jueves, 5 de noviembre de 2015

Lo que el viento se llevó

Capítulo 12. Lo que siento por él



Como cada mañana, Quatre se levanta temprano y se marcha al consultorio, por la tarde como era costumbre se iba a la escuela por lo que Duo se queda solo en casa. Ese día se había levantado tarde, se sentía muy cansado y no solo físicamente, se sentía abatido, como quien ha pensado la misma cosa durante horas sin llegar a una conclusión, y es que por más que quisiera responderse no podía, sentía por Heero un profundo cariño, lo quería, eso era más que obvio pero ¿lo quería como hombre? Cómo amigo o hermano? Tal vez como a un padre, todo era tan confuso...

Después de tomar un buen baño se prepara un café y se sienta en uno de los muebles de la sala, después de beber el primer sorbo cierra los ojos y avienta la cabeza hacia atrás de forma ligera, abriendo los ojos mira el techo

Duo. Heero...

El rostro de Heero se dibuja en el techo y Duo sonríe, la imagen de Heero le producía ternura, recordaba las veces que se había encontrado en sus brazos, aquel calor ningunos otros se lo habían proporcionado, no era como el cálido abrazo de una madre o el abrazo fraternal que sentía en Quatre, era algo distinto, antes, en brazos de Treize se sentía protegido y amado, pero esa sensación no se comparaba con lo que sentía cuando era abrazado por Heero, porque cuando él lo hacía podía olvidarse de muchas cosas, como si en brazos de Heero no hubiera dolor o un pasado, esa sensación era extraña, tanto que asustaba... sentándose erguido Duo continúa tomando su café, iba a seguir el consejo de su amigo Quatre, pensar detenidamente las cosas...

Por su parte en el Hotel, Wufei no dejaba de darle vueltas al asunto, sabía que Duo estaba ahí, el aún esposo de su amado Treize, el esposo que él tanto había buscado, el esposo por quien Treize se sentía obsesionado, a quien realmente amaba, lo tenía ahí, cerca de él y podía delatarlo, darle a Treize lo que tanto deseaba, ese hasta entonces había sido su objetivo ¿por qué entonces lo dudaba tanto?

Wufei. ¡Maldita sea! Todo pasó tan pronto
Intranquilo aún más, toma su chamarra y sale de la habitación, necesitaba aire fresco para acomodar sus ideas, en su mano derecha empuñaba su celular, no tenía el valor de llamar a Treize por el momento, pero sí en cambio él llamaba entonces le diría sobre Duo para devolverle la felicidad que tanto anhelaba y para así también, decirle adiós para siempre...

Ese día Heero tenía una clase extracurricular en la mañana, era algo más parecido a una charla sobre los avances en la tecnología y su afectación a la cultura y las artes, había estado esperando esa conferencia durante más de un mes porque iba haber conferencistas de renombre, lamentablemente ese día estaba mal, apenas el día anterior había sido rechazado por la persona que amaba, sin duda no era buen día, estaba distraído y poco animado...

Heero. Fue demasiado pronto, no debí decírselo, menos sabiendo lo de Wufei, fui un completo idiota... soy un idiota

Concentrado en sus pensamientos es reprendido por uno de los profesores organizadores cuando se da cuenta que Heero no ponía atención

Profesor. Yuy... Yuy... ¡Yuy!
Heero reacciona a la tercera cuando el profesor habla más fuerte y algunos presentes alrededor voltean curiosos

Heero. ¿Sí?

Profesor. Sal un momento ¿sí?

El profesor camina hacia la salida para que Heero lo siga, el ojiazul no entendía que quería el profesor en medio de la charla pero igual lo sigue, cuando están apartados de la puerta deja el profesor de caminar

Heero. ¿Qué pasa?

Profesor. Yuy, tu trabajo le encantó a un amigo mío

Heero. ¿Y?

Profesor. ¿Y? Yuy, él ofrece 85,000 dólares por el cuadro

La suma de dinero dicha por el profesor causa una pequeña impresión en Heero, aunque no al grado de pensar aunque sea un solo segundo, en que pudiera vender aquel cuadro, el ojiazul solo esboza una pequeña sonrisa

Heero. Así fuera un millón, la respuesta es No

Profesor. Piénsalo Yuy ¿te acuerdas cuando hablamos de la beca a Europa?

Heero. Si
Profesor. Con ese dinero podrás pagar la escuela sin necesidad de esperar en esa odiosa lista de becados... Yuy, tienes talento como no he visto en años

Heero. Lo lamento, así sea toda mi vida un Don nadie, no venderé esa pintura, no tengo nada más que decir

Heero le da la espalda al profesor de forma fría y se marcha, él se queda sorprendido por esa forma de actuar

Profesor. ¿Quién es esa persona para ti?
Desde que Heero había entrado a aquella escuela de Arte, su talento se había hecho notar ante la mayoría de sus profesores, desde entonces Heero estaba en la lista de aspirantes a becados para ir a Europa a una de las escuelas más prestigiosas ubicada en Italia y con pase directo a otras escuelas del ramo en otros países de dicho continente, aquella beca se le otorgaba solamente a cinco alumnos por año, los dos años anteriores a ese Heero no había sido aceptado y por no tener buenos contactos dentro de la escuela tenía notoria desventaja; ahora que tenía la oportunidad la desechaba sin más, eso al profesor le resultaba más que extraño, con el dinero ofrecido podía pagarse un año la escuela y su estancia en Europa aún sin tener beca...

Alrededor de medio día Duo comienza a preparar la comida para él y Quatre, durante la mañana se había puesto a limpiar el departamento y a lavar ropa, se sentía cansado pero esas tareas le ayudaban a pensar un poco más relajado, sus pensamientos habían estado ocupados en lo mismo...

Duo. ¿Por qué es tan difícil?
El trenzado suspira y sale de la cocina para sentarse en una de las sillas del comedor, había dejado el pollo cociéndose junto con las verduras, cansado apoya su cabeza sobre su mano derecha y cierra los ojos comenzando a recordar un poco el pasado...

Recuerdo...

Habían pasado seis meses desde la boda, aquella noche habían intimado por primera vez y desde entonces hasta ese día solamente lo habían hecho un par de veces más, Duo era por demás tímido en esas cuestiones y Treize no sabía cómo acercarse a él sin parecer un pervertido aunque extrañaba mucho tocar ese cuerpo tan hermoso como el que tenía el trenzado... esa noche al regresar del campo donde ayudaba a su padre, Treize entra a la casa, estaba cansado pero traía en su mano, como casi siempre, una rosa para Duo, el chico tenía decenas de ellas en la habitación, la sala, el comedor y otras partes de la casa. Al oír llegar a su esposo, Duo corre hacia la puerta para recibirlo, apenas lo ve se lanza a sus brazos y le da un inocente beso en la mejilla, como siempre Treize le sonríe y lo mira de forma tierna

Treize. ¿Cómo estás?
Duo. Te extrañe mucho mi amor, ayudé a mi mamá con la cosecha un rato

Treize. No es necesario que hagas nada

Duo. Es por ayudarla, no me paga

El trenzado sonríe ampliamente y toma a su esposo de la mano
Treize. Bueno, supongo que así está bien pero cuando vayamos a la ciudad no tendrás que trabajar en nada, yo te llenaré de todos los lujos necesarios

Duo. No quiero irme de aquí
Treize. Algún día tendremos que hacerlo ¿no? Solo junto algo de dinero y nos vamos

Duo. Está bien, lo que tú quieras mi amor

Al ver que su voluntad era tan sumisamente cumplida, Treize sonríe ampliamente y toma a Duo de la cintura para darle un beso en los labios, él se lo responde tímidamente y cuando se separan le sonríe

Treize. Te amo Duo

Duo. También te amo Treize

Aún más complacido Treize besa a Duo con pasión bajando lentamente sus manos hasta los glúteos del chico, el trenzado se sonroja

Duo. ¿Lo hacemos?

Treize. ¿Quieres hacerlo?

Duo. Sí

Contento Duo sonríe de forma inocente, apenas si sabía unas cuantas cosas de sexo pero le gustaba hacerlo con Treize, porque le daba tiernos besos y lo acaricia con cuidado, era bueno con él, tener sexo era algo especial para él, lejos del placer se sentía protegido y amado, aquella sensación le encantaba

... Fin del recuerdo

Duo. Treize

El trenzado suspira abriendo sus ojos

Duo. ¿Era amor?... ¿lo que sentía por Treize era amor?

Cada vez más confundido Duo apoya su frente en la mesa y cierra los ojos, a Treize lo quería, lo seguía queriendo pero ¿alguna vez lo amó? Porque no sentía algo especial por él, no le hacía falta, sin embargo los buenos recuerdos que alguna vez tuvo con él los guardaba celosamente en su memoria, los besos y caricias de antes aún se sentían en su piel, los golpes y los maltratos también se sentían en todo su ser... 

En cambio con Heero era distinto, todos los recuerdos de él eran buenos, salvo aquella vez en el hospital cuando le había dicho que le producía asco, aquello había sido doloroso, sin embargo el ojiazul era muy bueno con él, lo protegía, se sentía muy bien a su lado ¿pero acaso alguna vez no sintió lo mismo con Treize? Que lo protegía, que le daba el calor de su cuerpo sin esperar nada a cambio, y si a Treize sentía que lo amaba por eso ¿era lo mismo con Heero? Un falso sentimiento de amor disfrazado por la protección? 

Si lo pensaba de esa forma entonces también estaba confundiendo sus sentimientos por Heero, porque cuando él quiso besarlo no sintió deseos de responder, sintió temor de ser besado por el ojiazul, en cambio cuando Treize lo besaba sentía la necesidad de responderle, sus labios cálidos y húmedos le provocaban sensaciones muy agradables, de forma no lujuriosa deseaba ese cuerpo, le gustaba el cuerpo de Treize, le gustaba sentirlo sobre el suyo pero con Heero no pasaba así, no sentía hacia su cuerpo ningún tipo de deseo y eso para él no era signo de amor, porque Treize le había enseñado a relacionar el amor verdadero con el deseo físico y sexual, sin embargo era de otra manera, Heero lo había comprendido al no sentir morbo por el cuerpo de Duo después de algún tiempo, sentía deseos sexuales hacia él pero no de la misma forma, porque ahora estaba enamorado del trenzado y lo veía más allá de su cuerpo, eso Duo no lo sabía y por eso estaba confundido. 

Por otra parte estaba la existencia de Relena y Wufei, cuando había visto a su esposo en la fiesta con el pelinegro había sentido coraje y humillación ¿celos o tristeza? Tal vez no, pero cuando había visto a Heero con Relena, un dolor horrible le había atacado la boca del estómago y lo había hecho actuar de forma contraria a la acostumbrada

Duo. ¿Qué debo hacer?... quiero a Heero, lo quiero mucho pero... también quiero a Quatre, y lo quiero muchísimo, pero, no es lo mismo cuando estoy con Quatre que cuando estoy con Heero... cuando Quatre me abraza siento... siento como si fuera mamá... pero si Heero lo hace es como... como cuando lo hacía Treize, pero sí no amo a Treize entonces tampoco a Heero porque cuando estoy con Heero me siento como cuando estaba con Treize... Aaah! Pero que estoy diciendo? Cómo comparar a Treize con Heero? Eso es tonto... no, no sé qué debo hacer...

El trenzado está a punto de llorar cuando huele que algo se quema, asustado se pone de pie rápido y va a la cocina encontrándose con su pollo quemado pues el agua se había evaporado, sin darse cuenta entre sus recuerdos y pensamientos habían pasado casi tres horas...

Quatre sale de su segunda clase y como tiene media hora libre se va debajo de un árbol a leer, Trowa ya no estaba yendo a la escuela, en su casa se lo tenían prohibido, eso tenía al rubio triste pero al menos la lectura lo iba a ayudar un poco. Sumergido en sus pensamientos siente que alguien está cerca de él, en su libro se ve una sombra y sin mirar arriba siente que las manos le tiemblan, seguro eran esos rufianes que llegaban a molestar como siempre

Trant. Hola

Al oír la voz Quatre levanta enseguida la mirada

Quatre. Hola

Sin prestar más atención vuelve a leer su libro, poco después siente que Trant se sienta cerca de él recargándose también en el árbol, estaban cerca pero no uno del lado del otro, el rubio trataba de concentrarse en el libro pero no podía, había silencio entre ambos, Trant arrancaba un poco de pasto y lo aventaba

Trant. ¿Estas... bien?
Pregunta serio dejando de arrancar pasto, Quatre frunce el ceño y cierra de golpe el libro, enseguida Trant separa un poco su espalda del tronco y lo observa, lentamente el rubio se pone de pie y se sacude el pantalón

Quatre. Con permiso
Cargando el libro con un solo brazo Quatre comienza a caminar rumbo a su siguiente salón, Trant se queda confundido unos momentos antes de ponerse de pie y seguirlo

Trant. ¿Estás molesto?

Quatre. Deja de seguirme

El rubio camina más aprisa para alejarse de su compañero pero él también apresura el paso hasta que lo alcanza y le jala el brazo, pero no mide su fuerza y le hace tumbar el libro, sorprendido Trant suelta la mano del rubio y se agacha para recoger el libro pero Quatre también lo hace sujetando los dos el libro al mismo tiempo, miran al frente y sus miradas se cruzan unos momentos, Trant se sonroja bastante y nervioso quita su mano del libro, Quatre lo acomoda en su brazo y se pone de pie, Trant también lo hace

Trant. Lo siento yo...

Quatre. Te di las gracias aquel día... pero sigues siendo amigo de ellos, así que deja de seguirme ¿sí?

Molesto Quatre le da la espalda y se marcha, ésta vez no lo persigue pero lo mira fijamente Trant. Me conformo con ser tu amigo... pero ni eso podré ser
Sonriendo con amargura Trant se mete las manos a los bolsillos y se aleja mientras que Quatre sonrojado caminaba rumbo a su salón

Quatre. Qué vergüenza
Aunque lo haya salvado, Trant había visto el rostro de Quatre bañado en semen, eso el rubio no podía olvidarlo y se sentía muy avergonzado, pero no odiaba a Trant ni le tenía resentimiento por el pasado, después de todo él era el único entre los tres que no solía molestar demasiado...

Apenas Heero vuelve de la escuela llama a Trowa por teléfono a su casa, Catherine contesta y enseguida comunica a su hermano con el ojiazul, el ojiverde estaba acostado en su cama descansando, las medicinas lo hacían sentirse débil algunas veces

Trowa. Que sorpresa que me llames ¿cómo estás?

Heero. No muy bien ¿y tú? Te sientes bien?

Trowa. Si, por eso no te preocupes... cuéntame

Heero da un pequeño suspiro antes de hablar, le preocupaba mucho la salud de su amigo
Heero. Se lo dije

Trowa. ¿En serio? Y cómo te fue?

Heero. Dijo que lo sentía y lloro

Trowa. ... Te rechazó

Heero. Sí

Trowa. Vaya, que mal

Heero. Sí

Los dos se quedan callados unos momentos
Trowa. ¿Qué vas hacer?

Heero. Nada... esperar, como hasta ahora

Trowa. Él te quiere, te quiere mucho

Heero. Como amigo

Trowa. Tal vez pero, la clase de amigo del que se puede enamorar

Heero. ¿Qué?

Trowa. Quatre es su amigo pero resultaría muy difícil que se enamorara de él, es más bien el tipo de amigo que consideraría hermano. Yo soy su amigo pero de mí no se enamoraría o me consideraría un hermano, nuestra amistad es más del tipo compañerismo

Heero. Estás loco ¿de dónde sacas esas conclusiones?

Extrañamente el ojiverde lanza una sonora risa por el escepticismo de su amigo, eso al ojiazul lo desconcierta un poco, era raro oír a Trowa reír así

Trowa. Créeme, eres candidato potencial para que Duo se enamore, no hay pasado y existe un presente afín, lo apoyas y demuestras cariño, él se puede enamorar, es cierto

Heero. Suponiendo que suceda ¿podré curar sus heridas? Sería yo capaz de reformar su corazón? Lo que le sucedió no es cualquier cosa, aunque se enamore no será jamás feliz, eso me aterra aún más que el hecho de saber que no me ama

Trowa. No sé qué decir

Heero. No importa, gracias por escucharme

Trowa. ¿Cómo no lo iba hacer? Solo hablas así conmigo, además sabes que te quiero

Heero. No te pongas cursi Trowa Barton

Igual que antes Trowa suelta una risa y Heero solamente sonríe
Heero. Bien, te dejo descansar

Trowa. Gracias

Heero. Cuídate mucho

Ambos chicos cuelgan el teléfono y Heero se mete a bañar, al igual que Duo tenía muchas cosas que pensar, el agua fresca siempre le ayudaba a ello...

El rubio llega cuando cae la noche, Duo le esperaba con la cena, la comida que había intentado hacer la iba también a guardar como cena para cuando llegara Quatre, pero como ésta se le había quemado no le había quedado más remedio que preparar algo distinto para la cena. Quatre se pone muy contento cuando percibe que la cena olía muy bien, Duo apenas oye la puerta se asoma un poco y sonríe a su amigo

Duo. Llegas justo a tiempo, siéntate

Quatre. Sí, ahora regreso

El rubio se retira al baño para lavarse las manos y después regresa, Duo estaba sirviendo la cena en los platos

Duo. ¿Cómo te fue?

Quatre. Bien ¿y a ti? Pensaste mucho?

Duo. Sí, pero aún no aclaro mis ideas, es tan difícil

Quatre. Eso imagino

El trenzado termina de servir y después vuelve a la mesa para sentarse, el rubio no había comenzado aún hasta que su amigo regresa

Quatre. Esta rico

Duo. Gracias... ¿y cómo está Trowa?

Quatre. Ya no está yendo a la escuela y hoy no lo he llamado

Duo. Ya veo... ¿cómo te sientes?

Quatre. Estoy hecho un lío, pero no hablemos de mí... ¿qué piensas hacer con Heero?

Duo. No sé... necesito tiempo, de ser posible no verlo en unos días... es que... no sé, no me siento capaz de tener algo con él, ni con alguien más

Quatre. Ay Duo... tienes que rehacer tu vida

Duo. No lo imagino, de verdad que no

Quatre ve fijamente a su amigo unos momentos, su mirada era tierna pero a la vez estaba asombrado de esa madurez en su amigo, se notaba que realmente estaba considerando la posibilidad de sostener con el ojiazul un romance, era obvio que su pasado no se podía ignorar, mucho menos con la presencia terrible de Wufei, aun así había un cambio en Duo aunque él mismo aún no se daba cuenta...

Desde aquello pasan algunos días, Duo ya había comenzado a ir a sus cursos de la preparatoria abierta, Relena aún no le llamaba para darle una respuesta referente a lo del trabajo pero no se sentía inquieto, aún tenía unos cuantos ahorros. Por otra parte Wufei aún no hablaba con Treize, de hecho aún se pensaba si decirle que había visto a Duo o no, mientras tanto había estado saliendo con Relena un par de veces, lo sucedido en la noche de la fiesta no se había vuelto a repetir, ni siquiera un solo beso entre ambos, eso a Wufei de momento le convenía, así la enamoraría poco a poco. Llegado el fin de semana Quatre llega a casa de su novio para recogerlo porque iban a ir al cine, ahora la tía del ojiverde lo recibía muy bien, la situación había cambiado ahora que Trowa tenía los días contados

Leia. ¿Cómo va la escuela Quatre?

Quatre. Muy bien gracias ¿y Mariemaia?

Leia. Se fue de campamento, regresa el lunes

Quatre. Qué bien

El rubio le sonríe ampliamente a la señora y ella también le corresponde, en ese momento Trowa acababa de bajar de su habitación y al ver a ambos conviviendo también sonríe, jamás pensó que algo así pudiera haber sucedido... al verlo llegar Quatre se acerca a él besándolo en los labios

Quatre. Hola mi amor

Trowa. Hola

Leia. Bueno, que se diviertan

Quatre. Gracias, lo traeré temprano

Leia. Más te vale

Nuevamente ambos se sonríen y la tía del ojiverde se marcha del recibidor, Trowa y Quatre voltean a verse y se sonríen también

Trowa. ¿Buenos amigos?
Quatre. Estoy seguro que su concepto de mí es el mismo, pero ella es capaz de hacer muchas cosas por ti, te quiere mucho

Trowa. Lo sé

Quatre. ¿Nos vamos? La función comienza en una hora

Trowa. ¿Qué película vamos a ver?

Quatre. Pues yo escogí "Amenaza mortal 5"

El ojiverde mira a su novio enarcando una ceja, era raro que Quatre escogiera ese tipo de películas, en cambio el rubio sonreía muy contento, sin tomarle más importancia Trowa le pasa un brazo a su novio por los hombros y se dirigen a la puerta, Trowa la abre y deja salir primero a Quatre, después el sale y cierra la puerta colocándose a un lado de su novio, mostrándose un poco confundido mira fijamente al rubio, Quatre se da cuenta y también voltea a verlo

Trowa. ¿Qué película vas a querer ver?

Quatre. ¿Eh?... pero sí...

Consternado y dejando de caminar Quatre aprieta un poco los labios y pasa saliva duramente, no hace más de un minuto Trowa le había preguntado qué película iban a ver

Trowa. Perdón... perdón

Un poco liado Trowa sonríe sosteniéndose la frente

Trowa. Amenaza mortal 5 ¿verdad?

Sintiéndose menos enredado Trowa voltea hacia su novio y éste a duras penas le sonríe moviendo después la cabeza para confirmarle. Ambos se marchan de ahí, Quatre traía su auto y él iba a conducir pero no dejaba de pensar en el suceso de hace unos momentos, le aterraba la idea de que poco a poco la memoria de su novio se viera afectada por su enfermedad...

Al terminar los cursos de ese día los cuales duraban apenas 2 horas y no eran obligatorios, Duo recoge todas sus cosas para marcharse al departamento, era sábado y quería aprovechar para limpiar y lavar ropa. El salón estaba vacío y cuando termina de juntar va a caminar hacia la puerta pero ahí se encontraba una chica que no se dignaba a mirarlo, Duo inclina un poco la cabeza y la mira fijamente, como ella no decía nada el trenzado intenta pasar de ella pero entonces la chica recibe un empujón por parte de otra chica y entonces llega hasta Duo chocando con él, sonrojada hasta las orejas levanta la cabeza y queda sorprendida al toparse cara a cara con la mirada tan linda del trenzado, él en cambio al ver que la chica iba a chocar contra él tira sus cosas al suelo y alcanza a sujetarla de los hombros mirándola fijamente, ambos permanecen así unos segundos, pero rápidamente la chica se asusta y da dos pasos hacia atrás soltándose así del agarre

Duo. ¿Qué te sucede? Estas bien?

Hilde. Yo... yo... lo siento mucho

Duo. No te preocupes

La sonrisa amplia y amable que Duo le regala a la chica la dejan sin aliento, sonrojada como un verdadero jitomate se inclina hacia delante agachando la cabeza

Hilde. ¡Me gustas mucho!
Aquella confesión toma a Duo en sorpresa y no creyéndolo se sonroja levemente, apenado desvía la mirada

Duo. Pues... este...

Hilde. ¿Quieres salir conmigo?

Duo. ¿Eh?

La chica por fin mira a Duo, sus ojos estaban cristalinos y sus pupilas un poco dilatadas, desde el inicio de los cursos el trenzado había llamado su atención pero era demasiado tímida, si no fuera porque una de sus amigas la había animado a declararse, jamás lo hubiera hecho, el trenzado en cambio estaba confundido

Duo. Es que...

Hilde. Lo siento, supongo que alguien como tú ya tiene novia... discúlpame por favor

Apenada, otra vez la chica agacha la cabeza y siente muchos deseos de llorar comenzando a sollozar, enseguida Duo la mira, sentía algo extraño al verla así

Duo. No... no tengo... salgamos
Nuevamente el trenzado sonríe amable y ella toda sorprendida levanta la cabeza y una sonrisota se forma en sus labios, no se la podía creer, por su parte Duo no se sentía del todo bien, no tenía deseos de tener citas pero se había sentido mal al verla así

Hilde. ¿Nos vemos mañana... a las 9 en la... ¿en la plaza comercial de ésta zona?

Duo. Sí

Hilde. ¡Hasta entonces!

Ilusionada la chica se marcha de ahí corriendo, Duo suspira lo más profundo que puede Duo. Espero estar haciendo lo correcto
Resignado se agacha para juntar las cosas que había tumbado, su situación con sus sentimientos seguía igual, en esos días ni siquiera había visto a Heero y sin embargo no tenía una respuesta, su cabeza era todo un embrollo, ahora tendría una cita con una chica, tal vez aquella le ayudaría un poco aunque sea para distraerse...

Después de la función Trowa y Quatre se dirigen a un café, el rubio es quien escoge el lugar, era un sitio relajante y con poca iluminación, el lugar perfecto para estar ellos solos... la mesera les lleva lo que han pedido después de unos minutos, Trowa había pedido un té helado y Quatre un Capuchino, estaban en una de las mesas de la esquina que en lugar de tener sillas tenían sillones, así estaban los dos muy cerca

Trowa. Estas muy serio ¿qué piensas?

Quatre. Nada, yo solo... pensaba en lo mucho que te amo

Trowa. Quatre...

Sonriéndole tiernamente, Trowa sujeta el hombro izquierdo de Quatre con su mano izquierda y lo atrae hacia él, con la otra le sujeta la barbilla y se miran fijamente a los ojos

Trowa. También te amo... más que a todo en éste mundo
En respuesta Quatre también sonríe y poco a poco ambos cierran sus ojos mientras se acercan, con suavidad el ojiverde toca los labios del rubio y siente sobre los suyos unas gotas saladas, su novio estaba derramando unas lágrimas y eso lo conmueve, tomándolo con delicadeza de la cintura lo pega más a su cuerpo profundizando su beso, aquel dolía tanto que no podía describirlo, sentía que cada beso sería el último, por eso se entregaba mucho más en cada uno...

Eran casi las once de la noche y su amigo aún no llegaba, sabía que había ido con Trowa de paseo porque así se lo había avisado pero aun así se sentía inquieto, quería hablar de su cita con alguien, obviamente con Heero no podía ser y no tenía a nadie más en quien confiar, eso lo tenía un poco desesperado por lo que mejor se va a la habitación de Quatre y prende la televisión

Duo. Al menos esto me atonta un poco

No acostumbrado a ver televisión con interés, el trenzado comienza a pasar los canales sin tomarles importancia, hasta que de repente encuentra en un canal una película que se veía interesante, la escena que estaba en esos momentos era de un Juicio, a Duo siempre le habían emocionado esas cosas por lo que decide dejarle en ese canal, al seguir avanzando la película se da cuenta que aquella hablaba sobre maltrato en una relación, enseguida se siente identificado con el personaje principal, que era una chica maltratada por su futuro esposo, las lágrimas de Duo no se hacen esperar cuando ve todas las situaciones por las que la chica tenía que pasar, pero algo en especial le llama la atención, pues el personaje iba con un especialista para tratar sus traumas, el trenzado no había escuchado hablar de los Psicólogos y eso le interesa bastante. 

Antes de terminar la película Quatre regresa al departamento, no estaba muy de ánimos pero frente a su amigo trataba de fingir, al entrar a su cuarto se sorprende de ver a Duo acostado en la cama mirando televisión y se veía muy emocionado, el rubio no dice nada al llegar y se sienta en la cama comenzando a quitarse los zapatos, minutos después termina la película y el trenzado apaga la televisión, después comienza a secarse las lágrimas, Quatre se da cuenta que lloraba cuando lo escucha sollozar y lo mira fijamente

Quatre. ¿Qué tienes?

Duo. Nada.. ¿cómo te fue?

Quatre. Algo tienes, dime

Frunciendo un poco el ceño, el rubio se acerca a su amigo y le acaricia la mejilla, Duo le sonríe y mueve la cabeza a los lados

Duo. Me conmovió la película, es todo

Quatre. ¿De qué se trataba?

Duo. Sobre maltrato

Quatre. Duo...

El rubio suelta la mejilla de Duo e inclina un poco la cabeza mientras lo mira
Duo. ¿Es que sabes...? quiero ser feliz... lo estuve pensando y yo solo me lamento de lo que sucedió, no intento ser feliz ¿me entiendes?

Quatre. Sí, te entiendo...

Duo. ¿Crees que sea buena idea buscar ayuda profesional?

Quatre. ¿Te refieres a un Psicólogo?

Duo. ¿Un Sicolo qué?

Quatre. Psi-có-lo-go

Duo. Ah sí, ese... creo

Quatre. ¿Sabes? Eso me parece bien, conozco a uno

Contento el rubio se aparta un poco y se acerca a uno de los cajones de su mueble, de ahí saca su directorio telefónico y busca un nombre, después de unos momentos encuentra lo deseado y sonriendo mira a su amigo

Quatre. Lucrecia Noin, es prima del Doctor

Duo. ¿Tu jefe?

Quatre. Sí, cuando mamá murió yo tuve unas sesiones con ella, mañana la llamo

Duo. Muchas gracias

Quatre. Eso te será de ayuda... ¿qué has pensado de Heero?

El trenzado suspira pesadamente antes de responder
Duo. Nuestra amistad se volvió algo muy lindo, por eso no la quiero arruinar si continúo inseguro ¿comprendes? por esa razón quiero ayuda

Quatre. ¿O sea que Heero no te es del todo indiferente?

La mirada acusadora y la sonrisa pícara del rubio hacen a Duo sonrojarse completamente y agachando un poco la mirada aprieta una de sus manos con la sábana

Duo. Bueno... es que es muy guapo.. y es lindo, inteligente, misterioso, tiene muchas cualidades, tantas que a veces te preguntas si tiene defectos

El trenzado sonríe tontamente y levanta la mirada pero su rostro seguía rojo como un jitomate, Quatre sonríe ampliamente y le coloca una mano sobre la cabeza a su amigo

Quatre. Tómatelo con calma y aclara tus sentimientos ¿vale?

Duo. Vale... aunque...

El gesto de duda en el trenzado hacen a Quatre mirarlo con curiosidad
Quatre. ¿Sí?

Duo. Tengo una cita mañana

Quatre. ¿Qué?

Duo. Una chica de la escuela

Quatre. ¿Y eso por qué?

Duo. Este yo... es que... no pude decir que no

Resignado el trenzado agacha la cabeza y coloca sus manos al frente juntándolas como si tratara de pedir perdón, Quatre lo observaba y movía la cabeza hacia los lados

Quatre. No debiste hacerlo
Duo. Lo sé y me siento mal, pero le aclararé que no quiero romance alguno con ella

Quatre. Mientras seas sincero contigo mismo puedes hacer lo que quieras, si ella te llegara a gustar mucho está bien, si es Heero quien te llegue a gustar también estará bien ¿de acuerdo? Así sea otra persona

Duo. Sí, muchas gracias, por eso te quiero tanto

Muy contento el trenzado se acerca a Quatre y le da un beso en la mejilla, el rubio se la toca y sonríe también

Quatre. Yo te quiero más De forma traviesa el rubio se acerca a su amigo y también le besa la mejilla
Quatre. Que pases buena noche

Duo. Este... ¿puedo dormir contigo?

Quatre. Duo

Duo. Como cuando teníamos 4 años ¿te acuerdas? Anda, di que sí

Quatre. Está bien

Más que emocionado, Duo se avienta en la cama y se acomoda en uno de los lados abrazando fuertemente la almohada, Quatre sonríe mientras lo mira como quien observa a un niño pequeño y después también se acerca... al día siguiente Duo sale rumbo a su cita mientras que Quatre se despierta un poco más tarde cuando su amigo ya se había marchado. Sin poderse aguantar decide llamar a Heero por teléfono, él por lo general era madrugador así que ya estaba despierto, había dado una caminata matutina y acababa de tomar un baño

Heero. ¿Sí?

Quatre. Soy Quatre ¿cómo estás?

Heero. Bien ¿y tú?

Quatre. También

Heero. Dime

Quatre. Solo quería decirte que Duo hoy salió con una chica

El rubio no había querido ser muy directo ni pernicioso pero no había encontrado otra forma de decir las cosas. Heero al oír la noticia siente que la sangre baja fría hasta sus pies y se queda callado completamente, el rubio se preocupa un poco

Quatre. ¿Estás bien?

Heero. ¿Quién es ella?

Quatre. De la escuela

Heero. Ah...

Quatre. Gánate su corazón Heero, nadie lo protegerá ni amará como tú y él necesita de alguien más fuerte a su lado, con una chica no será lo mismo

Heero. ¿Qué puedo hacer? Le he demostrado en varias ocasiones lo mucho que me importa

Quatre. Estar presente

Heero. Él es quien no me ha buscado en días

Quatre. Por eso, tú hazlo

Heero. Lo siento

Sin decir más y sin dejar lugar a despedidas, Heero cuelga el teléfono, Quatre se decepciona de la reacción del ojiazul y triste deja el teléfono en su lugar

Quatre. Hasta aquí llegué de celestino
Muy triste decide mejor ponerse a leer, dentro de poco tendría exámenes y necesitaba pasarlos todos para no perder su beca...

Después de haber ido a desayunar, Hilde propone a Duo que vayan a caminar por el parque y él accede con amabilidad, después de caminar un rato en silencio, la chica propone que se sienten en una de las bancas del interior del parque, ya ahí también duran unos momentos sin hablar hasta que decide hacerlo ella, con voz tímida como siempre

Hilde. ¿Sa.. sabes? La estoy pasando muy... muy bien

Duo. Yo también

La chica sonríe ampliamente cuando escucha que el trenzado también se estaba divirtiendo
Hilde. Duo ¿por qué no tienes novia?... es que... alguien tan lindo, como tú...

Duo. Te seré sincero

El gesto serio que pone el trenzado, confunde a la chica que se comienza a preocupar Duo. Estuve casado
La sorpresa de Hilde se hace notar ampliamente, incluso se lleva una mano a la boca, no podía creer que Duo siendo tan joven estuvo ya casado

Hilde. No lo creo

Duo. Y no es... solo eso... estuve casado con un hombre

El mundo alrededor de Hilde se derrumba cuando escucha la confesión de Duo, le resultaba tan sorprendente y a la vez tan desagradable que no lo podía creer, casi enseguida se pone de pie mirando a Duo con indignación

Hilde. Mentira... tú no eres homosexual

Duo. Yo no dije que lo fuera

Hilde. Pe... pero

Duo. Es cierto, no niego que me atraen los hombres... aunque nunca lo haya intentado tampoco con una chica... es que...

Sin dejarlo terminar Hilde se acerca a Duo y le da una bofetada, confundido el trenzado la mira con sorpresa, ella lloraba y sin decir nada se da cruelmente la espalda y se marcha, Duo se toca la mejilla y aprieta los dientes, mostrándose triste se agacha y comienza a llorar

Duo. Soy repugnante
El trenzado sabía de antemano que su pasado nadie lo iba a aceptar con los brazos abiertos pero aun así detestaba ser rechazado por ese hecho, aunque Hilde no le gustara no dejaba de doler que le echaran en cara algo que había vivido, seguramente si todos supieran lo que pasó desde el inicio jamás lo aceptarían...

Aquel domingo Quatre decide que sería mejor dejar a Trowa convivir un poco más con su familia, a veces pasaba mucho tiempo con él y no dejaba que su tía o su hermana disfrutaran de su presencia, por eso decide mejor ir a la Biblioteca, ahí encontraría más libros para estudiar, esa idea le agradaba bastante... Cuando llega a dicho lugar se va directamente al pasillo de libros de medicina y ahí comienza a leer los diversos títulos que se encontraban disponibles, al encontrar cuatro que le llaman la atención los toma y sale del pasillo de libros para buscar una mesa donde leerlos, al ir buscando divisa a unos metros de él a alguien que le resulta conocido, se trataba de Trant, al rubio le resulta extraño verlo ahí, se queda parado unos momentos mientras lo mira

Quatre. ¿Lo saludo?

Al sentir que alguien lo mira Trant levanta la mirada del libro que veía pero antes que viera que se trataba de Quatre, el rubio da unos pasos hacia atrás y vuelve a esconderse en el pasillo de libros

Quatre. ¿Qué estoy haciendo? Parezco tonto

Dándose dos coscorrones Quatre decide salir del pasillo y se acerca a la mesa donde se encontraba Trant quien al sentir que alguien se acerca levanta la cabeza llevándose una sorpresa cuando ve que se trata del rubio quien le sonreía con amabilidad

Quatre. ¿Me puedo sentar?

Trant. Cla... claro

El rubio toma asiento frente a Trant y abre uno de los libros que había escogido comenzando a leerlo, el chico intenta no parecer obvio al estar observando a Quatre pero por más que intenta no puede evitar mirarlo fijamente y sonrojarse por ver aquel lindo rostro, Quatre le gustaba, le había gustado desde la primera vez que lo había visto pero siempre había sido alguien serio y reservado, no tenía amigos y cuando conoció a Ralph y a Erick se sintió un poco identificado hasta que descubrió la homofobia de Erick pero ya era demasiado tarde así que tuvo que ocultar su homosexualidad frente a sus nuevos amigos... el rubio siente un poco que lo miran y levanta la cabeza pero rápidamente Trant se distrae con lo que leía

Quatre. Oye...

Trant. ¿Mnh?

Quatre. Es que... yo ya no te he visto con los otros dos

Trant. Ya no les hablo, nunca fueron mis amigos de verdad

Quatre. Ya veo... ¿y lo que dijiste aquella vez?

Trant. Sí, soy homosexual, siempre lo fui, es solo que... nunca me gustó

Quatre. ¿Por qué?

Trant. Tenía miedo... sentía miedo de que el cuerpo de otro hombre... me excitara y yo... no quería serlo, odiaba serlo... me daba asco

El rubio mira con tristeza a su compañero, para él tampoco había sido fácil aceptar su homosexualidad, sobre todo cuando estaba en secundaria y todos se burlaban de quienes tenían aquellas preferencias, pero había aprendido a aceptarse así mismo

Trant. ¿Sabes? Eso cambió cuando te conocí

Quatre. ¿Eh?

Trant. Me gustas... cuando me di cuenta supe que era maravilloso sentir atracción por otro hombre... porque tú eres...

Sin dejarlo terminar el rubio se pone de pie y agarra los libros que había llevado, en su rostro había un sonrojo, no quería oír ninguna confesión, estaba además muy nervioso, Trant lo observa confundido pero también se pone de pie y antes de que el rubio avance le cierra el paso, Quatre lo mira confundido

Trant. No huyas por favor

Quatre. Yo...

Trant. Tienes a Trowa, eso lo sé... solo quería que supieras que me gustas y que... te envidio

Quatre. ¿Me envidias?

Trant. También a Trowa, porque sin importar lo que oían, las burlas y los insultos, siempre demostraron su amor, decirle maricón a alguien con ese valor es un insulto... maricones cobardes los otros dos que te hicieron aquella canallada... y burlarse de esa manera, eso es no tener pantalones... como me gustaría ser como ustedes y aceptarme

Quatre. Yo... lo siento

Trant. No, al contrario, gracias... ¡ah! Quédate, de todas formas ya me iba

Sonriendo de forma amable Trant se despide de Quatre después de haber cogido sus libros de la mesa, después se da media vuelta y comienza a caminar

Quatre. ¡Trant espera!

Trant se detiene y voltea hacia atrás cuando escucha su nombre, Quatre se acerca a él

Quatre. Si tú quieres podemos ser amigos

Trant. Claro, gracias

Quatre. Bueno, nos vemos mañana en la escuela

Trant. Hasta mañana

El rubio extiende su mano hacia Trant y le sonríe, él también extiende su mano y toma la del rubio para despedirse, se sueltan y cada quien se aleja por su cuenta...

Al volver de la biblioteca por la tarde encuentra a Duo dormido y para no molestarlo decide no acercarse a él por lo que se mete a su recámara a ver televisión. Un poco más de dos horas después ve a su amigo entrar a su cuarto, se veía muy deprimido y al preguntar enseguida Duo le cuenta a Quatre lo sucedido con su supuesta cita, al rubio le molesta la actitud de Hilde pues le parece exagerada, considerando que no sabía nada más de Duo a excepción de lo contado por él, aun así el trenzado no deja a su amigo hablar mal de la chica pues el comprende que no es fácil escuchar confesiones de ese tipo.

Al día siguiente como de costumbre Duo asiste a la preparatoria abierta, ahí se topa con Hilde pero ésta lo ignora por completo al igual que las amigas de la chica por lo que intuye que ella les contó de su matrimonio... al salir de la dichosa escuela el trenzado se dirige a prisa a la casa, ese día Quatre entraba más tarde a la escuela por lo que aún tenía tiempo de hacer la comida, el rubio le da al trenzado la dirección de la Psicóloga y le dice que le ha apartado una cita a las 5 de la tarde... cuando dicha hora se llega el trenzado sale del departamento, Quatre ya hacía una hora que se había marchado por lo que le toca irse en taxi ya que las rutas de camión aún no se las sabía... cuando llega la Secretaria lo pasa a la oficina de la mujer y Duo entra con duda, al hacerlo con sonrisa amable la mujer le pide que pase, el trenzado cierra la puerta, ambos se dan la mano y Noin le pide que se siente en el sillón que tiene cerca de la ventana

Duo. ¿Me puedo acostar? Se ve cómodo

Noin. Claro que sí, como te sientas a gusto

La mujer sonríe nuevamente y se acerca una silla al sillón donde Duo estaba acostado, el trenzado estaba sonrojado y nervioso, tenía las manos rígidas sobre el estómago y miraba fijamente a la Psicóloga

Noin. ¿Estás tenso?

Duo. No

Noin. Antes que nada quiero que te sientas cómodo, cierra los ojos... inhala, retén tres segundos y exhala

El trenzado sigue el consejo de la mujer, hace eso mismo cinco veces más y después quita sus manos del estómago y las coloca a sus costados, abre sus ojos y sonriendo la mira

Noin. ¿Mejor?

Duo. Sí

Noin. Bien... dime Duo ¿por qué crees que necesitas mi ayuda?

Cruzando su pierna, Noin mira atentamente a Duo mientras sostenía su libreta y una lapicera, el trenzado mira hacia el techo unos momentos

Duo. Bueno es que... yo pasé por muchas cosas y siento que mi cabeza es un nido de arañas

Noin. Duo, antes que nada debo decirte que vas a tener que hablarme de todo lo que te ha sucedido, de ser posible no omitas detalle ¿de acuerdo?

Duo. Sí, eso intentaré

Noin. Muy bien ¿por qué no me cuentas de tu niñez? Cómo fue?

Duo. Mi niñez... fue normal, mis padres fueron muy buenos conmigo... a veces mi padre se molestaba mucho cuando lo desobedecía y perdía los estribos, aunque mi mamá quisiera interferir ellos terminaban peleando

Noin. Tu papá le pegaba

Duo. Nunca, mi padre nunca le pegó a una mujer, al menos nunca lo vi

Noin. A ella no, ni a ninguna mujer... ¿y a ti Duo?

Por unos momentos el trenzado se queda callado, después sin decir nada mueve la cabeza para decir que sí

Noin. ¿Quieres hablar de ello?

Duo. No tiene importancia

Noin. ¿Seguro?

Duo. Bueno es que... yo era el culpable

Noin. ¿De qué te pegara?

Duo. Sí, yo desobedecía

Noin. ¿Entonces estaba bien que te pegara? Crees que necesitabas castigo?

Las preguntas dejan a Duo pensativo unos momentos
Duo. No, me dolía... yo no quería que me pegara

Noin. ¿Qué hacías cuando te pegaba?

Duo. Lloraba, pero después le pedía perdón... él me sonreía y me decía que me quería

Noin. ¿Y qué piensas de eso?

Duo. Que si me pegaba era por mi bien

Noin. ¿Entonces siempre y cuando él te dijera que te quería estaba bien que te pegara?

Duo. No sé

Noin. ¿Crees que si una persona quiere a otra se justifica un maltrato?

Duo. No sé

Noin. ¿Te gustaba que te demostrara cariño? Y el golpe dolía menos?

Duo. Yo... no lo sé... a mí me dolían los golpes, no me gustaba que me pegara, ese no era mi papá, era como alguien que lo suplantaba... y yo quería... ser buen niño, para que ese hombre no viniera hacia mí... porque me lastimaba pero yo lo seguía queriendo

El trenzado estaba muy confundido por esa charla inicial y las lágrimas comienzan a caerle por las mejillas, la Psicóloga ve ahí la oportunidad de un descanso mental y descruza su pierna comenzando a anotar unas cosas en su libreta

Noin. Cálmate Duo ¿quieres un poco de agua?

Duo. Sí

Noin. Te veo muy tenso... tómate esto

La mujer se pone de pie y camina hacia uno de los gabinetes, saca de ahí una pastilla, sirve el vaso con agua y da ambos al trenzado

Noin. Es un tranquilizante, hablarás con menos tensión y más claridad en tus ideas

Duo. Sí

Minutos después de haber tomado esas pastillas, la mujer vuelve a sentarse con las piernas cruzadas y su libreta en mano

Noin. Sigamos Duo... ¿recuerdas cuándo fue la primera vez que tu papá te pegó?

Duo. No sé si fue la primera que me pegó pero sí sé que es la primera que recuerdo... tenía 5 años, en el Pueblo no había jardín de niños así que solo jugábamos, ese día salí de mi casa y fui con mi amigo Quatre al bosque, las horas pasaron y no nos dimos cuenta, casi era de noche y comenzó a llover, pronto se volvió una tormenta, caían truenos y estábamos muy asustados, todo se veía tan oscuro, dormimos en el bosque, al día siguiente salimos salvos de la tormenta y regresamos a nuestras casas, mamá lloraba y papá estaba muy preocupado, cuando entre a casa, emocionada mamá me abrazó, papá la hizo apartarse y me pegó

Noin. Duo, es común que los padres den algún castigo físico a un hijo, sobre todo en situaciones así, pero dime ¿qué clase de golpes eran? Con la palma de la mano, el puño o algún objeto?

Duo. Esa vez fue con el puño, me dejó un ojo morado

Noin. ¿Te pegó alguna vez con algo?

Duo. ... Varias veces... nunca de gravedad, máximo cuatro golpes, nunca pasó de ahí

Noin. ¿Y recuerdas la última vez que te pegó?

Duo. Sí, tenía 14 años... ya casi no me pegaba, de hecho nos llevábamos muy bien, pero ese día le grite a mi mamá, eso le molestó mucho... me dijo que me enseñaría a respetar a mamá y me pegó

Noin. ¿Qué pensaste de eso?

Duo. Que lo merecía

Noin. ¿Por qué?

Duo. Porque me sentí mal al gritarle

Noin. ¿Fue diferente a las otras veces?

Duo. Sí

Noin. ¿Por qué?

Duo. ... me sentí mejor... yo quería que me pegara

Noin. ¿Sentiste placer?

Duo. ¡No!... eso no, solo creí que lo merecía porque hice sentir mal a mi mamá

Noin. Ya veo

Nuevamente Noin hace sus anotaciones de la charla y enseguida cierra la libreta, mira a Duo con amabilidad y le sonríe

Noin. ¿Lo dejamos hoy aquí?

Duo. Sí

Noin. No es bueno que hables todo en un día, ven dentro de dos días

Duo. ¡Sí!

Sintiéndose muy relajado Duo se sienta en el sillón y después se pone de pie, se despide de la Psicóloga y sale de la oficina, paga a la secretaria la sesión de ese día y se marcha pensando en todo lo que había hablado, había cosas en las que ya no pensaba desde hace años como lo sucedido con su padre a quien quería mucho. El trenzado sale del edificio donde estaba el consultorio de la Psicóloga y se lleva una gran sorpresa cuando ve que Heero lo esperaba afuera, hacía días que no se veían y era muy extraño, ambos se miran a los ojos, la mirada de Heero era amable, en cambio el trenzado se sonroja completamente, pasados unos segundos Duo desvía su mirada hasta que escucha al ojiazul hablar

Heero. ¿Te tomas un café conmigo?
El trenzado mueve su cabeza para aceptar la oferta y se acerca al ojiazul colocándose a su lado, Heero comienza a caminar y Duo lo sigue en silencio, Heero se detiene en el primer café que ve y escoge la mesa, el trenzado estaba muy tímido

Heero. Quatre me dio la dirección

Duo. Eso... supuse

Heero. Duo, tenemos que...

La mesera se acerca a la mesa interrumpiendo a ambos en su conversación y les toma la orden, ambos piden un café americano y permanecen en silencio hasta que les llevan lo pedido, el ojiazul no quería interrupciones y por eso lo había hecho

Heero. Sobre mi confesión yo...

Duo. Heero no... perdóname, yo no puedo

Heero. ¿Te gusto?

Duo. Es que...

Nervioso el trenzado se muerde el labio inferior y se queda callado unos momentos

Duo. No es eso... tu... si me gustas y te quiero pero... no puedo

Heero. ¿Por qué?

Duo. Porque nuestra amistad es tan bonita que no quiero arruinarla

Heero. Pero...

Duo. Entiéndeme... no te amo

Ya lo sabía, no era ninguna clase de secreto para él, aun así escucharlo de esa forma le resultaba muy doloroso y lo hace notar en sus ojos, el trenzado se da cuenta y empuña con fuerza sus manos, le dolía ver a Heero con ese gesto, lo quería mucho y odiaba hacerle daño con su rechazo

Heero. ¿Aún amas a Treize? Es eso?

Duo. No es eso, no tiene nada que ver

Heero. Lo amas, sigues enamorado de ese bastardo

Duo. ¡No es verdad!

Alterado el trenzado se levanta de la silla y Heero lo mira fijamente, otras personas voltean a verlo unos momentos, Duo se da cuenta y vuelve a sentarse

Duo. Yo estoy muy confundido... no sé lo que quiero y no sé lo que siento

Heero. Dices que no me amas ¿de eso también estas inseguro?

La pregunta del ojiazul deja a Duo con la boca abierta y los ojos un poco desorbitados, Heero tenía razón, si tan confundido estaba de sus sentimientos entonces seguramente el sentirse no enamorado de él era otra confusión ¿y si en verdad lo amaba y no se daba cuenta?. Aturdido Duo se lleva ambas manos a la cabeza y se agacha hasta toparse con la mesa, Heero se arrepiente de hablarle así e intenta colocarle una mano sobre la cabeza pero Duo reacciona antes y se levanta mirando asustado al ojiazul

Heero. Duo...

Duo. Te mereces algo mucho mejor... olvídate de mí

Rápidamente el trenzado se levanta y se marcha, Heero también se levanta rápidamente, saca de su cartera algo de dinero sin fijarse en la cantidad y sale tras Duo, al salir del local no ve al trenzado a la vista y comienza a gritarle por su nombre, el ojivioleta estaba escondido entre dos edificios y escuchaba a Heero llamarle pero no quería salir, Heero no se rinde y lo busca caminando por toda la cuadra pero no se percata de la presencia del trenzado

Heero. Maldita sea... ¿qué estoy haciendo mal Duo? Qué puedo hacer para que me aceptes?

El ojiazul estaba muy confundido y por más que pensaba no encontraba una razón por la cual el trenzado estuviera así con él, era conocedor de toda la tragedia detrás del ojivioleta pero aun así le resultaba complicado comprender porque tanto rechazo...

Dos días después Duo vuelve a su terapia, no había vuelto a ver a Heero y así lo prefería, no podía verlo de momento, el ojiazul le declaraba su amor y él en cambio solo lo hacía sufrir, se sentía mal por su egoísmo

Noin. Bueno Duo, ya hablamos de tu niñez ¿por qué no me hablas de tu adolescencia?

Duo. ¿Cualquier cosa?

Noin. Mmm, por ejemplo... tus amistades

Duo. Pues... amigos lo que se llama amigos no tuve, mi único amigo era Quatre y él se marchó poco después que iniciamos la primaria, eso sí, yo le hablaba a todos mis compañeros

Noin. Ya veo, entonces no eras retraído ni introvertido, sociable más bien ¿cierto?

Duo. Sí, eso

Noin. ¿Y cómo te sentías por eso? Te sentías solo?

Nuevamente el trenzado se queda pensativo por una pregunta de la Psicóloga, no se había puesto a analizar esa situación

Duo. Sentía que no era yo

Noin. ¿Por qué?

Duo. Es que... siempre hice lo que me dijeron, siempre hice lo que creí que querían de mí... me gustaba sentirme querido

Noin. ¿Eso llenaba tu soledad?

Duo. ... No... yo solo quería ser aceptado

Otra vez la mujer comienza a hacer sus anotaciones, estaba muy interesada en todo lo que el trenzado le contaba, aún no podía sacar todas las conclusiones pero comenzaba a darse una idea de lo que le sucedía al trenzado

Noin. Hablemos de tu amigo de la infancia ¿Quatre verdad?

Duo. Sí, Quatre

El trenzado sonríe, su amigo era alguien realmente importante en su vida

Noin. Cuéntame lo que quieras de él

Duo. Mm ¿por dónde comienzo?... la verdad es que no sé, él es tan bueno y dulce conmigo

Noin. ¿Lo quieres mucho?

Duo. Mucho es poco, no puedo describirlo

Noin. ¿Y él... te corresponde?

Duo. Sí, somos muy unidos a pesar de los años que estuvimos separados... él ha sido un gran apoyo para mí

Noin. ¿Y cómo es su relación?

Duo. ¿Cómo? Pues como hermanos pero a veces parece mi papá

Noin. ¿Cómo eres con él? También te sientes ajeno a ti?

Duo. No, me siento muy yo

El trenzado ríe tontamente un poco por el comentario

Duo. Le puedo contar de todo y él me oye muy comprensivamente

Noin. Ya veo... Duo ¿tienes pareja?

Duo. No

Noin. ¿Has tenido?

Duo. Sí

Noin. ¿Cuántas?

Duo. Solo una

Noin. ¿Puedes hablar de ello?

Un largo silencio se cruza en la conversación y la sonrisa que antes Duo tenía en el rostro es borrada en su totalidad, con tristeza el trenzado niega

Noin. ¿Por qué?

Duo. Es doloroso

Noin. Duo, antes me dijiste que sentías un nido en la cabeza ¿quieres solucionarlo?

Duo. Sí

Noin. ¿Algún motivo?

Duo. Quiero ser alguien sano

Noin. ¿No lo eres?

Duo. No lo sé

Noin. ¿Vas a contarme de tu relación? Porque si no entonces no tienen sentido las sesiones, no podremos desenmarañar ese nido

El trenzado se queda pensando sobre las palabras de la Psicóloga y nervioso buscando una respuesta comienza a jugar con los dedos de su mano y se mostraba inquiero, hasta el momento solo había hablado de ello con Quatre y Heero

Duo. Siento un nudo en la garganta

Noin. ¿Por qué?

Duo. Él... me violaba

Para Noin no era nada fuera de lo normal escuchar ese tipo de confesiones debido a su trabajo, aun así le causa un poco de impresión porque no imaginaba que Duo fuera gay. El trenzado estaba por su parte muy nervioso, a punto incluso de llorar

Noin. ¿Él era tu novio de escuela?

Duo. No, mi esposo

Noin. Esposo... ¿cómo se conocieron?

Duo. En el pueblo, de niños

Noin. ¿Cuándo comenzó su noviazgo? Por qué lo elegiste?

Duo. Yo no lo hice, fueron nuestros padres, a mis once años me dijeron que debía casarme con él

Noin. ¿Cuál fue tu reacción?

Duo. Quise oponerme, pero sabía lo que me esperaba, acepté sin decir lo que pensaba

Noin. ¿Crees que fue correcta la decisión?

Duo. No

Noin. ¿Vives con él?

Duo. No, lo abandoné

Noin. ¿Por qué tomaste esa decisión?

Duo. Me golpeaba y violaba

Noin. ¿Siempre?

Duo. Después de unos años juntos, fue empeorando cada vez... un día abuso de mí junto a otro hombre... fue el detonante, pensé que era suficiente

Noin. ¿Por qué hasta entonces?

Las preguntas que hacía la mujer no eran nada fáciles, lo ponían a pensar en cosas que no pensaba nunca, jamás se cuestionaba sus actitudes y todas ellas obedecían a un patrón

Duo. Era mi deber estar a su lado

Noin. ¿Aunque te maltratara?... ¿alguna vez te sentiste excitado por sus acciones?

Duo. ¡Jamás! Pero no tenía derecho a oponerme

Noin. ¿Tus padres se habrían decepcionado?

Duo. Sí, y yo no... podía valerme por mí mismo

Noin. ¿Por qué?

Duo. Soy débil, no tengo agallas... lo necesitaba

Todo el tiempo se había estado aguantando pero no puede más y comienza a llorar, todo su cuerpo temblaba, Noin hace a un lado su libreta y mira fijamente al trenzado

Noin. Hablemos de esto otro día ¿estás de acuerdo?

Sin hablar el trenzado acepta y la Psicóloga no dice nada hasta que se ha calmado y deja de llorar, hasta que Duo se siente dispuesto para irse entonces... Durante algunas semanas el trenzado asiste a sus terapias, se sentía apenado pero cuenta a su Psicóloga de todo, incluyendo su trabajito como actor porno, Noin se mostraba inmutable porque su profesión se lo requería, sin embargo estaba muy sorprendida por todo lo que el trenzado estaba pasando, era un caso muy interesante porque analizaba todas las conductas del chico desde su infancia, comenzaba a tomar sus conclusiones. 

En ese lapso de tiempo el trenzado y Heero no se habían visto, el ojiazul trataba de dedicarse en cuerpo y alma a su escuela pero los pensamientos de Duo no lo dejaban. En ese tiempo también Trant y Quatre se habían hecho amigos y los otros dos ya no se habían visto por la escuela, Trowa en cambio era poco lo que salía de casa... Por su parte Wufei comenzaba a lograr su cometido, cada vez más Relena era quien lo buscaba y salían. Esa noche estaban en un bar conversando y bebiendo tranquilamente

Wufei. Entonces creí que era el momento de cambiar mi vida, por eso entré a trabajar con el señor Marshall, fue bueno

Relena. Ya veo, yo nunca me he preocupado de eso

Wufei. Por tu posición

Relena. Sí

Ambos ríen un poco, cada vez que conversaban era como si se conocieran de hace muchos años, como viejos amigos, pero Relena quería algo más, algo que le ayudase a olvidar a Heero, aquel hombre que nunca sería para ella

Relena. ¿Sabes Wufei? Me la pasó tan bien contigo

Wufei. Yo también

Relena. Pero... hace falta... Wufei, me gustas

Wufei. Tú también

Relena. ¿De verdad?

Wufei. Sí, y no sabía cómo acercarme

Relena. ¿Acercarte?

Wufei. Tocarte... como aquella noche

El rostro completo de la chica se tiñe de rojo y sonríe, baja un poco la cabeza y asiente

Relena. Yo también... quiero estar contigo

Wufei le sonríe con amabilidad a la chica y se sienta a su lado ya que se encontraban frente a frente, estirando su mano le acaricia los cabellos y después la atrae hacia él y comienzan a besarse, la chica estaba feliz porque ese era un gran paso, sin embargo Wufei se sentía bajo y ruin, pero no podía hacer más, la vida de Treize y la propia dependían de ello, por eso estaba decidido, le diría a su amado que había encontrado a Duo, pero antes de eso debía convencer al trenzado de que volviera con su esposo, una vez hecho eso renunciaría al amor de su vida y se dedicaría a robarle su fortuna a Relena y su padre, así se condenara al infierno mismo, no tenía elección...

La Psicóloga le informa a Duo que esa sería su última sesión de diagnóstico pero si él quería podían seguirse viendo para ayudarle a superar su problema, el trenzado acepta gustoso la oferta y se prepara para oír lo que le diría Noin sobre sí mismo

Noin. Bueno Duo, no hablaré contigo con tecnicismos, no te diré que estás loco o mal de la cabeza, solo quiero decirte una palabra: Subestimación

Duo. ¿Y eso que es?

Noin. Duo ¿te estimas?

Duo. ¿Eh?... pues sí

Noin. Más bien No... Cuando me contabas sobre el maltrato y tu subyugación llegué a creer que eras Masoquista, pero conforme hablabas me fui dando cuenta de que tú realmente tienes un serio problema de Asociación

Duo. ¿Y eso que es?

Noin. Tu asociación de ideas no es precisamente la correcta, ejemplo. Cuando tu padre te golpeaba, me decías que estaba bien porque era para tu bien, que si lo hacía era porque tenías la culpa, pero incluso siendo eso verdad no es justificación... segundo caso, dices que la atracción física y el deseo son signos de amor, si hay amor por consiguiente tiene que haber un deseo sexual, esto no es del todo cierto, es cierto que el deseo sexual va de la mano con el sentimiento de amor, sin embargo eso no justificaría una acción sexual violenta, como sucedió con tu esposo ¿me doy a entender?

Duo estaba muy atento a todo lo que le decía la Psicóloga pero no entendía casi nada, resultaba muy complicado para él, ella se da cuenta por su mirada de que no entiende

Noin. Otro ejemplo, a tu amigo Quatre, dices que lo quieres mucho ¿verdad?

Duo. Muchísimo

Noin. ¿Sientes deseos hacía él?

Duo. No, ninguno

Noin. ¿Lo besarías o lo tocarías... tendrías sexo con él?

Duo. ¡Por supuesto que no!

El trenzado se pone como jitomate por la pregunta y a la vez se asusta

Noin. Me hablabas de otro amigo, Heero ¿a él sí?

Duo. Pues... no, no lo haría

Noin. ¿Por qué no lo amas?

Duo. Sí

Noin. Pero a Quatre si lo quieres mucho y tampoco lo harías

Duo. Pero es diferente

Noin. ¿En qué?

Duo. Pues... pues...

Noin. ¿Alguna vez te sentiste inquieto a su lado? Nervioso?

Duo. No

Noin. ¿Y con Heero?

Duo. Tampoco

Noin. ¿Te das cuenta de la Asociación?

Duo. Un poco

La Psicóloga sonríe, poco a poco trabajarían en la solución a los problemas de Duo, había mucha cooperación por parte del trenzado y eso le agradaba

Noin. Bueno, como primera tarea vas a traerme sin ayuda de nadie dos listas

Duo. ¿Dos listas?

Noin. Así es, una con tus cualidades y otra con tus defectos, ambos colócalos de lo más importante a lo menos, y no preguntes a nadie, ambas listas tienen que ser de lo que tú mismo piensas de ti ¿de acuerdo?

Duo. ¡Sí!

Noin. Bueno, en una semana vienes otra vez ¿sí?

Duo. Sí, muchas gracias

El ojivioleta se levanta del sillón y da su mano a la Psicóloga para despedirse. Regresa a casa muy contento y Quatre le pregunta cómo le fue, el trenzado le platica del diagnóstico y de su tarea, al rubio le parece muy buena idea lo de las listas y entonces el trenzado se mete a su cuarto para comenzar a hacer sus listas. El rubio sonríe muy contento, Duo se veía muy entusiasmado y esos días lejos de Heero le estaban haciendo bien...

Al día siguiente, como cada tarde al salir del consultorio, Quatre se va directamente a la escuela, ahí comería ya que no alcanzaría a ir hasta su casa para comer. El rubio se va a las mesas de afuera y comienza a comer tranquilamente, todavía hacía falta más de media hora para su primer clase, a los pocos minutos de haberse sentado ve que Trant se dirigía también a las mesas y levanta su mano para agitarla y que él lo viera, Trant lo percata casi enseguida y sonriendo se acerca, saca una silla frente a Quatre y se sienta, el rubio sonreía

Quatre. ¿Ya comiste?

Trant. Ya... ¿cómo estás?

Quatre. Bien

Trant. Oye, hay algo... que quiero pedirte

Quatre. ¿Eh?

Trant. Es que no me va bien en algunas materias y...

Quatre. Sí, te ayudo a estudiar

La sonrisa amable y sincera del rubio causan en Trant un gran sonrojo, ver a Quatre de lejos era un deleite, ahora estar tan cerca y hablar con él era como un sueño, ni él mismo se había dado cuenta de cuanto le gustaba el rubio...

Al terminar su comida el rubio, ambos chicos se ponen de pie y cada quien se marcha a su clase pero antes se ponen de acuerdo para verse después de ésta, deciden irse bajo los árboles donde Quatre solía siempre leer, enseguida Trant comienza a hacerle preguntas y el rubio le contestaba, después lo pone a leer un capítulo para después explicarle lo que no entienda, mientras tanto él estaba concentrado en sus pensamientos, de pronto recuerda a Trowa y su enfermedad, aquello siempre estaba en su mente, eran pocos los momentos que no pensara en ello, aunque por fuera se mostrara normal, sin evitarlo las lágrimas comienzan a caer silenciosas por sus mejillas.

Mientras leía Trant se traba en un párrafo y voltea hacia Quatre para preguntarle, al verlo llorar se sorprende y preocupa, el rubio se da cuenta que lo mira y sonriendo se voltea hacia otro lado para secarse las lágrimas, después voltea hacia él con la misma sonrisa

Quatre. No me hagas caso, anoche vi una película y...

Trant. No mientas ¿qué tienes?

Quatre. Nada

Trant. Quatre...

Quatre. ¡Que nada!

Avergonzado el rubio se pone de pie e intenta marcharse pero Trant también se levanta y lo jala del brazo, Quatre lo mira a los ojos mostrándose molesto pero casi inmediatamente las lágrimas vuelven a correr por sus mejillas, Trant se preocupa y antes de que pueda preguntar algo, Quatre se inclina hacia él y apretando con fuerza su camisa con una mano, recarga su cabeza en su pecho

Quatre. Trowa está muy enfermo

Trant. ¿Qué?

Quatre. Se va a morir

Trant no da crédito a semejante confesión y se queda helado, aquello le resultaba extrañamente horrible ¿era por Trowa? No, era por Quatre, no soportaba verlo llorar así, preocupado lo sujeta de los brazos y después pasa solo una mano a su espalda para abrazarlo mientras lloraba angustiosamente

Quatre. Me cuesta mucho... mostrarme como si no pasara nada... pero cada día me muero por dentro... lo amo tanto

Ese sufrimiento y ese gran amor por Trowa, ponen a Trant triste, Quatre estaba sufriendo mucho incluso antes de que el ojiverde dejara el mundo, y además estaba fuertemente enamorado de Trowa ¿cómo competir contra eso? Lo único que podía hacer era apoyarlo y nada más

Trant. No sé qué decir, lo siento

Apretando sus dientes Quatre se evita gritar pero no puede dejar de llorar ahogadamente, hacía días que no lloraba así, casi todas las noches las lágrimas corrían por sus mejillas pero se mantenía sereno y firme frente a Trowa y sus amigos, ese día no podía más. Después de unos momentos se da cuenta que ha estado pegado a Trant desde hace minutos y apenado intenta alejarse pero Trant aún le sujetaba uno de sus brazos

Quatre. Suéltame

Trant. Llora cuanto quieras

Quatre. Me siento avergonzado, suéltame por favor

El rubio mantenía su cabeza agachada y haciendo fuerza intenta hacerse hacia atrás pero su amigo no lo soltaba, estaban forcejeando. A lo lejos, Trowa acababa de llegar a la escuela, se había escapado de la vigía de su hermana para ver a Quatre ya que no lo dejaban salir solo y casi no se veían, caminaba hacia donde sabía que a su novio le gustaba leer, a unos metros alcanza a distinguir a Quatre, no veía bien quien era la otra persona pero se notaba que estaba forcejeando, enojado comienza a correr hacia su novio para ayudarle, conforme avanza distingue que es Trant el otro y aún más molesto se acerca

Trowa. ¡Suéltalo!

Al mismo tiempo voltean Trant y Quatre hacia el ojiverde quien se acercaba muy molesto, por instinto el chico suelta al rubio y entonces Trowa aprovecha y lo golpea con el puño en la cara, Trant retrocede por el golpe y perdiendo el equilibrio se cae al suelo, asustado Quatre se acerca a él y se agacha mientras lo mira

Quatre. ¿Estás bien?

Trant afirma moviendo la cabeza mientras que asombrado Trowa miraba la escena, no podía creer lo que estaba viendo, ese tipo era uno de los tres que los solían molestar y además lo estaba agrediendo ¿aun así se preocupaba?

Quatre. ¿Qué te pasa Trowa?

El rubio estaba asustado porque nunca había visto a su novio actuar de esa forma, se miraban uno al otro a los ojos, Trowa se queda completamente callado y de forma seria les da la espalda y comienza a marcharse, Quatre se sorprende y abre ampliamente sus ojos, nunca antes Trowa lo había ignorado de esa forma, el rubio ayuda a Trant a pararse y sin decir nada corre atrás de Trowa a quien le sujeta el brazo cuando lo alcanza, mirándolo fijamente, apenas si el ojiverde voltea a verlo

Trowa. Hablamos después

Quatre. No te enojes, no conmigo por favor

Casi a punto de llorar el rubio aprieta con sus manos el brazo de Trowa mientras lo mira con súplica, el ojiverde no aguanta un segundo más y toma a Quatre entre sus brazos, él sonríe contento y después sin importarles nada se besan ante la mirada de Trant a quien se le parte el corazón al verlos, desvía su mirada y después resignado se marcha llevándose sus libros que estaban sobre el pasto... cuando terminan de besarse se miran a los ojos

Quatre. Te contaré ¿sí?

Trowa. Está bien

Quatre. Solo déjame...

El rubio se gira hacia atrás porque tenía la intención de despedirse de Trant y a la vez disculparse en lugar de Trowa, pero su nuevo amigo ya no estaba, bajo el árbol solo estaban los libros del rubio por lo que se da cuenta que se ha ido

Quatre. No importa, vámonos

El rubio se acerca a sus libros y los agarra, después vuelve a Trowa y ambos se marchan. Quatre le cuenta a su novio que Trant un día lo rescato de Erick y Ralph, omitiendo obviamente los detalles del secuestro express y sobre el abuso, también le cuenta que Trant también es homosexual y que hace días son amigos, a Trowa no le parece del todo que haya surgido esa amistad pero por una parte le da gusto, su novio necesitaba de más amigos que en determinado momento le pudieran brindar apoyo cuando él ya no estuviera...

Pasados un par de días, Duo tiene nuevamente su sesión de terapia, llevaba en una libreta ambas listas, como siempre saluda a la Psicóloga y se acomoda en el sillón

Noin. Bien Duo, vas a tomar primero tu lista de defectos y uno a uno del menos al más importante me los vas a decir y me vas a explicar porque piensas eso de ti ¿sí?

Duo. Sí

El trenzado estaba un poco nervioso pero mostrando entusiasmo abre la libreta en la lista donde estaban sus defectos y de cinco escritos en ella, lee el menos importante

Duo. Torpe... suelo hacer muchas tonterías, me distraigo con facilidad y hay cosas que no entiendo muy bien

Noin. Bien, dime otro

Duo. Ignorante... bueno, solo acabé la secundaria y nunca tomé un libro por el simple gusto de leer, hay cosas que no sé hacer, como manejar o si usted me preguntara algo de lo que pasa en el mundo pues no sabría nada jejeje

Apenado Duo ríe tontamente y después prosigue con su lista

Duo. Aburrido... creo que nunca he dicho o hecho algo interesante... también soy débil, cualquiera es capaz de pisotearme

Noin. ¿Tienes más?

Duo. Sí, soy repugnante

Noin. ¿Por qué dices eso?

Duo. Mi cuerpo está sucio y mi mente corrompida, yo jamás haré feliz a nadie

Casi estaba a punto de llorar pero realmente no quería hacerlo en ese momento, se sentía demasiado cabizbajo por citar esos defectos, Noin lo mira con ternura y le sonríe

Noin. Bien Duo, ahora saca tu otra lista y hacemos lo mismo

Duo. Sí

No muy animado el trenzado saca su lista en donde apenas estaba una sola virtud, apenado la lee mirando a la Psicóloga

Duo. Fiel... me gusta serlo

Noin. Bien... veamos, de tus defectos me llamó la atención eso de aburrido, a mí no me pareces aburrido. Dime ¿alguna vez alguien te lo dijo?

Duo. Sí

Noin. ¿Quién?

Duo. Treize... dijo… que era aburrido en el sexo

Noin. ¿Y estás de acuerdo con eso?

Duo. Sí.. en todo lo soy

Noin. Mm veamos... te dices ignorante y torpe, dime ¿qué haces en casa?

Duo. Pues... limpio, hago la comida

Noin. ¿Eres buen cocinero?

Duo. Eso dicen

Noin. Y me contabas que vas a la preparatoria abierta ¿entonces? También que ayudabas en el campo, y eso no cualquiera ¿eh Duo?

El trenzado se sonroja y sonríe

Noin. ¿Y débil? Por qué no pudiste defenderte en varias ocasiones?

Duo. Sí

Noin. ¿Entonces tú tienes la culpa que te hayan violado?

Duo. Sí, eso creo

Noin. Duo, tienes que dejar de culparte tanto, ese arrepentimiento tan firmemente arraigado no te dejará avanzar

Duo. ¿Arrepentimiento?

Noin. Me dijiste que estabas corrompido y que jamás harías feliz a nadie... ¿crees que el cambio de Treize fue tu culpa? Él abuso de ti porque no supiste hacerlo feliz? Por qué eres aburrido? Torpe? Ignorante? Débil?

Duo. Pues...

Como siempre la Psicóloga pone a Duo a pensar con sus preguntas, estaba muy confundido

Duo. Por algo cambió ¿no? Si no fue mi culpa entonces ¿por qué?

Noin. ¿Y sí él no cambió?

Duo. ¿Eh?

Noin. ¿Y si su genética es así? Sabes si su padre era violador o algo así?

Duo. No que yo sepa

Noin. Duo, por lo general los golpeadores sufrieron algo igual, son patrones que se heredan

Duo. ¿Entonces no fue mi culpa?

Noin. ¿Tú lo crees?

Duo. Pues... no

Noin sonríe, era la primera vez que Duo veía ese lado del asunto, ese era un gran avance

Noin. Bien Duo, sobre tu virtud, dices que eres fiel y te gusta serlo ¿qué crees que ganas con eso?

Duo. Pues, no sé, no espero ganar nada

Noin. ¿Aprobación quizás? Si eres fiel entonces te demostrarían cariño ¿no?

Duo. Pues...

Noin. Tienes problemas de autoestima Duo, eso puede volverse depresión y es algo muy delicado ¿alguna vez pensaste en suicidarte?

El ojivioleta se queda quieto unos momentos y mueve la cabeza para afirmar

Noin. ¿Qué pensaste? Por qué querías hacerlo?

Duo. Que no valía nada... si desaparecía a nadie le importaría

Noin. ¿Te suicidarías ahora?

Confundido Duo levanta enseguida su mirada y observa fijamente a Noin, sus ojos estaban un poco desorbitados, se queda callado unos momentos

Duo. No lo sé

Noin. Quiero que regreses a casa pensando eso ¿de acuerdo? La próxima sesión al iniciar me dirás la respuesta ¿sí?

Duo. Sí

Noin. También me vas a traer tres cartas

Duo. ¿Tres cartas?

Noin. Sí, van a estar selladas y tú no podrás leerlas ¿de acuerdo?

Duo. ¿De quién van a ser?

Noin. De tus tres amigos

Duo. ¿Quatre, Heero y Trowa?

Noin. Así es, les vas a pedir que hagan una carta cada quien con lo que piensan de ti ¿de acuerdo Duo?

Duo. Sí

La Psicóloga sonríe ampliamente y se levanta de la silla para sentarse en el escritorio, Duo se levanta del sillón con su libreta en mano y se acomoda el cabello con la otra

Noin. Bueno Duo, nos vemos en una semana

Duo. Sí, hasta luego, gracias

Amablemente se toman las manos y el trenzado sale de la oficina, como siempre paga a la secretaria y se marcha, Noin se queda sentada en el escritorio

Noin. Que difícil... pero yo te voy a sacar de ese hoyo Duo, lo prometo

Suspira resignada y después sonríe, el caso de Duo le parecía muy interesante, además representaba un gran reto para su carrera, jamás había visto a alguien con esos problemas de autoestima tan serios... Al llegar a casa el trenzado, Quatre ya se encontraba ahí y además estaba Trowa, ambos estaban sentados en el sillón platicando hasta que llega Duo

Duo. Que sorpresa Trowa

Trowa. Hola

Quatre. ¿Cómo te fue?

Sonriendo Duo mueve su cabeza en señal de afirmación mientras se acerca a ambos y saluda a Trowa con un beso en la mejilla, después se sienta en otro sillón

Trowa. Me contó Quatre que estas yendo a terapia

Duo. Sí

Trowa. ¿Todo bien?

Duo. Sí, de hecho les voy a pedir un favor

Apenado el trenzado agacha su cabeza

Duo. Escriban una carta sobre mí

Dicho eso levanta la cabeza y mira a sus amigos

Quatre. ¿Una carta dices?

Duo. Sí, me las pidió la Psicóloga, quiere que mis amigos hablen de mí en una carta

Trowa. ¿También Heero?

Volviéndose a sonrojar el trenzado afirma moviendo su cabeza, Quatre se pone serio

Quatre. ¿Seguro que quieres hacerlo Duo?

Duo. Sí, es por mi bien

Quatre. Si quieres más tarde le hablamos por teléfono

Trowa. ¿Por qué mejor no vamos a su departamento?

Tanto Quatre como Duo voltean a ver enseguida al ojiverde, el rubio le da un codazo discreto mientras que el trenzado se queda callado

Trowa. No puedes seguir evitándolo Duo

Duo. ¿Evitándolo?

Trowa. No te pido que te enamores de él pero no alejes su amistad, necesitas el apoyo de todos nosotros

Duo. Trowa...

Trowa. La unión hace la fuerza y la verdad... a mí también me hace bien que estemos unidos los cuatro

El ojiverde sonríe amable a Duo y él con gesto esperanzado también le sonríe

Duo. Muchas gracias Trowa

Quatre. Bueno, entonces vamos

El rubio suspira y se pone de pie para ir por las llaves de su auto a la habitación, mientras que en la sala se quedan Trowa y Duo, el trenzado se muestra tímido mientras lo observa de reojo, como si tratara de decir algo sin animarse, el ojiverde se da cuenta y voltea a verlo

Trowa. ¿Qué sucede?

Duo. Es que quiero pedirte una disculpa

Trowa. ¿Disculpa? Por qué Duo?

Duo. Porque yo te he subestimado

Trowa. ¿A mí?

Duo. Sí, eres un gran amigo y además haces muy feliz a Quatre, y creo que nunca te he dado las gracias por lo que haces

Trowa estaba sorprendido pero también estaba conmovido, tal vez él y Duo no eran grandes amigos, tal vez no eran confidentes o íntimos camaradas pero sabían que había un mutuo apoyo y ayuda... el ojiverde sonríe después y acercándose al trenzado estira su mano y la coloca sobre su cabeza revolviendo un poco el cabello

Trowa. Gracias a ti también

El ojivioleta sonríe ampliamente y mueve la cabeza para agradecer también... Quatre estaba recargado en la puerta de su habitación, había oído la pequeña charla de su novio y su amigo y sonreía, le agradaba la idea de que se apoyaran unos a otros...

Heero estaba leyendo un libro de la historia del arte barroco en su habitación cuando escucha el timbre del departamento, como no esperaba visitas se extraña de ello pero tranquilamente se levanta para dirigirse hacia allá, al abrir la puerta se lleva una sorpresa cuando ve que se trata de Relena, la chica sonreía ampliamente

Relena. Hola

Heero. Relena... Nh, pasa

La chica entra al departamento y Heero cierra la puerta al entrar la chica, con la mano le hace una señal de que se siente pero ella mueve la cabeza negando

Relena. Me esperan abajo, solo vine a decirte algo

Heero. Te escucho

Relena. Estoy saliendo con alguien

Heero. Me da gusto

Relena. Sé que no te atraigo y que además amas a alguien más, por eso decidí olvidarme de ti y creo que él me ayudará

Heero. Seguro que sí

Relena. Pero antes... es que... quería despedirme de mis sentimientos hacia ti

Heero. ¿Despedirte?

Relena. Sí, yo... vine a pedirte un beso

La petición de la chica deja tieso a Heero, el ojiazul estaba confundido, la chica se veía muy deprimida, no creía que con un beso se desharía de sus sentimientos tan fácilmente pero quería aquel para sentir que realmente podía seguir adelante. Heero la mira a los ojos unos momentos

Heero. No, lo siento

Relena. Ah... entiendo

Triste Relena baja la mirada y camina hacia la puerta para marcharse, Heero va tras ella para abrirle la puerta... frente a los departamentos estaba el taxi estacionado donde habían llegado Wufei y Relena, él la esperaba abajo, hace días eran oficialmente novios y el pelinegro había estado de acuerdo en que la chica le pidiera un beso a Heero, el ojinegro ignoraba que ese chico tuviera relación con el trenzado, sin embargo otro detalle lo sorprende, en esos momentos un auto pequeño y modesto se detiene frente al taxi, de él bajan tres chicos, entre ellos el trenzado, Wufei se queda perplejo, esa era una coincidencia muy particular y si no fuera por los otros dos, se bajaba del taxi, en cambio solo se agacha un poco y los mira entrar a ese lugar...

Los tres suben hasta el piso donde vivía el ojiazul y caminan por el pasillo, se alcanzaba a divisar que Relena estaba frente a la puerta del departamento y que Heero estaba al marco de la puerta, ninguno ve que se encontraban ahí los tres chicos... al ver que su objetivo no pudo ser alcanzado la chica se despide de Heero dándole un beso en la mejilla el cual Heero acepta, los tres recién llegados no habían dejado de avanzar y ahora estaban a unos pasos de ellos, los tres habían visto lo mismo pero solo Duo se había sentido mal, como un pequeño vuelco en el estómago. Heero y Relena voltean hacia los otros, solo Quatre sonreía

Quatre. Hola Relena

Relena. Hola Quatre, muchachos... bueno, yo me retiro

La chica comienza a marcharse pero ella misma se detiene para regresarse

Relena. Casi lo olvido, Duo ¿puedes ir el viernes con mi padre? Le conté de ti

Duo. Ah sí, muchas gracias

Relena. Ahora si me retiro, Heero te pasa la dirección, hasta luego

Relena se marcha de ahí casi corriendo, no soportaba la idea de tener a Heero y Duo tan juntos, aunque sabía que no eran pareja, se notaba la atracción mutua y eso la incomodaba

Heero. Pasen

El primero es Quatre que antes de entrar le da a Heero un beso en la mejilla, Trowa es el segundo y como saludo palmea la espalda del ojiazul antes de entrar, al último estaba Duo, con la mirada hacia otro lado y las manos al frente

Duo. Hola

Heero. Hola Duo

Al entrar el trenzado, Heero cierra la puerta del departamento

Trowa. ¿Estás bien? Te ves tenso

Heero. Sí, luego te platico

El ojiazul mira de reojo a Quatre y a Duo, lo que había pasado con Relena no quería contárselo a ellos, al rubio no le tenía tanta confianza y frente al trenzado no podía hablar de eso

Heero. ¿Y bien? No es que me moleste su visita

Quatre. Venimos a visitarte y a pedirte un favor ¿verdad Duo?

Duo. Sí, bueno... yo...

Apenado el trenzado movía sus manos ansioso pero armándose de valor voltea a mirar a Heero con el rostro rojo

Duo. ¡No quiero perder tu amistad!

Trowa y Quatre se sorprenden de las palabras del trenzado ya que creían que el ojivioleta iba a hablarle de la carta y no había sido así

Heero. No lo harás ¿por qué dices eso?

Duo. Bueno porque...

Heero. ¿Por mi confesión? Dilo, los cuatro estamos enterados

El ojiazul sonaba un poco rudo pero en realidad no estaba molesto, solo quería que el trenzado dejara de ser tan indirecto, Duo pone gesto triste por el levanto de la voz

Duo. Sí, por eso... porque tú me amas

Heero. ¿Y por eso ya no somos amigos?

Duo. Es que ya no puedo mirarte a los ojos

Heero. ¿Por qué?

Duo. Porque me siento...

Heero. No me tengas lástima, es cierto que me rechazaste, pero mi vida no gira entorno a ti

El trenzado abre los ojos desmesuradamente y después agacha la cabeza mientras aprieta los puños, en tanto Trowa y Quatre estaban extrañados por la forma de hablar del ojiazul y miraban a ambos. Por su parte Heero se sentía mal de hablarle así a Duo pero si él mismo no era más directo entonces Duo tampoco lo sería, y eso de que su vida no giraba en torno al trenzado era una mentira, desde que se había enamorado de él claro que su vida giraba en torno a Duo, eso sentía deseos de gritárselo en la cara y después besarlo, cada día sentía que no aguantaría uno más sin hacerlo

Duo. Perdóname Heero... es cierto, seamos amigos como antes

Heero. Bien... ¿quieren algo?

Trowa y Quatre piden agua al ojiazul mientras que el trenzado rechaza la invitación, el resto de la velada Duo estaba serio, meditando en todo lo que Heero le había dicho ¿a eso se refería también la Psicóloga con dejar de sentir culpa? Eso Heero se lo había dado a entender con sus palabras, el hecho de que entre ambos hubiera un amor no correspondido no quería decir que no pudieran ser amigos, eso no era culpa de nadie... al cabo de un par de horas las visitas de Heero deciden retirarse, el ojiazul se siente triste porque habría querido estar más tiempo con Duo pero eso era imposible, sin embargo los acompaña hasta la puerta, antes de que se despidieran el trenzado le cuenta a Heero de la carta, eso lo extraña pero accede a hacerla.

Quatre se despide del ojiazul con un beso en la mejilla, Trowa como casi siempre solo le palmea la espalda, solo faltaba el trenzado de despedirse, tímido se acerca y en lugar de despedirse como siempre con un beso en la mejilla, solo estira su mano, Heero la mira unos momentos mientras se suscita un momento muy incómodo entre todos, decepcionado el ojiazul reacciona también estirando su mano, al soltarse nuevamente los cuatro guardan un silencio incómodo

Quatre. Bueno, nos vamos

Rompiendo el hielo como siempre, el rubio sonríe y toma a Trowa del brazo, Heero levanta la mano para decirles adiós y al momento de comenzar los tres a caminar, el ojiazul cierra la puerta, al hacerlo suspira sin ganas

Heero. No te alejes de mí

Decir que su amistad podía seguir siendo como antes era algo casi imposible, ninguno de los dos podía seguir actuando como siempre, Duo se mostraba privado y Heero un poco insistente y ansioso, probablemente si las cosas seguían así terminarían su amistad, debía inventarse algo para acercarse a Duo, eso pensaba mientras se dirigía a su habitación... al llegar al auto, Quatre quita la alarma al mismo y Duo enseguida se sube mientras que Trowa y Quatre seguían afuera

Quatre. Ándale, di que sí

Trowa. No mi amor, de verdad

Quatre. Solo ésta noche ¿sí?

Trowa. ¿Y Duo?

Quatre. Oh vamos, no tenemos que tener sexo a fuerzas, solo quédate a dormir

Trowa. Es que...

Quatre. Me voy a enojar ¿eh?

Poniendo gesto de niño el rubio mira a su novio y éste como siempre no se resiste a esa carita por lo que accede, sonriendo acaricia los cabellos de su novio y agachándose un poco comienzan a besarse, Duo estaba dentro del auto pero no puede evitar voltear a verlos, sonríe tristemente y agacha la cabeza

Duo. Están tan enamorados... qué envidia

Dándose cuenta de sus pensamientos el trenzado se sonroja fuertemente, jamás había pensado en algo así, nunca antes había pensado que le gustaría tener una relación así, tal vez era ahora que comenzaba a sentir el peso de la soledad... llegado el viernes Duo se prepara para ver al padre de Relena, ya tenía la dirección en su mano y tomaría un taxi hacia allá, Quatre estaba en el consultorio y no podía llevarlo.

Al llegar al lugar indicado el trenzado se asombra al ver el enorme edificio, seguro que la familia Darlian era realmente acaudalada, a la entrada estaba un guardia, Duo solo le dice que va a una entrevista de trabajo y lo deja entrar, en la recepción también dice lo mismo y la recepcionista le pide que espere; al cabo de una hora le dice que puede pasar indicándole en que piso se encuentra y cuál es la oficina, por poco el ojivioleta se pierde en el inmenso edificio pero preguntando logra llegar a la oficina

Sr. Darlian. Hola muchacho, pásate

El papá de Relena sonreía amable, estaba sentado tras su escritorio y señalando la silla a Duo lo mira fijamente, el trenzado cierra la puerta y tímido se acerca a la silla y se sienta

Duo. Hola señor, gracias por recibirme

Sr. Darlian. A ver Duo, mi pequeña dijo que buscas trabajo de lo que sea pero eso no es muy preciso que digamos ¿qué te gusta?

Duo. Me gusta ser de ayuda

Mirando curioso al trenzado, el papá de Relena enarca una ceja y después ríe alegre, Duo piensa que otra vez a dicho una tontería y se apena agachando la cabeza

Duo. Disculpe mi torpeza

Sr. Darlian. No no, nada de eso muchacho, es que veo que tienes muchas ganas

Duo. Si señor

El trenzado levanta la cabeza y sonríe entusiasmado, el señor Darlian se conmueve, de hecho se recordaba así mismo consiguiendo su primer empleo

Sr. Darlian. Mira Duo, próximamente realizaremos una importante Asociación entre compañías por lo que va haber muchos cambios, a diferencia de otras empresas con movimientos parecidos nosotros no haremos recortes de personal, crearemos más sucursales y contrataremos más personal ¿qué te gustaría hacer?

Duo. No sé, tal vez ser mensajero

Sr. Darlian. ¿Conoces la ciudad?

Duo. No

Sr. Darlian. No te preocupes... veamos... ¡ya sé! Te gustaría ser asistente?

La idea emociona mucho a Duo, eso sonaba mejor a ser mensajero, por eso afirma moviendo su cabeza

Sr. Darlian. Mira, yo tengo a mi asistente desde hace años pero mi futuro socio necesitará un asistente nuevo para cuando se instale en la ciudad ¿te interesa?

Duo. ¿Su futuro socio? Habla de...?

Sr. Darlian. Sí, de Marshall Noventa ¿lo recuerdas? Estaba en la fiesta

El trenzado se temía que se trataba de ese hombre desagradable y ahora que se lo confirmaba el padre de Relena, la idea de ser su asistente ya no sonaba muy bien, su sonrisa se borra enseguida y al darse cuenta el señor Darlian queda confundido

Sr. Darlian. ¿Qué pasa Duo?

Duo. Nada... nada

Sr. Darlian. ¿No quieres ser su asistente?

Duo. No es eso, gracias por la confianza, acepto

Para no parecer descortés o malagradecido el trenzado había aceptado ser el nuevo asistente de ese hombre tan desagradable aunque la idea no le gustaba en lo más mínimo. En cambio el padre de Relena, feliz se pone de pie y estira la mano en dirección a Duo, enseguida se pone de pie y hace lo mismo, después se sueltan y el señor Darlian se acerca para acompañarlo a la puerta

Sr. Darlian. Disculpa pero hoy tengo mucho trabajo

Duo. No se preocupe

Sr. Darlian. En dos semanas mi socio tendrá su oficina, mi secretaria se comunicará contigo, cuídate mucho y salúdame a Heero

Duo. Sí, gracias

El trenzado sale de la oficina y se marcha pensando en lo mala de su suerte, antes había trabajado para traficantes de pornografía y ahora trabajaría con ese hombre tan horrible como lo era el señor Noventa, pero debía seguir adelante...

Llegado el día de su sesión, Duo portaba las tres cartas encargadas por la Psicóloga, las tres estaban muy bien cerradas y el trenzado ignoraba el contenido. Como siempre se sienta en el sillón después de haber saludado a la mujer

Noin. Antes de que leamos las cartas ¿qué pensaste de la pregunta?

Duo. No lo haría

Noin. ¿Por qué?

Duo. Porque entonces mis amigos se pondrían tristes

Noin. ¿Es por ellos?

Duo. Sí

Noin. ¿Y tú? Si no tuvieras amigos ¿si lo harías?

Duo. Pues... no sé

Noin. Bueno, dejaremos eso pendiente, abre la primera carta, la que quieras

El trenzado mira las tres cartas mientras piensa cual abrir primero, después de unos momentos se decide por la de Quatre, deja las otras dos en el sillón y abre aquella

Duo. ¿La leo?

Noin. Así es

Duo. "Sobre Duo ¿qué puedo decir sobre mi amigo? Primero que todo que lo quiero muchísimo, es alguien muy importante en mi vida, aunque estuvimos separados muchos años yo siempre recordé nuestra amistad y esos momentos juntos, entre risas y juegos, travesuras cómplices de niños. El día que nos separamos fue realmente muy triste, yo no quería separarme de mi amigo a quien consideraba no solo eso, si no también mi hermano, aquel que nunca tuve y siempre desee..."

El trenzado hace una pausa, estaba muy conmovido por la carta y aún no terminaba de leerla, después de su tiempo sin leer decide continuar con emoción

Duo. "Aunque sí lo pienso bien, aunque no compartamos la sangre él es mi hermano y aunque ya lo haya dicho repetiré que lo quiero mucho. Es sincero e incondicional, me apoya y está a mi lado en estos momentos que tanto lo necesito, nunca tendré palabras para agradecerle el ser mi hermano. Por eso deseo de todo corazón que logre superar sus problemas y logre abrir el corazón nuevamente para que sea feliz, eso sinceramente me hará muy feliz también... te quiero mucho mucho mucho Duo"

Sonriendo el ojivioleta se lleva la hoja al pecho y mira a la Psicóloga, ella comienza a anotar en su libreta sobre las reacciones del trenzado

Duo. Qué lindo es mí Quatre ¿verdad?

Noin. Sí, lo es... ahora otra

Duo. Mmm, creo que será Trowa

Sin tanta emoción pero igual de contento el trenzado abre la carta y comienza a leerla

Duo. "Es poco lo que nos conocemos, no puedo decir mucho salvo lo que en éste tiempo he visto y compartido con él. Duo es un chico muy entusiasta, es un excelente amigo y un ser humano hermoso, lo admiro mucho por el valor que ha demostrado, es capaz de salir adelante a pesar de esas trampas que le pone la vida, sé que no es fácil, que el sufrimiento y el dolor son cosas que nunca desaparecen, pero si algo he aprendido de él es que de ese dolor y ese sufrimiento se puede obtener una gran fortaleza y lograr ser feliz. Ser feliz es algo que sin duda logrará tarde o temprano. También le agradezco su apoyo y comprensión en estos momentos difíciles de mi vida, cuida mucho de Quatre, sé que sólo tú puedes, gracias... por todo"

El trenzado siente un pequeño escalofrío en la espalda al leer el final de la carta, lo que decía de él en la carta era realmente lindo pero no podía evitar sentirse mal porque sabía lo que sucedería con el ojiverde tarde o temprano... animándose un poco Duo mira a la mujer y le sonríe un poco

Noin. ¿Qué sucede?

Duo. Es que Trowa tiene una enfermedad incurable y tal vez muera muy joven

Noin. Lo lamento

Duo. Sí

Noin. ¿Leemos la última?

Nervioso el trenzado baja su mirada para observar la carta de Heero la cual había tomado en sus manos al dejar la de Trowa sobre el sillón, sus manos tiemblan un poco y Noin se da cuenta de ello

Noin. ¿Duo?

Duo. Ah sí, lo siento

Mostrando el mismo nerviosismo, abre la carta y la desdobla, aquella era un poco más larga, agarra un poco de aire para comenzar a leerla

Duo. "Estuve pensando mucho en que escribir sobre ésta hoja de papel, no suelo ser de muchas palabras pero quise intentarlo, tal vez estas letras sean algo inútiles, pero tal vez así te des cuenta de lo difícil que es para mí expresar una idea, como no se me ocurre nada comenzaré por contarte algo... cuando era niño, desde que tengo conciencia, no tuve una madre, tampoco amigos, mi vida giraba en torno a mi padre con quien viví muy feliz por muchos años, después conocí a Trowa, lo considero como el hermano que no desee pero que doy gracias haber tenido, entonces en mi vida ya había alguien importante y durante mucho seguí siendo feliz, a pesar de lo difícil que me es mostrar una sonrisa. Creí que no me hacía falta nada, tener una pareja para mí era insignificante pues tenía a mi padre y a Trowa, pero entonces mi padre decidió mudarse de ciudad, yo me quedé para estudiar, pensé que no era tan malo pues aún podía comunicarme con él, pero entonces, cuando creí que todo estaba bien apareció alguien, no sé cómo sucedió ni en qué momento comencé a sentir que arruinaría lo poco que me quedaba, pero aunque no me agradara su presencia, debía admitir que solamente él era capaz de hacerlo sonreír, eso me daba gusto, por otra parte pues por primera vez yo lo veía feliz, entonces lo acepté..."

El trenzado hace otra pausa al darse cuenta que Heero hablaba de Quatre, ahora entendía el porqué de las palabras de su amigo rubio cuando decía que por alguna extraña razón él y Heero no eran amigos

Duo. "Volví a sentirme solo, como aquellos días en que le preguntaba a mi padre ¿Dónde está mamá?. Después perdí a papá y aquel dolor me parecía incurable... entonces fue cuando creí que no podía volver a sentirme nunca como en aquellos días junto a mi padre y Trowa, eso creí hasta que apareciste, no te diré que fue amor a primera vista, ni siquiera que me hayas interesado como pareja, de hecho creí que tal vez podía reemplazar a Trowa con tu presencia, tal vez no te agrade saberlo pero realmente lo creí así entonces..."

Efectivamente al trenzado no le agrada eso pero aunque así era le daba gusto que Heero se abriera con él, aunque fuera en una carta

Duo. "Pasaron pocos días para darme cuenta de que eras una persona realmente increíble, amable y sencilla, a pesar de ser realmente bello nunca te mostraste pretencioso o arrogante, eso es lo primero que me cautivó de ti... el tiempo pasó y te conocí un poco más, me ofreciste tu amistad incondicional, escuchaste mis palabras, escuché las tuyas y me conmovió tu forma de ser, amable, sincero, con una sencillez digna de admirarse, he llegado a cuestionarme si realmente eres real, y lo eres, lo comprobé cuando tuve cerca tu cuerpo, cuando olí tu aroma, cuando te miré profundamente a los ojos sin que te dieras cuenta de que muero de amor por ti..."

Nervioso el trenzado aprieta un poco la hoja, Noin toma nota de todas las reacciones de su paciente

Duo. "Tal vez al principio fue conveniencia porque necesitaba desesperadamente de un amigo; tal vez después fue necesidad, porque me sentía solo; después se volvió deseo, porque eres realmente el más hermoso que haya visto, porque necesitaba la cercanía de un cuerpo que me brindara calor; después se convirtió en protección, quería alejarte del mal que cualquiera pudiera hacerte, cuidar de ti como se cuida un tesoro; pero después, finalmente lo comprendí, estaba enamorado, felizmente enamorado de alguien hermoso y excepcional, de alguien por quien sería capaz de morir en cualquier instante, a quien ofrezco todo de mí y mucho más..."

Las manos de Duo temblaban cada vez más y algunas lágrimas luchaban por salir

Duo. "¿Qué pienso de ti? Lo mejor, no me importa tu pasado, no me importan las manos que tocaron antes tu cuerpo, ni los labios que te robaron miles de besos... solo me interesa curar tus heridas, aunque no me ames, aunque no toque jamás tu cuerpo... con solo ver una sonrisa se compensa todo... porque tu alegría y entusiasmo son mi razón para levantarme cada día... ¿qué puedo encontrar en ti? Ternura, humildad, alegría, esperanza, fortaleza, amabilidad , delicadeza y una gran amistad... gracias por aparecer en mi vida... las palabras que pudiera escribir para decirte lo mucho que representa tu existencia en la mía... jamás serían suficientes..."

No aguándose ni un segundo más el trenzado aprieta completamente la hoja con sus manos y se la lleva al pecho, cerrando los ojos comienza a llorar desesperadamente, Noin lo miraba atenta y escribía sus anotaciones, mientras tanto el trenzado no podía pensar en nada, eran tantas cosas en las que podía pensar pero aun así un tornado de emociones lo tenían bloqueado, su cuerpo entero temblaba, si con las palabras de Quatre había sentido una sacudida, con las de Heero podía sentir una completa revolución y ese ardor en lo más profundo de sus entrañas

Continuará...


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