactado con solo ver una fotografía de rostro y así se podrían nombrar muchos otros. 

Seiya después de un largo viaje llega por fin a California y su labor no se hace esperar, lo primero que logra investigar de Shun es que efectivamente no se trataba de una chica, al principio se había sobre impactado pero bastaban un par de segundos pensando que de igual forma era la criatura más bella que jamás hallase visto para que su decisión no hubiera cambiado, de todas formas lo ligaría, después de todo no tenía prejuicios, así que lo siguiente era que sabía su dirección, o si, sabiendo donde vivía iba a ser más fácil, también sabía dónde trabajaba y los lugares que frecuentaba en dicha ciudad, Seiya era por demás inculto y estaba muy asombrado de todos los finos gustos que tenía aquel hermoso chico, debía aprender unas cuantas cosas para lograr impactarlo y hacerlo creer que él también era igual de culto, si, debía leer un par de libros, o ya de plano revistas porque era alguien sumamente remilgoso para la lectura

Un par de días después Shun va a la galería de pintura renacentista que frecuentaba cada martes ya que ese era el día en que nuevas pinturas o exposiciones especiales se daban en aquel lugar, ese día era especial porque directamente desde Francia se estaba exponiendo la Mona Lisa y Shun era un gran amante de la pintura de Da Vinci, mientras la veía con sumo interés un joven muy galante vestido de un fino traje con una gran gabardina casi hasta los pies y unos lentes que se veían muy intelectuales se para a un lado de Shun, él no le toma mucha importancia, el chico era Seiya quien aparentaba ser alguien que definitivamente no era – Hermosa, es una pintura definitivamente hermosa – fueron las palabras de Seiya al observar detenidamente la pintura por un par de segundos, al oírla Shun voltea y ve que aquel joven era bastante guapo, se veía muy interesante y parecía amar la pintura frente a ellos como él mismo la amaba, Seiya se da cuenta de esa mirada tan interesante de Shun y voltea a verle, ambos se miraban a los ojos sin hablar hasta que Shun tiene la iniciativa

Shun. Veo que le interesa mucho la pintura
Seiya. En mi opinión, Da Vinci fue el mejor pintor renacentista que ha existido
Shun. ¿El mejor?, yo no le daría totalmente ese título, el arte de Rembrandt es muy bello también ¿no lo cree?
Seiya. Definitivamente pero Da Vinci era muy original
Shun. De hecho, la pintura renacentista no lo era mucho
Seiya. ¿Cómo dice?
Shun. Usted sabe, un pintor del Renacimiento solo pintaba aquellas pinturas que el cliente le pedía hacer, no era un negocio comercial, ahora el pintor es libre, Da Vinci era además científico y eso lo convertía en un pintor más libre que cualquiera del Renacimiento, más sin embargo, creo que hay por demás muchos pintores que le superaban en técnica

Seiya casi queda con la boca abierta hasta el suelo, por mucho que hubiera leído revistas de arte el saber tanto como Shun era algo casi imposible, debía hallar la forma de impresionar al chico y no quedar ante él como un tonto ignorante, claro que sí lo era pero no podía permitir que aquel hermoso joven se diera cuenta... Shun esperaba una respuesta, Seiya debía ser muy diestro con aquella sino se desilusionaría totalmente, encontrar a alguien de su edad que se interesara por esos temas era difícil, por eso Shun tenía muchos amigos mayores, dueños de galerías, de museos, de teatros, pero alguien de su edad no

Seiya. Sin... sin duda alguna pe... pero Da Vinci ha... quedado marcado por sus... sus pinturas enigmáticas
Shun. ¿Enigmáticas?
Seiya. Si... lo... lo digo por... por la sonrisa de ésta misteriosa mujer y por... por...

Seiya no sabía que contestar, algo había leído que le podía servir pero no se acordaba, estaba sudando frío y Shun esperaba atento la respuesta ¿es que acaso no podía aquel chico contestarle sin tantos rodeos? se estaba impacientando, seguramente aquel chico era uno de esos nuevos ricos fantoches que se querían hacer pasar por intelectuales, eso estaba a punto de saberse... 

Seiya recuerda un poco algo acerca de un libro y un Código ¿cómo era exactamente ese título? no recordaba bien, era algo tonto y despistado, así que en su mente hace una plegaria a Dios por recordar y casi al instante como un rayo logra recordar algo, sí, tenía algo que ver de hecho con la iglesia, sí, algo así había leído, se trataba del cuadro de la última cena de Jesús con sus apóstoles y también había recordado el título de aquel libro que por supuesto no había leído "El Código Da Vinci", si, aquel cuadro de la última cena y su significado interpretado a través del tiempo era lo más enigmático en la obra de Da Vinci, así que se lo comenta sin titubear al chico

Shun se satisface con la respuesta y sonríe hermosamente, si, aquel no era un ignorante después de todo, había contestado como él lo había imaginado de ser cierto que aquel chico era un intelectual, así que entre ambos surge una conversación y Seiya invita a Shun a un café muy conocido en aquella ciudad, un café donde se tocaba música en vivo a piano, sabía perfectamente que era uno de los cafés favoritos de Shun pero lo había hecho creer que era una coincidencia, diciendo a su vez que también era uno de sus lugares favoritos para disfrutar del buen café, la música viva y una conversación amena con alguien culto.

De noche Shun regresa a su departamento donde Ikki lo esperaba para cenar, el chico se encontraba como en las nubes, pensaba en el chico de la galería, le había interesado, era guapo, agradable, vestía bien, hablaba con propiedad y aparte de todo eso compartían muchas cosas como su escritor favorito: Edgar Allan Poe, el director de cine favorito: Derek Jarman o su obra teatral favorita: La vida es sueño, además tenían el mismo gusto por la música... Ikki se da cuenta de ello y cree que su hermano piensa en el atractivo de su novio, pero no era así, de hecho no lo había visto en todo el día, había un importante partido de baloncesto que Shiryu no se iba a perder por nada, Ikki llama a su hermano a la mesa y ambos se sientan, Shun estaba distraído, comía por inercia, no se daba cuenta si sabía buena o mala la comida, tampoco se daba cuenta si su hermano le hablaba de algo, Ikki se preocupa, eso no era normal en Shun, debía preguntar

Ikki. ¡Despierta!... Shun ¿estás bien?
Shun. Si
Ikki. ¿Seguro?
Shun. Ajá... seguro
Ikki. ¿Piensas en Shiryu?
Shun. ... si, claro

Miraba hacia el techo recordando la agradable conversación que habían tenido y de la galantería con que aquel chico lo había tratado, realmente lo había impresionado... Ikki dudaba si realmente su hermano pensaba en su novio o no pero había decidido dejar las cosas así, después de todo no era su asunto. Seiya estaba feliz, había logrado una parte de su cometido, el chico peliverde se había interesado un poco en él, faltaba que terminara con su noviecito y casi listo, debía no perder el hilo de las cosas y que todo fuera perfecto, también debía inventar algo que decirle a Hyoga, porque no le convenía decirle que seguía siendo el chico hermoso y gentil de quien se había enamorado en Preparatoria, no ¿qué tal si se animaba a buscarlo, obviamente no era algo que le conviniera, así que esa misma noche le habla a Hyoga quien ya estaba impaciente por saber de "su" Shun

Seiya. Te tengo noticias del chico
Hyoga. Dímelas
Seiya. Lo lamento mucho
Hyoga. ¡¿Qué le pasó?!... no me digas que... murió
Seiya. No, pero ojalá hubiera sido así
Hyoga. ¿Por qué?
Seiya. Sufrió un accidente
Hyoga. ¿Cuándo, cómo, dónde?
Seiya. Hace tres años, hubo un huracán que se llevó su casa, de por sí era una pocilga, en el transcurso de aquel suceso de la naturaleza una viga cayó sobre sus piernas y quedó inválido, pero además tuvieron que amputarle una pierna... está chimuelo por unas piedras que golpearon su cara, además le quedó un ojo bizco, una mano no le funciona, casi pierde la voz, no oye bien y le cuesta hablar con claridad, tiene cicatrices en el rostro y lo peor es que casi pierde su miembro, si, por poco y esa viga le arranca su miembro viril, fue algo horrible, parece un trapeador viejo, abandonado y oxidado

Hyoga no daba crédito a lo que sus oídos escuchaban, era horrendo todo lo que le había pasado (si, se lo había creído todo), no podía hablar, recordaba cómo era en la preparatoria y trataba de imaginarlo de acuerdo a la descripción y un gran escalofrío recorre su cuerpo de pies a cabeza, estaba en pocas palabras muy horrorizado, aterrado, impresionado, incautado, congelado, espeluznado, estremecido, turbado, ofuscado, aturdido, en fin, estaba mal, la noticia lo había hecho sentir náuseas y una lástima enorme por aquel chico ¿qué había hecho en la vida para merecer dicho castigo, debía saber más, si, debía saber que había hecho a lo largo de esos años para terminar así, debía saber más, también debía ayudarle, de algún modo, hacer algo por él, no se podía quedar de brazos cruzados, después de todo había estado enamorado de él por muchos años

Seiya. ¿Estás bien?
Hyoga. Yo debo... ayudarlo
Seiya. ¡¿Queeee?!
Hyoga. No puedo estar como si nada, pobrecito
Seiya. Pero no tiene caso, también perdió la memoria
Hyoga. No es necesario que sepa quién soy, debo ayudarlo de algún modo
Seiya. Pero es que...
Hyoga. Nada de peros, ésta semana voy a California a ayudarle, definitivamente no me puedo quedar de brazos cruzados

Hyoga cuelga después mientras que Seiya estaba muy angustiado, si él iba a California significaba que se iba a enterar de la verdad y que además se iba a dar cuenta de sus planes con el hermoso chico, debía impedirlo, ¿cómo?, debía darle información falsa para que fuese a otro lugar y tratar de que ellos nunca se encontraran pues tal vez el peliverde si le reconocería como su ex compañero de escuela. El día en que Hyoga iría a California llega, su madre estaba muy molesta porque él era quien atendía el negocio de las gelatinas, pero era más importante Shun que un tonto negocio ridículo y poco redituable como lo era el de las gelatinas, el rubio tenía ya lista su maleta y se encontraba en la puerta listo para salir pero su madre le jalaba la maleta mientras le gritaba

Hyoga. ¡Suéltame ya mamá!
Madre. ¡Ningún hijo mío se va a ir en busca de otro hombre!
Hyoga. Por favor mamá, cálmate
Madre. ¡Mi único hijo me resulto maricón... es culpa de tú padre por abandonarnos!
Hyoga. No es verdad, son cosas que pasan
Madre. ¡Mentira!
Hyoga. ¡Que me sueltes!

Hyoga jala con mucha fuerza la maleta logrando arrebatársela a su mamá y a la vez tumbándola al suelo sin querer, esto causa una gran furia en ella y se levanta con la intención de abofetear a Hyoga pero él muy rápidamente sale de la casa y se va corriendo para no ser alcanzado por su madre que aún se encontraba en pijama, con tubos en la cabeza y una mascarilla horrible de color verde. El chico rubio llega al aeropuerto y compra un boleto a California para el próximo vuelo que era en media hora, mientras allá, clandestinamente Shun sale con Seiya hacia una exposición de escultura que estaría por esa semana en la ciudad, habían salido en plan de amigos pero las intenciones de Seiya eran otras, y aun cuando iban en plan de amigos Shun no le había avisado a Shiryu

Shun. No puedo creer que estas esculturas estén aquí de exhibición
Seiya. Son en definitiva una delicia ¿no te parecen?
Shun. ¡Claro que lo son! a mi novio le aburre acompañarme a este tipo de lugares
Seiya. No te ofendas pero él no aprecia el arte... el arte es pasión, el arte te llena las venas de fervor, es vida, es la belleza del alma, sin el arte ninguna forma de expresión vale realmente la pena... el arte es la más bella de las poesías sin palabras en el corazón silencioso de un pobre solitario

Shun miraba asombrado y maravillado a Seiya, esas palabras le habían hecho sentir una sensación extraña, se sentía extrañamente excitado con aquellas, su corazón latía a prisa, sentía unas enormes ganas por aventarse a sus brazos y besarlo ¿por qué se sentía enormemente extasiado con aquel pensamiento hacia el arte? no había tiempo para buscar esas respuestas, mejor sería hacerle saber lo que sentía, dejarse llevar por sus impulsos... 

Shun se avienta por fin a los brazos de Seiya y rodeándole el cuello con los brazos lo atrae hacia él y sus labios buscan los de Seiya, él no se resiste para nada, también le corresponde el beso rodeándole la cintura y acercando su cuerpo con fuerza al suyo, el beso se profundiza y usan sus lenguas, se exploran la boca y ambos se encuentran enormemente excitados, sobre todo Seiya que esperaba ese momento desde el día en que había visto la foto del joven, pero si continuaba así podría hacer que aquel teatro se le cayera por completo, debía mostrar que tenía un fuerte sentimiento de la moral y portarse educadamente, por eso suelta poco a poco la cintura de Shun y aleja sus labios de aquellos tan bellos como lo eran los del peliverde, Shun estaba confundido ¿por qué lo había apartado si aquel estaba siendo un beso muy pasional?... actuando, Seiya aparta su mirada de la de Shun y con gesto de resignación:

Seiya. No... Estuvo mal, no podemos
Shun. ¿Por qué?
Seiya. Tienes compromiso... aunque nos sintamos enormemente atraídos esto es imposible
Shun. Pero
Seiya. Shun, no sabes cómo te respeto y por ética no creo que esto esté bien
Shun. Oh Seiya

Shun estaba asombrado de las palabras de Seiya, definitivamente era todo un caballero, eso lo había atraído aún más a él, en cambio Seiya reía por dentro, había hecho una excelente actuación y ahora disfrutaría de los frutos cosechados de su siembra. 

Después de la exposición Seiya lleva cortésmente a Shun hasta su casa y se despiden con un apretón de manos a la puerta de la misma, Ikki los ve desde la ventana y no le toma mayor importancia pero si le intriga el que su hermano no haya dicho nada al respecto de ese joven que le acompañaba, no era común en él que ocultara las cosas, tal vez no se trataba de alguien importante... Shun entra al departamento muy pensativo y en sus ojos se veía un brillo especial, Ikki lo mira fijamente y solo en su mente pregunta lo que puede estarle pasando, Shun se pasa de largo y no se sienta a la mesa donde Ikki tenía servida ya la cena.

Al día siguiente Hyoga va a donde Seiya le ha dicho que se encuentra Shun y para su sorpresa se trataba solo de un terreno baldío lejos de la ciudad, Hyoga se siente muy molesto por aquel engaño, se sentía defraudado y a la vez muy tonto e ingenuo por haberle creído, cae en la cuenta de que todo aquello había sido solo un cuento para sacarle dinero, de seguro no había encontrado a Shun por ser mal detective, por su mente no pasaba lo que verdaderamente había ocurrido, ignoraba que Seiya se intentaba ligar a Shun pero sobre todo que ya lo estaba consiguiendo. Muy decepcionado de haber caído en la trampa decide que mejor será él quien busque a Shun, ahora que sabía que el supuesto accidente era ficción entonces intentaría entrar amorosamente en la vida del peliverde.

Ese día Shun había ido a uno de sus cafés favoritos a pensar, debía aclarar sus ideas, quería mucho a Shiryu y se sentía bien a su lado, pero también estaba Seiya, no solo compartían muchos gustos sino que también era lindo y atento con él, estaba confundido, además no quería herir a Shiryu porque llevaban algún tiempo como pareja y sabía que él lo quería mucho, tal vez más de lo que él lo quería... casualmente Hyoga llega al mismo lugar, le gustaban los lugares tranquilos donde pudiera pensar, y vaya que lo necesitaba porque iba a ocupar mucho ingenio para encontrar a Shun en esa ciudad, pero ignoraba que él le encontraría primero... 

Hyoga se sienta en una mesa para dos mientras que Shun ya estaba ahí, sentado hasta el otro extremo en otra mesa para dos, Hyoga no lo había visto pero el peliverde sí lo había visto cuando había entrado pareciéndole alguien familiar, no se iba a quedar con la duda y por eso se pone de pie dirigiéndose hacia aquella mesa, se pone a un lado de él y segundos después de estar distraído Hyoga siente que alguien está a su lado y voltea asombrándose de lo que ve

Hyoga. Tú... tú... tú...
Shun. Hola
Hyoga. Ho... hol... hola
Shun. ¿Acaso no nos hemos visto en alguna parte? Me pareciste conocido

Hyoga estaba boquiabierto viendo a Shun, no había duda, era él, era Shun, su Shun, el que siempre había sido el chico de sus sueños, era él en verdad y lucía tan bien como siempre, y no solo eso, le había reconocido, ese era uno de los mejores días de su vida... Hyoga no podía recuperar el sentido, no podía hablar, no podía actuar, ese era como un sueño, en cambio Shun le miraba desconcertado ¿qué le pasaba a ese chico? Tal vez se había equivocado y no se conocían, eso le preocupó mucho y trató de disculparse, pero Hyoga logró recuperarse y adelantársele

Hyoga. ¡Sí!
Shun. ¿Disculpe?
Hyoga. Digo que sí... si nos conocemos
Shun. ¡Qué bien! ¿Puedo sentarme?
Hyoga. S... sí

Shun agarra el asiento para abrirlo y poderse sentar pero antes de que lo haga Hyoga se pone rápido de pie y lo hace antes por él, un poco apenado Shun sonríe y se sienta, el otro vuelve a su asiento con el rostro completamente colorado, Shun le intimidaba, era tan guapo y tan hermoso que parecía un personaje salido de cuentos de Hadas, era casi irreal

Shun. ¿De dónde nos conocemos?
Hyoga. De la preparatoria
Shun. ¡Cierto! Te recuerdo
Hyoga. ¿En... en serio?
Shun. Si, estábamos juntos en la clase de ciencias
Hyoga. Si
Shun. Nunca platicamos y no estábamos en ninguna otra clase juntos pero te recuerdo, eras muy tímido ¿verdad? bueno, por lo visto aún lo eres
Hyoga. Un... poco
Shun. Te ves buena gente ¿cómo es que nunca fuimos amigos?
Hyoga. Mmnh

- Flash Back -

Hyoga. Él es fabuloso, hermoso, buena onda, inteligente, buen deportista, simplemente genial, como me gusta
Camus. Olvídalo, no estas a su altura, jamás serán siquiera amigos
Hyoga. Lo sé, que triste

Hyoga y su amigo miraban todo el tiempo durante el almuerzo al chico hermoso de cabellos verdes, era sin duda el chico más popular en la escuela, querido por la mayoría, el favorito de los maestros y además podía llegar a gustarle tanto a mujeres como a hombres sin importar las preferencias sexuales de aquellos, porque él era capaz de despertar la pasión en cualquiera, sin duda casi era como un espejismo, solo tenía un defecto... su novio

Un bravucón capitán del equipo de fútbol americano de la escuela, él no permitía que ningún hombre mirase a Shun como nada más él podía hacerlo y para mala suerte de Hyoga él les observaba desde hace tiempo, estaba totalmente furioso, debía tomar cartas en el asunto y claro que lo haría, pero de una forma en que Shun no pudiera enterarse, así que al término de clases cuando Hyoga caminaba rumbo a la salida de la escuela habiéndose ya despedido de su amigo Camus, el novio de Shun y otros amigos atrás de él lo interceptan en la puerta y pidiéndole que guarde silencio lo dirigen hacia un bosquecito cerca de ahí donde lo ponen contra un árbol aventándolo bruscamente

Hyoga. ¿Qué... qué pasa?
Milo. ¿Qué pasa? te digo que pasa, pasa que no me gusta que veas a Shun de ese modo
Hyoga. ¿De... de qué... qué modo?
Milo. ¡No te hagas el tonto que sé lo deseas!
Hyoga. No... No... Yo no
Milo. ¡No mientas!
Hyoga. No lo hago
Milo. Basta de negarlo, te daremos una lección
Hyoga. Pero...
Milo. ¡No me contestes!

Milo deja caer sobre Hyoga su fuerte golpe haciéndole sangrar la nariz y haciéndolo perder a su vez el equilibrio, no conforme con eso deja caer sobre él otro golpe pero más fuerte y en el estómago haciendo que el rubio caiga bruscamente sobre sus rodillas mientras aprieta con fuerza su estómago con sus manos y escupe un poco de sangre abriendo a su vez sus ojos ampliamente

Milo. ¿No te defiendes?... está bien, entonces supongo que no te molesta

El chico da otro golpe en la cara a Hyoga y así consecutivamente hasta que su cara está sangrando casi por completo, tenía el labio y ambas cejas partidas y mucha sangre escurría de su nariz, también escupía mucha sangre por la boca y su respiración estaba considerablemente agitada, no podía quejarse mucho del dolor porque hablar le producía un dolor casi igual... cansado un poco Milo se detiene y le observa unos pasos atrás pero aún al frente de sus amigos, todos ríen y le miran con humillación

Milo. ¿Qué les parece muchachos? creo que ya obtuvo su merecido ¿verdad?
Shaka. Jajajaja, parece que sí, ya déjalo, es aburrido
Milo. Tienes razón, vámonos
Aioria. Espera ¿nosotros no lo vamos a golpear?
Milo. Mmnh, no lo sé ¿cómo ven chicos?
Shaka. A mí me parece aburrido, no quiero
Mu. Yo creo que ya está muy lastimado
Aioria. Eres aburrido tú también
Mu. ¿Quieres probar que no?
Milo. Cállense, si Aioria lo quiere golpear que lo haga, vámonos
Mu. Pero...
Milo. ¿Le compadeces?
Mu. No
Milo. Entonces vámonos
Shaka. Espera... ¿y la advertencia final?
Milo. Es verdad, no te quiero ver cerca de Shun, quiero que ni lo saludes con una mano, una sonrisa o un gesto, no le dirijas la palabra, y si te veo mirándolo como en la mañana te mueres ¿oíste?... ¡contesta!
Hyoga. Sss... Sí

Milo y los otros dos se van riendo pero Aioria se queda para darle un par de golpes más, esos golpes ya casi no dolían, estaba a punto de desmayarse pero antes de eso Aioria se agacha y lo sujeta con fuerza de los cabellos y lo acerca mucho a su rostro

Aioria. Me gusta cómo te ves bañado en sangre

El chico saca su lengua y da alcance a una tira de sangre que caía de la ceja de Hyoga por su mejilla lamiéndola y disfrutándola, la verdad es que a Aioria también le gustaba mucho Shun y por eso a él también le molestaba que los demás lo vieran, odiaba profundamente a Milo pero fingía ser su amigo para poder estar cerca de Shun y no sufrir de una golpiza como todo aquel chico que fijara sus ojos en el peliverde... 

De pronto una sinuosa mano se deslizaba delicadamente por la pierna de Hyoga para asombro del rubio, por los golpes no podía abrir bien los ojos pero estaba realmente asombrado, sobre todo cuando esa misma mano llega hasta su miembro por encima del pantalón y comienza a acariciar, rápidamente se nota en Hyoga una erección y Aioria sonríe satisfecho, se agacha y baja el cierre con la boca, el chico rubio quería librarse pero por los golpes era imposible, de pronto su miembro se deja ver por fuera del pantalón y Aioria comienza a lamer, ¿por qué lo hacía? había que admitir que Hyoga era muy atractivo y que Aioria tenía un gusto enfermo por la sangre, el rubio gemía con los ojos cerrados con fuerza, estaba asustado, aquello era prácticamente una violación... logra derramarse en la boca de Aioria quien está dispuesto a terminar su trabajo cuando se escucha a lo lejos una voz gritando

Shaka. ¡Aioria! ¿Qué tanto haces? vámonos o sabrán lo que hicimos

El chico gruñe ante la voz de su amigo, estaba muy concentrado y molesto porque le había interrumpido así que se pone de pie y mira con desprecio a Hyoga mientras se limpia los labios con la mano y se va, el chico rubio aún estaba agitado y se sentía muy mal por lo que acababa de pasar, y no precisamente por lo que Aioria había hecho sino porque ya tenía una advertencia de que nunca se iba a poder acercar a Shun a no ser que quisiera otra paliza como aquella, eso era lo único que le dolía, incluso más que los golpes, no poderse acercar, saludar o mirar a Shun, eso era terrorífico, sobre todo porque había decidido días antes que se haría notar ante Shun para tratar de que fueran amigos, pero ya no había remedio, si apreciaba su salud debía olvidarse de él para siempre

- Fin del Flash Back -

Hyoga. No lo sé, tal vez nunca nos topamos
Shun. Tienes razón

Entre los dos surgió una plática muy extensa y Shun seguía preguntándose cómo es que nunca entabló una sola conversación con ese chico en la preparatoria, definitivamente le habría gustado haberle hablado antes, lo bueno es que ahora que se habían reunido accidentalmente ya podrían tener aquella amistad que en preparatoria no se dio. Hyoga le hablaba a Shun de lo que a lo largo de su vida había sucedido, omitiendo claro, lo del negocio de las gelatinas de su madre por considerarlo además de muy vergonzoso algo innecesario, Shun en cambio le contaba toda su vida con lujo de detalles, incluyendo su ahora duda acerca de su relación con Shiryu ya que el mismo Hyoga había tocado el tema de lo amoroso, le dolía un poco que su amado peliverde tuviera una relación pero era algo que ya esperaba, alguien como Shun definitivamente nunca podría estar solo, era el hombre perfecto y nadie sería capaz nunca de no caer rendido a sus pies con una sola sonrisa


Continuará...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario aquí ^^