jueves, 5 de noviembre de 2015

Lo que el viento se llevó

Capítulo 11. Dolorosa confesión



La exposición de pintura estaba a unas horas de terminarse, después del recorrido en la galería ofrecen un pequeño festín para los asistentes y a partir del día siguiente se abrirían las ofertas para la compra de los cuadros que iban a estar a la venta, decisión que cada autor debía de tomar. Las felicitaciones a los distintos artistas no se hacen esperar, siendo Heero uno de los más ovacionados, Duo y los demás estaban en uno de los rincones disfrutando de bebidas y bocadillos. Después de dos horas las personas comienzan a marcharse quedando la galería cada vez más vacía

Trowa. Creo que es hora de retirarnos

Quatre. Estoy de acuerdo

Heero. Sí.. solo voy por el cuadro

Sin decir más Heero se aleja de sus amigos para ir por su cuadro el cual estaba en otra de las salas de exhibición, al llegar a ella Heero se sorprende de encontrar a Relena frente al cuadro mirándolo fijamente, el ojiazul estaba a su espalda y a paso lento se acerca posicionándose a su lado, la chica no dejaba de ver la pintura a pesar de haberse dado cuenta que Heero estaba ahí, el ojiazul se queda callado sin decir nada, su mirada también se fija después en la pintura

Relena. Qué difícil es

Después de tan largo silencio las palabras de Relena hacen a Heero mirarla de reojo, la chica sonreía un poco

Relena. Realmente nunca pensé... perder frente a alguien así

Por las mejillas de la chica comienzan a deslizarse un par de lágrimas y sin embargo ella continuaba sonriendo, eso desconcierta a Heero

Relena. Pero yo sé... que él es buena persona y no puedo odiarlo

Sin decir nada Heero solamente observaba a Relena de reojo, la chica deja de sonreír y se gira hacia el ojiazul mientras sus lágrimas continúan rodando

Relena. Y sin embargo, no puedo dejar de amarte

Sin soportarlo más Relena se acerca a Heero y recarga su cabeza en el pecho del chico comenzando a llorar con más fuerza mientras sus manos se empuñan en la camisa de Heero, sorprendiéndose y sin saber qué hacer, el ojiazul solo coloca una mano sobre el hombro de la chica, no era una sorpresa para él saber que la chica gustaba de él aunque aquella confesión de amor y dolor no se la esperaba, Relena se mostraba ante él como una niña y aun así le causaba pena... 

Relena continuaba llorando ante el silencio de Heero que mantenía su mirada en el cuadro, realmente había logrado plasmar la esencia de Duo y se sentía orgulloso de ello. Al haberse tardado tanto Heero, el trenzado decide buscarlo para ver qué es lo que ha pasado, recordando que el cuadro estaba en la sala 3, el ojivioleta se dirige hacia ahí y en cuanto llega a la sala ve a Heero y Relena juntos, su sorpresa no podía ser mayor y sin explicárselo su corazón acelera sus latidos, pasa saliva y enseguida se marcha de ahí, al llegar a la otra sola mantenía su cabeza baja, estaba completamente serio, Quatre lo mira fijamente y se preocupa al notarlo distinto

Quatre. ¿Pasa algo? Dónde está Heero?

Duo. No lo encontré

El trenzado no levantaba la cabeza, se veía demasiado serio, Quatre voltea hacia Trowa y éste se encoge de hombros, tampoco sabía que le pasaba...

Relena suelta la camisa de Heero y se aleja un paso de él secándose las lágrimas

Relena. Debo irme

La chica mira a Heero a los ojos y le sonríe levemente, el solo asiente con la cabeza

Relena. Espero que seas correspondido

Heero. Gracias

Relena. Lo de la fiesta sigue en pie

Sin decir nada más la chica se da media vuelta y se marcha rápidamente, se sentía muy avergonzada por haber llorado frente a Heero y haberle hablado de sus sentimientos, Heero en cambio mira enseguida su reloj e intenta llevarse el cuadro pero apenas lo quita su maestro llega a aquella sala y lo detiene

Maestro. Lo siento Yuy, ningún cuadro sale hoy

Heero. No me interesa venderlo

Maestro. Lo sé pero aunque no sea para venta debe quedarse 2 días en exhibición, después los cuadros que no se van a vender serán llevados por sus dueños y se quedarán los que estarán a la venta

Heero. Ah

Enseguida Heero da la espalda a su maestro y regresa con sus amigos

Trowa. ¿Y el cuadro?

Heero. No me lo puedo llevar hoy, vámonos

Trowa y Quatre asienten mientras que Duo permanecía igual, Heero nota su seriedad pero no dice nada, los cuatro salen del lugar y suben al auto, el ojiazul conducía el auto de Quatre y todos ocupan la posición anterior

Quatre. Me dijo Duo que regresa conmigo

Heero. Sí

Quatre. ¿Qué te parece si nos llevas a Trowa y a mí a mi departamento, ustedes se van al tuyo y mañana hacemos el cambio?

Heero. Como quieras

Conociendo a Heero, el rubio no se sorprende de sus respuestas cortantes y sonríe volteando hacia Trowa, él le sonríe y comienzan a besarse, Heero los mira por el retrovisor tratando de no hacerlo, en cambio Duo estaba con los brazos cruzados mirando por la ventana, Heero deja de mirar a Trowa y Quatre y mira de reojo a Duo

Heero. ¿Qué te pareció la exposición Duo?

Duo. Agradable

Trowa y Quatre dejan de besarse y se miran fijamente a los ojos, Heero buscaba plática con Duo y el trenzado respondía cortante, parecían haber cambiado los papeles y eso era muy extraño, ambos conocían bien a sus amigos y lo sabían... el resto del camino se mantienen en silencio, Heero deja al ojiverde y al rubio en el departamento de Quatre y ellos se marchan al del ojiazul, en cuanto entran al departamento Duo se dirige a la habitación, antes de entrar Heero lo detiene sujetándole el brazo, el trenzado se niega a voltear

Heero. ¿Qué te pasa?

Duo. Nada, tengo sueño

Heero. Duo

Duo. ¡No es nada!

El ojivioleta jala su mano y entra en la habitación cerrando la puerta, Heero se queda completamente confundido, nunca había visto a Duo comportarse así y era extraño. El trenzado se acuesta en la cama de costado y entrecierra los ojos

Duo. ¿Qué qué me pasa?... no lo sé

Confundido el trenzado cierra los ojos fuertemente, se sentía molesto y no sabía exactamente porque, lo único que sabía es que nunca antes se había sentido de esa manera... por su parte acostado en el sillón de la sala Heero se mantenía pensativo, no podía dejar de pensar en Duo y todo lo que había escuchado de su pasado, era inminente que cada día que pasaba él lo quería más, ese sentimiento lo asustaba pero también le hacía sentir bien aunque le resultaba muy extraño, amar no era como lo imaginaba, no solo era algo lindo que se sentía desde el fondo de su corazón, era también algo que le hacía sentir un extraño dolor en el estómago, ahora las palabras de Relena calaban hondo, entendía a la perfección sus sentimientos porque al igual que ella, él no era correspondido...

Después de haber hecho el amor Trowa y Quatre estaban acostados en la cama, abrazados en silencio, se sentía tan bien estar uno al lado del otro que las palabras sobraban pero después de algunos minutos Trowa decide hablar de algo que a Quatre le incomoda

Trowa. ¿Sabes mi amor? Quiero que seas muy feliz

Quatre. ¿A qué viene eso?

Trowa. A que yo quiero... que encuentres a alguien que te haga feliz

Las palabras de Trowa hacen que Quatre sienta por algunos segundos como si el corazón dejara de latirle, casi enseguida el rubio se separa un poco del ojiverde y se apoya en uno de sus codos sobre la cama para mirarle

Quatre. Qué cosas dices Trowa, yo te amo a ti

Trowa. Lo sé pero.. yo ya no estaré

Sin pensarlo dos veces Quatre estrella una bofetada en la mejilla de Trowa, el ojiverde se sorprende por aquella acción y mirando a Quatre fijamente a los ojos se toca la mejilla, el rubio comienza a derramar algunas lágrimas

Quatre. No vuelvas a decir cosas así

Trowa. ¿Por qué nunca quieres entender?

Quatre. ¿Entender qué?... ¿Qué voy a perderte? Jamás

Soltando el llanto Quatre se levanta de la cama y se dirige al baño, Trowa baja la mirada unos momentos y poniéndose también se pie se dirige al baño, ahí encuentra a Quatre tirado en el suelo llorando, el ojiverde lo mira unos momentos antes de acercarse a él, Quatre tenía la cabeza agachada y Trowa le acaricia la mejilla haciéndolo voltear

Trowa. Perdóname

Quatre. Es horrible vivir cada día recordando que vas a perder a la persona que más amas

Trowa. Lo sé... lo siento

Quatre. Siento una ofuscación terrible en mi pecho, es como si me asfixiara... Trowa no quiero perderte, tengo mucho miedo

Poco a poco Quatre se acurruca en los brazos de Trowa quien lo aprieta fuertemente contra su cuerpo, ambos permanecían desnudos

Trowa. Solo deseo tu felicidad y también me asusta saber que no será a mi lado... no me quiero morir, tenía... tantos planes

Quatre levanta la mirada y ve en los ojos de Trowa tristeza y miedo, estaban húmedos y eso lo hace sentirse mucho peor, con mayor fuerza lo abraza

Quatre. El tonto soy yo por pensar solo en mí, pero me aterra tanto perderte... Trowa yo estoy a tu lado, también Heero, Duo y toda tu familia... todos tenemos miedo pero estaremos ahí... perdóname por aún ser un niño

Quatre comienza a llorar aún más angustiosamente, era la primera vez que escuchaba a Trowa tan temeroso por el futuro y nada ganaban con ocultarse sus sentimientos, si iban a atravesar ese momento tan doloroso debían hacerlo juntos...

A la mañana siguiente Duo se levanta temprano y prepara el desayuno, cuando se había levantado Heero no estaba en el departamento lo que le extraña pero continúa preparando para cuando el ojiazul regresara, después de media hora Heero regresa con el periódico bajo el brazo, portaba ropa de deporte, el ojiazul se sorprende de ver al Duo de siempre

Duo. Siéntate, debes tener hambre ¿fuiste a correr?

Heero. Sí

Como si nada Duo sirve el desayuno de ambos y se sienta a la mesa al igual que Heero, los dos comienzan a comer y ocasionalmente Heero miraba a Duo quien comía tranquilamente

Heero. Duo ayer...

Duo. ¿¡Más jugo!?

Heero. No gracias

Duo. Yo sí

Heero. Oye Duo

Duo. ¿Qué pasa?

Heero. Ayer tú...

Duo. ¿Yo qué?

Heero. No... nada

El ojiazul vuelve a comer fingiendo demencia, Duo también finge que no hay nada que hablar y continúa comiendo, al terminar, el trenzado retira los platos de ambos y vuelve a la mesa donde Heero leía el periódico

Duo. ¿Sabes? Ya no quiero ir a la fiesta de ésta noche

Heero. ¿Por qué?

Duo. No sé, ve tú solo, así Relena tendrá compañía

Duo sonríe falsamente y se levanta otra vez de la silla, Heero no entiende el repentino cambio y el tono de Duo por lo que deja el periódico y se acerca a Duo quien estaba en la cocina lavando los trastes

Heero. ¿Qué quisiste decir?

Duo. ¿Con qué?

Heero. Con lo de hacer compañía a Relena

Duo. Pues eso, digo.. ya que parecen llevarse tan bien

Heero. ¿Eh?

Duo. Olvídalo

El trenzado vuelve a sonreír y continúa lavando los trastes tranquilamente, Heero se molesta y le sujeta el brazo a Duo haciéndolo voltear

Heero. Vendrás... iremos los cuatro ¿entendiste?

Sentenciando y sin decir más Heero suelta a Duo y sale de la cocina, Duo se molesta y continúa lavando los trastes de mala gana

Duo. ¿Por qué me molesta tanto? Qué me pasa?

Sin entenderse así mismo Duo continúa lavando los trastes manteniendo el entrecejo fruncido, las ganas de ir a la fiesta se le habían quitado y además se sentía incómodo con solo recordar haber visto a ambos chicos tan cerca...

Relena estaba en su habitación acostada en la cama, recordaba lo sucedido la noche anterior y se sentía muy triste de saber que jamás iba a ser correspondida, Heero era gay y estaba enamorado de Duo, era inevitable y ella no podía hacer nada, pero eso no quería decir que no podía continuar con su vida y buscar a alguien más

Relena. Wufei...

Acordándose de su nuevo amigo Relena se sienta rápidamente en la cama y agarra su celular para marcarle, Wufei le había dicho que aquel viaje era de negocios por lo que piensa ya no iba a encontrarlo en el Hotel, efectivamente Wufei había salido y mientras está en el auto con el señor Noventa suena su celular

Wufei. ¿Diga?

Relena. ¿Wufei? Soy Relena

Wufei. Ah hola ¿cómo estás?

Relena. Bien ¿y tú?

Wufei. También ¿qué pasa?

Relena. Es que yo, bueno, quiero saber si tienes planes para ésta noche

Wufei. ¿Esta noche?

Relena. Sí, es que mi padre organizó una fiesta y me preguntaba si querías ser mi acompañante

A pesar de que Wufei le había contado de Treize, Relena sabía que esa relación había terminado por lo que había visto una oportunidad perfecta con aquel chico para olvidar a Heero, por su parte Wufei se sorprende de la invitación

Wufei. Lo siento, me encantaría pero hoy nos han invitado a mi jefe y a mí a una fiesta

Relena. Ah ya veo, lo siento ¿te veo otro día?

Wufei. Claro, mañana vamos a comer

Relena. ¡Genial! Conozco un Restaurante de comida Italiana exquisito

Wufei. Suena bien, te llamo mañana, hasta luego

Relena. Adiós

La chica cuelga el teléfono y suspira contenta, Wufei era amable con ella y muy atento, rara vez alguien la trataba así y eso le gustaba, por su parte Wufei se sentía mal, se daba cuenta del flirteo de la chica y sabía que no podía corresponderle, además su jefe lo estaba obligando a enamorar a la hija de su futuro socio, la situación lo tenía preocupado...

Trowa y Quatre salen del departamento y toman un taxi para ir al de Heero para recoger a Duo, el trenzado ya había arreglado la cocina y acomodado sus cosas, entre él y el ojiazul había un mutuo silencio, Duo no quería ir a la fiesta de esa noche y Heero le había dicho que de todos modos iría, se sentía triste por la forma en que Heero le había hablado, los novios llegan al departamento y sienten enseguida el ambiente, Quatre se lleva a Duo al cuarto con el pretexto de que busque bien si no ha olvidado nada mientras Trowa y Heero se quedan en la sala, el ojiverde se acerca a Heero

Trowa. ¿Qué pasó entre ustedes?

Heero. No sé qué le pasa

Trowa. ¿Sigue raro?

Heero. ¿Sigue?

Trowa. Sí, ayer fue a buscarte cuando fuiste a ver lo del cuadro pero cuando regresó se veía muy raro, dijo que no te había visto y el resto de la noche permaneció muy callado

Heero se extraña de las palabras de su amigo pero por ningún segundo le pasa por la cabeza que el trenzado lo vio con Relena

Heero. Es extraño

Trowa. Sí, él por lo general es muy alegre

Trowa y Heero concluyen su conversación mientras en la habitación Duo y Quatre echaban una mirada para ver si el trenzado no había dejado algo, el ojivioleta no ponía mucha atención, estaba muy pensativo y Quatre se da cuenta

Quatre. ¿Qué tienes?

Duo. ¿Yo? Nada, ya no olvido nada, vámonos

Sin hacerle mucho caso Duo sale de la habitación y se dirige a la sala, ahí estaban Trowa y Heero en silencio, el trenzado agarra su maleta y la levanta

Duo. Ya estoy listo

Enseguida Heero se pone de pie y se acerca a Duo quitándole la maleta, el trenzado lo mira confundido

Heero. Yo la llevo

Al escuchar el motivo por el cual le ha quitado la maleta Duo baja la mirada, por momentos había pensado que Heero le diría que no se fuera, poco después llega Quatre

Quatre. Pues vámonos

Los cuatro salen del departamento y se dirigen hacia el auto, Heero sube las cosas de Duo en la cajuela y los cuatro permanecen afuera, Heero le entrega las llaves al rubio del auto y él abre las dos puertas del lado derecho, Trowa le palmea el hombro a Heero un par de veces para despedirse y después entra al auto, Quatre le cierra la puerta y camina hacia el lado del piloto para subirse al auto dejando a Heero y Duo afuera, el trenzado tenía la cabeza agachada, Heero lo miraba fijamente

Heero. Adiós y gracias por posar para mí

Duo levanta la mirada enseguida y mira a Heero, niega con la cabeza y le sonríe

Duo. Gracias a ti por escucharme y.. perdón por mi comportamiento

Heero. Estamos bien ¿verdad?

Duo. Sí, nos vemos en la noche

Heero mueve la cabeza en asentimiento y feliz por hacer las paces Duo sonríe y se acerca al ojiazul dándole un beso en la mejilla, Heero se sonroja un poco, Duo entra por fin al auto y vuelve a decir adiós con la mano, el ojiazul cierra la puerta de atrás y Quatre arranca el auto, Heero se lleva una mano a la mejilla mientras mira al auto marcharse

Heero. ¿Algún día podré probar tus labios?

Resignado a que tal vez eso nunca pase Heero se da media vuelta y regresa a su departamento... en el auto los tres estaban completamente callados hasta que Duo rompe el hielo

Duo. Quatre, no tengo que ponerme ésta noche

Quatre. Yo te presto

Duo. Pero es que...

Quatre. ¿Visto feo?

Duo. Es que tu ropa me queda un poco chiquita

Quatre se sonroja por el comentario de Duo, en cambio Trowa suelta una pequeña carcajada sorprendiendo a ambos chicos ya que el ojiverde no solía reír así

Quatre. Mi amor

Trowa. Perdón pero es que, si eres pequeñito

Quatre. ¡Trowa!

Trowa. No te ofendas amor, tu estatura me encanta

Ésta vez Quatre se pone muy rojo y voltea hacia Trowa para sonreírle, el ojiverde le pone una mano sobre la pierna y Duo se sonroja cuando lo ve quedándose callado unos momentos

Duo. Volviendo a eso ¿qué hago?

Quatre. Mira, dejamos a Trowa en su casa y vamos de compras ¿vale?

Duo. Sí

Duo se pone contento con la idea de Quatre. Después de dejar a Trowa en su casa los amigos se dirigen al centro comercial, Duo ahora estaba al lado del rubio en el automóvil, cuando llegan al centro Quatre se estaciona y permanece serio en el asiento con las manos sobre el volante, Duo se preocupa cuando lo ve serio y lo mira fijamente

Quatre. Duo... me pasó algo

Duo. ¿Qué cosa?

Quatre. Yo... qué vergüenza

Apenado completamente Quatre recarga su rostro sobre el volante y aprieta con fuerza sus manos sobre el mismo, Duo se preocupa más y le coloca una mano sobre el hombro, el rubio hace un esfuerzo por voltearlo a ver y cuando lo hace sus ojos estaban enrojecidos

Duo. ¿Qué tienes?

Quatre. ¿Recuerdas a los tipos de la escuela?

Duo. Sí ¿qué con ellos?

Quatre. Es que... Erick me obligó.. me obligó a hacerle sexo oral

Nervioso por volverlo a recordar deja de mirar a Duo volviendo su cabeza al volante comenzando a llorar, el trenzado abre ampliamente sus ojos muy sorprendido pero después los entrecierra mostrándose muy molesto

Duo. Infeliz ¿cómo se atrevió? Haremos que lo expulsen

Quatre se sorprende por la forma de hablar de Duo y aun llorando voltea a verlo negando con la cabeza asustado

Quatre. No, si Trowa se entera me muero

Duo. Pero Quatre, merece castigo

Quatre. Lo sé pero no puedo, siento vergüenza y asco

Duo. No fue algo que quisiste hacer... recuerda que sé cómo te sientes

Quatre. Duo...

Duo. Lo que te hizo es horrible

Quatre. Gracias amigo pero déjalo así

El rubio le sonríe a su amigo mientras se seca las lágrimas, necesitaba desahogarse porque era la primera vez que contaba acerca del suceso, Duo en cambio aún se mostraba muy molesto, odiaba ver llorar a Quatre

Duo. Está bien

Sin hacer más comentarios Duo sale del auto, Quatre se seca todas sus lágrimas y también sale del auto, el trenzado lo mira fijamente

Duo. ¿Estás bien?

Quatre. Sí, vamos

Exhalando aire Quatre se acerca a Duo y ambos caminan hacia el interior del centro comercial, enseguida van a una tienda de trajes para que el trenzado vea uno de su agrado pero ahí los precios eran muy altos por lo que salen y van a otra parte donde tienen mejores precios, Duo se prueba un par de trajes de color azul, se sentía raro vestir así pero si quería pedirle a Relena que le consiguiera trabajo necesitaba irse bien presentado, al terminar de comprar van a la zapatería y Duo se compra unos zapatos negros, ambos hacen un par de compras más antes de irse al departamento...

Al llegar la noche Quatre y Duo salen del departamento para pasar primeramente por Trowa y después ir por Heero, el trenzado vestía un traje azul marino con una camisa blanca y corbata del color del traje, en cambio Quatre estaba menos formal, pantalón formal color caqui, zapatos negros y camisa azul cielo de manga corta. 

Al llegar por el ojiverde éste vestía un pantalón negro y camisa blanca de botones y manga larga, el último botón desabrochado, Duo cambia de lugar en el auto con Trowa y los tres van por el ojiazul, Heero estaba vestido con un pantalón de color café oscuro y camisa roja de manga larga y cuello de tortuga, su cabello estaba un poco menos desarreglado de lo normal. 

Los cuatro se dirigen al lugar de la fiesta donde ya había un par de invitados, Wufei y el Sr. Noventa aún no llegaban al lugar, Relena esperaba junto a su padre la llegada de los invitados especiales, la chica portaba un vestido color negro con escote en el pecho y espalda, tirantes en los hombros y largo hasta los tobillos pero con una abertura en la pierna derecha que le llegaba hasta la rodilla, zapatillas de color negro y el cabello lo traía completamente suelto, en el rostro tenía poco maquillaje

Sr. Darlian. ¿Estás bien? Te noto inquieta

Relena. Lo que pasa papá es que tus fiestas son horribles

Sr. Darlian. Vamos, habrá algo divertido que hacer ¿no? Trajiste invitados

Relena. Si pero no será lo mismo, mis planes eran otros la semana pasada

Relena estaba triste porque ahora veía imposible una relación con el ojiazul porque éste ya estaba enamorado de alguien más... después de algunos minutos uno de los sirvientes de la casa le avisa al Sr. Darlian que su invitado especial ha llegado, él se emociona mucho y pide a su hija que lo acompañe a recibir personalmente al Sr. Noventa y su empleado, ella acepta sin mucho ánimo... 

Noventa y Wufei bajan del auto y se dirigen hacia la puerta para entrar a la casa, el chino vestía un traje color negro y camisa azul cielo, se había dejado el cabello suelto, Wufei estaba muy nervioso porque conocería a Relena Darlian, su futura enamorada y dueña de las empresas Darlian. Cuando el Sr. Darlian y Relena salen para recibir a los invitados la chica se sorprende cuando ve que el empleado del Sr. Noventa era su amigo Wufei quien a su vez estaba muy sorprendido y casi helado al ver que Relena era precisamente Relena Darlian, ambos estaban muy sorprendidos y se miran fijamente unos momentos, Relena reacciona primero emocionándose mucho

Relena. ¡Wufei!

Más que sorprendido el Sr. Noventa mira a Wufei y el Sr. Darlian también se mostraba confundido

Sr. Darlian. ¿Cómo? Se conocen?

Relena. Si papá, hace unos días ¿verdad Wufei?

Wufei. Sí

Triste Wufei baja la mirada, la sola idea de enamorar a una chiquilla solo por los caprichos de su jefe resultaba abrumador, ahora saber que esa misma chiquilla era su nueva amiga le producía un profundo malestar, ahora aquel acto resultaba ser demasiado vil

Sr. Noventa. Bueno, que ésta sorpresa no nos detenga, Sr. Darlian, le presento a Wufei Chang, mi mano derecha del que le hable

Sr. Darlian. Mucho gusto

Wufei. El gusto es mío

Sr. Darlian. Pasen por favor, bienvenidos y siéntanse en casa

Galantemente el Sr. Noventa le ofrece su brazo a Relena y ella lo acepta, ambos entran siendo seguidos de Wufei y el Sr. Darlian, aún el pelinegro estaba muy triste. Ya adentro los señores se separan de Wufei y Relena para hablar de negocios y dejan a los jóvenes solos, amable Relena pide dos bebidas para ellos y le dice a Wufei que salgan a la terraza, el acepta y la sigue, Noventa se da cuenta y le guiñe un ojo a Wufei para que haga bien su trabajo, él afirma moviendo la cabeza pero aún se sentía mal... 

El tráfico había estado algo cerrado esa noche pero llegan a la fiesta tan solo 45 minutos tarde, el auto es aparcado por uno de los empleados de la casa y los cuatro entran como los invitados de Relena, todos a excepción de Quatre se sentían incómodos, el rubio se hallaba bien en esos ambientes, en cambio los demás se sentían extraños, además Relena no estaba a la vista y no conocían a nadie, el señor Darlian y el Sr Noventa conversaban tranquilamente hasta que el papá de Relena reconoce a Heero e interrumpe la conversación

Noventa. ¿Sucede algo?

Darlian. Nada malo, déjame saludar a un conocido

Noventa. Adelante

Sonriendo amigable el señor Darlian se aleja del señor Noventa quien se sentía muy complacido Wufei parecía bien entrado en su misión, su sonrisa no podía ser menor hasta que ve hacia donde se ha acercado su futuro socio, reconociendo al instante al esposo de Treize entre los chicos hacia donde se dirigía el padre de Relena

Noventa. Imposible

Para cerciorarse de que sea cierto el señor Noventa se acerca también a donde se ha dirigido el señor Darlian, conocía a Duo por las fotografías que tenía Treize en su oficina, en cambio Duo no conocía al jefe de su esposo, el señor Darlian llega hasta donde están Heero y compañía

Darlian. Bienvenidos sean ésta noche

Heero. Gracias señor

Darlian. No sé dónde se metió Relena pero siéntanse en su casa, en la mesa de allá hay refrigerios y bebidas, cualquier preparado especial siéntanse en confianza de pedirlo, nuestro Barman está a su servicio

Heero. Muchas gracias

Los demás también agradecen la amabilidad mostrada por el señor Darlian, se notaba que era un hombre respetable y sencillo, poco se comparaba con su hija quien poseía un carácter un poco pretencioso. A los pocos momentos llega el señor Noventa mostrando una amplia sonrisa, sin embargo en cuanto lo ve, Heero desconfía de él, las miradas nunca pasaban desapercibidas para él y el señor Noventa tenía una mirada maliciosa

Noventa. Siento interrumpir

Darlian. Para nada Marshall, déjame presentarte a Heero Yuy, es un pintor maravilloso

Noventa. ¿De verdad? Un placer

Heero. Mucho gusto

Noventa estira su mano hacia Heero con confianza pero él lo saluda solo por compromiso

Darlian. Temo que no sé quiénes te acompañan

Heero. Ellos son Trowa Barton, Quatre Raberba Winner y Duo Maxwell

Presenta señalando respectivamente a cada uno, ellos saludas a ambos hombres amablemente pero la mirada de Marshall estaba posada sobre Duo de forma penetrante haciéndolo sentir incómodo, Heero también se da cuenta y lo mira duramente

Darlian. Bueno, nos retiramos, están en su casa

Darlian se inclina hacia los cuatro invitados de su hija y con amable sonrisa se aleja de ellos, Marshall se va tras él no sin antes volver a mirar a Duo, molesto Heero le pasa un brazo por la espalda al trenzado ante la mirada de Noventa y lo mira con ojos fríos, el ojivioleta no entiende porque Heero ha hecho eso y lo mira fijamente, casi enseguida el ojiazul quita su brazo

Quatre. Qué ambiente tan hostil hay en ésta casa, bebamos algo ¿sí?

Duo. Sí, yo quiero una limonada

Quatre y Duo avanzan uno al lado del otro hacia la mesa, Trowa y Heero los siguen también para tomar algo de la mesa y después los cuatro toman asiento, el rubio y el trenzado conversaban animados mientras Trowa y Heero permanecían callados mirando los alrededores... mientras en la terraza Wufei y Relena conversaban amenamente hasta que la chica recuerda que tenía invitados y exaltada le pide al ojinegro que la espere pues va a saludar a unas personas y se marcha dejándolo solo en la terraza. Apurada la chica entra a la casa buscando enseguida a los cuatro chicos, a los pocos minutos de buscar los encuentra y se dirige hacia ellos, al verla Duo baja la mirada, la chica se veía muy bonita

Relena. Hola, disculpen, estaba ocupada

Con una amplia sonrisa la chica se acerca a cada uno de los chicos y los saluda con un beso en la mejilla, al terminar se sienta a un lado de Quatre en el amplio sillón donde él y Duo estaban, la chica miraba hacia Heero

Relena. ¿Cómo la están pasando?

Heero. Bien

Relena. Cualquier cosa ya saben ¿eh?

Quatre. Gracias

Relena. Todos se ven muy guapos

La chica sonreía tratando de mostrarse feliz pero aunque estaba consciente de que Heero amaba a Duo no dejaba de sentirse incómoda, por eso también evitaba la mirada de Duo, el ojiverde quien era el más callado de los cuatro en ese momento se da cuenta de ello aunque no entendía porque tanto Relena como Duo evitaban mirarse. Después de media hora de pláticas sin importancia la chica se pone de pie para volver a ir hacia Wufei

Relena. Me retiro pero siéntanse en confianza por favor, nos vemos

La ojiverde se da media vuelta para retirarse pero entonces Quatre recuerda que su amigo va a pedirle trabajo al señor Darlian y entonces se pone de pie para detenerla llamándola, Relena escucha y se voltea nuevamente hacia ellos

Relena. ¿Qué sucede?

Quatre. Duo ven

El rubio voltea hacia su amigo y con la mano le hace una seña de que se acerque, Duo obedece y se acerca hacia ellos aunque con la mirada baja, Heero y Trowa voltean a verse porque no sabían que querían hablar con la chica

Quatre. Dile

Duo. Bueno yo, es que...

Quatre. Ándale no seas tímido

El rubio le da un pequeño empujón a Duo para que despabile pero él solo se sonroja y poco a poco levanta la mirada, Relena estaba confundida

Duo. Quiero saber si tú... si tú, me ayudarías a conseguir trabajo con tu papá

Relena. ¿Trabajo?

Nuevamente Trowa y Heero voltean a verse, era algo extraño que Duo quisiera trabajar para el padre de la chica, también Relena estaba sorprendida

Relena. ¿Cómo de qué? Qué sabes hacer?

Duo. Pues...

Quatre. De lo que sea ¿verdad Duo? Mensajero, asistente, algo así

Relena. No me meto mucho en los negocios de papá pero le comentaré

Duo. ¿De verdad?

El trenzado se anima por fin a mirar a Relena a los ojos y ella también lo mira sonriéndole ampliamente, Quatre sonríe aliviado de que haya aceptado intervenir, Duo agradece a Relena y ella se marcha de ahí, al darles la espalda borra completamente su sonrisa y camina a prisa hacia la terraza, ahí estaba Wufei mirando el cielo estrellado

Relena. Wufei

El pelinegro voltea cuando escucha su nombre y ve lágrimas en el rostro de la chica, se extraña de verla llorando y ella enseguida se avienta a sus brazos, Wufei no haya que hacer más que abrazarla también

Relena. No me siento bien

Wufei. ¿Te traigo algo?

Relena. No, llévame a mi cuarto por favor

Wufei. ¿Eh? Si

La chica muestra a Wufei otra entrada a la casa desde el jardín para que no pasaran por el lugar de la fiesta y entonces suben al segundo piso, la habitación de Relena era la tercera al subir las escaleras, la chica seguía llorando sin haberle dicho a Wufei lo que le pasaba, ambos entran, Relena enciende la luz y cierra la puerta, se acerca a su cama y se sienta, Wufei se queda de pie recargado en la puerta mirando a la chica, se sentía incómodo

Relena. No lo pude soportar, estaba él y también a quien ama

Wufei. ¿Heero?

Relena. Sí, del que te hablé

Wufei. Entonces está enamorado de alguien más

La chica afirma con la cabeza antes de volver a llorar, Wufei solo la mira y entonces recuerda a Treize, él pasaba por la misma situación, Treize amaba a Duo y él solo era un mal tercio, realmente era horrible pasar por ello. Para calmarla Wufei se acerca a la cama y se sienta a un lado de Relena, ella levanta la mirada y lo mira fijamente unos momentos, el ojinegro también la observaba; llevada por sus impulsos Relena se acerca un poco más e intenta buscar los labios de Wufei con los suyos, él reacciona rápidamente moviendo su cabeza hacia atrás, ambos se miran a los ojos unos momentos, apenada Relena se sonroja y baja la mirada, Wufei no sabía qué hacer, nunca antes había besado a una mujer y se sentía cohibido, sin embargo las palabras de su jefe retumban en su cabeza, debía enamorar a la hija de su futuro socio, Wufei comprende que debía de continuar con lo planeado sin importar lo que tuviera que hacer, así que decide aprovecharse de la debilidad de Relena

Relena. Lo siento...

Completamente avergonzada y sin levantar la mirada Relena intenta ponerse de pie para marcharse pero antes de hacerlo siente la mano de Wufei sobre su brazo y voltea hacia él, los ojos negros la miraban profundamente por lo que desiste de ponerse de pie

Relena. Yo... yo...

Wufei. Sht...

Con timidez Wufei dirige su mano derecha hacia la mejilla de Relena y lentamente se acerca a ella rozando sus labios con la barbilla de la chica subiendo sutilmente hasta besarla en los labios, dejándose llevar Relena responde el beso mientras Wufei la acuesta lentamente en la cama dejándole sentir el peso de su pecho sobre el suyo al tiempo que su mano se posa en la pierna de Relena por la abertura del vestido, llevándose por la pasión la chica abraza fuertemente a Wufei por el cuello con sus dos manos profundizando el beso... 

Cuando Wufei termina dentro de Relena la contempla debajo de él unos momentos antes de abandonar su cuerpo, la chica respiraba con dificultad y mantenía sus ojos cerrados, Wufei no podía sentirse menos ruin, el pelinegro se coloca al lado de la chica cuando se sale y apenado deja de mirarla colocando su mirada en el techo, Relena se incorpora y observa al pelinegro fijamente

Relena. ¿Estuvo bien?

El chino voltea hacia la chica y sonriéndole amablemente se gira para quedar sobre su costado y con su mano derecha aparta unos cabellos del rostro de la chica acariciándole después la mejilla

Wufei. Estuvo bien

Relena. Yo sé que tu amas a alguien más y yo...

Wufei. Sht no... ahora no

Relena también sonríe a Wufei y él quita su mano de la mejilla de Relena y la pasa a su hombro para atraer a la chica hacia él y abrazarla, ella se acurruca bien en sus brazos y cierra los ojos, mientras tanto Wufei comienza a derramar un par de lágrimas silenciosas...

Apenas llevaban hora y media en la fiesta y ya estaban aburridos, el único que estaba un poco emocionado era Quatre, mientras los otros tres estaban sentados él se había puesto de pie para mirar los cuadros de las paredes y las figuras de los muebles, mientras en el sillón los otros tres estaban serios, Trowa decide que tal vez es mejor dejar solos a su amigo y a Duo así que se pone de pie y se retira con el pretexto de hacer compañía a Quatre. 

Tanto Heero como Duo estaban callados, el ojiazul simplemente no sabía cómo comenzar una conversación con el trenzado, en cambio él aún estaba apenado por su comportamiento del día anterior y de la mañana, se sentía raro y no sabía a qué se debía... después de varios minutos de silencio Duo decide hablar, no quería arruinar lo que hasta ese momento había logrado con Heero como amigo

Duo. ¿Y qué piensas hacer con el cuadro?

Heero. Me lo quedaré

Duo. ¿No lo venderás? Por qué?

Heero guarda un silencio corto pero con trabajo logra contestar a Duo, sonrojándose un poco, el trenzado no se da cuenta de ello

Heero. Porque sales tú... y yo...

Bastante apenado Heero intenta confesarle a Duo sus sentimientos pero en ese momento la voz del padre de Relena los interrumpe, enseguida el trenzado voltea hacia el señor Darlian y el ojiazul bastante apenado y molesto se agacha hasta apoyar la frente sobre su rodilla derecha. Del otro lado de la sala estaba el padre de Relena con una copa en su mano derecha dirigiéndose hacia sus invitados

Sr. Darlian. Quiero agradecerles su honorable presencia en ésta fiesta, los cite éste día aquí para hacerles notificación de mi próxima asociación con el Sr. Marshall Noventa en un importante negocio

Los invitados del padre de Relena brindan junto con él y le aplauden, el señor Darlian hace una seña a su próximo socio para que se acerque a donde está él y después de estrechar su mano pide un aplauso para él, contento Marshall recibe los aplausos mientras piensa que el señor Darlian es realmente estúpido e ingenuo, desde su lugar el señor Noventa dirige a Duo una mirada maliciosa, Heero se da cuenta y se molesta bastante poniéndose de pie y acercándose a Duo a quien lo toma de un brazo y de un movimiento lo levanta de su lugar, confundido el trenzado lo mira fijamente

Heero. Nos vamos de aquí

Duo. ¿Por qué?

Heero. Ese cerdo no deja de mirarte

Avergonzado Duo se sonroja y baja la mirada, Heero coloca su mano en el mentón del chico y le levanta un poco la cabeza, el trenzado lo mira a los ojos y Heero le corresponde

Heero. No es tu culpa

Duo. Yo solo ocasiono que te preocupes por mí

Heero. Eso no...

En ese momento llegan Trowa y Quatre tomados de la mano, Heero vuelve a sonrojarse y baja la mano alejándose un paso de Duo, el rubio no pude evitar sonreír indiscretamente y Trowa le aprieta un poco la mano para indicarle que disimule, Duo voltea hacia la pareja

Duo. Ya nos vamos

Quatre. ¿Por qué?

Duo. El tipo de allá me mira mucho

El rubio voltea hacia donde le ha señalado Duo y mira a Marshall platicando con algunos de los invitados de su futuro socio, después voltea hacia su amigo sonriéndole

Quatre. Sí, mejor vayámonos

Duo. Aunque estaría bien despedirse de Relena ¿no?

Quatre. Hace rato que no la veo ¿y ustedes?

Trowa y Heero niega con la cabeza

Heero. Vámonos, ya le daremos las gracias

Trowa. Estoy de acuerdo

Los cuatro deciden marcharse sin despedirse de Relena y caminan hacia la puerta, en el trayecto el señor Darlian intercepta a Heero para platicarle sobre un cuadro que quiere que le pinte y también para presentarle a un par de conocidos, tal vez podrían convertirse en futuros clientes para el ojiazul, los otros tres caminan hacia la puerta para esperar a Heero... Trowa y Quatre se entretienen platicando entre ellos mientras Duo decide ir por un par de bocadillos más mientras espera a Heero, así también deja a la pareja platicar a gusto...

Con cuidado Wufei se levanta de la cama para vestirse, Relena se había quedado dormida en sus brazos mientras él había permanecido todo ese tiempo pensando, el ojinegro se pone su ropa y acercándose al espejo se acomoda el cabello, camina hacia la cama y estirando su mano hacia la chica le acaricia el cabello y después le coloca la sábana encima

Wufei. Perdóname, todo lo hago por Treize, no quiero lastimarte, perdóname por favor

Dejando de tocar el cabello de la chica, el ojinegro camina hacia la puerta y se marcha de la habitación, para regresar al lugar de la fiesta toma el mismo camino que Relena había tomado para dirigirlo a su habitación, al pasar por el jardín duda en entrar al lugar de la fiesta pues se sentía más cómodo en la terraza pero seguramente eso levantaría sospechas, mejor era hacer acto de presencia un rato... 

Heero continuaba escuchando a los amigos del Sr. Darlian, se sentía incómodo pues solo contestaba las preguntas que le hacían esas personas, realmente no participaba en la conversación, por su parte Duo estaba enfadado, ya había comido todo tipo de bocadillos, Trowa y Quatre parecían muy concentrados en su conversación que no quería interrumpirlos y Heero continuaba con esos señores que se veían muy finos, el ojiazul se veía enfadado pero también se veía atrapado sin poder escapar, eso lo hace sonreír, Heero era un hombre muy peculiar

Duo. Ya me dio sed por tanto comer

El trenzado voltea a varias partes pero no veía al mesero que tenía las charolas de las bebidas, su sed era grande así que decide mejor buscarlo él... por su parte Wufei toma por fin su decisión y entra al salón donde se estaba llevando a cabo la fiesta, el ojinegro camina hacia donde ve que se encuentra su jefe, Marshall estaba conversando con un hombre de edad avanzada, no se veía que conversaran algo que valiera la pena por lo que no le importa interrumpir, en su camino divisa al mesero de las bebidas y decide antes pasar por una... 

Después de haberlo buscado por el amplio salón Duo alcanza a ver al mesero y muy contento se dirige hacia él con paso apresurado, los meseros se movían rápido para poder atender a todos los invitados, el trenzado camina al mismo ritmo hasta que sus ojos le muestran algo que no le agrada en absoluto, rogando a Dios que no fuera lo que veía camina cada vez más lento hasta detenerse, a unos cuantos metros de él estaba Wufei Chang, el ojinegro casi al mismo tiempo voltea hacia el trenzado llevándose una gran sorpresa, por segundos pareciera que el tiempo estaba detenido para los dos, era como si los demás se movieran de forma lenta y aislada mientras ellos estaban congelados en ese momento, ni siquiera habían tenido noción del tiempo que había transcurrido desde que sus miradas se habían detectado la una a la otra hasta ese en que Wufei escucha su nombre de labios de Relena, el chino voltea hacia la chica que había entrado por la terraza, los ojos de Duo estaban más que abiertos y se encontraba aturdido, no podía creer que eso estuviera pasando, su pasado se hacía presente y por una fracción de segundo todo su mundo alrededor se derrumba, con Wufei ahí frente a él era un hecho que pronto Treize lo encontraría y le obligaría a regresar con él para volver a vivir el mismo infierno de antes

Duo. ¿Por qué?

Confundido y atormentado Duo da media vuelta y echa a correr en dirección hacia la puerta, Wufei deja de voltear hacia Relena pero cuando lo hace el trenzado ya no estaba frente a él mirándole, ahora el trenzado corría hacia fuera

Relena. ¿Lo conoces?

Wufei vuelve a voltear hacia la chica y le sonríe nerviosamente, segundos después niega con la cabeza, ella también le sonríe y se acerca a él sujetándolo del brazo... Heero ve a Duo pasarle por un lado dirigiéndose a prisa hacia fuera, sin importarle la charla y sin decir nada va tras él, confundido el señor Darlian se disculpa con sus amigos por Heero, el trenzado pasa también de largo a Trowa y Quatre, ambos se miran a los ojos y enseguida van tras Duo, el trenzado se detiene a medio jardín y se tira al pasto de rodillas llevándose una mano al pecho mientras respiraba con dificultad, enseguida llegan Trowa y Quatre, sin dudarlo el rubio se hinca frente a Duo colocándole las manos en los hombros y mirándolo a los ojos

Quatre. ¿Qué tienes?

Duo. Yo... tengo miedo Quatre

El trenzado se avienta a los brazos de Quatre, el rubio le coloca una mano en la espalda y voltea hacia Trowa, el ojiverde solo mira consternado a ambos, nunca había visto a Duo actuar así. En pocos segundos llega Heero y se coloca a un lado de Trowa pero mirando a Duo y a Quatre

Heero. ¿Qué pasó?

Trowa. No sé

Al escuchar la voz de Heero el trenzado suelta a Quatre y voltea hacia él, se pone de pie y se acerca para abrazarlo, el ojiazul no se lo espera y queda inmóvil sin tocar a Duo, su rostro se sonroja bastante pero se queda callado, Quatre también se pone de pie y hace a Heero una seña con los ojos para decirle que haga algo, poco a poco Heero cierra sus brazos en la espalda de Duo y lo mira fijamente

Heero. Vámonos, nos cuentas en el auto

Duo afirma moviendo la cabeza y secándose las lágrimas de sus ojos y que aún no resbalaban por sus mejillas, se separa un poco de Heero pero camina junto a él hacia el auto, Trowa abre las puertas, Heero intenta separarse de Duo para él manejar y dejar a Duo en la parte de atrás con Quatre mientras Trowa se va adelante con él pero el trenzado lo sujeta del costado de la camisa, Heero voltea hacia él observando que Duo tenía la cabeza agachada aunque no alcanza a notar el sonrojo del chico

Quatre. Yo manejo

Trowa y Quatre suben primero al auto, después Heero y Duo suben a la parte de atrás, uno cerca del otro pero sin tocarse, Heero miraba a Duo pero el trenzado aún tenía la cabeza agachada y se sujetaba la tela de los pantalones con ambas manos, ninguno de los tres se atreve a preguntar qué le había pasado, es hasta después de algunos minutos que Duo decide contar

Duo. Estaba ahí, era él...

Quatre. ¿Quién?

Duo aprieta más la tela de sus pantalones y cierra los ojos

Duo. Wufei Chang

Al escuchar aquel nombre tanto Heero como Quatre se sorprenden bastante, en cambio Trowa no entiende quien es ese hombre pero no pregunta, él no estaba enterado de todo lo que había vivido Duo al lado de Treize, solamente sabía que lo maltrataba, ni siquiera estaba enterado de las violaciones. Casi enseguida Heero reacciona de forma molesta

Heero. ¿Te hizo algo? Qué te dijo?

Duo. No, solos nos miramos hasta que llegó Relena y lo llamó

Quatre. ¿Relena?

Ninguno de los presentes entendía que tenía que ver la chica en ese asunto, sobre todo Duo pues no estaba consciente de que hubiera tal conexión

Duo. Tengo miedo, me va a encontrar

El trenzado voltea hacia Heero mostrando miedo en su mirada, el ojiazul no resiste esa mirada y abraza fuertemente a Duo, al ojivioleta por segundos se le olvida él porque estaba así, nunca antes había sentido tanta calidez en el cuerpo de Heero

Heero. No lo permitiré, yo te protegeré... lo prometo

Duo. Hee... Heero

El corazón de Duo late a prisa tras escuchar las palabras de su amigo y un inesperado y súbito sonrojo se apodera de todo su rostro, no entendía porque, lo único que sabía era que estar así, juntos los dos, se sentía muy bien...

Quatre lleva a su novio y a Heero a sus respectivos hogares y junto a Duo regresan al departamento que compartían, el rubio le prepara un té a su amigo y se lo lleva a la cama, el trenzado todavía estaba pensativo, cuando Quatre llega se sienta a su lado y después de darle su taza le coloca una mano sobre la espalda

Quatre. ¿Estás bien?

Duo. Me siento más tranquilo, Quatre tengo miedo

Quatre. No te preocupes Duo, todos estamos contigo

Duo. Gracias

El trenzado voltea hacia su amigo y le regala una gran sonrisa, el rubio le contesta con otra sonrisa y se pone de pie

Quatre. Descansa, voy a dormir, mañana voy al consultorio todo el día

Duo. ¿Por qué?

Quatre. Voy a cubrir a mi compañero y como es domingo no hay clases

Duo. Ya veo

Quatre. Que tengas bonita noche, deja de pensar en ese desgraciado de Wufei

Duo. Lo haré, gracias

El rubio se acerca a su amigo y le da un beso en la mejilla, después sale de la habitación cerrando la puerta, Duo bebe un solo trago de su té y se acuesta en la cama, ya tenía puesta su ropa de dormir, estaba angustiado y no tenía deseos de dormir pero lo intentaría... Quatre llega a su recámara y enseguida se acuesta en la cama, cierra los ojos para tratar de dormir pero casi enseguida se sienta y prende la luz de su lámpara, saca del cajón su libreta de direcciones y toma el teléfono marcando enseguida el número, del otro lado le contesta un adormilado Heero

Heero. ¿Diga?

Quatre. Hola Heero, perdón que te moleste a ésta hora

Heero. No hay cuidado ¿le pasó algo a Trowa?

Quatre. No, no es por eso, se trata de Duo

Heero. ¿Qué tiene?

El ojiazul olvida por completo que estaba casi dormido y enseguida se sienta en la cama, estaba preocupado, en cambio Quatre suelta una pequeña risita, cosa que a Heero no le parece gracioso en absoluto

Quatre. Él está bien, pero te quiero pedir un favor

Heero. Dime

Quatre. Es que mañana trabajo todo el día y él se va a quedar solo aquí ¿podrías hacerle compañía? Invitarlo al cine o algo así

Heero. Pues... sí, supongo

Quatre. Gracias, te lo voy a agradecer bastante, que pases bonita noche y no sueñes perversiones de Duo ¿Eh?

Heero. ¿Qué?

Quatre. Jajaja, no te creas, hasta luego

Heero. Si

El rubio cuelga el teléfono y Heero lo mira unos segundos antes de dejarlo sobre la base, su rostro estaba teñido de rojo y para su mala fortuna si tiene un sueño húmedo de Duo... al día siguiente, antes de que el trenzado despierte en la mañana, Quatre sale del departamento para ir al consultorio, una hora después de su partida despierta Duo y va a la cocina a tomar agua, mientras bebe del líquido el timbre del departamento suena, sin entender quién puede ser a esa hora se acerca con desconfianza para abrir, al hacerlo se lleva la sorpresa de ver a Heero parado en la puerta

Duo. Heero hola ¿cómo estás?

Heero. Bien

Duo. Pasa por favor ¿a qué debo tu matutina visita? Ya desayunaste? Ahorita preparo algo, siéntate

El trenzado estaba muy entusiasmado con su visita, Heero responde a la segunda pregunta moviendo a los lados la cabeza y enseguida se sienta en el sillón de la sala mientras Duo va a la cocina y comienza a sacar unas cuantas cosas para el desayuno

Duo. Qué raro que vengas tan temprano

Heero. Es que quiero invitarte

Duo. ¿Eh?

El trenzado deja de sacar las cosas que necesita y mira a Heero, el ojiazul estaba un poco apenado, no era su costumbre hacer ese tipo de cosas

Heero. ¿Quieres ir al parque de diversiones?

Al principio el trenzado se sorprende por la proposición pero enseguida muestra una amplia sonrisa y pega un grito de emoción, Heero lo mira de forma rara por su comportamiento, Duo se da cuenta y apenado baja la mirada unos segundos

Duo. Lo siento pero es que, yo nunca he ido a uno

Heero. ¿Qué?

Duo. Es que en el pueblo no había y yo pues me casé muy joven y Treize nunca...

Heero. No me hables de él, por favor

Duo. Perdón...

Heero. ¿Entonces?

Duo. Si quiero ir, gracias

Muy contento Duo comienza a preparar el desayuno, el ojiazul lo observa mientras lo hace y sonríe un poco, le encantaba ver contento al trenzado, ni siquiera había notado en qué momento había comenzado a amarlo tanto... Después del desayuno Duo se baña y se prepara para ir al parque de diversiones, se viste con unos pantalones de mezclilla azul y una camisa negra, tenis blancos y pone una gorra de color negra, cuando Heero lo ve se sonroja, el trenzado se veía muy bien con ese tipo de ropa, de hecho se veía bien se pusiera lo que se pusiera, Duo sonríe apenado

Duo. ¿Me veo tonto?

Heero. No, te ves bien

El trenzado se sonroja y se rasca un poco la nuca, se sentía apenado pero si Heero le decía que no se veía mal entonces estaba más confiado. Ambos salen del departamento, Duo cierra con llave y al salir a la avenida piden un taxi, el parque estaba a solo media hora de camino desde el departamento del rubio, Duo miraba contento por la ventana, esa parte de la ciudad no la conocía, Heero por su parte miraba al trenzado atentamente, todas y cada una de sus expresiones. Afortunadamente cuando llegan al parque no había mucha gente en las filas por lo que en menos de 20 minutos ya estaban adentro, ya eran casi las 11 de la mañana, Duo al ver todos aquellos juegos suelta una expresión de asombro, como las que hacen los niños pequeños cuando se sorprenden

Duo. Es enorme

Heero. ¿Te gusta?

Duo. Mucho, es lindo

Heero. ¿A cuál quieres subir primero?

Duo. No lo sé, todos se ven geniales

Heero. ¿Caminamos para que los veas?

Duo. Si

El trenzado se veía inquieto pero camina al ritmo de Heero, caminan alrededor de 45 minutos y Duo aún no se decidía pero el ojiazul se mostraba paciente

Duo. Ayúdame

Heero. ¿Quieres subir a la montaña rusa?

Duo. ¿Esa cuál es?

Heero. Aquella

El ojiazul señala la majestuosa montaña rusa que estaba a unos cuantos metros de ellos, Duo la observa y abre grandotote los ojos quedándose callado unos momentos, después voltea hacia Heero

Duo. Me da miedo

Heero. Te va a gustar

Duo. Pero...

Heero. Yo estaré a tu lado

El ojiazul sonaba tan serio como siempre pero Duo confía en esa mirada cálida y entonces cambia de parecer enseguida asintiendo con la cabeza

Duo. Vamos

El trenzado toma a Heero de la mano y lo jala para que vayan hacia el juego y él lo sigue, ahí tampoco había una gran fila aunque les toca subir después de 3 turnos, Heero escoge la parte delantera de la montaña y Duo se veía muy nervioso, el encargado se acerca a los lugares y coloca los seguros, el carro comienza a moverse y Duo sonreía contento, el aparato comienza a subir lentamente y se detiene al llegar a la parte alta, el trenzado voltea hacia Heero

Duo. ¿Qué pasa?

Heero. Agárrate

Duo. ¿Eh?

Antes de que Duo pueda reaccionar el juego comienza a bajar rápidamente y entonces el trenzado pega un fuerte grito de susto y emoción, Heero se veía muy tranquilo pero Duo gritaba como loco, la primera bajada pasa y enseguida llegan a la segunda, Duo vuelve a gritar pero con menos histeria soltando después una carcajada, después de una curva muy inclinada llegan a la parte de la espiral donde estarían de cabeza unos segundos, aquella había sido la mejor parte para Duo y se había dado el lujo de gritar con todas sus ganas, el recorrido termina y el trenzado baja muy emocionado

Duo. ¡Es genial!

Heero. ¿Subimos otra vez?

Duo. Si sobra tiempo, hay muchos juegos más

Emocionado Duo va indicando a Heero todos los juegos a los que quiere subir, suben a las tazas locas, los carros chocones e incluso el carrusel a pesar de que la mayoría arriba eran niños, pero el trenzado se estaba divirtiendo a horrores y Heero estaba contento solo de verlo, era un niño travieso, el más hermoso de los niños y él lo amaba. En total suben a 20 juegos y aún les hacía falta recorrer más pero eran las 3 de la tarde y ya tenían hambre, dentro del parque van a un puesto de hamburguesas, comen también papas fritas y toman refrescos, Duo contaba entusiasmado a Heero lo divertido que eran los juegos y él lo escuchaba en silencio, solo observándolo, le alegraba hacerlo feliz y hacerle olvidar por unos momentos que había visto a Wufei la noche anterior. 

Al terminar de comer Duo propone que vayan a la casa de los espejos, Heero no se opone ya que solo buscaba la diversión de Duo... dentro de la casa Duo se divierte mucho viendo a Heero alto y flaco, en otro espejo chaparro y gordo, en otro todo retorcido, otro con la cabeza grande y cuerpo pequeño, con piernas largas y cabeza pequeña, y varios más, también él se veía gracioso de esas formas. Al salir de ahí van a la casa de terror donde Duo se emociona y asusta al ver a Drácula, Frankestain, Jack el destripador y otros personajes de fantasía, en cambio Heero estaba indiferente, nunca le habían gustado esas casas de terror tontas, nunca se había asustado en ellas. 

Después van a las carreras de Go karts donde Heero se deja vencer por Duo que estaba muy entusiasmado, después se deslizan por las rampas arriba de llantas de hule y hacen el recorrido arriba de los cisnes en el lago, eran ya las 6 de la tarde y Duo no parecía agotarse

Duo. Todo esto es genial Heero, me encanta

Heero. Me alegro

Duo. Vamos por un helado

Heero. Si

Duo avanza caminando frente a Heero quien lo miraba atentamente caminando a paso lento con las manos en los bolsillos de su pantalón, el trenzado voltea atrás sin dejar de caminar haciéndolo al revés

Duo. ¿Tú te diviertes?

Heero. Claro

Duo. Te ves un poco serio

Heero. No

Duo. Tenemos que volver a la montaña ¿eh?

Heero. Sí

Duo sonríe muy contento y otra vez camina mirando al frente, Heero mira hacia el sol el cual no tardaría en ocultarse, el trenzado había dejado una nota a su amigo así que no había de qué preocuparse... llegan al puesto de helados, Duo pide de vainilla con chispas de chocolate y Heero de nuez, ambos comienzan a caminar por el parque, uno al lado de otro, al terminarse su helado Duo propone que vayan al juego donde lanzas dardos a los globos y te ganas premios, el trenzado no logra ganar ni uno solo a pesar de siete intentos, en cambio Heero lo logra a la primera pidiendo un elefante rosa para el trenzado, Duo lo acepta muy contento y agradece a Heero con un beso en la mejilla haciéndolo sonrojar

Duo. Vamos a la montaña

Heero. Si

Nuevamente se suben a la montaña, ésta vez Duo pierde su gorra, Heero intenta comprarle otra pero él se opone. Ahora pasaban de las 8 de la noche y la luna era ahora la proveedora de la luz, el parque ya no estaba tan lleno como en la mañana y las luces ahora estaban encendidas, Heero estaba un poco cansado pero Duo aún se veía con mucha energía

Heero. ¿Ahora qué quieres hacer?

Duo. No lo sé ¿ya te quieres ir?

Heero. No

Duo. Dime la verdad

Heero. Bueno, sí, estoy un poco cansado

Duo. Entonces vámonos

El trenzado sonríe ampliamente a Heero y se dirigen hacia la salida, ambos caminaban lentamente pero Duo se detiene por completo mirando fijamente algo, Heero lo mira a él detenidamente y pregunta

Duo. Heero ¿cómo se llama ese?

Heero. Rueda de la fortuna

Responde al ver el juego que Duo señalaba, el trenzado estaba boquiabierto

Duo. A ese no hemos subido ¿vamos?

Enseguida Heero asiente moviendo la cabeza y entusiasmado Duo avanza hacia el juego, éste estaba a diez metros de ellos y cuando llegan había unas cuantas parejas haciendo fila, ambos se forman y Duo nota aquella particularidad

Duo. ¿Por qué hay tantas parejas?

Heero. Éste juego es famoso porque las parejas gustan de subir en él

Duo. ¿Por qué?

Heero. La vista es hermosa desde arriba

Duo. Wuauu

El trenzado miraba boquiabierto la punta de la rueda y después sonríe ampliamente, el turno de ellos llega casi enseguida, al subir Duo se siente un poco nervioso porque el cubículo se movía pero Heero lo agarra de la mano para ayudarle a subir, el encargado cierra y se sientan uno frente al otro, poco a poco comienzan a subir y asombrado Duo miraba por la ventana, las cosas comenzaban a verse pequeñas y la luna se veía mejor desde ahí, también las luces de la ciudad se veían claramente y Duo estaba encantado, en cambio Heero estaba encantado con el rostro sonriente del trenzado, tal vez aquella era la ocasión perfecta para declararse. El juego se detiene en la cima y Duo voltea hacia Heero

Duo. ¿Qué pasa? Bajará rápidamente como la montaña?

Heero. No, éste no

Duo. Todo se ve hermoso de aquí

Heero. Duo

Duo. Dime

Heero. ¿Hay algo que debes saber?

Duo. ¿Qué cosa?

Sintiéndose muy nervioso Heero se pone de pie y se sienta donde esta Duo colocándose a su lado, el trenzado no entiende que quiere decirle el ojiazul pero cuando éste le agarra una mano y lo mira a los ojos se sonroja

Heero. Desde que te conocí siento que mi vida ha cambiado

Duo. La mía también, yo...

Heero. Espera...

El ojiazul coloca el dedo índice de su otra mano sobre los labios del trenzado y éste guarda silencio completamente sin dejar de mirarlo a los ojos

Heero. Déjame terminar... Duo yo siento que...

Antes de que el ojiazul intente declararle su amor al trenzado el juego vuelve a moverse, Duo se suelta rápido del agarre y mira otra vez por la ventana

Duo. Increíble, sigo sin creerlo

Heero. Duo...

Duo. ¿No es linda la vista? Nunca he visto algo así

Heero guarda silencio el resto del recorrido, en las siguientes 2 vueltas el operador no detiene cada cubículo en la cima y entonces termina el recorrido, Heero y Duo bajan, el trenzado vuelve a echarle un vistazo al juego, sin duda había sido su favorito, después mira hacia Heero

Duo. Perdón por interrumpirte ¿qué me ibas a decir?

Heero. Olvídalo

Duo. Dime por favor

Heero intenta caminar para de nuevo dirigirse a la salida pero Duo le sujeta un brazo, Heero voltea hacia él mirándolo fijamente, Duo estaba un poco serio

Heero. Está bien

El ojiazul se voltea por completo y quedan frente a frente, a sus costados estaba la majestuosa rueda de la fortuna y la luna sobre ellos, por el parque ya no transitaba tanta gente, de hecho se cerraría en una hora. Llevaban minutos en silencio, Heero había perdido el valor y Duo estaba confundido porque pensaba que tal vez se trataba de algo grave, un aire traicionero pasa por ellos y Duo se lleva las manos a los brazos, Heero se acerca un paso más a él y le coloca ambas manos sobre los hombros mientras lo mira a los ojos

Duo. ¿Qué pasa?

Heero. Me gustas

Duo. ¿Eh?... también me gustas

Heero. No me refiero a eso

Por unos segundos nuevamente hay silencio entre ellos, los ojos violetas estaban fijos en los azules y los azules en los violetas, la mirada de Heero era como nunca la había visto Duo y eso le preocupaba

Heero. Yo me refiero a que te quiero... me enamoré de ti

Por instinto Duo intenta hacerse hacia atrás pero Heero aprieta sus manos en los hombros del trenzado quien estaba completamente paralizado, sus ojos abiertos y desorbitados, su cerebro trataba de asimilar aquella información pero era difícil de procesar, la mirada caída y angustiosa de Heero no ayudaban a Duo a reaccionar de alguna forma y los minutos pasaban sin que pudieran notarlo

Heero. Dime algo

Duo. Yo...

Heero. Lo que sea, por favor

Duo. Lo siento Heero

Sin saber que contestar Duo hace entender a Heero que no es correspondido y el ojiazul se siente derrumbado por completo pero mantiene su posición, Duo en cambio baja la mirada y después agacha la cabeza inclinándose hacia Heero, el ojiazul lo atrae hacia él y lo abraza quedando la cabeza de Duo sobre su pecho, los ojos de Duo seguían abiertos ampliamente y por sus mejillas corren las lágrimas, los ojos de Heero en cambio se cierran, las luces de la rueda de la fortuna se apagan quedando sobre ellos solamente la luz de la luna y a lo lejos las luces de otros juegos... 

Minutos después se separan, Duo se seca las lágrimas y se aleja un paso de Heero, ambos caminan hacia la salida en silencio, el ojiazul llama a un taxi, estaba muy apenado así que sube adelante con el chofer y Duo se va solo en la parte de atrás, de vez en cuando fijaba su mirada en Heero y recordaba su confesión, aquellas palabras eran tan dolorosas como hace tiempo no escuchaba, se sentía deprimido y confundido... Heero indica al taxista donde dejar a Duo, el auto se detiene y el trenzado abre la puerta, antes de eso bajando la mirada se dirige a Heero

Duo. Me divertí, gracias

Cierra rápidamente la puerta y se va corriendo hacia el departamento, Heero lo mira marcharse y empuña sus manos, se sentía abatido

Taxista. ¿A dónde lo llevo?

Heero. Síguete por ésta calle

El chofer del taxi obedece y echa andar el auto mientras Heero también recuerda tan vergonzosa escena, había sido cruelmente rechazado y lo que más le aterraba era que tal vez Duo seguía enamorado de Treize... el trenzado entra al departamento con la mirada baja, Quatre que estaba en la cocina lo ve entrar y sonriendo intenta saludarlo y preguntarle cómo le ha ido pero Duo lo ignora entrando rápidamente a la habitación, el rubio se preocupa y va tras él, al llegar al cuarto Duo estaba acostado en la cama boca abajo con el rostro oculto en las sábanas, más preocupado Quatre se acerca a él y se sienta en la cama colocándole una mano a su amigo en la espalda

Quatre. ¿Qué tienes Duo?

Duo. Me siento mal

Quatre. ¿Qué te duele?

Duo se queda callado unos segundos y después levanta un poco su cabeza mirando a su amigo a los ojos

Duo. El estómago

Quatre. ¿Comiste algo que te hizo daño?

Duo. No, siento extraño, como hambre, no sé

El rubio mira a Duo con extrañeza sin entender que es ese síntoma tan raro, su mano la coloca sobre su cabeza y le acaricia un poco el cabello

Quatre. Algo pasa ¿cierto?

Duo. Heero me dijo que me ama y yo no sé qué siento por él

Al escuchar las palabras de Duo el rubio se sorprende pero después le sonríe tiernamente mirándolo entrecerrando los ojos, el trenzado lo mira fijamente

Duo. ¿Lo sabias?

Quatre. Sí

Duo. ¿Qué debo hacer? Me siento mal

Quatre. ¿Quieres a Heero?

Duo. Si

Quatre. ¿Imaginas cómo te sentirías si él ya no estuviera en tu vida?

Duo. Me sentiría triste... ¿crees que también yo...?

Quatre. Eso es algo que solo tú sabes, platica con tu corazón, tómate tu tiempo

El trenzado desvía su mirada y se queda pensativo unos momentos, Quatre decide dejarlo solo y antes de irse le besa los cabellos y después le sonríe ampliamente, al salir de la habitación Duo recarga su mejilla derecha sobre la sábana y mira hacia la pared

Duo. ¿Qué siento por Heero?... es tan difícil

El trenzado comienza a recordar a Heero desde el momento que vio su foto el primer día que llegó a la ciudad hasta ese día en el parque de diversiones y su declaración al final de la jornada, todos y cada uno de los momentos referidos a él poniendo total énfasis a aquel día en que lo descubrió realizando pornografía, recordando claramente como Heero había golpeado a esos tipos, el recuerdo lo hace sonreír un poco. Todo lo vivido con el ojiazul pasa por su mente quedando después completamente dormido.

Continuará...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario aquí ^^