jueves, 5 de noviembre de 2015

Lo que el viento se llevó

Capítulo 13. Una segunda oportunidad



Sentado en el sillón frente a su Psicóloga, Duo derramaba lágrimas sobre aquel pedazo de papel donde Heero había escrito las palabras más hermosas que alguna vez había escuchado, por su mente pasaban miles de recuerdos al lado de Heero, en su corazón se podía sentir el fuerte latido del entusiasmo y el dolor, frente a esa hoja y ante las palabras estaba rendido, vencido por aquel sentimiento llamado amor, lo sabía, algo muy en el fondo le decía a gritos que estaba enamorado de Heero, que la vida le daba una segunda oportunidad de amar, pero no había querido subyugarse ante ese hecho, no podía seguir así y hacer a Heero hundirse con él, por eso no había querido corresponderle, para sufrir solo esa agonía de su pasado, pero no podía, debía aceptar que el único camino para curarse el alma era el amor que Heero le ofrecía

Noin. ¿Estás bien?

Sin responder con palabras, Duo aprieta la hoja contra su pecho y niega moviendo la cabeza, la Psicóloga sonríe levemente con ternura y cierra su libreta

Noin. Es todo por hoy... ¿cómo te sentiste?

Duo. Extraño... pero feliz

Noin. ¿Por qué?

Duo. Estoy enamorado

Confundido por no saber si sonreír o seguir llorando, el trenzado solo se encoge de hombros y desvía su mirada

Noin. ¿Y eso es bueno?

Duo. No

Noin. ¿Por qué?

Duo. Porque no quiero que él sufra... a mi lado no será feliz

Noin. No digas eso... por lo que vi él te ama

Duo. Pero yo estoy sucio

Noin. No Duo... tú eres tú ¿de acuerdo? Esas cartas lo dicen todo, tienes quienes te quieren

Duo. Pero...

Noin. No importa lo que haya sucedido, ellos están a tu lado, cuidan de ti, se preocupan, saben de tus cualidades, de tu dolor, conocen tus lágrimas... ¿y tú? ¿Tú te quieres Duo?

Por instantes Duo se queda callado, levanta después la mirada y observa fijamente a Noin

Duo. Sí, sí me quiero

Noin. ¿Lo ves? Amas lo que ellos aman, si cuidas de ti, a la vez cuidarás de ellos, porque si te pasan cosas malas o sufres, ellos lo sentirán contigo ¿entiendes?

Duo. Sí

Entendiendo el mensaje que la Psicóloga quiere darle, Duo sonríe ampliamente y retira la hoja de su pecho para mirarla

Duo. Gracias

Noin. Es mi trabajo

Secándose sus lágrimas, el trenzado se pone de pie tomando entre sus manos sus tres preciadas cartas y guardándolas en sus sobres, las lágrimas continuaban saliendo y de vez en cuando aspiraba, Noin extiende hacia él una caja de pañuelos y agarra dos

Duo. ¿Qué hago?

Noin. ¿Qué crees que debas hacer?

Duo. Quiero ver a Heero, quiero ver sus ojos

Poniéndose rojo Duo agacha su cabeza, Noin sonríe mientras lo mira tiernamente y se pone de pie dejando su libreta sobre la silla

Noin. Entonces ve a verlo

Duo. Estoy nervioso

Noin. Sigue tus instintos

Duo. Sí

Contento por la ayuda de la mujer, el trenzado estira su mano hacia ella, Noin le contesta sonriendo

Noin. Nos seguiremos viendo en las sesiones

Duo. ¿Por qué?

Noin. Creo que aún tienes cosas que decir, ese nudo no se ha desenmarañado por completo ¿o sí?

Borrando su sonrisa, Duo niega con la cabeza, aceptar que amaba a Heero solo era un paso, todo lo sucedido con Treize y su pasado no era fácil de olvidar y aún había cosas que lo atormentaban... Después de haberse despedido de su Psicóloga, Duo toma el primer taxi que pasa por la avenida más cercana y pide al taxista que lo lleve a la dirección donde sabía que vivía Heero, durante su trayecto se tronaba los dedos y se mostraba impaciente, solo sabía que quería ver al ojiazul pero no tenía idea de lo que iba a decirle...

Sentado en el sillón de la sala, Quatre leía un libro de medicina mientras esperaba el regreso de Duo, el rubio le había insistido en ir por él al consultorio cuando terminara la sesión, pero el trenzado se había negado, quería comenzar a valerse por sí mismo, más aún que ya comenzaría pronto a trabajar de Asistente... ya tenía leyendo más de dos horas por lo que deja el separador sobre la hoja que acababa de terminar de leer y cierra el libro, cerrando los ojos se da un leve masaje en el hombro izquierdo y después los abre para mirar su reloj

Quatre. Duo está por salir, ojalá no se pierda

Poniéndose de pie, camina hacia su habitación para dejar el libro, sale enseguida después de dejarlo sobre el librero, camina a la cocina para tomar agua pero antes de servirse el teléfono suena, pensando que es su amigo, suspira profundamente

Quatre. Seguro se arrepintió y quiere que vaya por él

Imaginando la cara tierna que seguramente Duo estaba poniendo, Quatre sonríe divertido y se apresura para llegar al teléfono, el cual descuelga con entusiasmo

Quatre. Te dije que...

Trowa. ¡Cásate conmigo!

Sorprendido a más no poder por lo que acababa de oír por parte de su novio, deja caer al suelo el teléfono quedándose inmovilizado y con los ojos bien abiertos, enseguida se escucha la voz de Trowa llamando a su novio una y otra vez, el rubio reacciona pasados unos cuantos segundos y rápidamente se agacha para agarrar el teléfono

Quatre. ¿Qué... qué dijiste?

Trowa. Perdón por decirlo así de repente pero...

Quatre. ¿De verdad tú...?

Trowa. Sí, yo... te amo y...

Quatre. ¡Acepto!

Sin pensarlo siquiera, el rubio contesta entusiasmado, pero al mismo tiempo sentía una fuerte opresión en el pecho, tal vez para muchos sería una tontería, pues Trowa moriría en cuestión de poco tiempo, pero aun así, casarse con el hombre que amaba le causaba una gran alegría... sin evitarlo comienza a llorar al teléfono mientras que Trowa sonreía tiernamente, pero apretando con fuerza el teléfono, tal vez estaba siendo demasiado egoísta con su novio, porque a pesar de que Quatre se oía feliz, sabía muy bien que casarse resultaría doloroso, pero entre otras cosas más, hacer su esposo al hombre que amaba era uno de sus últimos deseos

Trowa. Perdón por hacerlo por teléfono pero...

Quatre. No mi amor, no te disculpes, yo... de verdad...

Ahogándose en su garganta las palabras, Quatre nuevamente comienza a llorar y Trowa se entristece por ello

Trowa. Perdóname

Quatre. No, no digas eso... yo, te agradezco, de verdad

Trowa. Te amo Quatre

Quatre. Yo también te amo, te amo mucho

Trowa. Yo sé que no en cualquier lugar es legal, pero yo estaba pensando en que fuera en tu pueblo

Quatre. ¿En Santa Fe?... pero no es oficial, no sería válido en otras partes y...

Trowa. Yo solo quiero estar contigo, no importa si es algo simbólico... quiero que seas mi esposo, si tú y yo lo sabemos me basta ¿sí?

Quatre. Está bien

Trowa. Gracias

Sintiéndose más tranquilo, el ojiverde deja de apretar el teléfono y Quatre sonríe contento, no podía creer que fuera a casarse con Trowa, aunque para muchos fuera un matrimonio ficticio por no tener validez legal, bastaba con que ellos se sintieran casados...

Llevaba parado frente a la puerta del departamento, más de diez minutos, de repente levantaba la mano para tocar la puerta pero enseguida la bajaba mostrándose indeciso, no sabía cómo verlo y que decirle, nunca se había sentido tan nervioso en toda su vida, era como un hormigueo que le recorría desde los pies hasta la cabeza y un escalofrío se apoderaba de él

Duo. Tú puedes Duo... tú puedes

Cerrando sus ojos, el trenzado comienza a murmurar para darse ánimos, momentos después y antes de que abra sus ojos, la puerta lo hace primero, Heero se sorprende de ver a Duo ahí

Heero. ¿Duo?

Dando un sobresalto, enseguida el trenzado abre los ojos y se sonroja completamente, el ojiazul traía una bolsa de basura en la mano y enseguida la deja a los pies de la puerta pues al día siguiente temprano pasaba el contenedor

Duo. Ho... ho... hola

Heero. Pásate

Mostrándose amable pero a la vez serio, Heero se hace a un lado para dejar pasar a su amigo, el ojivioleta camina nervioso hacia el interior del departamento y enseguida que pasa Heero cierra la puerta haciendo sentir a Duo nuevamente un hormigueo, el ojiazul lo miraba confuso pues no entendía el porqué de su visita, sobre todo porque ya era de noche

Heero. ¿Pasó algo malo?

Duo. No... vengo de mi terapia

Heero. ¿Y cómo te fue?... siéntate

El trenzado afirma moviendo la cabeza y enseguida se sienta en uno de los sillones de la sala, agacha su cabeza y se queda callado unos momentos

Duo. Me fue bien

Heero. Ya veo... ¿quieres agua?

Duo. No... Heero

Heero. ¿Sí?

El ojiazul mira atento a Duo en espera de que le diga lo que tiene planeado decirle, pero en cambio el trenzado se queda callado por varios segundos, aprieta después con fuerza la tela de sus pantalones y comienza a temblar

Duo. Gracias por la carta

Los ojos de Heero se abren ampliamente y un rubor se apodera de su rostro, enseguida desvía la mirada que hasta entonces mantenía sobre Duo

Heero. De nada

Duo. Y no solo eso...

Heero. ¿Eh? Qué cosa?

Duo. Es que yo... yo... Heero yo...

Comiéndose sus palabras, Duo levanta poco a poco los ojos hasta que los pone sobre Heero, el ojiazul a su vez también observa a Duo detenidamente, el trenzado estaba completamente sonrojado y su corazón latía con tal fuerza que podría salirse de su pecho, por momentos Heero no comprende nada hasta que los ojos cristalinos del trenzado le hacen entender, no podía describirlo pero sentía una fuerte felicidad

Heero. Tú...

Sin responder con palabras, Duo aprieta con fuerza sus labios y afirma moviendo la cabeza mientras las lágrimas comienzan a rodarle por las mejillas, Heero no lo puede evitar y sonríe, después poco a poco comienza a avanzar hacia él arrodillándose a su frente, ambos se miran a los ojos y momentos después Heero apoya su cabeza en la rodilla derecha de Duo poniendo su mano derecha en la otra rodilla, el trenzado sonríe contento y sin dejar de llorar coloca sus manos en la nuca de Heero y recarga su cabeza sobre la del ojiazul

Duo. Te amo Heero... de verdad te amo

Al oír las palabras de su querido Duo, Heero siente que todo su cuerpo se blandea, como si sintiera el peso de cinco vasos de Whiskey sobre él, le parecía estar dentro de un sueño, le resultaba maravilloso que el trenzado le correspondiera, lo había estado deseando desde hace tiempo... poco a poco el trenzado quita sus brazos de la nuca de Heero y levanta su cabeza, el ojiazul también levanta la suya y observa fijamente al trenzado, se mostraba feliz, y realmente lo estaba, pero aunque un mar de emociones lo estuviera devastando, sus ojos no mostraban un solo indicio de lágrimas, Duo le sonreía ampliamente

Duo. Mi Heero... eres tan irreal

Heero. ¿Eh?

Duo. Eres increíble, en todos los sentidos

Su mirada cargada de ternura hace estremecer a Heero por completo, por largos momentos se miran fijamente a los ojos, Duo coloca sus manos en los hombros de Heero y después con su mano derecha le acaricia la mejilla

Heero. Dime Duo... ¿me estas aceptando?

Duo. Sí, te he dicho que te amo

Heero. Sí, eso lo sé pero... entonces tú... ¿quieres ser mi novio?

Por momentos el trenzado se muestra asombrado por la proposición pero después sonríe ampliamente, acariciando nuevamente la mejilla del ojiazul

Duo. Claro que sí

Avergonzado Duo se sonroja completamente, sin contar a Treize, Heero era su primer novio, aún a sus 20 años, y para el ojiazul la situación no era distinta, Duo era su primer novio, anteriormente había tenido encuentros con algunas chicas, pero solo eran besos o caricias casuales, jamás había tenido una pareja formal... al escuchar la respuesta Heero también sonríe y pone su mano sobre la mano de Duo que estaba en su mejilla

Heero. Gracias

Agarrando la mano de Duo, Heero la aparta de su mejilla y la besa, después se pone de pie y ayuda al trenzado a también hacerlo, sus cuerpos estaban a escasos centímetros de distancia poniéndolos aún más nerviosos, anteriormente habían estado así de cerca o aún más, pero en ésta ocasión era distinto. Nervioso Heero levanta su mano derecha y con dos dedos acaricia lentamente los labios de Duo, él entrecierra los ojos y abre un poco su boca

Heero. ¿Puedo... darte un beso?

Duo. Sí, no... no preguntes

Heero lo observaba fijamente, admirando y sintiendo con la punta de sus dedos, los suaves labios del trenzado, quita poco después sus dedos y con esa mano sostiene su rostro colocándola sobre su mejilla, no sabía cómo empezar, se sentía muy nervioso

Heero. ... Te amo...

El trenzado cierra completamente sus ojos y Heero se agacha lentamente cerrando también los suyos, con una suave caricia toca los labios de Duo con los suyos, sintiendo el cálido aliento que lo hace sentir un choque eléctrico, besa primero su labio inferior sin hacer presión e inclinando después su cabeza hacia el lado derecho, se apodera de su boca con suavidad, acariciando sus labios con los suyos y permitiéndole a su lengua invadir lentamente esa húmeda cavidad, con la mano izquierda toma la cintura del trenzado y con la otra aún en su rostro, lo atrae levemente hacia él

Sus bocas se entregan la una a la otra con pasión reprimida sintiendo enseguida la agitación en el pecho del otro, con fuerza Duo aprieta sus manos en la espalda de Heero y haciendo una pausa de menos de un segundo, Heero se inclina al otro lado rozando la nariz de Duo sintiendo a la vez el aire de su agitación, continuando enseguida con la suave caricia de aquel beso... pasado casi un minuto, Duo siente que le falta el aire y jadea levemente, Heero lo escucha y lentamente suelta los labios del trenzado, permaneciendo ambos con los ojos cerrados

Duo. Heero...

El mencionado sonríe al oír su nombre en aquel sensual susurro y poco a poco abre sus ojos maravillándose con el rostro frente a él, relajado y tierno, Duo le secunda momentos después en abrir sus ojos, observando los azules que le miraban

Duo. Se sintió tan bien

Las palabras del trenzado hacen que Heero se sienta apenado y se sonroja, al ver su cara toda roja, Duo no lo puede evitar y comienza a reír

Duo. Te ves tan lindo

Heero. Duo

Aún apenado Heero desvía su mirada y Duo lo observa dejando de reír, le coloca una mano sobre la mejilla y se acerca para darle un beso sobre los labios alejándose casi enseguida

Duo. Me siento tan feliz... esto sí es estar enamorado... es tan... extraño pero... tan bonito

Sin siquiera intentar evitarlo, Duo comienza a llorar recargando su cabeza sobre el pecho de Heero, él lo abraza con fuerza y lo besa sobre los cabellos

Heero. Lo sé... se siente muy bien

Duo. Perdón por haberte hecho sufrir, la verdad es que me gustabas mucho, y te quería tanto, pero me evitaba, no quería enamorarme, porque ya no quería sufrir

Heero. Duo...

Colocándole las manos en los hombros, Heero lo aparta un poco de él y lo mira a los ojos

Heero. Jamás te haré daño... no soy como él

Duo. Lo sé... gracias

El trenzado le sonríe nuevamente a Heero y él también le sonríe a Duo

Duo. ¿Sabes? El día de la presentación los vi

Heero. ¿A quiénes?

Duo. A Relena y a ti... se estaban abrazando

Heero. Pero eso no...

Duo. Lo sé lo sé... es que yo, en ese momento sentí muchos celos, tal vez entonces ya estaba enamorado de ti, la verdad no sé cuando empecé a sentir esto, solo sé que en éste momento te amo y soy feliz... quería que lo supieras

Heero. Sí... gracias

Aún se sentía un poco nervioso, pues sentía que todo estaba sucediendo demasiado rápido, hace unas horas iba a una simple sesión de terapia y ahora estaba enamorado de Heero y estaban juntos y se estaban besando, todo parecía tan irreal y a la vez hermoso que no podía creer que estuviera pasado. Un silencio frío se cruza entre los dos y se alejan un poco uno del otro

Heero. ¿Quieres que... te pida un taxi?

Duo. Pues... es que

Heero. Dime

Duo. Me quiero quedar, solo ésta noche ¿sí?

Mostrándose enseguida rojo, Heero abre los ojos sorprendido y se queda callado, Duo capta enseguida el mensaje y se entristece

Duo. Perdón... mejor si llama al taxi

Heero. ¡No! Quédate

Duo. ¿Sí?

Heero. Eso me haría feliz

Duo. ¿Aunque yo no...? es que no estoy listo

Heero. ¿Qué? De que...?

Ahora los dos estaban sonrojados

Duo. Ya sabes... para hacerlo

Heero. No no no, yo no estaba... pensando en eso

Con la cara toda roja, Heero no puede evitar desviar su mirada y sentir un rápido cosquilleo, por su mente no había pasado nunca la idea de que él y Duo fueran a tener sexo esa noche y no se imaginaba que el trenzado estuviera pensando que él esperaba eso de él, eso lo hacía sentir mucho más apenado

Heero. La verdad es que no me importa

Duo. ¿No te importa?

Heero. Bueno... si me importa, pero... quiero decir que te esperaré

Duo. Gracias Heero

Sonriendo feliz, el trenzado se abraza del cuello de Heero y recarga la cabeza en su hombro, el ojiazul le responde abrazándolo por la cintura y cerrando sus ojos, así permanecen por unos momentos antes de que Duo reaccione y se aparte apresurado

Duo. No le avisé a Quatre

Heero. Ah cierto... llámale

Apartándose de él, se retira a la recámara mientras que Duo se acerca al teléfono y marca a su amigo, Quatre contesta enseguida ya que estaba preocupado por su amigo y se alegra de saber que si se trataba de él

Quatre. ¿Estás perdido?

Duo. No, estoy con Heero

Quatre. ¿En su departamento?

Duo. Sí

Quatre. ¿Y qué haces ahí? Todo bien?

Duo. Sí, voy a dormir aquí

Quatre. ¿Por qué?

Duo. Es que... Heero y yo, ya somos novios

Como si escuchara la noticia del siglo, el rubio se sorprende quedándose mudo por completo, no podía creer lo que estaba escuchando

Duo. ¿Sigues ahí?

Quatre. ¡¿De verdad son novios?!

Duo. Sí... mañana te platico bien

Quatre. Sí, sí, quiero saberlo todo

Duo. Está bien

Quatre. Ay amigo, muchas felicidades

Duo. Gracias

Completamente emocionado, el rubio se despide de su amigo antes de colgar, Duo deja el aparato sobre su base y se dirige a la habitación de Heero, el ojiazul estaba colocando un par de sábanas en el suelo, el trenzado se queda un poco confundido

Duo. ¿Y eso?

Heero. Aquí voy a dormir

Duo. ¿Por qué?

Heero. Para dejarte la cama

Duo. Ah

Mostrándose decepcionado, Duo solo agacha un poco la mirada, Heero lo mira atentamente unos momentos y después se sonroja

Heero. ¿O quieres... dormir conmigo?

La proposición de Heero agrada por completo a Duo y enseguida voltea a verlo sonriéndole ampliamente y emocionado

Duo. Sí

Con su gran sonrisa, Duo se acerca a Heero y lo besa en la mejilla, el ojiazul le sonríe y con su mano derecha le comienza a acariciar el cabello, el trenzado se pone serio y cerrando sus ojos, sujeta con su mano derecha la nuca de Heero y lo atrae hacia él, comenzando enseguida a besarse, Duo levanta su otra mano y también la coloca en su nuca atrayendo aún más a Heero, pegando por completo sus cuerpos y profundizando el beso, convirtiéndose aquel en uno apasionado, sabiendo Heero que tiene que detenerlo antes de que la pasión aumente y comience a excitarse, acaricia la mejilla de Duo y poco a poco lo aparta de él abriendo enseguida sus ojos

Heero. ¿Tienes hambre? Prepararé de cenar

Duo. Pues... un poco

El trenzado le sonríe a Heero amablemente y entonces él se aleja para irse a la cocina, su corazón latía como loco al igual que el de Duo quien se queda en la habitación, sonriendo y acariciándose los labios, se sentía feliz de haber rechazado con anterioridad un beso de Heero, porque besarlo ahora era tan hermoso que si lo hubiera permitido antes, no hubiera sido tan especial como en ese momento...

Mientras se ponía la ropa miraba a la chica que hace unos momentos acababa de hacer suya, dormía tranquilamente en la amplia cama de la habitación de Hotel que habían rentado para esa noche, debía admitir que estar con ella ya no era tan frío como en un inicio porque le había tomado cariño, pero también era cierto que no podía dejar de pensar en Treize, ese hombre al que tanto amaba y quien era el causante de todo su sufrimiento, pero no lo podía evitar, lo amaba y lo seguiría amando, así estuviera con Relena o cualquier otra persona, jamás dejaría de quererlo...

Terminándose de vestir, se acerca a la cama y besa la blanca mejilla de la chica, después sale de la habitación agarrando su celular y metiéndolo en la bolsa de su pantalón, necesitaba un poco de aire fresco, quería relajarse un poco. Caminaba por las calles cercanas al Hotel y se detiene frente a una tienda de relojes, ya que en el mostrador estaba uno que era muy parecido a un reloj que tiene Treize, sonríe tiernamente al recordarlo y metiendo la mano a la bolsa de su pantalón, saca el celular y lo mira fijamente

Wufei. Quiero oír tu voz... pero si te llamo me preguntarás por Duo, y yo aún no sé si decirte que ya lo encontré

Realmente estaba indeciso en decirle o no de la situación, en primer lugar debía poner atención en el maléfico plan de su jefe y en segundo, se había dado cuenta que Duo ahora contaba con buenos amigos que seguramente lo defenderían de Treize, pero tal vez su razón más fuerte para no hacerlo, era por él mismo, porque diciéndole a Treize del paradero de Duo, era como perderlo para siempre, y aunque ya se había jurado así mismo que lo dejaría libre, hacerlo resultaba mucho más difícil...

Después de haber cenado, Duo recoge los trastos y también los lava mientras que Heero recogía las sábanas que antes estaba tendiendo en el suelo, el trenzado termina su labor en la cocina y se va a la habitación, el ojiazul estaba sacando algo de un cajón cuando siente los brazos de Duo rodearle la cintura por atrás y voltea un poco, el ojivioleta le sonreía

Heero. ¿Qué sucede?

Duo. Nada, solo te quería abrazar

Para Heero no era sorpresa que Duo fuera tan cariñoso, pero si le resultaba sorprendente la forma en que el trenzado se estaba comportando con él, y no es que le molestara, pero le resultaba tan fantástico que le costaba creer que fuera cierto

Heero. ¿Quieres algo para dormir

Duo. Una camisa tuya

Heero. Está bien

Soltando a su novio, da un paso hacia atrás mientras que Heero saca una camisa suya y volteando hacia Duo se la entrega

Heero. ¿Ésta está bien?

Duo. A ver

Agarrando la camisa de Heero, la lleva hacia su rostro y la huele, después sonríe contento

Duo. Sí, huele a ti

Apenado Heero se sonroja hasta las orejas y saca su ropa de dormir del cajón, un short azul y una camisa verde sin mangas, cuando se gira hacia atrás, Duo estaba tan solo en ropa interior y se estaba poniendo la camisa, por instinto se voltea para no ver

Duo. ¿Qué tal?

Nuevamente el ojiazul se gira hacia atrás pero ahora Duo ya tenía la camisa puesta, Heero le sonríe y se acerca para besarle la mejilla

Heero. Te ves muy lindo

Duo. Gracias

Feliz como niño, se tira a la cama y comienza a acariciar la cubierta de la cama, Heero lo observa y vuelve a sonreír, se divertía mucho estando con Duo, no recordaba la última vez que había sonreído tanto, se sentía ajeno de sí mismo, pero no lo podía evitar, Duo era ese tipo de persona que le hacían tener ganas de sonreír. Heero a diferencia del trenzado, sale de la habitación para cambiarse de ropa y cuando regresa, el trenzado ya tenía la cama desarreglada y él debajo de las sábanas

Duo. Ya vente... te hubieras cambiado aquí

Heero. Si ¿verdad?

Duo. Recuerda que ahora eres mi novio

Heero. Sí, perdón

El switch de la luz estaba cerca de la puerta y él lo apaga, después se acerca a la cama, entra debajo de las sábanas del lado derecho de Duo y enseguida él se acerca para abrazarlo poniendo su cabeza en el pecho y con su mano izquierda abarca la cintura de su novio, Heero se sonroja por completo al sentir el cálido cuerpo del trenzado, pero sin querer ser frío con él, coloca su mano izquierda sobre el hombro de la mano que lo rodeaba de la cintura, sentía que su corazón explotaría y Duo se da cuenta de ello al tenerlo tan cerca

Duo. ¿Sabes? Tengo mucho miedo

Heero. ¿De qué?

Duo. Que éste sueño dure tan poco

Heero. ¿Por qué lo dices?

Duo. Por Wufei, pronto Treize sabrá donde estoy

Heero. No digas eso, yo te protegeré, lo prometo

Duo. De verdad tengo tanto miedo

Heero. Duo

Abrazándolo con fuerza, Duo siente la calidez del cuerpo de Heero como si quemara en su piel y sonríe un poco, de verdad se moría del miedo, pero también se sentía protegido al lado de su novio, tal vez Treize lo encontraría pronto pero seguramente estando al lado de Heero todo iba a salir bien...

El rostro sonriente del hombre frente a él le causaba un gran escalofrío, no podía distinguir bien su cara, pero era alguien a quien conocía, esos ojos lunáticos y la sonrisa retorcida le eran familiares, le resultaba repulsivo y asqueroso, todo era como un recuerdo borroso que había preferido ocultar en lo más profundo de su memoria

"Eres todo un jovencito... cuanto has crecido"

La risa burlona le causaba miedo, pero a pesar de que quisiera correr, sus pies se sentían como si estuvieran pegados al suelo... la mano que le acariciaba el brazo quemaba como si de carbón ardiendo se tratara

"Pórtate bien"

El sentimiento de miedo y odio crecía cada vez más, no podía soportarlo... no podía... no una vez más... no lo permitiría...

Al abrir sus ojos, lo primero que observa es el reloj sobre su pared, marcaba las once de la noche, no solía dormir tan temprano pero ese día se había quedado dormido al caer la tarde, se sentía agotado, como si sus fuerzas se hubieran ido por completo... con flojera se sienta sobre la cama y se queda sin hacer nada por varios minutos, después vuelve a mirar el reloj y respingando se pone de pie, va al baño y se pone agua en la cara. Sale de ahí y vuelve a la recámara, lo primero que ve es su aparato telefónico, lo observa fijamente, hace días que esperaba noticias de Wufei, pero no tenía nada, eso lo molestaba

Treize. Maldita sea ¿será que espera que yo lo llame?... pero si no lo ha encontrado ¿de qué sirve que le llame?

Se sentía muy molesto, pero aun así se decide y descuelga el teléfono, marca el número de celular de Wufei y espera impaciente a que le conteste... el pelinegro estaba por llegar al Hotel cuando escucha su teléfono sonar, lo saca de su pantalón y mira la pantalla, llevándose una gran sorpresa cuando ve que se trata de Treize, se sentía contento porque iba a oír su voz pero a la vez estaba preocupado

Wufei. Ho... hola

Treize. No me has llamado

Wufei. Es que...

Treize. ¿Y Duo? Ya lo encontraste?

Wufei. Es que...

Triste porque Treize no le había preguntado siquiera como estaba, Wufei se queda sin habla unos momentos

Treize. Contéstame Wufei

Wufei. Sí

Treize. ¿Eh? En... en serio?

Wufei. Sí, yo... encontré a Duo

Treize. ¿Y por qué no habías llamado?

Wufei. Lo siento

Treize. No importa... gracias Wufei, muchas gracias

Wufei. De nada

Nuevamente se queda en silencio, triste porque Treize se oía feliz al teléfono al saber que había encontrado a su esposo

Treize. En unos días estaré allá

Wufei. Sí, te contaré todo

Treize. ¿Y cómo estás?

Los ánimos de Wufei se elevan un poco cuando Traize pregunta por él, pero aun así se seguía sintiendo triste porque ahora sí había perdido a su amado para siempre

Wufei. Bien, yo... comencé el plan

Traize. ¿Entonces tú...?

Wufei. Sí, la hija de Darlian y yo.. somos amantes

La noticia del pelinegro no agrada en absoluto a Traize, pero no quería mostrarse demasiado obvio, por lo que comienza a reír, Wufei se entristece por ello e inventa una excusa para colgar la llamada

Wufei. Mañana me despertaré temprano, te veo aquí en unos días, adiós

Sin darle tiempo a despedirse, Wufei cuelga la llamada y aprieta con fuerza su celular, la reacción de Traize lo hacía sentir humillado, en cambio Traize avienta con coraje el teléfono estrellándolo contra el suelo

Traize. ¡Maldita zorra! Te atreves a acostarte con Wufei... zorra asquerosa

No podía contener todo el coraje que sentía, su amor por Wufei era más fuerte de lo que su obstinada cabeza quería admitir, estaba obsesionado con Duo, tenía una fuerte manía hacia él que lo cegaba estúpidamente...

Hace unos momentos que Duo se había quedado dormido sobre su pecho, pero él no podía conciliar el sueño, la sensación de tener a Duo de esa forma entre sus brazos le parecía tan maravillosa que temía dormir y que al despertar, ese fuera uno más de sus ilusos sueños, realmente temía por ello

Heero. Eres tan hermoso... en todos los sentidos... hermoso

Con delicadeza su mano comienza a acariciar la espalda de Duo sobre la camisa, su acción repetitiva comenzaba a darle sueño y a pesar de su miedo, le da al trenzado un beso sobre la frente y cierra sus ojos quedándose dormido poco a poco... Al abrir sus ojos lentamente, antes de mirar cualquier otra cosa, gira su mirada hacia el otro lado de la cama encontrándola vacía, sintiendo un vacío en su pecho, cierra los ojos y suspira resignado

Heero. Sabía que era demasiado bueno para ser verdad

Sintiéndose agobiado permanece por varios minutos con los ojos cerrados y completamente inmóvil, sus fuerzas se habían ido por completo

Duo. ¡Buenos días dormilón!

Abriendo enseguida sus ojos, se apoya con un codo en la cama y mira hacia la puerta, ahí se encontraba Duo con el cuerpo hacia fuera y la cabeza dentro de la habitación sujetándose con ambas manos del marco de la puerta, sonreía alegremente, Heero se queda estupefacto unos momentos

Duo. ¿Sigues dormido?

Heero. ¿Eh?... no, no yo... no

Duo. Bueno, levántate que ya casi está listo el desayuno

Mandándole un beso con la mano, Duo se retira nuevamente hacia la cocina, Heero todavía se queda confundido un tiempo sin moverse, después se acuesta otra vez en la cama, cierra los ojos y se pasa la mano por el cabello

Heero. Fue real... esto es real

Abre sus ojos repentinamente y se levanta de la cama, como si su energía hubiera vuelto por completo, no lo podía explicar pero se sentía en extremo bien, se cambia su ropa de dormir por un pantalón casual y una camisa simple de manga corta, no se pone calzado y sale de la habitación, Duo se encontraba sirviendo en los platos, huevos revueltos con arroz, pan tostado, café y jugo de naranja con zanahoria, al ver que el ojiazul sale de la habitación, sonríe ampliamente y se acerca a él, dándole un suave beso en los labios

Duo. Siéntate amor

Heero no puede evitar sonrojarse por la forma en que el trenzado se había referido a él, él se da cuenta y sonríe divertido

Duo. Te pusiste rojito

Heero. Es que...

Duo. ¿No te gusta que te llame así?

Heero. No no, no es eso

Duo. Entonces lo diré mucho "Amor, amor, amor... mi amor"

La seriedad de Heero no se resiste a los encantos de Duo y sonriendo se acerca a él y le da un beso en la punta de la nariz, el trenzado se sorprende un poco y se toca con un dedo el lugar que Heero había besado, sonríe divertido y ahora él se acerca a su novio, dándole también un beso en la punta de la nariz

Duo. Se va a enfriar el desayuno ¿eh?... Amor

Como niño pequeño se gira sobre sus talones y da la espalda a Heero para caminar hacia la mesa, el ojiazul también lo hace y ambos sentados a la mesa comienzan a desayunar, Duo amenizaba hablando y contándole a Heero de sus sesiones de terapia y él lo escuchaba paciente, mirándolo detenidamente, encantado con todo de él, cada gesto, cada palabra, era para él lo más hermoso...

Después de haber firmado los contratos que los convertía en socios legalmente, el padre de Relena invita a desayunar al señor Noventa para celebrar, por fin el negocio de sus vidas daba arranque, pero lo que el señor Darlian ignoraba era el plan de su socio para quitarlo del camino y quedarse con la fortuna familiar... al terminar el desayuno, ambos hombres permanecen sentados a la mesa

Sr. Noventa. De éste día en adelante esperaremos los frutos de nuestro negocio

Sr. Darlian. Eso espero socio

Sr. Noventa. Brindemos por ello

Ambos hombres alzan sus copas y después de chocarlas una con otra, beben felices, para el padre de Relena esa era una gran oportunidad de dejarle a su hija un patrimonio con el cual se pudiera mantener el resto de su vida y así también asegurar el futuro de los nietos que ella le diera, en cambio para el señor Noventa no era más que una oportunidad de hacer crecer su fortuna, también le importaba el futuro de su hija Sylvia, pero mucho más importante era tener todo ese dinero y disfrutar los años de vida que le quedaran, tenía la manía de conseguir todo con lo que se encaprichaba

Sr. Darlian. ¿Sabes? He querido decírtelo desde hace días, ahora lo veo conveniente

Sr. Noventa. ¿Qué sucede? Dime

Sr. Darlian. Espero que no tengas objeción en que contrate a un asistente

Sr. Noventa. ¿Para mí? Yo ya tengo a Wufei

Sr. Darlian. Oh, yo creí que era algo así como tu brazo derecho, entonces tendré que decirle a Duo que le daré otro empleo

Al oír el nombre del trenzado, el señor Noventa se sorprende y enseguida una sonrisa maliciosa se cruza por sus labios

Sr. Noventa. ¿Sabes? No estaría mal

Sr. Darlian. Pero creí...

Sr. Noventa. Es que tienes razón, daré a Wufei el puesto que se merece, entonces así Duo será mi asistente... es el chico de la fiesta ¿cierto? El de la cabellera larga

Sr. Darlian. Sí, el mismo

Sr. Noventa. Me cayó bien ese muchacho, tiene el trabajo

Sr. Darlian. Gracias Marshall, es admirable de tu parte

Sr. Noventa. No es nada

Ocultando su mirada mezquina, bebe otro trago de su Champagne y sonríe, tener a Duo cerca de él sería algo muy interesante, ese muchacho tenía un encanto que lo había hechizado, estaba seguro que con todo el dinero que tenía y que estaba por obtener, compraría al chico hasta convertirlo en su amante, esa idea lo tenía maravillado...

La noche anterior la había pasado muy mal, pensando e imaginando que Wufei acariciaba otro cuerpo, que su Wufei se entregaba a una vieja asquerosa que seguramente era una zorra, la idea le repudiaba completamente, sentía deseos de vomitar y muchas ganas de golpear algo. Por eso aquella mañana se había despertado con un apetito voraz, y a pesar de que antes lo había tratado mal, ahí se encontraba en esos momentos, haciendo el trabajo por el cual se le pagaba siempre, era uno de los mejores sexo servidores de la región, ya antes Traize había contado con sus servicios y por eso lo había buscado

Su experta lengua devoraba gustosa su miembro erecto, deleitándose con las gotas de semen que comenzaban a escurrirle por el tronco, pero él ya no aguantaría más, quería sentir esa cavidad amplia y húmeda, por eso sujeta la cabeza del chico con ambas manos y la empuja hacia él, entrando su miembro casi por completo, poniendo su rostro rojo y haciéndolo toser un poco, pero eso le importa poco y con fuerza continúa con ese ritmo, embistiendo su boca, el otro cerraba sus ojos con fuerza, dejándose por completo hasta que siente el líquido caliente estallar en su garganta, entonces Traize lo suelta y moja su rostro con aquella semilla, respirando aliviado, pero aun sintiéndose fatal por pensar que Wufei era tocado por otro cuerpo desnudo que no fuera el suyo

Traize. No... no estuvo mal

Sonriendo maliciosamente, acaricia los largos cabellos rubios, mientras él le miraba fijamente, no era la primera vez que le servía, cada vez que se sentía frustrado, Traize recurría a él y pagaba por esos actos sin sentido, solo para calmar su ferviente ira. Sabiendo lo que le gustaba a su cliente, se quita la ropa y poniéndose en cuclillas, comienza a masturbarse dejando que Traize lo golpee un poco, sus glúteos y su espalda eran las víctimas del fetiche de su cliente, quien se regocijaba de aquella acción, aquello era lo que más le excitaba, y aunque para él era humillante, Traize pagaba bastante bien...

Al terminar su trabajo, Traize deja que el chico tome un baño mientras él se queda sentado frente al teléfono, mirándolo fijamente, su ceño estaba fruncido y sus brazos cruzados, en su mente mantenía la idea de llamarlo, quería oír la voz de Wufei, por lo menos le serviría para saber que no estaba con esa zorra. Sin haber tomado la decisión definitiva de llamarlo, Traize se queda varios minutos mirando el teléfono, Zechs sale del baño y mientras se seca el cabello se acerca a su cliente

Zechs. Debo irme ¿me pagas?

Traize. Sí, pásame mi billetera

Con su dedo índice señala el mueble donde estaba su cartera pero sin voltear a verlo, el rubio se dirige al mueble y toma la billetera, se acerca a su cliente y la extiende hacia él, Traize voltea y lo mira fijamente a la cara sin tomar la cartera

Zechs. ¿Qué sucede?

Traize. Acércate

Un poco confundido, el rubio se acerca un poco, agachándose, Traize lo observa fijamente y después le sujeta con fuerza dos mechones de cabello con las manos, jalándolo hacia él, Zechs se queja pues el jalón había sido fuerte, la mirada de Traize era de enojo

Traize. Tú me lo recuerdas

Zechs. ¿De qué habla?

Traize. ¡Tú me recuerdas al idiota de Duo!

Zechs. ¿Duo?... ¿su esposo?

Traize. Sí, ese desgraciado malagradecido

Poniéndose de pie sin soltar el cabello de Zechs, Traize aprieta con más fuerza y avienta al rubio hacia la cama donde lo tumba, sus manos se resbalan por el cabello hasta que sujeta las puntas, el rubio miraba fijamente a su desquiciado cliente, Traize lo miraba duramente y con rudeza se acerca casi montándose sobre su cuerpo

Zechs. ¿Qué me va...?

Traize. ¡Cállate!

Como loco Traize suelta el cabello que sostenía con su mano derecha y le da una bofetada con toda su fuerza al rubio

Zechs. No... no me golpee

Traize. No me mires como lo hace él... quita esa cara!

Nuevamente como loco, Traize estrella otra bofetada a Zechs, seguida de un par más, el rubio intentaba oponerse pero el castaño estaba histérico, necesitaba descargar otra vez su furia, no podía soportar que alguien más pusiera sus manos sobre Wufei, que lo acariciara, que lo besara, la sola idea lo asqueaba, además el solo hecho de recordar a Duo le atormentaba, recordaba la vez en que el trenzado había osado a mirarlo duramente, estaba obsesionado porque no podía aceptar que el trenzado hubiera logrado escapar de sus cadenas, no podía perdonar ese acto de rebeldía, su deber era estar a su lado "Hasta que la muerte los separe", daría cualquier cosa porque las cosas fueran como antes, tener en casa a su estúpido esposo y tener a su adorado amante, era lo que más deseaba...

Casi al mediodía, Duo decide que es hora de regresar al departamento de Quatre, y a pesar de que no quería causar molestias, las insistencias de Heero lo hacen aceptar que lo lleve allá en taxi, no es mucho lo que tardan en llegar, el trenzado tenía llave, pero en el departamento parecía que no estaba Quatre, el trenzado y Heero estaban en la sala

Duo. Qué raro ¿no crees?

Heero. ¿No fue a la escuela?

Duo. En la mañana trabaja y es miércoles, supuestamente sale a las 11

Heero. Tal vez fue de compras

Duo. Tal vez... siéntate

El trenzado se dirige a la cocina y sirve dos vasos de agua mientras que Heero se queda sentado en un mueble de la sala, Duo regresa y da al ojiazul uno de ellos

Duo. Celebremos nuestro noviazgo

Heero. ¿Con agua?

Duo. Claro

Sonriendo divertido, se sienta a un lado de Heero y chocan sus vasos de agua, bebiendo ambos después, Duo deja su vaso en la mesa frente al sillón y quita el vaso a Heero mientras éste aún bebía, sonreía ampliamente

Duo. Otra vez estamos solitos

Soltando una risa tonta, el trenzado cierra después sus ojos y se acerca más a Heero para besarse, el ojiazul estaba sonrojado, nunca antes había tenido una relación, no sabía si debía de actuar igual que Duo quien era muy cariñoso, pero para él eso no se daba fácilmente, aun así dejándose de prejuicios, sostiene suavemente el mentón del trenzado y le corresponde el beso; en medio de éste el sonido de una puerta abrirse los separa, pero no era la puerta de entrada si no la de la habitación de Quatre, ambos voltean hacia ella llevándose una sorpresa cuando ven a Trowa salir en ropa interior, el ojiverde también estaba sorprendido, de la emoción que sentía Quatre por lo de su propuesta, no le había comentado que Heero y Duo ya eran pareja, los tres se quedan callados unos momentos, enseguida la nueva pareja se sonroja completamente, pero Trowa estaba tranquilo, sorprendido pero normal

Duo. Ho... hola

Trowa. ¿Desde cuándo...?

Duo. Anoche

El trenzado estaba muy contento, sonreía ampliamente, en cambio Heero estaba serio, se sentía un ambiente un poco incómodo, Trowa también estaba serio, callado, Duo estaba ensimismado con su felicidad por lo que no se da cuenta de la tensión, el ojiverde mira unos momentos a Heero y después sonríe

Trowa. Me alegro mucho, felicidades

Duo. Gracias

El ojiazul se pone de pie y Trowa se acerca a él, estira su brazo y coloca su mano sobre el hombro del moreno, mirándolo a los ojos

Trowa. Suerte

Heero. Gracias

Momentos después Quatre sale de la habitación, tenía puestos un short y una camisa, contento enseguida se acerca a Duo y le da un fuerte abrazo

Quatre. ¡Felicidades!

Duo. Gracias

El rubio y el trenzado estaban muy contentos, incluso Quatre sentía deseos de llorar, se sentía muy feliz por su amigo, Trowa y Heero los miraban, el ojiverde quita su mano del hombro de Heero y lo mira

Trowa. Después me cuentas

Heero. Sí

El ojiverde sonríe a su amigo y después se acerca a Quatre cuyas manos estaban enlazadas a las de Duo, sonreían ampliamente, Trowa pone su mano en el hombro de su novio y lo atrae un poco hacia él, el rubio suelta las manos de Duo y voltea a Trowa a quien le sonríe, después voltea hacia Duo

Trowa. Nos vamos a casar

El rubio no lo puede evitar y sonríe muy contento mientras mueve la cabeza afirmativamente, Duo reacciona casi enseguida lanzándose a los brazos de su amigo, mientras que Heero mira a Trowa de forma seria, el ojiverde estaba feliz, en cambio él se sentía extraño

Heero. Los felicito

Trowa. Gracias

Heero. Aunque...

Trowa. No digas nada... por favor

Desviando su mirada hacia Quatre y Duo, borra su sonrisa, Heero solo agacha un poco la cabeza, no iba a opinar absolutamente nada, mientras Trowa fuera feliz en sus últimas le bastaba, aunque lo que fueran a hacer Quatre y él no tenía sentido

Duo. ¿Y cuándo será?

Quatre. Anoche lo hablamos, a más tardar un mes

Duo. Pero...

Sin saber cómo decirlo, Duo mejor se queda callado, Quatre entiende a que se refiere pero intenta disimular para no tocar el tema, sabía que de ese día a un mes todo podía pasar y que tal vez Trowa moriría antes de eso, pero no quería pensar en su muerte, intentaba que todo transcurriera normalmente

Quatre. Será algo sencillo... ¿y sabes? Será en Santa Fe

Solo de oír el nombre de su pueblo, Duo siente un fuerte escalofrío y se pone serio, Quatre lo nota y se acerca a su amigo a quien le sujeta una mano con las dos de él

Quatre. Está bien... Treize no irá allá

Duo. Pero mis padres, me odiarán cuando sepan que dejé a Treize

Quatre. ¿Y no crees que lo tienen que saber?

Duo. Tienes razón

Quatre. Nosotros estaremos contigo

A Duo le vuelve la sonrisa aunque aún se sentía inseguro, no quería enfrentar a sus padres porque seguramente le pedirían que volviera al lado de su esposo a quien le tenían mucha confianza y cariño porque lo conocían desde que era un niño... después de dadas las noticias, Trowa y Quatre se visten apropiadamente para que los cuatro pudieran comer juntos.

Después de la llamada de Duo para decirle que dormiría en casa de Heero, el rubio había llamado a Trowa para que fuera a su departamento, ya que no aguantaba las ganas de hacer el amor con él después de aquella hermosa propuesta...

Los cuatro comen en un Restaurante cerca del departamento del rubio ya que nadie quería cocinar, después de eso Quatre tiene que irse a la escuela, de paso deja a Trowa en su casa mientras que Heero y Duo se quedan en el departamento del rubio, iban a ver películas mientras comían palomitas, el ojiazul no era alguien de muchas palabras y a Duo a veces se le acababan los temas de conversación...

Al llegar a su casa sube directamente a su habitación, su hermana que tenía la habitación al lado de la suya, lo oye llegar y se dirige a ella, la puerta estaba entreabierta y se asoma, su hermano estaba acostado en la cama mirando al techo, ella toca la madera un par de veces y antes de recibir respuesta entra a la habitación, Trowa voltea a verla y se sienta enseguida

Catherine. Hola hermano

Trowa. Hola

Enseguida Catherine se da cuenta que Trowa se ve un poco triste, se preocupa pensando que tal vez se sienta muy mal, por eso se acerca a él rápido

Catherine. ¿Qué tienes? Llamo a un Doctor?

Trowa. No es nada

Catherine. Pero si te ves cabizbajo

Trowa. ¿Recuerdas a Duo?

Catherine. Un poco

Trowa. Él y Heero son novios

Al oír la noticia la chica se sorprende abriendo ampliamente sus ojos, frunce el ceño con tristeza y mientras mira a su hermano, se sienta a un lado de él

Catherine. ¿Estás bien?

Trowa. Sí... Quatre es mi adoración... lo amo como jamás imagine que amaría a alguien, es solo que... sentí un poco de nostalgia, es todo... pero estoy muy feliz por Heero

Catherine. Me alegro, seguro que los cuatro serán muy felices

Trowa. Me gustaría creer realmente en ello

Deprimiéndose por lo de su enfermedad, se acuesta en la cama sobre unos de sus costados y se queda completamente quieto, después de unos momentos cierra sus ojos, Catherine se entristece por haber hecho que su hermano recordara que no iba a poder vivir lo suficiente para ver feliz a Heero y para amar a Quatre, pero esa era la realidad...

La película aún no terminaba, apenas estaba por la mitad, Duo estaba muy atento a ella pues era de acción, sin embargo Heero no estaba muy interesado, él prefería hacer otro tipo de actividades, pero a pesar de que él y Duo ya era novios oficiales, no encontraba la forma de invitarlo a alguna otra parte, además de que el trenzado se veía muy interesado, la persecución en automóvil de la escena lo tenía completamente atento...

Duo. No seas tonto, no entres a ese callejón... ¡te lo dije!

Refunfuñando como niño, Duo se cruza de brazos y voltea hacia Heero el cual estaba atrás de él, los dos estaban semi acostados en la cama, entonces el ojivioleta se da cuenta que su novio no estaba prestando atención

Duo. ¿Qué tienes?

Heero. ¿Eh?... nada

Duo. Si no te gusta la quito

Heero. No, déjala, está bien

El trenzado se queda pensativo unos momentos y enseguida sin decir nada toma el control con su mano derecha y detiene la película, después apaga la televisión

Heero. Pero...

Duo. ¿Qué quieres hacer?

Heero. Lo que quieras, ve tu película, te veías emocionado

Duo. La verdad no, estaba horrible

Heero. ¿Entonces?

Sonriendo tímidamente, Duo se sonroja y desvía su mirada dejando a su novio un poco confundido, pero el trenzado no dura mucho así y levanta su mirada observando a Heero, después se voltea y se acerca dándole un beso en los labios, después se aparta un poco

Duo. Es que... si no haría eso

Heero. ¿Besarme?

Duo. Sí, si no hacemos algo me dan ganas de llenarte de besos

Heero. ¿Y eso es malo?

Duo. Malo no... es solo que... temo no contenerme

Ahora el avergonzado era Heero, él creía que solo era de él no poderse contener, pero al parecer a Duo le sucedía igual, tal vez entre ambos la rigidez sexual era muy fuerte, pero el trenzado no estaba seguro, no porque físicamente no deseara al ojiazul, sino porque él mismo se apartaba de sus deseos, porque mentalmente no estaba preparado para entregar su cuerpo a Heero, aunque lo amara, el ojiazul lo entendía muy bien y por su parte hacía un gran esfuerzo por no mostrarse demasiado interesado en el sexo, después de todo, ser correspondido por Duo lo hacía muy feliz y por el momento eso le bastaba para sentirse dichoso... pese a su naturaleza, Heero le sonríe a Duo y lo mira a los ojos fijamente

Heero. No hay porque apresurarse ¿cierto? Duo, sucederá cuando tenga que suceder, aunque por el momento... ambos lo deseemos

Completamente apenado, Duo se sonroja y asiente con la cabeza, Heero coloca una mano sobre su cabeza y revuelve un poco los cabellos, después lo sujeta del hombro y lo atrae hacia él dándole un afectuoso abrazo

Duo. Tienes razón

Heero. ¿Vamos afuera?

Duo. Sí

Recobrando la alegría que lo caracterizaba, Duo se separa de Heero y se pone de pie, estira su mano hacia su novio quien la agarra y también se levanta de la cama... al salir del departamento caminan por la cuadra, mientras lo hacían Duo contaba algunas historias de cuando él y Quatre eran niños y vivían en Santa Fe, Heero lo escuchaba atento pero no hacía comentario alguno, solo observaba a su amado.

Al pasar por una tienda de helados, Heero compra a Duo un cono sabor chocolate y él se compra uno de limón, se sientan en una banca de un parque cercano y ahí el trenzado continúa con sus historias, cuando no tiene otra que contar se queda callado unos momentos y termina su helado, Heero lo había terminado antes y ambos estaban acompañándose en silencio. Poco después Duo se acuerda que tiene que contarle algo a Heero

Duo. ¿Sabes? Ya tengo trabajo

Heero. ¿En serio? De qué?

Duo. Voy a ser asistente

Por un pequeño momento Heero frunce el ceño con desconfianza pues le parecía raro que de buenas a primeras Duo tuviera un trabajo de asistente, pero después recuerda que él y Quatre le habían pedido de favor a Relena que hablara con su padre, entonces Heero se tranquiliza un poco

Heero. ¿Del señor Darlian?

Duo. No, él me dijo que sería el asistente de su Socio

Enseguida Heero sabe de quién habla Duo y no le parece para nada conveniente por lo que se molesta mucho

Heero. ¿Con Noventa?

Duo. Sí

Heero. Olvídalo

Duo. ¿Qué dices?

Heero. No trabajarás para él

Duo. Pero...

Heero. Ya lo dije... ni hablar

El ojiazul se queda callado y se cruza de brazos dejando de mirar a Duo, pero el en cambio estaba confundido, sabía que Noventa no era de fiar y daba la razón a Heero para desconfiar, pero aun así el ojiazul no tenía ningún derecho de decirle que hacer y que no, además de que el necesitaba el trabajo y debido a su inexperiencia le resultaba muy difícil conseguir en otras partes

Duo. Lo haré

Heero. ¿Qué dices?

Duo. Necesito el trabajo

Heero. Ese tipo te mira suciamente

Duo. Lo siento, pero acepté

Heero. Haz lo que quieras

Completamente molesto se pone de pie y se marcha dejando a Duo solo sentado en la banca del parque, el trenzado se siente triste por la reacción de Heero y por abandonarlo, enseguida sus ojos se llenan de lágrimas y se agacha apoyando la frente sobre sus rodillas; el ojiazul caminaba a prisa sin mirar atrás, pero al haber avanzado un par de metros se gira hacia atrás y ve al trenzado llorando, deja de caminar y lo mira desde ese punto por un par de segundos, sintiéndose mal decide mejor regresar, al llegar se pose frente a él

Heero. Duo...

Al oír su nombre el trenzado levanta la cabeza y se pone rápido de pie abrazando a Heero fuertemente sin dejar de llorar

Duo. No te enojes por favor

El ojiazul lo mira con tristeza y colocándole las manos en los hombros lo aleja un poco de él, le limpia las lágrimas del ojo izquierdo y después le coloca ambas manos en las mejillas, Duo lo mira a los ojos

Heero. Entiende que me preocupo, ese hombre no es de fiar

Duo. Lo sé

Creyendo que ha entendido, Heero se acerca y besa a Duo en la comisura de sus labios sin soltar sus mejillas, después vuelve a mirarlo a los ojos

Heero. Mañana buscaremos otro trabajo

Duo. Pero yo prometí que...

Poniéndose serio, el ojiazul suelta ambas mejillas de Duo lentamente y se aparta un poco

Duo. Es que...

Heero. Vámonos

Dándole la espalda fríamente comienza a caminar, Duo siente un nudo en la garganta pero no iba a llorar, Heero estaba en lo correcto al enojarse y preocuparse así, pero no quería fallarle al padre de Relena quien se había portado muy bien con él. En silencio regresan al departamento de Quatre

Heero. Bien, me voy

Duo. ¿Tan temprano?

Heero. Tengo tarea

Igual de serio y sin despedirse, Heero le da la espalda a Duo y camina nuevamente hacia la puerta la cual abre, pero antes de que salga el trenzado se acerca y lo abraza con fuerza de la cintura

Duo. No te vayas enojado

Heero. Debo irme, es en serio

El ojiazul agarra ambas manos de Duo que se cerraban en su cintura y las aparta, sin decir más y sin voltear atrás se marcha sin cerrar la puerta, Duo sale del departamento y lo ve partir poniéndose muy triste, pero entra a la casa y cierra la puerta, esperaba más apoyo por parte de su novio...

Como lo había estado haciendo en muchas ocasiones, Quatre ayuda a Trant con sus materias, después de eso tiene una clase y al salir de ésta encuentra a su nuevo amigo sentado en el pasto cerca de la cafetería, como lo ve solo se acerca con una sonrisa

Quatre. Hola otra vez

Trant. Hola, siéntate

Quatre. No, ya no tengo clase y quedé de verme con Trowa

Trant. Ah

Decepcionado vuelve a leer el libro que traía en manos, Quatre nota la hostilidad y se molesta un poco cruzándose de brazos

Quatre. Trowa es mi novio y lo amo

Trant. ¿Y?

Quatre. Es normal que nos veamos ¿no crees?

Trant. Si

Ignorando al rubio continúa leyendo su libro, Quatre se fastidia por ello y separando sus brazos comienza a caminar para alejarse, se había molestado, Trant en cambio se queda unos momentos leyendo hasta que reacciona y arrepintiéndose de su comportamiento, cierra su libro y guarda todas sus cosas en la mochila, se pone de pie y sigue a Quatre que caminaba a prisa

Trant. Oye, espera

Quatre. Déjame en paz

Trant. Quatre.. escucha

Quatre. No me interesa... adiós

El rubio camina con más rapidez pero Trant logra alcanzarlo y le pone una mano sobre el hombro derecho, Quatre voltea molesto

Quatre. Ya, déjame

Trant. Perdón por mi actitud... es que... no me hagas caso, por favor

Quatre. Tal vez no es buena idea que seamos amigos

Trant. ¿Pero por qué?

Quatre. Porque te gusto, y yo amo a alguien más... tú no lo aceptas

Se encoge de hombros y arquea sus cejas dándole después la espalda pero antes de caminar Trant le coloca otra vez una mano sobre el hombro y lo hace voltear

Trant. Eso no es cierto, si lo acepto

Quatre borra su gesto de enojo y sonríe a su amigo, intenta decirle algo pero en ese momento del lado contrario llegaban Erick y Ralph, el rubio los ve de lejos y borra su sonrisa mirándolos fijamente, Trant se da cuenta y mira hacia atrás encontrándose con la desagradable vista, ambos sujetos sonreían y se acercan

Erick. Mira a los nuevos amantes ¿no te dan asco?

Ralph. Sí, bastante

Trant. Dejen de molestar

Erick. Uy, que pronto "cambiaste de bando"

Ralph. Seguro que Quatre se encargó de ello ¿verdad niñito?

Quatre. Váyanse al diablo

Con gesto de fastidio, Quatre se voltea y comienza a caminar, estaba enfadado de sus estúpidos compañeros, además aún no se le olvidaba lo que le habían hecho semanas atrás, lo recordaba y le daban ganas de vomitar. Trant se queda ahí, retándolos con la mirada, diciéndoles que si se metían de nuevo con Quatre les iba a ir mal, ni siquiera hacían falta las palabras, después se da media vuelta y se marcha, Erick tenía gesto de enojo total, Ralph se extraña de eso, nunca lo había visto tan enojado

Ralph. ¿Qué pasa?

Erick. Los odio, de verdad los odio... malditos maricones, todos me dan asco

Ralph. ¿Por qué tanto odio?

Erick. ¿Eres uno de ellos?

Ralph. Qué asco, claro que no

Erick. Fue su culpa... de ese sujeto

Ralph. ¿Quién?

Erick. Mi padre

Más extrañado que antes, Ralph mira a su amigo detenidamente, él empuñaba con fuerza ambas manos, se veía realmente muy enojado

Erick. Dejó a mi madre, nos abandonó y se fue con otro maricón... jamás lo perdonaré... por eso todos me dan asco, son unos cerdos

Sin ganas de decir más se aleja de prisa y furioso mientras que Ralph estaba muy sorprendido, Erick no hablaba casi nunca de su vida e ignoraba que esa historia hubiera sucedido, entonces piensa que la homofobia de su amigo es comprensible, la suya en cambio no tenía una razón específica de ser, le daban asco dos hombres juntos y ya...

Después de aquel suceso en la escuela, Quatre se despide de Trant y vuelve al departamento, al entrar encuentra a Duo acostado en el sillón, al principio cree que está dormido pero cuando se acerca el trenzado abre sus ojos, los cuales estaban un poco rojos, el rubio se preocupa y se sienta a un lado de sus piernas, estira su mano y aparta unos cabellos de la frente de su amigo

Quatre. ¿Qué tienes?

Duo. Nos peleamos

Quatre. ¿Heero y tú? Por qué?

El trenzado se talla los ojos y después se sienta mientras mira a su amigo

Duo. Porque seré el asistente de Marshall

Al oír ese nombre el rubio también se sorprende de que el trenzado vaya a trabajar para él, sobre todo después de las miraditas que el sujeto le había echado al ojivioleta en la fiesta

Quatre. ¿Trabajarás para ese tipejo? Duo perdóname pero Heero tiene razón en enojarse

Duo. Lo sé pero necesito el trabajo

Quatre. Por eso no te preocupes, buscaremos en otro lugar

Duo. ¡No Quatre! No quiero ser siempre el niñito a quien tengan que cuidar, además el señor Darlian fue muy bueno en darme una oportunidad, no quiero defraudarlo

Quatre. Duo...

Duo. Confía en mí, puedo hacerlo

Quatre. Mmmh... Está bien

Con esfuerzo el rubio le sonríe a su amigo, realmente valoraba la valentía con que Duo se estaba comportando aunque también le preocupaba que aquel sujeto fuera a dañar a su amigo, aun así el trenzado tenía razón, no podía pasarse la vida esperando ser la damisela rescatada del peligro

Duo. Gracias amigo

Sonriendo sinceramente, el trenzado abraza a su amigo, estaba contento de recibir el apoyo de alguien...

Minutos más tarde de haber llegado a su departamento después de haberle mentido a Duo sobre la tarea, Heero toma el teléfono y llama a su amigo, Trowa se encontraba despierto y responde enseguida ya que el teléfono era su celular

Trowa. Hola Heero

Heero. ¿Cómo estás?

Trowa. Bien

Heero. Perdón por no haberte contado antes

Trowa. No te preocupes... ¿pasa algo?

Heero. Tuvimos nuestra primer pelea

Trowa. ¿Qué sucedió?

Totalmente confundido se levanta de la cama y avanza hacia la ventana, quedándose ahí mientras Heero le contaba sobre la pelea que había tenido con su ahora novio, al ojiverde también le sorprende que Duo vaya a trabajar para Noventa aun cuando se había dado cuenta que ese hombre lo observaba insanamente...

Trowa. Entonces aun así aceptó

Heero. Si... me siento mal por tratarlo fríamente, pero me molestó mucho

Trowa. Heero, él solo quiere tu apoyo ¿crees que no es consciente de que se arriesga?

Heero. Pero...

Trowa. Es bueno que te preocupe, pero tampoco seas tan aprensivo con él

Heero. ¿Lo crees?

Trowa. Sí

Aún indeciso, Heero se queda callado unos momentos, pero pronto procesa mejor lo que su amigo acaba de decirle y se tranquiliza un poco

Heero. Es cierto... me disculparé

Trowa. Bien

Heero. ¿Por qué siempre sabes que decir? Me das envidia

El comentario sarcástico de Heero hace sonreír a Trowa

Trowa. Solo digo lo que pienso

Heero. Pero siempre es preciso

Trowa. Creo que me extrañarás ¿verdad?

Heero. No digas esas cosas

Trowa. Pero es cierto ¿no? Porque moriré y ya nadie...

Heero. ¡Cállate!

El ojiverde se sorprende por la orden de Heero, nunca antes el ojiazul le había hablado de esa forma, enseguida se crea un aire de tensión entre los dos donde ambos se quedan callados, Heero reacciona y se disculpa

Heero. Sé que quieres tomártelo a broma... pero no es gracioso... es cruel

Trowa. Perdón

Heero. No... Está bien, perdóname tu... mejor, cuéntame eso de que vas a casarte

Rompiéndose por completo la tensión que se había creado entre los dos, Trowa le platica a Heero como es que se le ocurrió proponerle matrimonio a Quatre y todo lo que había hablado con el rubio al respecto...

Esa misma noche Heero llama por teléfono a Duo para pedirle perdón por su actitud y enseguida se contentan, Duo estaba feliz porque ahora no solo tenía el apoyo de Quatre sino también el de Heero, por eso ahora más que nunca iba a poner empeño en su trabajo...

Días después, llega el día en que el trenzado tiene que presentarse en la empresa de la cual Darlian era socio, gracias a las facilidades de la Preparatoria abierta, Duo podía estudiar y trabajar sin sentirse presionado. La secretaria de Darlian hace esperar al trenzado ya que su jefe se encontraba en una junta importante con los accionistas, de los cuales él y Marshall eran los mayoritarios; después de algunos minutos la junta termina y comienzan a salir de la sala de juntas todos los presentes, al último salen el señor Darlian y Noventa, el padre de Relena ve a Duo de lejos y después de decirle algo a su nuevo socio, ambos se acercan a donde está el trenzado que enseguida se pone de pie frente a ellos

Duo. Hola, buenos días

Amablemente estira su mano para saludar a ambos hombres, sintiendo en Noventa un apretón extraño que lo hace sentir incómodo

Darlian. Acompáñanos

Dispuesto, Duo se pone de pie y sigue a los hombres que se dirigían a la oficina de Marshall, afuera de ésta habían dos escritorios, uno grande y uno pequeño, Noventa señala el pequeño mientras sonríe

Darlian. Éste será tu lugar de trabajo

Duo. Órale, está lindo

La expresión hace reír al señor Darlian pues se notaba que Duo era un chico alegre y eso le daba gusto, en cambio Marshall lo recorría de pies a cabeza sonriendo de forma sucia

Duo. ¿Y éste de quién es?

Marshall. De Wufei Chang, empleado mío

La sangre del trenzado se hiela al oír aquel nombre, si verlo en la fiesta había resultado traumatizante, saber que trabajaría con él resultaba aterrador, sin duda Traize estaba mucho más cerca de lo que imaginaba, eso lo pone completamente tenso, Darlian se da cuenta que se ha puesto pálido y se preocupa

Darlian. ¿Estás bien?

Duo. Sí... solo, no es nada

Darlian. Bueno... ¿Sabes? Ese muchacho es novio de mi hija

Al padre de Relena le había agradado Wufei como yerno, por eso estaba contento, se veía que era buen muchacho para su hija, en cambio al oír aquella noticia, Duo se confunde por completo pues hasta donde sabía, el pelinegro estaba perdidamente enamorado de Traize, o al menos eso había notado el día de la fiesta cuando había descubierto la infidelidad de su esposo

Duo. Ya... ya veo

El trenzado hace un esfuerzo por sonreír un poco pero realmente estaba muy desconcertado

Darlian. Ve a piso uno a la oficina de Recursos Humanos para que te den tu contrato y te expliquen lo de tu sueldo y días de trabajo, cualquier cosa de papelería que necesites la encuentras en piso tres ¿de acuerdo?

Duo. Si señor

Darlian. Bienvenido al equipo

Duo. Gracias

Marshall. Sí, bienvenido

Con su mirada de viejo libidinoso, Marshall recorre nuevamente el cuerpo de Duo haciéndolo sentir por completo incómodo, pero no se quería dejar intimidar, por eso mantiene su sonrisa amable

Duo. Gracias señor

Darlian. Nos retiramos

Duo. Ah, si

Marshall. Regreso en dos horas, toma mis llamadas, en el cajón primero hay una agenda

Duo. Si señor

El trenzado avanza hacia su escritorio y abre el cajón indicado, saca la agenda y la coloca a un lado del teléfono, ambos hombres se marchan mientras conversan, Duo suspira leve y después se marcha a piso uno para firmar su contrato, mientras se dirigía ahí piensa nervioso a qué hora se topara con Wufei, en su mente se ideaba una y mil formas de cómo actuar, seguramente se sentiría bastante incómodo teniéndolo tan cerca, pero debía hacerlo, si quería trabajar en ese lugar, quisiera o no tenía que ver a Wufei...

Continuará...


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