viernes, 23 de octubre de 2015

Loco por Shun

Capítulo 2. ¿Amor?



Por la noche de ese mismo día Shun y Hyoga terminan su plática, el tiempo se les había ido sin que se hubieran dado cuenta y es que la plática estaba tan interesante que ninguno de los dos se había fijado siquiera en la hora, nada importaba en el entorno, tan solo importaba aquella amena plática y nuevamente Shun se preguntaba cómo es que nunca antes se había puesto a platicar con aquel chico.

El peliverde viendo por fin la hora se da cuenta que es tan tarde que muy seguramente Ikki estará preocupado por él así que muy apenado se disculpa con Hyoga por cortar de esa forma la conversación pero el rubio comprende a la perfección y no dice absolutamente nada en contra, entonces Shun pide a Hyoga su teléfono celular y éste se lo da enseguida, estaba muy contento de ver que su antiguo amor estaba interesado en que algún día volvieran a verse, Hyoga también anota el teléfono de Shun y despidiéndose cada quien se va a su respectivo hogar, Shun a casa con su hermano y Hyoga al hotel donde se estaba hospedando... el peliverde llega por fin a su casa siendo ya la media noche, Ikki lo esperaba en la sala sentado mientras se tomaba un café, Shun llega tratando de no hacer ruido sin saber que su hermano estaba ahí

Ikki. ¿Qué horas son estas?

Shun. Ah, hermano... ¿no crees que ya estoy bastante crecidito?

Ikki. Si pero no avisaste, creí que algo te había pasado

Shun. ¿Por qué creíste eso?

Ikki. Shiryu llamó cinco veces

Shun. ¡Y que dijo!

Ikki. Que no te podía localizar

Shun. ¿Qué?

Sin entender porque Shun saca inmediatamente el celular y ve que éste está apagado, al parecer la pila se había acabado y es por eso que su novio no había podido localizarlo

Shun. Que mala suerte ¿dejo dicho algo?

Ikki. No, nada

Shun. Bien, ya me iré a dormir

Ikki. Espera...

Shun. ¿Qué pasa?

Ikki. Mira a la mesa

Shun voltea a la mesa que su hermano señala y ve sobre ésta un enorme arreglo floral compuesto por dos docenas de rosas, una docena de rosas rojas y otra de rosas blancas, el peliverde abriendo la boca por el asombro se acerca al arreglo muy emocionado y comienza a acariciar y a oler las rosas

Shun. Sin duda Shiryu es maravilloso

Ikki. Si lo dices por el arreglo déjame aclararte que no lo envió él

Shun. ¿Qué? ¿Entonces quién?

Ikki. Viene en la tarjeta, tú debes saber de quién se trata porque yo no le conozco

Shun. ¿No es de Shiryu?

Consternado el hermoso joven busca entre las rosas la dichosa tarjeta para ver quien le ha enviado el arreglo floral no esperándose que dicho arreglo había sido enviado por Seiya, una sonrisa cómplice y un rubor adornan el rostro de Shun, mientras que su hermano lo observa extrañado mientras se preguntaba quien había enviado aquel arreglo que tan feliz ponía a Shun, el peliverde besa un pétalo de una de las rosas y llevándose esa misma rosa a su habitación se encierra en ella sin siquiera despedirse de Ikki, quien se extraña demasiado de la actitud de su hermano ¿acaso ya tenía nuevo novio? ¿Le estaba poniendo el cuerno a Shiryu? No podía afirmar ninguna de las dos opciones, tan solo le quedaba quedarse callado...

En su habitación Shun se acuesta en la cama y con los ojos cerrados huele la flor que trae en sus manos mientras recordaba la tarde del otro día en la Galería donde había tenido su primer beso con Seiya, estaba tan embelesado que la imagen de Shiryu no le pasaba ni siquiera un segundo por la mente, tan solo en sus pensamientos estaba Seiya, nadie más, sí que ese chico le estaba interesando mucho

Shun. Ay Seiya, ¿por qué no podemos estar juntos?

El peliverde se sentía triste de la situación, quería mucho a Shiryu y no quería lastimarlo pero también tenía presente que la persona que más importaba era el mismo y que debía ver por él antes que por nadie porque de eso dependía su felicidad, y en aspectos del amor primero debía de ver por él y después por los demás, eso sin duda. El peliverde se queda dormido pensando en Seiya, su Seiya, porque sentía un cariño especial por él a pesar del poco tiempo que llevaban de conocerse...

Al día siguiente muy temprano Shiryu va a casa de Shun y su hermano ya que se había quedado muy preocupado la noche anterior en que dando las 11 de la noche él lo seguía esperando en su casa marchándose al pasar una hora sin que él llegara, el hermano de Shun es quien abre la puerta dejando pasar a Shiryu, el peliverde aún estaba dormido porque era muy temprano, en cambio Ikki era muy madrugador porque le gustaba mucho correr todas las mañanas, de hecho no hacía mucho tiempo que acababa de llegar de trotar, el novio de Shun ve el arreglo de rosas que está sobre la mesa principal y se acerca

Shiryu. Que bonitas rosas has comprado

Ikki. Si ¿verdad? jejeje, me gustan mucho las rosas

Shiryu sonríe y se acerca a oler una de las rosas blancas y al hacerlo observa que entre estas flores se ve un cuadrito de color blanco el cual llama su atención, el chico estira su mano y alcanza a tocarlo dándose cuenta que es una tarjeta y como la curiosidad mató al gato Shiryu comienza a leer la tarjeta la cual dice "Hermoso Shun, lamento haberme aprovechado el día anterior en la galería, espero que me perdones. Estas rosas son hermosas pero más lo eres tú, ojalá sean de tu agrado, cuídate mucho y nos vemos pronto, te quiere mucho, Seiya"

La expresión en el rostro de Shiryu cambia radicalmente y observa con rudeza a Ikki mientras empuña el papel en su mano haciéndolo bolita y tirándolo al suelo

Shiryu. ¿Quién es ese tal Seiya?

Ikki. No lo sé, no lo conozco

Shiryu. No te creo ¿quién es?

Ikki. Ya te dije que no lo sé

Sin creerle una sola palabra Shiryu se da media vuelta comenzando a caminar en dirección a la habitación de Shun quien duerme plácidamente, Ikki sigue a su cuñado entrando los dos en la habitación, Shiryu se acerca bruscamente a la cama y quita rápidamente y de mala gana la sábana que cubre el cuerpo de Shun encontrándose con que a su lado se encuentra una rosa, Shiryu se enoja más y despierta a Shun quien aún con los ojos un poco cerrados observa a su novio mientras se talla los ojos y se sienta en la cama

Shun. ¿Qué...pasa?

Shiryu. ¿Qué pasa? Pasa que eres un traidor

Shun. ¿Qué? ¿De qué me hablas?

Shiryu. ¿Quién es Seiya?

Gracias a la pregunta Shun termina de despertarse abriendo sus ojos grandemente, Shiryu estaba muy molesto, nunca antes lo había visto de esa forma por lo que no sabe cómo comenzar a explicarle o que decirle

Shiryu. ¿Es tu amante?

Shun. No, es solo un amigo

Shiryu. ¿Y qué es eso de la nota? ¿A qué se refiere con que se aprovechó?

Shun. Yo... Ikki ¿podrías retirarte?

Ikki. Si

Shun. Y cerrar la puerta

Ikki. Está bien, cualquier cosa estoy afuera

Shun. Si

El hermano de Shun se retira cerrando la puerta tal y como Shun se lo había pedido, Shiryu se sienta en la cama al lado de Shun y lo observa fijamente en espera de su respuesta

Shun. Seré sincero contigo... Seiya y yo nos besamos

Shiryu. ¡¿Qué?!

Shun. Pero fue solo un beso y te juro que no somos nada, de verdad

Shiryu. ¿Lo besaste?

Shun. No somos amantes, no pienses eso

Shiryu. Pero lo besaste

Shun. Si pero...

Shiryu. No lo puedo creer... no de ti

Shun. Shiryu por favor

Shiryu. No quiero volver a saber de ti Shun, me has decepcionado

El chico de larga cabellera se pone de pie dispuesto a irse pero Shun se pone de pie también y lo intercepta en la puerta

Shun. No me odies

Shiryu. ¿Por qué lo hiciste?

Shun. El me gusta

Shiryu. ¿Y cuándo se puede saber pensabas decírmelo?

Shun. Hasta que estuviera seguro

Shiryu. ¿Y ya lo estás?

Shun. Completamente, Seiya me gusta mucho

Shiryu. No tienes vergüenza

Shun. Shiryu yo...

Shiryu. Con permiso

El peliazul quita a Shun de su camino y sale de su habitación saliendo después del departamento por completo sin siquiera despedirse de Ikki quien se sentía mal por su amor, ya que él quería mucho a Shun y seguramente estaba sufriendo mucho... el peliverde se sentía muy culpable, lo que menos habría querido era que Shiryu lo odiase porque él lo quería mucho, pero ya no había nada que hacer, ya todo estaba dicho

Hyoga en su habitación de hotel no dejaba de pensar en Shun, se veía tan hermoso o más que cuando estudiaban la preparatoria, ahora se había vuelto a enamorar de él... el rubio recordando que tiene el número de Shun le marca, el peliverde contesta muy desanimado y cuando Hyoga pregunta que tiene Shun le pide que se vean en el lugar de la otra vez para contarle, sin pensarlo el rubio se arregla para verse con el peliverde

Hyoga. Ya veo, que mala onda

Shun. Si, y la verdad me siento muy mal

Hyoga. No me dijiste como se llama ese chico

Shun. Su nombre es...

El teléfono celular de Shun suena antes de que éste pueda decir el nombre de Seiya y pidiendo disculpas a Hyoga se pone de pie para contestar la llamada, Hyoga observa fijamente a Shun sin perder detalle mientras éste habla por teléfono, si, en definitiva ese hombre era simplemente hermoso y encantador, tenía un encanto que nunca antes había visto en nadie, tanto hombre como mujer, en nadie... Shun llega a la mesa de nuevo con una sonrisa

Shun. Era él

Hyoga ¿El? ¿Quién?

Shun. ¿Cómo que quién? El que me gusta

Hyoga. Ah, es verdad ¿cómo dices que se llama?

Shun. Su nombre es Seiya... ¿no suena hermoso?

Hyoga se sorprende por aquel nombre ¿sería posible que se tratara del mismo Seiya que él conocía? Porque en el mundo debía de haber más de un Seiya, eso sin dudarlo, Shun ve la expresión en el rostro de Hyoga y no puede entender cómo es que ha cambiado tan radicalmente de aspecto, se veía preocupado, así que el peliverde estira sus manos y agarra las de Hyoga sonriéndole tiernamente mientras lo mira fijamente a los ojos, el rubio se ruboriza mucho por la acción

Shun. ¿Qué tienes?

Hyoga. Nada, pensé en una tontería

Shun. ¿Se puede saber cuál?

Hyoga. No, es tan solo una tontería, algo inútil

Shun. Bien, como quieras

El hermoso chico suelta las manos de Hyoga y se pone de pie, había quedado de verse con Seiya así que se despide de su nuevo amigo con una sonrisa y se va, Hyoga suspira aliviado una vez que Shun se ha ido, no resistía tanta tensión, tenerlo tan cerca y no poderlo tocar, en ese instante tan solo tenía el calor de las manos de Shun en sus manos, un calor que no deseaba desapareciera nunca... Shun llega al lugar citado con Seiya y éste galantemente le besa la mano derecha, Shun se ruboriza y sonríe felizmente

Shun. Adivina que

Seiya. ¿Qué?

Shun. Soy libre

Seiya. Claro que eres libre, todos en éste país lo somos, las leyes nos dicen que...

Shun. Seiya, Seiya... me refiero a que ya no tengo novio

Seiya. Oh, eso suena muy bien, y yo que quería citarte la Constitución completita

Shun miraba con admiración a Seiya, ese hombre sí que era bastante inteligente y culto, sin duda cada vez le gustaba más, sabía de todos los temas habidos y por haber

Shun. Eres tan... genial

Seiya. Y tú lo eres más

Nuevamente Seiya toma delicadamente la mano derecha de Shun y agachándose ligeramente la lleva hacia sus labios besándola sutilmente, Shun se ruboriza por tan galante acción, como solo Seiya podía hacerle porque era un hombre sumamente educado; entonces sin pensárselo dos veces le sujeta el rostro con ambas manos y se acerca a él robándole un apasionado beso el cual Seiya no duda ni un segundo en contestar rodeándole la cintura con ambas manos, las de Shun se pasan a su cuello y profundizan el beso, apasionándose aún más, entregando todo con tan solo un beso hasta que la gran necesidad de aire se hace presente y tienen que separarse, Shun permanece con los ojos cerrados un buen rato mordiéndose el labio inferior, los besos de Seiya eran sublimes, le encantaban y también Seiya estaba fascinado, Shun era un gran besador, sin duda la persona que mejor lo había besado en su vida

Shun. Me gustas mucho Seiya

Seiya. Y tú también a mi Shun, no sabes cuanto

Shun. ¿Sabes? podríamos ir a tu casa

Seiya. ¿Mi... mi casa?

El estafador comienza a ponerse sumamente nervioso ante la proposición y no porque no quisiera o le pareciera difícil sino porque él no tenía casa ahí en California, provisionalmente se encontraba en un hotel de quinta súper barato que se encontraba en la peor zona de la ciudad, un hotel justamente a la medida de un bueno para nada como él porque era sumamente pobre y no le gustaba trabajar en nada, vivía de estafas, estafas que el 90 de las veces se iban a la basura porque era un bueno para nada incluso para estafar a las personas, siempre lograban atraparlo sin que él pudiera robar mucho dinero de sus víctimas, sin duda era todo un mediocre... Shun se extraña del nerviosismo que mostraba Seiya ¿acaso había dicho algo malo? Eso no lo podía saber

Shun. ¿Qué pasa? ¿no quieres?

Seiya. No es eso, es que... es que... tu propuesta me parece inadecuada

Shun. ¿Qué? ¿por qué?

Seiya. Porque prácticamente nos acabamos de conocer, porque yo te respeto mucho, porque acabas de terminar una relación sólida, porque te quiero y odiaría hacerte daño, porque...

Seiya seguía hablando y hablando puras tonterías y mentiras ya que nada le iba a hacer más feliz en esos momentos que hacer suyo a Shun pero no teniendo casa no le convenía aceptar, mejor era inventar una sarta de mentiras para así incluso conservar su reputación de educado, en cambio Shun lo veía con aún más admiración, Seiya era un hombre caballeroso, educado y respetable, sin duda cada vez le conquistaba más, nunca antes había conocido a un hombre así, otro en su lugar habría aprovechado la situación llevándoselo enseguida a la cama, pero no, Seiya no era así, Seiya era muy buen hombre, un ejemplar de hombre mejor dicho (según Shun, claro)

Shun. Ay Seiya, sin duda eres... el mejor

El peliverde rodea nuevamente el rostro de Seiya con sus manos y lo atrae hacia él dándole un tierno, lento y delicado beso, poniendo a Seiya excitado al instante y se retira enseguida dejando a Seiya embobado con ese beso, el mejor hasta el momento y por primera vez mira al peliverde con ternura, comenzaba a interesarse realmente por él, ya no le interesaba tener con él una relación efímera basada en el sexo, ahora quería todo con él, absolutamente todo... el peliverde suspira y se aleja de Seiya dándole dos pequeñas palmadas en su mejilla derecha y se da media vuelta alejándose del muchacho sin decir absolutamente nada, Seiya en cambio estaba hechizado, embobado, ido, total, estaba hipnotizado, Shun sin duda era exquisito

Hyoga regresa al hotel donde se estaba hospedando, no podía sacar de su cabeza la idea de que el Seiya que lo había estafado y el Seiya del que hablaba Shun eran la misma persona, tenía esa espina de que eran el mismo, bueno fuera que las cosas no resultaran de esa manera pero si así lo eran él debía de hallar la manera de que Shun lo descubriera ya que por lo que había oído de los mismos labios de Shun es que ese tal Seiya que tanto le gustaba era un hombre, educado, culto e inteligente y por lo que él sabía de Seiya el estafador es que era un hombre sin modales, bastante tonto e ignorante, nada que ver con aquel que Shun describía como el ideal de hombre perfecto, así que debía ponerse en marcha y averiguar eso en cuanto antes, es por eso que llama al celular de Shun y le pide que se vean esa noche para cenar, Shun no teniendo compromiso acepta sin precedentes y llegada la noche se ven en un bonito restaurante

Hyoga. Entonces veo que comenzarás a salir con éste chico ¿verdad?

Shun. Sí, al fin estaremos juntos sin sentirme culpable ya que yo fui claro con Shiryu

Hyoga. Ya veo... y oye Shun ¿podría yo conocerlo?

Shun. ¿A Seiya? Claro que sí, le diré que salgamos los tres a algún lado ¿o tienes pareja? Así iríamos entonces de parejas

Hyoga. No, como te había dicho antes no tengo a nadie, además sabes que no soy de aquí

Shun. Es cierto, podrías ir con un amigo mío ¿o te gustan las mujeres?

Hyoga. No, me gustan los hombres

Shun. Ya veo ¿entonces si te presento a alguien?

Hyoga. Suena bien

Shun. A ver ¿a quién te podría presentar?... ya sé, te presentaré a Alberich

Hyoga. ¿Alberich?

Shun. Sí, él el sumamente inteligente y muy honesto, es buena onda, me parece perfecto

Hyoga. Si tú lo dices

Shun. Creo que Mime también te quedaría bien... no, pero él también es rubio jejeje

Hyoga. ¿Qué?

Shun. No, olvídalo, cosas mías... entonces le digo a Seiya y a Alberich y salimos los cuatro

Hyoga. Está bien

El rubio sonríe, ya estaba listo, conocería por fin al tan adorado Seiya, aquel hombre sumamente perfecto e irreal que Shun conocía, cada vez estaba más convencido de que ese Seiya y el que él conocía eran la misma persona ya que resultaba imposible que hubiera un ser humano sobre la faz de la tierra sin defecto alguno, pero para sentirse más cómodo y tranquilo mejor era averiguarlo

Ikki deja a su novia Esmeralda en su casa y decide a regresarse a la suya pero no lo hace decidiéndose a ir al departamento de Shiryu, sentía la enorme necesidad de estar con él aunque fuera para convertirse en su paño de lágrimas ya que conocía por demás que Shiryu estaba sumamente enamorado de Shun y él nunca iba a ocupar tal lugar en su corazón... el hermano de Shun llega y toca la puerta, Shiryu se tarda en abrir y cuando lo hace no le pone a Ikki una cara de agrado, aun así lo deja pasar ofreciéndole asiento y algo de beber, Ikki acepta un vaso de agua, su ex cuñado se lo trae y también se sienta en la sala

Shiryu. ¿Qué quieres aquí?

Ikki. Vine a ver como estabas

Shiryu. ¿Cómo quieres que esté?

Ikki. Mal

Shiryu. Vaya ¿eres adivino? Me sorprendes

Ikki. Deja tu sarcasmo por favor

Shiryu. ¿A qué has venido?

Ikki. No te enojes conmigo, yo no sabía de la existencia de ese tal Seiya, te lo juro

Shiryu. ¿Por qué habría de creerte?

Ikki. Porque jamás te he mentido

Shiryu. Ikki...

Ikki. Yo... yo solo vine a ver como estabas, creo que debo irme

Shiryu. Sí, deberías irte

Ikki. ¿Tampoco quieres saber nada más de mí?

Shiryu. Sí, tampoco de ti

Ikki. Comprendo

Antes de que Ikki se ponga de pie un silencio doloroso e incómodo invade la habitación, Shiryu era muy injusto con él al haberle dicho eso ya que él no tenía nada que ver con lo sucedido entre él y su hermano, pero para Shiryu no era nada fácil ver a Ikki sin pensar en Shun, después de todo eran hermanos y por ese simple hecho iba a recordar a Shun, eso no le hacía ningún bien queriéndolo como lo quería y sabiendo que Shun gustaba de otra persona... Ikki se levanta de su asiento y se retira del departamento sin que Shiryu lo acompañe a la puerta, el peliazul al cerrar Ikki la puerta se pone de pie y agarra el vaso que anteriormente Ikki sostenía y lo observa, entonces recuerda esas simples palabras "Porque jamás te he mentido" ¿por qué esas tontas y simples palabras resonaban tanto en su cabeza? Eso no lo podía ni lo quería saber, él solo tenía ojos, memoria y corazón para Shun, para nadie más...

El hermano del peliverde no tiene más remedio que irse a su departamento sintiéndose sumamente mal, jamás Shiryu le había hablado de esa forma y eso le dolía mucho, ahora no solo no tenía su amistad sino que la posibilidad de que algún día llegara a amarlo parecía no existir jamás

Esa misma noche Shun llama a Alberich y le cuenta la situación, su amigo acepta la invitación muy contento, y no porque le interesara Hyoga sino porque él siempre había estado enamorado de Shun, desde que lo había conocido en una galería de arte se había prendado de su belleza al igual que los miles de millones que veían al peliverde, sin duda Shun era muy hermoso y atrayente, el mejor ejemplar en el mundo, y entonces el chico de cabello rosa acepta muy contento, iba a poder ver a Shun, tenían un par de meses que no se veían, desde que Shun y Shiryu habían comenzado a salir porque entonces es cuando se había dado por vencido, pero ahora no iba a dejar que las cosas fueran así, debía hacer algo y rápido, además el mismo Shun le daba la oportunidad de hacerlo al pedirle que le hiciera ese gran favor con su amigo, aunque dicho amigo y dicho favor le importaban menos de lo que a Hyoga le podía importar el negocio familiar de gelatinas (esto para que se den una idea de lo poco que le interesa).

Una vez que Alberich ha aceptado Shun llama a Seiya y le avisa, Seiya acepta gustoso ya que Shun no ha mencionado el nombre del rubio y entonces todo queda listo, dentro de dos noches iban a reunirse los 4 para tener una cita doble en un restaurante muy bonito y elegante, elegido especialmente por Shun para tan especial reunión

Continuará...


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