jueves, 5 de noviembre de 2015

Lo que el viento se llevó


Capítulo 9. Un pasado atroz


Ninguno de los dos podía conciliar el sueño, Duo porque no sabía cómo comenzar a hablarle a Heero de su pasado y él porque no podía creer que aun estando en la misma habitación con el trenzado no fuera capaz de tomarle entre sus brazos, era algo cruel pero no podía ser impulsivo porque Duo podía considerarle un degenerado. El ojivioleta estaba acostado sobre su hombro izquierdo dándole la espalda a Heero mientras que él estaba acostado boca arriba mirando el techo con los brazos atrás de su nuca

Heero. ¿Estás... dormido?

El ojiazul podía escuchar claramente la respiración del trenzado y sabía que no estaba dormido pero quería escucharlo de él, Duo se gira sobre la cama hacia su amigo y sonríe

Duo. No puedo dormir

Heero se sienta y mira hacia dónde está Duo quien le miraba fijamente, estaba la luz apagada pero se veía claro adentro de la habitación gracias al alumbrado público

Heero. ¿Quieres algo? ¿agua?

Duo. Estoy bien, gracias

El ojiazul asiente y vuelve a acostarse en la misma posición, Duo se acerca un poco más a la orilla de la cama y se acuesta sobre su hombro derecho observando atentamente a Heero, él se da cuenta que el trenzado le mira atento y se sonroja tratando de aparentar que no le ha visto que le observa

Duo. Heero tú...

Heero. ¿Eh? Dime

Heero voltea su cabeza hacia la cama y observa a Duo quien tenía una expresión de preocupación, pareciera como si algo le estuviera inquietando, además el trenzado estaba sonrojado pero de esto no se daba cuenta el ojiazul

Duo. No, olvídalo

Avergonzado Duo se gira para estar nuevamente sobre su hombro izquierdo dándole la espalda a Heero quien se queda con la duda pero decide no comentar nada ni preguntar nada, seguramente el trenzado se atrevería a decirle en otra ocasión, no quería presionarlo en ningún sentido... en unas horas amanece y los rayos del sol entran fuertemente por la ventana cayendo sobre el rostro de Duo, el trenzado abre los ojos poco a poco y se sienta sobre la cama emitiendo un amplio bostezo, lo primero que hace es mirar hacia el suelo para ver a Heero pero éste no estaba ahí y tampoco las sábanas, curioso el trenzado se pone sus zapatos y sale de la habitación, al hacerlo percibe un rico olor que proviene de la cocina y va hacia ella encontrando a un ojiazul que preparaba el desayuno, Heero se percata de la presencia del ojivioleta y voltea hacia él, Duo le sonríe ampliamente

Duo. Que rico huele, seguro eres gran cocinero

Heero. Esto... gracias

Un poco apenado por el halago Heero se sonroja y continúa cocinando, Duo estira los brazos y ve en la sala el caballete aún puesto y se dirige hacia él para observar el progreso de la pintura

Duo. Eres increíble

Maravillado con el avance Duo comienza a analizar la pintura, aún le faltaba para estar terminada pero el progreso era bastante bueno, el trenzado voltea hacia el otro lado de la sala y observa una foto sobre la mesita de la esquina, nunca antes había visto la foto la cual era la única que tenía Heero en esa parte de la habitación, curioso Duo se acerca a ella y la agarra, en ella estaban retratados el ojiazul y su papá, Heero estaba más joven, era de cuando estudiaba la preparatoria, el trenzado la observa fijamente y sonríe

Duo. Tu papá era apuesto, pero no se parecen

El comentario de Duo hace voltear a Heero hacia él, el ojiazul apaga la estufa y se acerca a Duo que seguía mirando la fotografía

Heero. Me parezco a mamá

Las palabras de Heero no sonaba para nada animadas, Duo recuerda lo que hasta ese momento sabe de la mamá del chico y se apena, había hecho un comentario inapropiado

Duo. Lo siento

Avergonzado y triste Duo agacha la cabeza y aprieta las orillas del marco del retrato, Heero observa su reacción y coloca una mano sobre el hombro, Duo voltea hacia él

Heero. No te pongas triste, además yo no siento nada por esa señora

Indiferente y tratando de ser amable con Duo le quita la foto de las manos y la pone en su lugar para después alejarse hacia la cocina para servir el desayuno, el trenzado observa a Heero y después voltea hacia el retrato, le parecía triste que Heero pensara eso de su mamá, sabía que aquella señora no había sido buena madre y que le había abandonado para hacer carrera en el cine porno pero no dejaba de ser su madre... 

En el transcurso del desayuno los dos permanecen callados, después de lo sucedido con el retrato Duo no se atrevía a hacer más comentarios, no quería ser un imprudente; después del desayuno mientras Heero lava los trastes y acomoda la cocina y el comedor, Duo regresa a la habitación para ponerse su ropa del día anterior ya que el ojiazul le había prestado ropa para dormir y también tiende la cama, el trenzado sale de la habitación cuando termina y Heero le espera en la sala

Heero. Te llevo

Duo se sorprende un poco por las palabras de Heero, seguramente se había molestado porque le había hecho recordar a su madre y eso lo pone triste

Heero. ¿Qué pasa?

El ojiazul nota que Duo se ha puesto algo triste y se acerca a él

Duo. No era mi intención hacerte enojar

Heero. ¿Eh?

El trenzado baja la mirada y enseguida Heero se acerca aún más a él colocando los brazos sobre sus hombros, Duo voltea enseguida sonrojándose un poco mientras los ojos azules lo miran fijamente

Heero. No pienses eso, no estoy molesto

Duo. Pero dije algo que no...

Heero. Ya te dije que esa señora no me importa, si nos parecemos no me interesa, tuve un buen padre, eso me basta

Duo. ¿De verdad?

Heero. Sí

Duo. ¿Pero entonces por qué me vas a llevar de regreso?

Heero. ¿Eh?

No entendiendo las palabras del trenzado Heero enarca una ceja y se aleja soltándole los hombros a Duo quien se sonroja un poco más

Duo. Es que yo... bueno, estaba pensando que... bueno mientras... terminas el cuadro tal vez yo... deba quedarme

A diferencia de Duo, Heero se sonroja hasta los pies abriendo los ojos y poniéndose algo nervioso, tener al trenzado unas horas cerca de él era una completa tortura pero teniéndolo un par de días le resultaba completamente un sacrificio, tan cerca y tan distante, ahora estaba completamente mudo, el ojivioleta lo interpreta de otra forma y sonríe tímidamente

Duo. No me hagas caso, otra vez estoy siendo imprudente

Heero. No... me parece... perfecto

El ritmo de los latidos de Heero se intensifican y una gota de sudor cae de su frente por la mejilla, estaba entrando en terrenos prohibidos, debía de contenerse para no llegar a hacer ninguna clase de estupidez que lo arruinara todo... la respuesta de Heero pone a Duo muy contento y él muy feliz se acerca al ojiazul saltando a sus brazos como niño pequeño, Heero siente el cuerpo del trenzado pegado al suyo y vuelve a sonrojarse no solo del rostro si no por todo el cuerpo y un agradable cosquilleo le recorre por completo

Duo. Seremos compañeros de departamento

El trenzado sonaba muy feliz y Heero solamente se queda callado y nervioso, su cuerpo estaba rígido mientras Duo le abrazaba con fuerza soltándose algunos segundos después

Duo. Le llamaré a Quatre

Duo suelta a Heero y se aleja para acercarse al teléfono y marcarle a su amigo mientras que Heero lo observa atentamente emitiendo después una sonrisa, el trenzado era un chico muy vivaracho y eso le agradaba mucho, comenzaba realmente a gustarle...

Ese día era sábado y Heero deja a Duo en casa para ir a visitar a Trowa, sabía que a veces Quatre trabajaba los sábados y que su amigo salía con él hasta en la tarde así que aprovecha para visitarle y así poder hablar libremente sobre el secreto del ojiverde, Catherine abre la puerta a Heero y contenta lo deja pasar, el ojiazul sube hasta la habitación donde está Trowa acostado, se le veía algo pálido y preocupado, su amigo se acerca apresurado a la cama y se sienta

Heero. ¿Estás bien?

Trowa. Sí, me levante con dolor de cabeza y por eso trato de descansar, así cuando vaya por Quatre para ir al cine quiero que me vea bien

Heero. Trowa...

Trowa. Ya sé, que se lo diga ¿verdad?

Heero. Lo merece

Trowa. Lo sé, he pensado un poco y tal vez lo haga pero no pronto

Heero. Pero...

Trowa. No te preocupes, sé que me moriré pronto pero...

Heero. ¡Basta!

Enojado el ojiazul se levanta de la cama y observa molesto al ojiverde, sus ojos brillaban un poco, odiaba escuchar que su amigo moriría, más aún de sus propios labios, Trowa lo mira fijamente y apretando las sábanas se voltea a otro lado pero después se calma y voltea nuevamente hacia su amigo sonriéndole con falsedad

Trowa. ¿Y... cómo va lo de Duo?

El ojiazul continúa mirando igual a su amigo que trataba de cambiar el tema de conversación pero eso no le agradaba tampoco

Heero. También necesitas su apoyo, te quede el tiempo que te quede, aprovéchalo

Trowa. ¿Cómo va lo de Duo?

Heero. Trowa...

Trowa. ¿Él está bien?

El ojiazul entiende por fin el mensaje y suspira apretando después los puños, tenía muchas cosas que decirle a Trowa respecto de su situación pero parecía que el ojiverde no quería hablar de eso y él iba a respetar su decisión

Heero. Sí, Duo está bien

Trowa. Me alegra

Heero. Estará conmigo algunos días en tanto no termine con el cuadro

Trowa. Te felicito

Sonriendo sinceramente Trowa estira su mano y agarra la de Heero, ambos se mira fijamente a los ojos por algunos segundos pero en ese momento la puerta de la habitación se abre, Heero y Trowa voltean después que ésta se abre y observan a Quatre que está ahí y les mira fijamente, se le veía confundido

Quatre. Siento interrumpir

Un poco molesto Quatre vuelve a cerrar la puerta, ambos voltean a verse y notan que aún están tomados de la mano, enseguida se sueltan y Heero se pone de pie caminando a prisa para alcanzar al rubio que bajaba apurado las escaleras, seguro sus ojos lo engañaban pero no le agradaba en lo más mínimo, Trowa sale de la cama y se pone los zapatos para también ir tras su novio... Heero alcanza a Quatre cuando éste baja las escaleras y coloca una mano sobre su hombro, el rubio voltea frunciendo el ceño

Quatre. Continúen

Heero. Quatre, analiza detenidamente lo que estás pensando

Quatre. No sabes que estoy pensando

Heero. Tomé la mano de Trowa pero no se trata de eso

Quatre. ¿Y esa miradita qué?

Heero. Verás...

El ojiazul no sabe que explicar y se queda callado por algunos momentos, en ese instante llega Trowa hasta la parte de abajo de la casa

Trowa. No me sentía bien, mi amor no pienses tonterías

Quatre observa a su novio y sonríe tranquilo acercándose a él

Quatre. Perdóname

Avergonzado por su escenita de celos el rubio se acerca más a Trowa y recarga su cabeza en su pecho, el ojiverde lo abraza cariñosamente y besa su cabeza

Heero. Bien, los dejo

El ojiazul camina hacia la puerta pero Quatre lo detiene con su voz, Heero voltea hacia él y el rubio se aleja un poco de Trowa

Quatre. Perdón Heero, que tonto soy

Heero. No te preocupes, está bien

Quatre. Gracias por hacerte cargo de Duo por unos días y no le hagas nada extraño

Heero. No

Nuevamente Heero se da media vuelta y se va, Quatre voltea apenado con Trowa y sonríe tímidamente, el ojiverde le da al rubio un ligero coscorrón

Trowa. Tontito

Quatre saca la lengua a su novio y lo vuelve a abrazar, Trowa también lo abraza y sonríe pero después eleva la mano y la mira fijamente empuñándola después, tal vez ya era momento de hacerle caso a su amigo y hablar con Quatre, así tal vez evitarían más malos entendidos...

Treize y Wufei se había despedido esa mañana, Wufei partiría con el señor Noventa mientras que el esposo de Duo se quedaría ahí para atender otros asuntos, el pelinegro miraba fijamente por la ventana del avión, estaba triste y pensativo, analizaba una y otra vez en su cabeza la confesión del hombre que amaba, violaciones, golpes, humillaciones verbales y físicas, a eso y más se había sometido Duo estando con Treize, le parecía algo difícil de creer y de aceptar pero su creencia de querer vivir eso también si Treize le amase tanto como él, seguiría en pie, no le importaría cuantas veces le destrozara Treize, él lo amaba profundamente y haría cualquier cosa, incluso poder perderlo para siempre, por eso le ayudaría en su búsqueda del trenzado, una vez que terminara el negocio con el Señor Noventa seguiría con la búsqueda del ojivioleta... 

Por la tarde después de un par de horas de aterrizado el avión, el señor Noventa instala a Wufei en su Hotel y después lo llama para la reunión con el señor Darlian, la presentación se lleva a cabo en un Restaurante y días posteriores se realizaría una cena-baile donde Marshall Noventa pretendía presentar a Relena con su ahora mano derecha Wufei y así incitar un romance entre los dos...

Por la noche de ese día Duo se encarga de la cena en el departamento de Heero, el ojiazul había propuesto a Trowa que salieran los 4 pero el ojiverde había insistido en que aprovechara el tiempo con el cuadro además que él prefería estar a solas con Quatre ese día aprovechando que Duo no estaría en el departamento... después de la cena la cual había sido muy buena, ambos chicos se proponen continuar con el cuadro, como siempre el trenzado se desnuda y se acomoda en el sillón, ahora Heero poseía mayor control sobre sus ojos y se dedicaba más al cuadro mientras que Duo mantenía sus pensamientos en otro lugar al tiempo que seguía recordando...

- Recuerdo -

Después de 2 días de inconsciencia Duo había logrado despertar, el golpe en la cabeza que Treize le había dado con la lámpara había requerido de un par de puntadas, todo su cuerpo realmente dolía pero lo que más pena le causaba era la opresión en el corazón, para siempre la imagen de Treize se había hecho trizas... al abrirse los ojos violetas lo primero que el trenzado observa es un enorme ramo de flores, estaban junto a su cama y sabía bien de parte de quien eran, inconscientemente aprieta con fuerza sus puños, sentía mucho coraje pero a la vez sabía que no podía hacer nada para remediar su situación, después de todo sus padres habían insistido en que él se debía para siempre a su esposo, pasara lo que pasara... la puerta de la habitación se abre pasando por ella Treize, al verlo Duo se voltea hacia el otro lado de la cama, Treize agacha la mirada y lentamente se acerca a su esposo cuyas lágrimas comienzan a brotar de sus ojos mojándole las mejilla

Treize. Mi amor...

Duo. Déjame

Indignado Duo aprieta los ojos y comienza a sollozar, nunca le habían golpeado de esa forma y aunque sentía real arrepentimiento por parte de su esposo no dejaba de ser triste, apenado Treize se acerca a él y le agarra una de sus manos comenzando a besarla cariñosamente

Treize. Por favor perdóname amor, sabes que no lo quise hacer

Duo. Pero lo hiciste, me lastimaste

Treize. Mi amor por favor... mírame

Sin ganas de hacerlo el trenzado voltea hacia Treize y éste también tenía lágrimas en los ojos que conmueven al ojivioleta

Duo. ¿No lo volverás hacer?

Treize. No mi amor, te lo prometo

Duo. Me asusté mucho

Nuevamente el trenzado comienza a llorar y Treize lo abraza con mucha fuerza también comenzando a llorar, en ese momento una enfermera entra a la habitación y al verlos frunce un poco las cejas y se acerca a la pareja los cuales se separan poco después, Treize observa cariñosamente a Duo y le besa la frente acariciándole algunos cabellos

Treize. Ahora vuelvo mi amor

Duo. Sí

El esposo de Duo sale de la habitación y enseguida la chica se acerca al trenzado y agarra una de las rosas sobre la mesa

Enfermera. Típico, te golpea, pide perdón y te regala flores

Duo. ¿Eh?

Enfermera. Es obvio que fue él

Duo. ¡No es verdad! me caí por las escaleras

Enfermera. Puedes denunciarlo, lo volverá hacer

Duo. ¡No! no lo haré, él me ama y está arrepentido

Enfermera. Entonces lo admites

El trenzado se queda mudo después de las palabras de la enfermera y desvía su mirada mostrándose molesto y confuso

Enfermera. No tienes por qué aguantar sus golpes, necesitas ayuda

Duo. Váyase por favor, confío en él y en el amor que me tiene

Enfermera. Pero...

Duo. Usted no lo entiende, no tengo a nadie más, sin él me voy a morir, lo amo

La mirada del trenzado era de derrota, la enfermera entiende con esas palabras que aquel chico vivía dentro de una jaula y que a la vez pedía auxilio a gritos, tal vez no conocía otra vida que no fuera esa, que triste le parecía pero ella no era nadie para intervenir...

- Recuerdo -

Sin decir nada Duo se pone de pie y se dirige al baño, Heero se queda callado ante tal acto y solo se queda ahí, no era propio del trenzado hacer eso pero no quería ser indiscreto... el ojivioleta llega al baño y se mira en el espejo fijamente

Duo. ¿Y sí le hubiese denunciado? Si tan solo... si tan solo pudiera cambiarlo

Los ojos del trenzado comienzan a humedecerse y él continúa mirándose fijamente en el espejo, sus ojos le traicionan y algunas lágrimas le comienzan a salir por ellos, triste Duo se agacha colocando su cabeza en el lavamanos, de pronto levanta nuevamente la cabeza y mirándose al espejo sonríe levemente

Duo. No... no lo habría vuelto a ver y no hubiera conocido a Heero y a Trowa... Heero

El trenzado sonríe tiernamente y se lleva una mano al pecho secándose las lágrimas con la otra, a veces se arrepentía de no haber huido antes de su esposo pero si se ponía a pensar entonces no se habría visto con Quatre y no hubiese conocido a los otros dos, realmente se sentía aliviado de poder tenerlos a los tres, Trowa era atento y amable con él, Quatre era el hermano que jamás había tenido y Heero un chico lleno de sorpresas, al principio le había parecido demasiado frío pero ahora que le conocía más se daba cuenta que era un chico muy lindo y demasiado amable con él, le trataba con ternura y se sentía protegido a su lado, era por esas tres causas que agradecía todo lo sucedido antes de su partida, porque todo lo que había vivido le tenían ahora en ese momento y lugar...

Duo sale del baño sin que se notara que había llorado y regresa a su pose en el sillón, Heero estaba en su habitación y no escucha cuando el trenzado había regresado; en lo que el ojiazul regresa Duo vuelve a echar un vistazo a la fotografía pero acostado en el sillón y se preguntaba cómo era la vida de Heero cuando su padre aún vivía, en la foto se notaba lo bien que se llevaban pero la mirada de Heero era fría, como la que mostraba la mayoría de las veces, eso le parecía triste.. el ojiazul regresa a su puesto frente al lienzo

Duo. Lo siento, me dieron ganas de ir al baño

Heero. Está bien

Heero vuelve a tomar su brocha y comienza a poner pintura sobre la figura del trenzado la cual ya estaba perfectamente trazada, Duo seguía recordando en momentos, en sus gesticulaciones a veces se notaba y eso ayudaba al pintor para inspirarse en la expresión de la pintura y por lo mismo no quería interrumpir al trenzado, además ese rostro que el ojivioleta le mostraba aunque sabía que era de dolor no dejaba de maravillarlo, detrás de esos ojos tristes se encontraba un horrible pasado y él quería saberlo pero todo a su tiempo...

En vista de su no talento para cocinar Quatre compra comida hecha para la cena y prepara el departamento para una velada romántica, Trowa había quedado de llegar antes de las diez, eso daba al rubio tiempo para prepararlo todo, luces apagadas y unas cuantas velas puestas estratégicamente para dar suficiente luz, música de piano y aromatizante afrodisíaco

Quatre. Listo

Sonriendo el rubio admira su obra y se retira a su habitación para mirarse al espejo, su cabello, aún estaba húmedo y su piel se encontraba fresca, en cuanto a su vestimenta no era nada extraordinario pero le hacían ver muy bien, sus pantalones eran negros, no muy justos al cuerpo, su camisa era de color morada con el último botón abierto, mangas largas y tela delgada que dejaba entrever su piel, zapatos negros cerrados

Quatre. Qué bien te ves

Se dice en broma soltando una risa traviesa, en ese momento el timbre del departamento suena y una sonrisa aún más grande se dibuja en sus labios, contento sale de su habitación para abrir la puerta, al hacerlo, como se lo esperaba Trowa llegaba, el ojiverde mira a su novio y se sorprende, el rubio era lindo y de por sí le encantaba pero arreglado así le quitaba el aliento, se había quedado sin palabras

Quatre. Pasa mi amor

Trowa. Sí, hola

El ojiverde se agacha un poco y regala a su novio un tierno beso en los labios y después entra al departamento observando los detalles que el rubio había preparado para él, estaba muy contento por todo lo que había hecho el rubio y veía en Quatre un gran sonrojo pero él se siente triste

Quatre. ¿No te gusta?

Trowa. Mi amor, me encanta

Quatre. Ven

El rubio extiende su mano derecha y sin dudar Trowa la toma entre la suya y se acerca al rubio, Quatre estira su otra mano y sujeta al ojiverde de la nuca atrayéndolo a él, al mismo tiempo cierran sus ojos y se regalan un tierno beso en los labios, despacio, sin prisas, las manos de Trowa aprisionan el cuerpo del rubio y comienzan a moverse al ritmo de la música, la falta de aire los hace separar sus labios poco a poco y al abrir los ojos se miran profundamente, Quatre sonríe y quita su mano de la nuca acariciando el rostro de su amado, Trowa cierra los ojos y mueve su cara sintiendo la mano tibia de su novio

Trowa. Te amo

Quatre vuelve a sonreír y recarga su cabeza en el pecho de Trowa sin perder el ritmo de la música colocando sus manos en la espalda del ojiverde y también cierra sus ojos

Quatre. También te amo

Decirlo nunca estaba de más y ambos lo sabían, por eso lo hacían de vez en cuando aunque bastaban momentos como ese para solamente sentirlo...

Heero se da cuenta que Duo se movía a veces signo de que estaba cansándose de la pose y por eso deja la brocha sobre la paleta, al escuchar ese pequeño ruido el trenzado voltea hacia el ojiazul

Duo. ¿Acabamos por hoy?

Heero. Sí

Duo sonríe aliviado y se sienta dándose masajes en el cuello, sus piernas estaban abiertas y la mirada de Heero no puede evitar vagar y sin que el trenzado se dé cuenta de ello el ojiazul le observa fijamente, anteriormente había pintado desnudos masculinos y sus modelos por lo general a veces solían tener erecciones, algo que consideraba normal en esos casos pero a Duo nunca le había pasado, la mirada azul estaba muy fija en su entrepierna y guardaba sus cosas sin prestarles mucha atención, ni siquiera había enjuagado las brochas, Duo se pone de pie y enseguida Heero disimula guardando sus pinturas

Duo. Me cambiaré

Heero. Si

De pie el trenzado se estira alzando ambos brazos y cuando los baja su miembro se mueve levemente de arriba hacia abajo, Heero lo había visto de reojo y su cara se torna roja por completo, el trenzado se retira hacia la habitación llevándose su ropa y Heero exhala llevándose una mano al cabello y después baja su mirada al sentirse excitado, el de la erección había sido él y eso lo avergonzaba, no sabía cómo iba a hacerle para tener a Duo ahí por un par de días sin volverse loco...

Habían bailado un poco y ahora estaban sentados a la mesa, sus sillas estaban muy juntas, Quatre había comprado un preparado de carne con champiñones que acompañaban con puré de papas y vino blanco aunque solo Quatre lo estaba tomando ya que el ojiverde no podía por culpa de sus medicinas, el rubio daba a su novio de comer con el tenedor y a su vez se daba así mismo bocados

Quatre. ¿Está rico?

Trowa. Mucho... no lo hiciste tú ¿verdad?

Conociendo su no talento Trowa sonríe al descubrirlo y también Quatre sonríe un poco apenado volteando a ver a su novio

Quatre. ¿Se nota?

Trowa. Si

El rubio le saca a Trowa la lengua y después se lleva un champiñón a la boca sujetándolo con los dientes y se acerca al ojiverde, él también se acerca y se lo quita de la boca besándose en seguida, después del beso Quatre toma un poco de puré con su dedo índice y lo acerca a la boca de Trowa pero antes de que llegue cae un poco sobre él, los dos sonríen por el incidente y el ojiverde lleva su boca al dedo del rubio comiendo de ese puré lamiendo después el dedo terminando con una ligera mordida, Quatre jadea y mira a su novio detenidamente, Trowa también lo mira y después voltea hacia el pecho de Quatre observando el puré que había caído

Quatre también voltea unos segundos y después mira nuevamente a Trowa quien se agacha y desabrocha dos botones, sin hacerle esperar el ojiverde saca su lengua y lame lentamente la zona quitando el puré, Quatre se muerde el labio y acaricia el cabello de Trowa quien después da otro par de lengüetazos, el rubio vuelve a jadear cerrando los ojos, el ojiverde también se excita y desabotona el resto de la camisa retirándola del lado izquierdo de Quatre comenzando a besarle el hombro bajando lentamente con la lengua hasta que ésta pasa delicadamente por el pezón, el rubio se estremece al sentirla y después Trowa lleva su pulgar hacia éste dándole suaves masajes, Quatre comienza a sentir como su miembro se endurece poco a poco conforme Trowa masajea y lame su pezón alternadamente

Quatre. Ah... Trowa

El ojiverde levanta la mirada sin dejar de lamer el pezón y ve a Quatre con el rostro sonrojado sintiendo las lamidas con los ojos cerrados, la sola imagen lo excita más y lleva su mano hacia la entrepierna de su amante sintiéndola dura, automáticamente el rubio cierra un poco las piernas y jadea excitado, Trowa se pone de pie y Quatre también cayéndose su camisa al suelo por el movimiento...

Mientras Duo ve televisión acostado en la cama, Heero se mete a bañar, se sentía mal por haberse excitado al ver al trenzado siendo que él sumamente inocente nunca lo había hecho, esa era la diferencia entre los dos, el trenzado no veía las cosas con la malicia que él lo hacía y también se sentía mal por traicionar a Duo haciéndose pasar por el buen amigo cuando sus deseos por él cada vez eran más peligrosos, Duo le tenía confianza y él lo miraba con ojos sucios, sabía que estaba mal pero no podía renegar de su naturaleza

Heero. Maldita sea

Con el agua cayendo sobre su cuerpo tibio Heero recarga la frente en la pared agarrando las llaves del agua con sus manos, había terminado de limpiarse e iba a cerrar las llaves pero aún se sentía erecto y baja su mirada hacia su entrepierna, clamaba atención, necesitaba masturbarse, sentía dolor, una fuerte opresión, lástima que Duo estaba en el cuarto y podía escucharlo aunque el trenzado le había dicho que vería televisión

Heero. Duo...

El ojiazul se lleva la mano derecha a su miembro y lo sujeta, con la otra abre más las llaves para que hicieran más ruido y deja esa mano apoyada sobre la pared mientras con la otra comienza a acariciarse suavemente, sus ojos se cierran poco a poco y acelera su ritmo abarcando cada vez más su miembro y haciendo la cabeza hacia tras, los gemidos comenzaban a salir, tranquilos al principio, acelerados después, Duo veía atento la televisión, un programa de comedia que le estaba haciendo reír y no notaba los gemidos placenteros que emanaban del baño, la mano de Heero apretaba el miembro y daba algunos jalones sintiendo como la sangre se agolpaba cada vez más mientras la desnudez de Duo le inundaba la mente, su miembro flácido moviéndose cuando Duo se movía cuando se cansaba de la pose, eso le ayudaban a que la masturbación fuera más placentera y por segundos olvida que había alguien más en el departamento dándole rienda suelta a sus gemidos, su rostro estaba rojo, su cuerpo muy caliente a pesar del agua, su trasero comenzaba a apretarse mientras sus caderas daban movimientos hacia delante... 

Duo cambia el canal cuando hay comerciales y eso da un espacio en el que no hay ruidos en la televisión y alcanza a escuchar un poco de lo que ocurría en el baño, confundido creyendo que su imaginación le engaña el trenzado vuelve a pasar otro canal pero vuelve a escuchar lo que parecían ser gemidos

Duo. ¿Será?

Duo apaga la televisión y se baja a prisa de la cama saliendo después de la habitación para acercarse al baño donde coloca su oreja sobre la puerta escuchando claramente unos gemidos, instantáneamente su rostro se vuelve todo rojo y se tapa la boca

Duo. Se... está masturbando

Lo sabía, Treize le había dicho que de vez en cuando una persona lo hacía, le había explicado que era una satisfacción personal, algo superficial que haces cuando te sientes solo y que muchas veces podía causar culpa en las personas pero que era algo que se sentía realmente bien, el trenzado nunca lo había hecho, solo cuando las manos de Treize lo ayudaban pero él compartía la opinión de que se trataba de algo vacío sin sentido, no comprendía porque Heero lo hacía, no se imaginaba algo así... 

Su miembro goteaba un poco de semen y el ojiazul abre los ojos para observarlo excitándose más, su mano sin perder el ritmo comienza a aplicar un poco más de velocidad, sintiendo el líquido caliente recorrerle hasta que un chorro sale por fin haciéndole gemir con fuerza cayendo de rodillas al suelo y un segundo brote que le hace apretar los ojos, su mano hace un último movimiento haciendo salir el tercer chorro aún más pequeño que los anteriores donde aprieta con fuerza los labios terminando así su acto, la respiración estaba muy acelerada y su cuerpo se sentía un poco cansado, el agua deja que todo se diluya y Heero se queda en el suelo de rodillas mientras que Duo se retira de la puerta y regresa a la habitación volviendo a prender la tele, su rostro aún estaba muy colorado y su pecho se sentía agitado, estaba nervioso, no se sentía excitado, solo estaba nervioso porque no sabía cómo iba a ver a Heero después de eso...

La ropa de ambos se encontraba en el suelo, se habían estado besando de pie aun sintiendo el ritmo de la música, moviéndose conforme la melodía se los indicaba, sus manos se acariciaban mutuamente, el ojiverde dirige poco a poco a Quatre al sillón más grande de la sala, sabían que Duo no iba a llegar como la vez anterior, que tenían todo el departamento para ellos solos y la habitación se encontraba más lejos que la sala, sus cuerpos clamaban por la entrega, al llegar al mueble lentamente se sientan sin soltarse los labios, el cuerpo del ojiverde comienza a ganar terreno sobre el cuerpo del rubio pero sin que pueda alcanzar a acostarlo Quatre coloca sus manos en el pecho de su novio y lo aleja con delicadeza separando también sus labios

Trowa. Pe...

Quatre. Sssht

Con una linda sonrisa Quatre calla a Trowa colocando su dedo sobre los labios del chico y sin quitarlo de ahí se incorpora en el sillón bajando su mano al estómago del ojiverde dándole algunos masajes, Trowa estaba un poco confundido pero cuando Quatre se levanta del sillón y se hinca frente a él lo comprende, hacía mucho tiempo que el rubio no le hacía sexo oral por lo que no se imaginaba que quería hacerlo, el rubio sonríe con ternura a su novio y coloca ambas manos sobre las rodillas separándole las piernas y así se acomoda entre ellas, Trowa baja su mano derecha al rostro de su novio, le acaricia la mejilla y después los labios... 

Quatre baja la cabeza y saca un poco la lengua acercándose un poco más hasta tocar con ella la punta del miembro de Trowa quien cierra unos instantes los ojos, las manos del rubio que estaban en las rodillas comienzan a subir por las piernas respectivas y después vuelven a bajar hasta las rodillas dando así un sutil masaje el cual repite una y otra vez mientras comienza a dar más lengüetazos de forma segura, Trowa se mordía los labios observando al rubio regalándole aquel placer, la lengua de Quatre recorría lo largo del miembro desde el inicio hasta la punta, moviendo su lengua de forma circular alrededor del glande y sus manos continuaban con ese masaje en las piernas

Por segundos los ojos de Trowa se cerraban sintiendo estremecimientos en su abdomen pero sus ojos no querían perder detalle alguno, el rostro de Quatre estaba completamente sonrojado, el miembro de Trowa ya estaba completamente duro por lo que comienza a meterlo a su boca llegando éste solo a la mitad pero el rubio se esforzaba por introducirlo más, el ojiverde baja ambas manos y las coloca sobre las manos de Quatre que se encontraban sobre sus piernas deteniendo así los masajes, el rubio aprieta sus manos en las de Trowa acelerando las embestidas en su boca, también el rostro del ojiverde se sonroja y sin poder mantener más los ojos abiertos los cierra con fuerza

Trowa. Oh Quatre... mnh!

Su miembro punzaba en la boca del rubio y comenzaba a gotear, Quatre siente que pronto su novio va a terminar y lo saca de su boca soltando también su mano derecha para que ésta continuara con la labor mientras que la otra continuaba entrelazada a la de Trowa, el ojiverde no puede más y todo su líquido sale en dos brotes cayendo en el rostro y mano de Quatre así como en sus piernas, su mano la aprieta con fuerza en la del rubio al sentir el orgasmo acompañado de un gemido lleno de placer, su respiración estaba por completo agitada y poco a poco abre sus ojos sintiéndose apenado al ver que ha llenado la cara de su novio pero él le regala una amplia sonrisa

Trowa. Lo siento

El rubio mueve la cabeza varias veces negando y se limpia un poco la cara con su otra mano al soltarla de la mano de Trowa volviendo a regalar otra sonrisa, el ojiverde también le sonríe ayudando a Quatre a ponerse de pie, el rubio se sube en Trowa y comienzan a besarse sensualmente...

Heero sale del baño secándose el cabello y con la ropa ya puesta, Duo escucha el ruido de la puerta y se pone muy nervioso no sabiendo que hacer ocurriéndosele que puede hacerse el dormido pero cuando el ojiazul llega a la habitación ve al trenzado que se acuesta rápidamente en la cama tapándose con la sábana

Heero. ¿Duo?

El ojiazul había visto al ojivioleta moverse, así que el engaño falla, el trenzado se destapa y voltea sonriéndole nervioso poniéndose rojo

Duo. También tomaré un baño

Duo se pone de pie rápido y sale de la habitación dejando a Heero confundido

Heero. ¿Sin ropa ni toalla?

El ojiazul se acerca a su clóset y saca de ahí cosas de él para prestarle al trenzado, por la emoción de que se quedaría ahí ninguno había pensado en ir al departamento de Quatre por algunas cosas de Duo... Heero encuentra las cosas para Duo quien ya estaba adentro de baño y le toca la puerta

Duo. ¿Qué pasa?

Heero. Toalla y ropa

Duo. Ah... sí

El trenzado abre rápidamente la puerta y quita de las manos de Heero la ropa y la toalla volviendo a cerrar rápidamente la puerta dejando al ojiazul aún más confundido... el trenzado se recarga en la puerta del baño con el corazón agitado, se sentía nervioso de estar cerca de Heero, nunca había pensado en él haciendo ese tipo de cosas, eso le había causado una gran impresión

Duo. Tranquilo, él también es humano

Dándose ánimos el ojivioleta deja las cosas que le ha llevado Heero sobre el tubo y comienza a quitarse la ropa para entrar a bañarse deshaciendo antes su trenza, al entrar abre las llaves del agua y procura enseguida que todo su cabello quede mojado y así comienza a asearse comenzando con el cabello seguido del cuerpo, con el jabón comienza a tallarse el pecho y brazos bajando después al estómago y antes de llegar a las piernas se mira la entrepierna observándose fijamente

Duo. ¿Por qué lo hacen?

Dudándolo mucho y con la mano temblando el trenzado se lleva el dedo índice hacia el miembro tocándolo y deslizándolo hacia la punta pero sin llegar a ella pero enseguida lo retira moviéndose éste ligeramente

Duo. No... yo no soy así

Avergonzado de haberlo pensado por algunos segundos Duo levanta la cabeza y cierra los ojos cayendo el agua sobre su rostro continuando así con su baño, él no era del tipo de personas que se conformaba con ese tipo de satisfacción sexual, le parecía algo muy vacío pero si Heero o quien fuera lo hiciera él no tenía por qué juzgarlo así que no tenía por qué sentirse nervioso estando cerca del ojiazul, después de todo él también era un ser humano y seguramente se sentía solo...

Mientras se besaban sus manos recorrían sus cuerpos, las de Trowa se apretaban a la espalda del rubio quien estaba sobre él hincado en el mueble mientras él estaba sentado con las manos del rubio sobre sus hombros, el ojiverde se encontraba listo para otra erección mientras que el miembro erecto del rubio chocaba contra su vientre, poco a poco las manos de Trowa bajan hasta los glúteos de Quatre estacionándose ahí, sus labios se sueltan por unos instantes para tomar aire volviendo después a juntarse en otro beso apasionado, con delicadeza las manos del ojiverde separan poco a poco los glúteos del chico y el mismo Quatre agarra el miembro de su novio dirigiéndolo hacia su entrada y sus labios se sueltan una vez más

Trowa. Con... condón

Ante la petición de su novio dicha en un susurro, Quatre niega con la cabeza, en esa ocasión no quería que el chico usara el preservativo, recordaba que alguna vez Duo le había dicho que se sentía bien sentirse lleno y quería probarlo en esa ocasión, sin oponerse Trowa comienza a descender las caderas del rubio poco a poco, el tipo de condón que generalmente usaban tenía lubricante por lo que en ésta ocasión la penetración la hace lentamente, el rubio exclama un gemido de dolor y cuando se siente completamente invadido aprieta con fuerza los hombros de Trowa, el ojiverde ve la expresión de dolor en Quatre y se preocupa

Trowa. ¿Te lastimé? Estas bien?

Quatre. No, estoy bien

Para convencerlo el rubio sonríe a su novio y le regala un beso en la mejilla, aun preocupado Trowa agacha su cabeza hasta el hombro del rubio comenzando a besarlo en el cuello y Quatre comienza a moverse de arriba hacia abajo y Trowa le ayudaba moviendo sus glúteos de arriba hacia abajo con ritmo lento, Quatre se levanta un poco más y sube ambos pies al sillón ya no estando hincado, sino sentándose en las caderas del ojiverde y así hacer más fáciles las penetraciones pero a la vez más profundas causándose a la vez más dolor, sus gemidos así lo demostraban pero agarrarse con fuerza de los hombros de Trowa le ayudaban a aminorar el dolor...

Duo sale del baño con el cabello empapado y con la ropa sucia en la mano, Heero estaba en la cocina preparando café

Duo. Heero ¿dónde pongo esto?

Heero. En el cuarto de lavado, está atrás de ésta cocina

El trenzado se dirige hacia allá y Heero nota demasiada seriedad en él y eso le preocupa, Duo deja la ropa donde Heero le había dicho y regresa a la cocina

Heero. ¿Café?

Duo. Sí

Igual de serio Duo se va a la sala que está muy cerca de la cocina y se sienta en el sillón donde posaba para el ojiazul, Heero hace el café y lo lleva a la sala sentándose él en el otro sillón al lado de donde estaba el ojivioleta, Duo agarra su taza y le echa azúcar revolviendo éste con la cuchara de forma lenta, Heero lo observaba poniendo también azúcar al suyo, el silencio los envuelve a los dos, el ojiazul estaba muy preocupado y Duo muy pensativo

Duo. Heero yo... te oí

Heero. ¿Cómo dices?

Muy interesado Heero mira fijamente a Duo pero él se queda callado sonrojándose un poco

Duo. Oí que... estabas...

Antes de que Duo termine Heero entiende que habla el trenzado y se pone muy nervioso, Duo baja la cabeza y sigue revolviendo el azúcar

Heero. No quería que tú...

Duo. Sí, lo sé

Ninguno sabía que decir pero si algo había aprendido Duo era que si quería superar algo debía hablar de ello, para empezar estaba eso y por segundo estaba el hablar de su pasado con Treize con alguien a quien ya consideraba un gran amigo

Duo. ¿Sabes?... eso es algo de lo que me hablo Treize

Heero. ¿Treize?

Duo. Sí, él... me enseño muchas cosas

Con mucho esfuerzo Duo levanta su cabeza y se atreve a mirar a Heero a los ojos, el ojiazul estaba apenado y confundido, creía que el trenzado iba a reaccionar de otra manera pero se mostraba distinto a como lo había imaginado, seguramente si hubiera sabido que se masturbaba pensando en él la reacción hubiera sido distinta

Duo. Heero yo... quiero contarte sobre él

Los ojos de Heero se abren sorpresivamente, no esperaba que el trenzado fuera a hablarle tan pronto de su pasado, estaba nervioso porque al fin conocería al Duo detrás de ese chico que ahora estaba enfrente de él...

En medio de la pasión Trowa se levanta del sillón con Quatre entre sus brazos sujetándose con fuerza de sus hombros, la pose anterior era cansada para el rubio así que el ojiverde se lo lleva a la recámara, sus cuerpos unidos en todo momento y sus gemidos inundaban el departamento, nunca antes habían tenido tan apasionado encuentro... al llegar al cuarto Trowa acuesta a Quatre en la cama y seguido de eso se monta encima de él entre sus piernas las cuales abría ampliamente y ahí continúa con la penetración, el rubio se había acostumbrado a él sin el condón de por medio y gemía con dolor y placer sujetándose con fuerza de las sábanas, la mano de Trowa se dirige a su miembro y comienza a masajearlo haciéndose las embestidas más intensas

Quatre. Trowa ya no... ngh... no puedo más!

Con lágrimas el rubio explota su semilla estallando en el vientre de Trowa quien poco después se derrama dentro de Quatre llenándolo por completo emitiendo ambos al mismo tiempo un placentero gemido, a pesar del dolor el rubio sonríe feliz, Duo tenía razón, sentirse lleno era muy placentero, aquella sensación de tibieza y humedad le habían ayudado a sentir un enorme placer... cansado Trowa cae sobre el pecho de Quatre respirando ambos con dificultad y poco a poco sale de él manchándose las sábanas con el líquido que escurría de ambos, avergonzado Trowa levanta su mirada observando el rostro sonrojado y sudoroso de Quatre quien tenía los ojos cerrados aun recuperándose de tan agitado acto, momentos después el rubio abre los ojos encontrándose con la mirada verde de Trowa que le observaba con un poco de culpa

Quatre. ¿Qué tienes amor?

Trowa. Perdóname...

Avergonzado Trowa baja la mirada y Quatre se preocupa llevando su mano a la barbilla de su novio haciéndole verlo

Quatre. ¿Por qué?

Trowa. Por haber sentido tanto placer

Quatre. ¿Qué dices?

Trowa. Te amo, quiero que sepas que nunca he buscado en ti satisfacerme y...

Quatre. Sssht

Sonriendo con ternura Quatre sujeta el rostro de Trowa con ambas manos en sus mejillas y le acuesta la cabeza sobre su pecho

Quatre. Yo también sentí mucho placer... gracias

Trowa al igual que Quatre también sonríe y cierran sus ojos, ambos se encontraban muy cansados...

El azúcar ya estaba disuelta pero Duo seguía meneando la cuchara en el café, su mirada estaba fija en el café mientras que Heero lo observaba detenidamente esperando que el ojivioleta comenzara a hablarle de Treize, no era un tema muy agradable pero él quería saber más acerca del trenzado, estaba muy interesado en él... por fin Duo se anima y levanta la cabeza dejando de revolver la cuchara

Duo. Yo... tenía once años cuando mamá y papá me hablaron sobre el compromiso que habían adquirido con la familia Kushrenada, generaciones atrás nuestras familias tuvieron problemas tan fuertes que todo el pueblo se dividió en 2 corrientes, había conflictos entre los habitantes por lo que nuestros padres y el sacerdote del pueblo buscaron una solución... al ser nosotros hijos únicos y últimos descendientes ellos convinieron que íbamos a casarnos cuando yo cumpliera 15 años, sé que el matrimonio entre personas del mismo sexo no es legal pero en un pueblo tan apartado como el mío pues... bueno, eso no tiene importancia... en ese entonces él vivía fuera del pueblo, estuvo 3 años estudiando en provincia, cuando cumplió 18 regresó al pueblo y comenzamos a salir, nos hicimos novios

El trenzado sonríe con nostalgia y hace una pausa para beber de su café mientras que Heero lo observaba fijamente sin interrumpir o moverse, solo bebía de cuando en cuando de su café

Duo. Nos veíamos cada domingo, solo nos besábamos o nos tomábamos de la mano, nunca tuvimos ninguna clase de intimidad, nunca me tocó antes del matrimonio, mamá siempre me hablaba de la pureza y que el amor solo se hace con la pareja nupcial

Las palabras inocentes de Duo hacen que Heero sienta ternura, el trenzado hablaba de las cosas con mucho tacto

Duo. Y así estuvimos 2 años hasta que llegó el día de nuestra boda, ese día yo... yo recuerdo que me desperté y miré por la ventana, mamá me había dicho que ese día sería el más feliz de mi vida, que me iba a casar con alguien que me amaba y a quien yo amaba pero cuando miré la mañana de ese día yo sentía que todo... ¿cómo te explico?... se sentía triste, ya sabes, aquí...

El trenzado se lleva una mano al pecho y con la otra sujetaba el café, después la quita de su pecho y la coloca sobre su pierna

Duo. ... Y nos casamos, recuerdo... recuerdo su mirada... Heero, él, él me veía con una dulzura que... me cuesta trabajo creer que haya cambiado tanto

Con los ojos enrojecidos el trenzado mira con angustia al ojiazul, Heero aprieta los dientes para contener el coraje e intenta ponerse de pie para acercarse a Duo pero él estira su mano al ojiazul indicándole que lo deje continuar, Heero entiende y bebe de su café, el trenzado cierra los ojos y suspira para poder seguir sin soltar el llanto

Duo. Bueno, es obvio que, lo hicimos por primera vez, yo realmente no sabía nada acerca de sexo, cuando pregunte a papá casi me golpea y cuando pregunté a mamá me dijo realmente muy poco y me explicó que sería Treize quien me enseñara todo, que nadie más podía... y esa noche él me enseñó, me contó acerca de la masturbación y otras cosas

El trenzado sonríe apenado bajando la mirada a la taza de café

Duo. Yo nunca... había tenido una erección y no sabía acerca del orgasmo, hasta me asusté cuando vi que ese líquido salía de mí

Riendo nervioso Duo hace una pausa poniéndose mucho más rojo, Heero lo miraba sorprendido y también sonrojado, no esperaba que el trenzado fuera tan explícito en explicarle eso pero no quería interrumpirlo en ningún sentido

Duo. Bueno... sobra decir lo que hicimos pero cuando terminó me hizo una promesa... él prometió que nunca más me lastimaría como en esa ocasión y lo cumplió, vivimos 5 hermosos años juntos, 4 y medio en el pueblo y medio año en provincia, en el pueblo teníamos una casita, él ayudaba a su padre en la Hacienda y yo al mío en los huertos, solo terminé la secundaria, Treize nunca me dejó continuar los estudios, me decía que en el pueblo estaba bien trabajar porque mi padre necesitaba ayuda pero cuando nos fuimos a la ciudad me dijo que yo solo debía de estar en casa siendo un buen esposo... mamá me enseñó a cocinar y cuando nos fuimos del pueblo me esmeré mucho en hacerlo feliz, él regresaba a casa después del trabajo y yo le tenía lista la cena y la casa impecable, me platicaba como había sido su día, que comenzaba a conocer gente, cada día llegaba feliz con una nueva noticia, me llevaba flores y regalos, fueron seis meses en provincia muy tranquilos y bellos, yo cada vez me enamoraba más y más de él

Con la misma melancolía de antes Duo sonríe con alegría y tristeza a la vez añorando los bellos días que había pasado con Treize antes de ese horrible cambio mientras que Heero se pone serio y algo molesto, odiaba escuchar que el trenzado dijera cosas lindas al referirse a Treize, pero la mirada del trenzado se ensombrece y su sonrisa desaparece

Duo. Sin embargo, su mirada poco a poco fue muriendo, ya no me veía con esos hermosos ojos azules diciéndome con su mirada que yo era lo más importante para él, ya no llegaba con flores y regalos, sus amigos comenzaron a invitarlo a los bares y su jefe cada vez le daba más responsabilidades... un día llegó a casa cansado y me dijo que odiaba esa ciudad, que ya no soportaba esa rutina y la vida en la ciudad, yo traté de persuadirlo pero no escuchó... ese día él... tuvimos sexo contra mi voluntad

Avergonzado Duo desvía su mirada mientras que la de Heero miraba a Duo con sorpresa abriéndose sus ojos más de lo normal

Duo. Lo hicimos en el sillón, por primera vez no me dijo que me amaba cuando terminó, por primera vez no me miró a los ojos, solo se encargó de penetrarme y cuando culminó me dejó ahí como si fuera cualquier cosa y... ese mismo día intento obligarme en la cocina, yo me opuse porque estaba siendo rudo y entonces él... él me abofeteó

Más que sorpresa Heero se enfada y aprieta con fuerza los puños de sus manos, Duo tenía la cabeza agachada y no veía las expresiones del ojiazul que si no fuera porque respetaba las palabras del trenzado desde antes se hubiera ido, la voz del ojivioleta se quebraba y sus manos le temblaban

Duo. Me asusté al igual que él, que se fue corriendo de la casa mientras yo lloraba de angustia, regresó al día siguiente con un ramo de flores pidiéndome perdón incansablemente, me besaba las mejillas con ternura y su mirada recuperó ese brillo que yo tanto amaba, lo perdoné y no volvió a pegarme en más de un mes, yo sentí que había recuperado mi vida de antes pero me equivoqué...

Heero nuevamente se sorprende ¿acaso ese desgraciado le había pegado a Duo más de una vez?

Duo Un día regresó borracho, nunca lo había visto así, se tambaleaba y gritaba groserías... en esa ocasión también me golpeó, pero no fue una bofetada, lo hizo con el puño, me sacó sangre y dejó marcas pero también... me violó

Con trabajo Duo levanta la mirada y Heero ve en sus ojos que las lágrimas comenzaban a salir, automáticamente se llena de rabia y aprieta con fuerza los puños y también sus dientes conteniendo el coraje, ese Treize era un completo desgraciado

Duo. Me violaba mientras me golpeaba... me obligó a hacerle cosas... a tocarme, a masturbarme frente a él...

Las palabras salían con dificultad acompañadas de las lágrimas y el coraje, Heero en cambio estaba más que furioso, lo que platicaba Duo era horrible y él se sentía enormemente impotente

Duo. Encima de todo tenía un amante, un compañero de oficina, lo conocí en una fiesta, se presentó descaradamente ante mí, los vi bailar mirándose con ternura, la mirada gentil y amorosa de Treize eran para él, me sentía humillado y estúpido, invitados de la fiesta se reían de mí a mis espaldas o me tenían lástima... eso dolió más que los golpes, la persona a quien yo amaba me engañó después de que juró que nunca me haría daño... me engaño la persona que juró protegerme de todo pero nunca de él mismo... y... y...

Duo hace una larga pausa al comenzar a llorar recordando aquel día que se había enterado del engaño de Treize, que aún después de los golpes y las humillaciones no le había bastado, tenía un amante a quien no podía llamarle aventura porque a él lo miraba amorosamente, a él sí lo amaba de verdad... Heero se muerde más fuerte el labio inferior mirando llorar a Duo, el ojiazul aprieta con fuerza la taza de café, Duo se arma de valor y deja de sollozar aunque las lágrimas seguían cayendo y con esfuerzo vuelve a mirar a Heero a la cara

Duo. Durante más de un año soporté golpes, humillaciones verbales, violaciones sexuales, en más de una ocasión pensé en suicidarme... pero, todo tiene un límite y yo llegué al mío un día... Treize llegó borracho a casa pero no llegó solo, un supuesto amigo le acompañaba y también estaba ebrio...

Cuando escucha lo del amigo el corazón de Heero se acelera y en su mente se repite una y otra vez que ojalá Duo no le diga lo que sospecha que va a decirle mientras que el trenzado suspira una última vez sin apartar la mirada del ojiazul

Duo. Su amigo entró a nuestra habitación mientras yo me vestía, se acercó a mí con malas intenciones pero a pesar de mis gritos Treize no me ayudó... lo ayudó a él... entre los dos me violaron... entre los dos terminaron de destruirme...

Nuevamente el trenzado suelta el llanto al mismo tiempo que Heero deja caer la taza al suelo manchándolo de café y sin pensar en nada más se levanta y rápidamente se acerca a Duo abrazándolo con fuerza, su cuerpo por completo temblaba y podía sentir claramente lo acelerado de su corazón, Heero en cambio temblaba de coraje, de tener a Treize frente a él seguro que lo asesinaría, lo que ese hombre había hecho a Duo no tenía perdón de Dios, algo semejante a lo que le contaba Duo se había imaginado pero no con la misma magnitud, Treize había llegado a las violaciones sexuales y a los golpes violentos, encima de eso había apoyado que alguien más lo violara

Duo. Entonces me fui por fin de su casa, un día más ahí y me habría suicidado...

Heero. No... eso no... no pienses eso

Duo se sorprende de las palabras de Heero pero no deja de llorar angustiosamente, era la segunda vez que contaba sobre su vida al lado de Treize, cuando se lo había contado a Quatre ambos habían llorado y había encontrado en el rubio un gran consuelo y un apoyo indescriptible pero al sentir los brazos de Heero se sentía nuevamente protegido, como alguna vez se sintió protegido por Treize, pero el calor de los brazos de Heero eran distinto, se sentían sinceros, a pesar del llanto Duo sonríe levemente, estar entre sus brazos le transmitía una tranquilidad y una calidez indescriptible...

Quatre abre los ojos y mira el reloj de su buró, se había quedado dormido media hora, aún se sentía muy cansado, nunca habían tenido un encuentro tan apasionado... al girar su vista a su lado ve a Trowa dormir tranquilamente, una sonrisa se atraviesa en su cara y con ternura acaricia unos cuantos cabellos antes de ponerse de pie dirigiéndose al clóset para sacar unos boxers y colocárselos, después con cuidado sale de la habitación para recoger la sala y el comedor

Quatre. Que tiradero

Al dar un vistazo el rubio se sorprende de ver más desordenado de lo que pensaba, la mesa, los muebles, el suelo, pero enseguida da un suspiro y comienza a juntar empezando por prender la luz y apagar las velas que estaban casi consumadas, seguido de la mesa del comedor y por último comienza a juntar la ropa del suelo doblándola conforme la va juntando, al levantar la chamarra que traía Trowa se caen un par de cajas, al verlas caer Quatre se pone de cuclillas y las junta sorprendiéndose mucho al ver que se trata de medicinas pero no cualquier tipo de medicinas, se trataba de un tratamiento de dosis altas, la respiración del rubio se agita y deja caer la chamarra al suelo

Quatre. Dios... que no sean de él

Nervioso Quatre junta la chamarra y mete las cajas nuevamente en la bolsa y continúa juntando la ropa y doblándola pero con mucha prisa terminando pronto, ahora ya todo estaba ordenado, el rubio regresa a la habitación y observa a su novio que seguía dormido, preocupado se acerca a la cama y vuelve a acostarse a un lado de él abrazándolo con cuidado y cerrando sus ojos quedándose dormido sin darse cuenta...

Ya no estaba llorando pero aún lo tenía entre sus brazos, Duo sentía una fuerte opresión en el estómago, había hablado por fin con alguien más sobre su pasado, se sentía aliviado por una parte pero por la otra se sentía muy angustiado, ahora Heero lo conocía completamente y seguro pensaba que él era una persona que no valía la pena, había sido golpeado, humillado y violado, encima de eso había sido sometido para convertirse en estrella porno siendo violado y golpeado nuevamente, seguro pensaba que su vida no valía para nada y eso lo hacía sentir miserable... Heero siente el pecho de Duo tranquilizarse y poco a poco lo suelta dejando las manos sobre sus hombros, el trenzado se talla los ojos y mira a Heero sonriéndole tiernamente, la mirada del ojiazul era completamente blanda y con delicadeza le retira algunos cabellos que se pegaban a sus mejillas por las lágrimas, Duo se sonroja y baja su mirada apenado, Heero vuelve a subir su mano al hombro del trenzado

Heero. ¿Cómo te sientes?

Duo. Bien, gracias por escucharme

Heero. Gracias por contarme

Mostrándose indeciso Duo se acerca un poco más a Heero y lo abraza cariñosamente colocando sus brazos en su cuello, sorprendido Heero se sonroja por ese tierno contacto y mueve poco a poco sus manos estacionándolas en la espalda del ojivioleta, ésta vez el trenzado es quien se sorprende sonrojándose también

Duo. ¿Por qué?

Heero. ¿Eh?

Rompiendo la magia con esa pregunta Duo hace que Heero quite los brazos de su espalda y el trenzado también lo suelta alejándose un poco uno del otro mientras se miran fijamente

Duo. ¿Por qué eres tan bueno conmigo?

Heero. Somos amigos ¿no?

Duo. Sí pero... es demasiado, eres genial

Heero. ¿Ge... genial?...

Duo. A veces siento... que te quiero mucho

Las palabras de Duo ponen a Heero como jitomate y mientras lo mira fijamente con seriedad el ritmo de su corazón se acelera

Heero. Yo también

Alegre el trenzado muestra una de sus mejores sonrisas y se pone rápido de pie

Duo. ¿Sabes? tengo sueño

Heero. Descansa

Duo. Sí

Heero. Aún no tengo sueño, ve a dormir

Duo. Sí, no te desveles mucho

El ojiazul niega con la cabeza y Duo se retira a la habitación quedándose Heero en la sala muy pensativo, sentía una enorme rabia, el día que tuviera a Treize frente a él seguro no se aguantaría las ganas de golpearlo, ese hombre no merecía consideración alguna, era ruin y cruel, encima de eso el trenzado no se expresaba con odio hacia él, eso también dolía...

Con una fuerte sensación de malestar Trowa despierta sorpresivamente abriendo los ojos, asustado mira a todas partes de la habitación sintiendo que todo a su alrededor da vueltas, como si las cosas comenzaran a distorsionarse, confundido cierra los ojos y aprieta su mano derecha contra su frente sintiendo poco después un fuerte dolor de cabeza que lo descontrola

Trowa. No... Este es fuerte

Preparándose para lo que parecía una fuerte jaqueca Trowa se levanta de la cama abriendo los ojos pero sin dejar de sujetarse la frente, las cosas parecían aún distorsionadas pero con esfuerzo sale de la habitación, la luz encendida lo descontrola y entrecierra los ojos intentando localizar con la mirada su chamarra pero no la encuentra

Trowa. De... demonios

Tratando de tranquilizarse el ojiverde cierra los ojos e inhala y exhala con tranquilidad, si se desesperaba seguro que el dolor de cabeza se hacía más intenso así que permanece con los ojos cerrados un rato y cuando los abre ya no ve a su alrededor tan distorsionado entonces aprovecha para buscar su chamarra encontrándola sobre el sillón de la sala doblada junto con la demás ropa, rápidamente busca en la bolsa y saca dos de las cajas que tenía dirigiéndose a la cocina y se toma sus medicinas rápidamente

Trowa. Ya pasará... pasará

Ya tranquilo pero aún con el dolor de cabeza Trowa regresa a la habitación, Quatre estaba dormido, el ojiverde sonríe unos segundos hasta que se da cuenta que el rubio traía puesta ropa interior y entonces recuerda que afuera estaba todo acomodado y la ropa doblada, rápidamente se da cuenta que tal vez el rubio pudo haber visto sus medicinas, Quatre era estudiante de medicina y seguro sabía qué tipo de medicinas eran aquellas, Trowa se pone nervioso y a la vez se preocupa sintiendo por segundos que su dolor se intensifica por lo que corre al baño de la habitación colocándose ambos puños en las sienes apretándolas con fuerza

Trowa. Basta

Desesperado Trowa se comienza a dar pequeños golpes agachándose frente al lavabo recargando su cabeza sobre éste

Trowa. Duele

Haciéndose más intenso su dolor los ojos de Trowa comienzan a lagrimear, la medicina tardaría en hacer su efecto y mientras tanto tenía que soportar un fuerte dolor, era la primera vez que le daba tan intensamente y estaba asustado... tratando de aminorar su dolor Trowa abre la llave del agua y se echa de ésta en la cara mirándose después al espejo, un poco de sangre comienza a escurrirle de la nariz, sus ojos se abren aún más, estaba asustado pero no podía hacer de eso un escándalo, Quatre no debía enterarse de lo que le sucedía...

Después de haber pensado mucho en Duo el ojiazul se levanta del sillón de la sala y se dirige a la habitación, al entrar ve a Duo completamente dormido abrazando tiernamente la almohada, la sábana la tenía hasta el codo y Heero se acerca subiéndola hasta el hombro mirando fijamente a Duo, el trenzado le había hecho su tendido de sábanas en el suelo y el ojiazul se sienta en el suelo sin apartar su mirada de la figura delgada del chico

Heero. ¿Será posible que me esté enamorando de ti?

Nunca antes se había enamorado, debía reconocer que sentía temor pero a la vez se sentía muy feliz, desde que era un niño jamás había sentido cariño por alguien que no fuera su padre, al entrar a la preparatoria había experimentado por primera vez la amistad, Trowa era su único y mejor amigo, pero nunca había experimentado el amor, tal vez eso que sentía por Duo podía ser amor, no estaba seguro, lo único que sabía era que quería protegerlo y verle siempre sonreír, sabía que quería estrecharlo entre sus brazos y probar sus labios, sabía que quería a Duo siempre cerca de él ¿acaso eso era amor?...

Calmándose su dolor de cabeza Trowa sale del baño sintiéndose muy débil, al mirar el reloj ve que ya casi es de madrugada y se acuesta en la cama tratando de ser cuidadoso pero Quatre se despierta volteando hacia el ojiverde, la luz apagada no lo deja ver bien así que prende la lámpara que tiene a un lado sobre el buró entrecerrando los ojos por culpa del brillo

Quatre. ¿Qué pasa mi amor?

Trowa. Nada, me levante al baño

Quatre. ¿Estás bien?

Trowa. Sí, duerme

Sintiéndose mal Trowa hace un esfuerzo por sonreír y Quatre se convence apagando la lámpara volviendo a acostarse, sintiendo frío agarra la sábana y se tapa abrazando a Trowa que estaba destapado sin nada de ropa, el ojiverde le responde el abrazo pasando su brazo por debajo de la espalda del rubio colocando su mano en el brazo de Quatre que le acariciaba el pecho

Quatre. ¿Sabes que mi amor? Estuve pensando mucho

Trowa. ¿Sí? En qué?

Quatre. En nosotros, nuestro futuro

El rubio sonreía feliz pero Trowa se queda callado y muy serio

Quatre. Nos imaginé en una casa viviendo juntos, no muy grande ni muy pequeña, con un lindo perro de mascota, quizás también un perico

Quatre sonríe tontamente

Quatre. Nos habremos titulado y pondremos un consultorio juntos... obvio yo no me encargaría de la comida, tampoco de los quehaceres, sabes que soy malo para eso... y cuando seamos más grandes y nos jubilemos nos iremos a un lugar apartado, tal vez el campo o la playa... seremos muy felices Trowa, los más felices ¿sabes por qué? porque nos amamos, nada nos separará... ¿verdad amor?

Ninguna respuesta sale de parte de Trowa y el rubio se sorprende, de pronto siente que la mano del ojiverde le aprieta con fuerza la suya y escucha un moqueo por parte de su novio, asustado Quatre se levanta un poco apoyándose con el codo encendiendo la luz de la lámpara

Quatre. ¿Trowa?

Preocupado al ver lágrimas en los ojos del ojiverde Quatre mira con miedo a Trowa y se acerca más a él acariciando su mejilla con la mano izquierda

Quatre. ¿Qué tienes? Te sientes mal?... mi amor háblame

Trowa. Quatre...

Arrepintiéndose por segundos Trowa aprieta con fuerza sus labios desviando su mirada verde de la aqua de su novio cuya angustia crecía al no saber qué sucedía

Quatre. ¿Trowa que pasa?

Trowa. Estoy...

Por fin Trowa levanta su mirada y la clava en la de Quatre

Trowa. Me estoy muriendo

La mano de Quatre en la mejilla de Trowa comienza a apartarse mientras que sus ojos se abren ampliamente por la sorpresa y un par de lágrimas comienzan a deslizarse silenciosas por sus mejillas, Trowa entrecierra los ojos sin apartar su mirada de Quatre quien no daba crédito a lo que escuchaba, de pronto una extraña sonrisa se dibuja en los labios del rubio desconcertando al ojiverde

Quatre. No es verdad ¿cierto?... tú no... tú no... no

Negando varias veces con la cabeza el rubio no puede dejar de sonreír y tampoco sus ojos dejan de lagrimear, preocupado Trowa se sienta y estira su mano hacia Quatre para secarle algunas lágrimas pero el rubio se le adelanta y le agarra la mano dándole un beso tierno y colocándosela en su propia mejilla

Quatre. Eso no es verdad... tú estás bien

Trowa. No Quatre, estoy enfermo... es cerebral

El cuerpo entero de Quatre comienza a temblar y desesperado se avienta a los brazos de Trowa cerrando los ojos y apretando con fuerza sus brazos en la espalda del ojiverde comenzando a llorar con desesperación

Quatre. ¡No mi amor! Debe existir una cura... consultaremos con los mejores neurólogos... vas a estar bien, ya lo verás

Trowa. Quatre...

Quatre. Aún nos faltan muchos años por compartir... tú no puedes morir

Trowa. No te hagas esto...

Llorando también Trowa abraza con fuerza al rubio

Quatre. Nosotros, tendremos esa casa ¿recuerdas?... cada día de mi vida lo dedicaré a ti... encontraremos una cura y todo estará bien... todo estará bien

Llorando con desesperación el rubio apretaba cada vez con más fuerza la espalda de Trowa cayendo sus lágrimas angustiosas sobre la espalda de su novio y sus mejillas pero el ojiverde solo podía oírlo llorar desesperadamente, hacerse a la idea iba a ser muy duro para el rubio pero había sido hora de hablar, por muy dura que fuera la realidad...

Continuará...

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