jueves, 5 de noviembre de 2015

Lo que el viento se llevó

Capítulo 5. Te necesito



Aunque intentara no podía sacarse de la cabeza aquellas imágenes, todo le parecía tan desagradable que no podía evitar sentir un profundo asco, le daba asco recordar siquiera que hasta había tocado el cuerpo profano del trenzado, él que lo creía un chico diferente, inocente, ingenuo y algo despistado, pero que bien había fingido Duo haciéndose pasar por un muchacho lindo y él en cambio se sentía bastante tonto, ese chico con cara de ángel era todo un demonio, realmente había sido bastante tonto al haber confiado en él...

Heero se encontraba en la oscuridad de su departamento, sentado en su cama mirando hacia la ventana con las rodillas encogidas y los brazos sujetándose a esas rodillas, llevaba horas pensando y recordando todas esas escenas desagradables, lo único que deseaba en esos momentos era nunca haber conocido a Duo Maxwell

Quatre llevaba junto con Trowa un par de horas en el Hospital, Duo no quería ver absolutamente a nadie y el rubio se sentía bastante mal, el trenzado ni siquiera quería verlo a él, a él que lo consideraba como el hermano que jamás había tenido, Trowa sabía que su novio se sentía muy mal y por consiguiente él también se sentía mal, si había algo que no soportaba era ver triste a su niño hermoso

Trowa. ¿Te traigo un café?

Quatre. No

Trowa. Te hará bien

Quatre. No quiero, solo... solo abrázame

Atendiendo a la petición del chico Trowa abraza cariñosamente a Quatre atrayéndolo delicadamente hacia su cuerpo y depositándole un pequeño beso sobre el cabello, el rubio se abraza al pecho de su novio y cierra los ojos aspirando levemente ese aroma delicioso que impregnaba siempre a Trowa, el ojiverde también cierra sus ojos y aprieta un poco el cuerpo de Quatre lo cual le parece un poco extraño, él tenía una fuerte conexión con Trowa y podía sentir claramente que algo no estaba bien así que se separa ligeramente del castaño y abre sus ojos observándolo fijamente, Trowa también se aleja un poco pero sin quitarle el brazo que tenía sobre sus hombros

Quatre. ¿Qué pasa mi amor?

Trowa. Nada ¿por qué?

Quatre. Cuando apretaste mi cuerpo te sentí extraño

Trowa. No entiendo

Quatre. Por favor si algo anda mal dímelo ¿sí?

Los ojos de Quatre estaban cargados de preocupación, aunque Trowa dijera otra cosa él sentía que algo estaba mal, tal vez su novio estaba preocupado por la forma en que Heero se había ido del Hospital sin siquiera dirigirles una palabra o una mirada, o tal vez estaba preocupado por el mismo Duo o quizás se trataba de problemas en su casa, no sabía con exactitud, solo sabía que algo no estaba bien pero para tranquilizarlo Trowa estira su mano y cariñosamente acaricia los cabellos del rubio regalándole una ligera sonrisa

Trowa. No pasa nada ¿de acuerdo?

Quatre. Está bien

El rubio también sonríe y Trowa se acerca a él dándole un pequeño y sutil beso sobre los labios, Quatre sonríe al recibir los labios de su novio sobre los suyos

Trowa. Yo sí quiero un café ¿vienes o esperas?

Quatre. Aquí te espero, no me quiero separar de él

Trowa. Está bien, ahora vuelvo

Quatre. Sí

Trowa se pone de pie y se aleja de Quatre a paso lento, el rubio lo mira marcharse y sonríe, el ojiverde era la persona más importante en su vida, antes solo tenía a su madre pero las circunstancias se la había arrebatado, ahora solo tenía a Trowa, por él era capaz de respirar, realmente lo amaba profundamente... Trowa da vuelta al cambiar de pasillo sintiendo repentinamente un ligero mareo y entrecerrando los ojos coloca su mano derecha sobre la pared y se apoya completamente de espalda sobre ésta, sus ojos verdes se cierran y apretándolos con fuerza intenta desaparecer ese mareo pero siente un fuerte dolor en la cabeza, una enfermera lo ve de lejos y se acerca apresurada a él para auxiliarlo pero cuando llega a él Trowa cae al suelo sentado y recargándose en la pared sujetándose con fuerza la frente con su mano derecha

Enfermera. ¿Está bien? ¿qué le pasa?

Trowa. Estoy bien... no es nada

Enfermera. Se ha puesto usted pálido ¿cómo va a estar bien?

Trowa. Estoy bien

Con ayuda de la enfermera Trowa se pone de pie y abre por completo sus ojos, el mareo y el repentino dolor de cabeza desaparecen y él tratando de sonar convincente se pone derecho y sereno, la enfermera no le cree el cuento puesto que se veía bastante pálido

Enfermera. Le haremos unos análisis ¿le parece?

Trowa. No, estoy ocupado, el amigo de mi novio está aquí

Enfermera. Entonces siéntese y descanse un poco, tal vez no ha dormido o comido bien

Trowa. Sí, eso debe ser

Nuevamente Trowa trata de disimular su malestar y sonríe ligeramente a la mujer, la enfermera lo ve una última vez para después darse media vuelta y regresar a su lugar de trabajo, el ojiverde cierra unos instantes sus ojos y suspira para después regresar a donde está Quatre, el rubio lo ve llegar al pasillo y se extraña de no verlo con café en mano, Trowa se sienta a un lado del chico, estaba bastante serio, más de lo normal

Quatre. ¿Y tú café?

Trowa. Se me quitaron las ganas

Quatre. ¿Estás bien?

Trowa. ¡Ya te dije que sí!

Quatre se sorprende por el tono de su novio y Trowa también se sorprende, nunca antes le había hablado de ese modo, Quatre baja su mirada un poco triste

Quatre. Lo siento, no quise...

Sin terminar de disculparse Quatre siente como unos fuertes brazos le rodean su cuerpo y abre sus ojos sorprendido sintiendo como Trowa esconde la cabeza en su cuello, el rubio sonríe feliz, sentía que Trowa estaba arrepentido de haberle gritado y no necesitando de palabras también abraza al ojiverde permaneciendo ambos así en silencio por varios minutos...

Ya era de noche y Trowa había salido del Hospital para ir a su casa y al departamento de Quatre por ropa ya que ambos iban a pasar la noche en el Hospital, de camino al Sanatorio Trowa decide hacer escala y va al departamento de Heero, el ojiazul le abre y sin mucho afán lo deja pasar, no tenía deseos de conversar con nadie, ni siquiera con su mejor amigo, el ojiverde no toma asiento, solo se queda de pie junto a la puerta rechazando el vaso de agua que Heero le ofrece

Heero. Me imagino a que vienes

Trowa. No lo apoyo

Heero. ¿A quién?

Trowa. A Duo... no apoyo lo que hizo pero también fue víctima ¿no crees?

Heero. No, él sabía a qué le tiraba

Trowa. ¿De verdad lo crees?... un simple pueblerino que llega a una podrida ciudad sin estar familiarizado con la porquería de ese tipo de negocios ¿realmente lo crees?

Heero se queda callado ante la pregunta y sin voltear a ver a Trowa tan solo hace un sonido indicándole a su amigo que estaba en desacuerdo con su opinión, el ojiverde mira detenidamente a Heero y moviendo la cabeza a los lados se dirige a la puerta y la abre deteniéndose ahí sin mirar a su amigo

Trowa. Piénsalo

Trowa cierra la puerta y se va de ahí, Heero se queda pensativo cerca de la puerta y cierra sus ojos, tal vez Trowa podía tener razón y Duo era completamente inocente, pero no podía dejar de sentir coraje por la situación, no era la primera vez que sentía asco de ese tipo, hace un par de años había sentido lo mismo cuando se había enterado de aquello que le afligía desde hacía mucho tiempo y que no podía olvidar, ahora la situación se repetía aunque de modo distinto pero bastante parecido...

A la mañana siguiente en el Hospital, Trowa y Quatre seguían ahí, el rubio había avisado al consultorio que ese día no iba a ir a trabajar y quizás el resto de la semana tampoco lo haría, quería dedicar su tiempo a cuidar de su amigo y Trowa estaba dispuesto a apoyarlo así que tampoco iba a ir a trabajar mientras que Heero si lo estaba haciendo, él no quería saber nada de Duo, lo sentía por Quatre porque lo estimaba por ser el novio de su mejor amigo, pero aunque el trenzado fuera amigo del rubio él no pensaba serlo

Quatre. Quiero verlo

Trowa. Pero ya oíste, él no quiere ver a nadie

Quatre. Debo intentarlo ¿no crees?

Sonriendo el rubio se acerca a Trowa y le da un beso en la mejilla alejándose después en dirección a la habitación de su amigo, en el camino se encuentra con la enfermera que anteriormente le había dado noticias de Duo y le pregunta por su estado, la enfermera le contesta que está bien aunque se había negado a desayunar, eso preocupa a Quatre y decide darse prisa pero la mujer lo detiene recordándole lo que anteriormente había dicho el doctor con respecto a la decisión de Duo por no ver a nadie

Quatre. Yo no soy nadie

Sonriendo y sin estar dispuesto a darse por vencido el rubio se dirige de nuevo a la habitación de Duo y sin tocar abre la puerta, Duo que estaba volteando hacia la ventana se gira lentamente hacia la puerta y al ver a Quatre se sonroja bastante y nuevamente le da espalda girándose otra vez con cautela, le dolía todo su cuerpo, el rubio baja un poco su mirada pero armándose de valor se acerca a la cama hincándose a un lado de ella e intentando tocar a Duo pero él se mueve apretando un poco la almohada

Duo. Vete de aquí

Quatre. Pero Duo, soy yo... tu amigo

Duo. No quiero que me veas ¿qué no entiendes?

Quatre. Pero...

Duo. Vete Quatre, no pierdas tu tiempo viendo a un desperdicio como yo

Quatre. No digas eso, yo...

Duo. ¡Vete de aquí... no te quiero ver... no quiero que me veas... vete!

Quatre aprieta con fuerza sus labios y cierra sus ojos unos instantes, escuchando a su amigo sollozar el rubio abre sus ojos y levantándose se sienta en la cama junto a su amigo, nuevamente estira su mano hacia el chico y la apoya en el brazo derecho de Duo, el trenzado siente un escalofrío al sentir el tacto de la piel de Quatre y comienza a llorar

Duo. No quería... no quería seguir viviendo, me quería morir en ese mismo instante

Quatre. No Duo, no digas eso

Duo. Si lo digo y lo seguiré diciendo, ya no valgo nada, me quiero morir

Quatre. ¡Basta!

Quatre también rompe en llanto y se acuesta ligeramente sobre Duo cerrando sus ojos y apoyando su cuerpo sobre el cuerpo del chico, Duo aprieta sus ojos al mismo tiempo que aprieta con más fuerza la almohada con su mano derecha

Duo. Quería ayudarte... quería pagarte todo lo que hacías por mí

Quatre. ¡Tonto!

Molesto y un poco triste Quatre se levanta del cuerpo de Duo y se pone de pie dirigiéndose a prisa del otro lado de la cama para evitar que Duo se girara y se lastimara, el trenzado abre sus ojos y ve a Quatre a los ojos, esos ojos hermosos que ahora estaban cubiertos de lágrimas

Quatre. ¡Si ibas a pasar por esto no quería ni un solo centavo!

El rubio se deja caer de rodillas al suelo y se agarra con fuerza de las sábanas de la cama de su amigo, Duo lo observa detenidamente y levanta su mano colocándola sobre la cabeza de Quatre acariciando un poco sus cabellos, Quatre levanta la mirada y ambos se miran a los ojos fijamente

Duo. Perdóname... te decepcioné

Quatre. No me importa lo que piensen Heero y Trowa, yo a ti te amo y confío en que no tuviste la culpa

Duo. También te amo mucho Quatre

Ambos chicos se sonríen un poco y levantándose del suelo Quatre se acerca a Duo depositando sobre su mejilla un suave y tierno beso, después se toman de las manos y se abrazan cariñosamente, ambos aún lloraban, de niños eran como un par de hermanitos y a pesar de que habían pasado los años sin verse aún se seguían queriendo como tal, Quatre se separa de Duo y le aparta un par de cabellos que caían sobre su frente

Quatre. Mañana saldrás de aquí

Duo. Me duele todo

Quatre. Me imagino

Duo. No me puedo siquiera sentar

Soltando nuevamente el llanto Duo se agarra con fuerza de la camisa de Quatre y cierra sus ojos emitiendo quejidos de dolor y pena, el rubio lo abraza con fuerza y también cierra sus ojos comenzando a llorar, ya no había palabras que pudieran salir de sus bocas, en esos momentos contar con el apoyo de su mejor amigo era lo mejor que le había pasado y en esos momentos solo necesitaba de ese abrazo tierno por parte del rubio...

La nota de ese día en los periódicos era muy comentada entre las personas: "Agarran a peligrosa banda de pornografía ayer por la tarde" se desconocía aún el paradero de muchos que laboraban en dicha empresa y también se desconocía el paradero del dueño de susodicha organización que se dedicaba en su mayoría a secuestrar desde niños hasta adultos para obligarlos a aparecer en videos de contenido sexual, muchos de los partícipes en dichos videos aparecían ahí por voluntad propia y a ellos eran a quienes les seguían la pista, por los demás se sabía que eran llevados con engaños por lo que no importaba, ellos no irían a la cárcel

Alan. Sin duda debemos huir

Ed. No, no dejaré a mi hermana

Alan. Nos la llevaremos pero no podemos seguir aquí Ed, nos meterán a la cárcel

Ed. Mnh...

Ambos chicos se encontraban en una cafetería donde minutos atrás en los noticieros repetían la noticia del día anterior sobre la banda que traficaba ilegalmente con pornografía, ambos estaba de incógnito, usaban lentes oscuros y gorras, sabían que la ley estaba tras ellos y que en cualquier momento les agarraría pero Alan no estaba dispuesto a que eso pasara, Ed no podía estar en la cárcel, eso jamás lo iba a soportar

Alan. Preparemos todo, mañana mismo nos vamos

Ed. ¿Y mi hermana?

Alan. Tengo un amigo en San Diego, él nos dará refugio, lo conozco, pediremos el traslado de Sonya en el Hospital

Ed. Alan, eres muy bueno conmigo

Alan. Es porque te amo

El rubio estira sus manos sobre la mesa e intenta tomar las manos de Ed pero él las retira bajándolas hasta apoyarlas sobre sus piernas desviando también su mirada, Alan comprende y entristeciéndose baja también la mirada mientras un silencio bastante incómodo los llena

Ed. Yo...

Alan. No digas nada... entiendo

El rubio saca su cartera de la bolsa del pantalón y saca dinero para pagar la cuenta poniéndose enseguida de pie, Ed lo mira de reojo y también se pone de pie caminando atrás de él observando fijamente su nuca y bajando eventualmente la cabeza mientras miles de pensamientos le invadían la mente, ese enfrente suyo era un chico al que quería mucho, es más, lo amaba profundamente pero jamás se había imaginado que él también lo amara, aunque siempre era atento con él y velaba por su seguridad, por eso jamás había pensado siquiera en tener una relación formal con él y el haber escuchado esa confesión de sus labios lo tenía confundido, habían tenido sexo demasiadas veces, tanto que se conocían el cuerpo completamente, tanto que sabían exactamente donde lo sentía mejor el otro, tanto que entre ellos ya no había ninguna clase de secretos, podían tener los ojos cerrados y aun así saber dónde estaba cada lunar, se conocían completamente pero aun así resultaba penoso saber que podían tener sexo entre ellos, sexo real desde el fondo de su alma; verdaderamente Ed estaba muy confundido

Ed. Alan...

Alan. ¿Qué quieres?

Ed. Deja de caminar y voltea por favor

Alan se detiene en plena calle y voltea hacia Ed como él lo había pedido mirándolo a los ojos, el moreno se pone un poco nervioso pero Alan se acerca a él y le agarra la mano

Alan. Te escucho

Ed. Quiero ver a Duo

Alan. ¿Qué? ¿estás loco? Nos denunciará, él no está dentro del grupo que busca la policía

Ed. ¡No es verdad! Duo es una excelente persona, no hará eso

Alan. ¿Eres estúpido? Si no le hubieran hecho algo tan horrible como lo que le estaban haciendo seguro que sí se calla, pero pasándole lo que le hizo Robert no estoy tan seguro

Ed. ¡No es cierto! Somos amigos, no me haría eso

Alan mira con rudeza a su amigo quien estaba fielmente convencido de que Duo no los iba a denunciar pero el rubio estaba dominado por los celos, Ed parecía querer mucho al trenzado y eso él no podía soportarlo

Alan. No iremos y punto ¡se acabó!

Ed. Si no me apoyas iré solo

Bastante decidido y algo molesto el moreno se da media vuelta y comienza a alejarse del rubio pero antes de poder acelerar el paso siente un fuerte jalón en el brazo, el cuerpo de Ed cae sobre Alan quien lo sujeta fuertemente con sus brazos, ambos se miran a los ojos y Ed se pone bastante colorado

Alan. No irás, no soportaría perderte

Ed. Pero...

Alan. Olvídate de ese tal Duo, tú me perteneces

Sujetándolo con fuerza ahora de la cintura Alan se acerca al rostro de Ed y coloca sus labios sobre los de Ed decidido a darle un beso pero al colocar sus labios unos cuantos segundos sobre los del moreno, Ed le propina una fuerte bofetada haciendo que el rubio lo suelte, Ed se va corriendo mientras que Alan solo se queda ahí sujetándose la mejilla mientras las personas en la calle que habían visto la escena lo miraban y murmuraban

Por la tarde y a petición de Trowa el chico ojos aguamarina se va a su departamento a dormir un poco, el ojiverde iba a quedarse cuidando de Duo...

Trowa estaba bastante pensativo, de pronto su celular suena y contesta enseguida, se trataba de su hermana Catherine que estaba bastante preocupada por él porque no había ido a dormir pero Trowa se encarga de calmarla, la chica se convence y despidiéndose de su hermano cuelga el teléfono, el ojiverde sonríe tras colgar el teléfono y al guardar su celular saca de la bolsa trasera de su pantalón un papel doblado en cuatro partes, lo desdobla y mira fijamente por algunos segundos y después vuelve a leer el contenido de ese papel apretando ligeramente esa hoja pero decidido a no atormentarse más decide volver a doblarlo y guardarlo en su pantalón

De pronto escucha la voz de un chico que proviene desde otro pasillo, dicha voz le había llamado la atención porque esa persona estaba preguntando por Duo Maxwell lo cual le parece muy extraño ya que supuestamente Duo no tenía ningún conocido en la ciudad salvo Quatre y quienes le rodeaban, ¿entonces quién podría ser ese muchacho? ¿y si era su esposo? Aunque según sabía por Quatre, el tal Treize era cinco años mayor que Duo y esa voz parecía la de un chico, no la de un señor... Trowa se pone de pie y camina hacia el otro pasillo pero apenas da un par de pasos Ed cambia a ese pasillo, el ojiverde lo mira durante varios segundos haciendo que el chico se detenga

Trowa. ¿Tú preguntabas por Duo?

Ed. ¿Dónde está?

Trowa. Dime quién eres

Ed. Un amigo

Trowa. Duo no es de por aquí ¿de dónde lo conoces?

Ed se pone un poco nervioso tras la pregunta y se queda callado por mucho tiempo lo cual causa la desconfianza de Trowa quien se acerca a él y un poco molesto lo sujeta de la camisa con fuerza

Trowa. ¿Amigo... de trabajo?... ¡contesta!

Ed. Yo...

Trowa. ¿Eres de los que busca la policía?

Ed. Espera yo...

Trowa. ¿¡Tuviste algo que ver con lo que le hicieron?!

Ed. Calma, yo...

Trowa. ¿Violaste a Duo?

Ed. ¡No... no! deja de hacer tantas preguntas ¡déjame hablar!

Sin mucho convencimiento de dejarlo en paz y soltarlo el ojiverde accede y lentamente le suelta la camisa, Ed suspira y camina hacia donde están las sillas, Trowa lo sigue y se sienta a un lado del chico

Ed. Yo realmente aprecio a Duo, por eso estoy aquí

Trowa. Mhn ¿quién lo violó?

Ed. ¿Quién? Ojalá hubiera sido solo uno

Trowa cierra los ojos unos instantes y cuando los abre mira fijamente al chico, Ed se veía bastante triste y eso hace que Trowa confíe un poco en él, el chico parecía sincero

Ed. Bueno... yo quise decirle a Duo en qué estaba realmente metido pero cuando intenté hacerlo mi jefe, Robert, al que detuvieron, llegó y nos interrumpió, cuando Duo se fue me golpeó y me amenazó para que no le dijera a Duo nada, después para castigarme me mando a la sala de videos sadomasoquistas...

Trowa desvía su mirada cuando Ed menciona lo de la sala para videos sadomasoquistas y Ed se apena sonrojándose completamente y haciendo una pequeña pausa a su explicación

Ed. Días después me enteré de lo que le hacían a Duo por un video que Robert me mostró... ¡te juro que quise salvarlo! Hasta me ofrecí para que hiciera lo que quisiera conmigo, después de todo de eso he vivido desde los 13 años, pero él no quiso, me dijo que Duo vendía más que ninguno y que yo de todos modos iba a servirle siempre

Trowa. Ya veo

Ahora si Trowa confiaba en el chico, no cualquiera ofrecía su cuerpo para ser mancillado de la peor forma y ese chico lo había hecho por Duo, debería de quererlo mucho para hacer algo así, los ojos de Ed se humedecen un poco y Trowa lo mira fijamente colocándole una mano sobre su hombro izquierdo, el chico voltea y le sonríe al ojiverde, Trowa baja su mano y se pone de pie para decirle a Ed donde estaba la habitación de Duo pero en cuanto se pone de pie ve como Heero va llegando al pasillo y se sorprende, conocía el carácter obstinado de su amigo y estaba seguro de que nunca iba a ir a ese Hospital para ver a Duo pero no, ahí estaba el ojiazul, Heero al llegar al pasillo le parece extraño que haya otra persona que no sea ni Trowa ni Quatre pero casi al instante identifica a ese chico como aquel que vio en un video sadomasoquista que su compañero de clase Terry le había mostrado, sin pensarlo y lleno de rabia Heero se acerca a Ed y sin aviso le propina un fuerte golpe en la cara que lo tira al suelo, confundido el chico mira fijamente a Heero mientras se limpia la sangre que le sale del labio inferior mientras que Trowa también confundido se acerca al ojiazul para tratar de calmarlo

Heero. Es uno de ellos Trowa

Trowa. Lo sé

Heero. ¿Cómo?

Con toda calma Trowa le da una explicación corta y bastante global a Heero de lo que Ed le había contado acerca de Duo y el negocio y Heero se tranquiliza un poco, Trowa se aleja de su amigo y se acerca a Ed para ayudar a levantarlo, el moreno acepta la ayuda de Trowa pero mira duramente a Heero quien solo desvía su mirada a otro lado, no quería ver a ese chico a la cara, él también era uno de esos asquerosos... Trowa intenta limar asperezas y pide a Ed que se siente y a Heero también pero su amigo no quiere, el ojiverde se sienta a un lado de Ed y le pide al chico que expliqué a Heero que Duo no había tenido la culpa

Ed. No quiero

Trowa. Por favor Ed, para Duo es importante lo que Heero piense de él

A Trowa le parece bastante normal el comentario que acababa de hacer pero a Heero le sorprende y casi imperceptiblemente se sonroja, Ed mira al ojiazul y no muy convencido comienza a hablar

Ed. Robert le dijo a Duo que él solo tenía que modelar con poca ropa, Duo creyó que era normal, como esos comerciales de ropa interior o qué sé yo pero la verdad es que esa es la estrategia que usaba Robert para iniciar a los que se ven más ingenuos, después comenzó a pedirle menos ropa hasta que le pidió hacer desnudos, Duo se negó bastante pero Robert lograba convencerlo con tonterías... una vez Duo vio una filmación con contenido sexual y se asustó pero Robert lo convenció de que él no iba a aparecer en ningún video de sexo, Duo obviamente le creyó y Robert dejó pasar algunos días para que Duo siguiera teniendo confianza hasta que decidió que ya no iba a ser así y decidió llevarlo al siguiente nivel, entonces...

Heero. Lo drogó y violó...

La explicación de Ed es terminada por Heero y los tres se quedan callados por largo tiempo

Ed. Sí... Robert y no sé cuantos más

Nuevamente los tres se quedan en silencio por mucho tiempo, Heero voltea hacia Ed y le reclama no haberle advertido a Duo pero Ed le explica de forma breve al ojiazul lo mismo que le había dicho a Trowa anteriormente, Heero se siente culpable por haber creído que Duo había estado de acuerdo desde un principio a hacer ese tipo de videos y recuerda todo lo que le había dicho días antes en el Hospital, cosa que lo hace sentirse más culpable aún, Trowa se da cuenta de eso por la expresión de su amigo y sonríe casi imperceptiblemente, Ed recuerda que ha ido a despedirse de Duo y se levanta apurado de su silla

Ed. Quiero ver a Duo

Trowa. Es en aquella habitación

Trowa señala la habitación donde está Duo y Ed sonriendo intenta acercarse pero Heero se interpone colocándose frente al chico, Ed lo mira fríamente y enojado

Ed. ¿Qué te pasa?

Heero. No quiero que lo veas

Ed. ¿Quién te crees que eres?

Heero. Soy su amigo

Trowa se sorprende de las palabras de Heero ya que salvo él, Heero no tenía ningún otro amigo, ni siquiera a Quatre se dirigía como a un amigo, al rubio lo denominaba simplemente como "el novio de mi amigo", pero ahora decía que Duo era su amigo... Ed en cambio se enoja y empuja a Heero, el ojiazul intenta defenderse pero el ojiverde se interpone y los separa

Trowa. Éste es un Hospital ¿se les olvida?

Heero. Dile que se largue

Trowa. No Heero, él entrará a ver a Duo

Heero. Pero...

Trowa. Hazme caso

Heero. mnh

Sin estar convencido Heero gruñe y se da media vuelta cruzándose de brazos, Ed sonríe y agradece a Trowa dirigiéndose enseguida a la habitación del trenzado, Heero voltea a ver a Trowa con mirada fría mientras que el ojiverde sonríe un poco, nunca había visto a su amigo ponerse así, hasta parecían celos...

Ed entra a la habitación de Duo pero el trenzado estaba dormido, el moreno arrima una silla a la cama de Duo y se sienta frente al chico a quien mira dormir plácidamente y sonríe, el trenzado le había caído muy bien, no podía decir que desde el principio pues antes lo veía como a un rival pero conforme lo había estado conociendo le iba cayendo bien hasta el punto de considerarlo ya un amigo, Duo poco a poco abre sus ojos y ve la figura borrosa de Ed, el trenzado se sobresalta y se talla los ojos con afán para ver mejor y efectivamente ahí frente a él estaba Ed, el moreno le sonríe a Duo pero él sonrojándose baja la mirada

Ed. Duo...

Duo. ¿Qué haces aquí?

Ed. Vine a verte, yo...

Duo. Por favor vete

Ed. ¿Pero por qué?

Duo. No quiero saber nada que tenga que ver con el negocio

Ed. Pero Duo...

Duo. Por favor Ed, si me estimas aunque sea un poco, hazlo

Ed. No Duo, no me iré así como así porque he venido a despedirme

Duo se sorprende por la aseveración y eleva su mirada nuevamente, Ed lo mira a los ojos y sonriendo estira su mano acariciándole una mejilla, Duo cierra sus ojos por unos breves instantes y después lo mira fijamente a los ojos

Duo. No entiendo

Ed. Nos busca la policía Duo, por eso Alan y yo nos vamos a San Diego, junto con mi hermana Sonya ¿recuerdas que te hable de ella?

Duo. ¿La policía?... entonces...

Ed. No te preocupes, solo busca a quienes estábamos sin ser obligados, no sé como pero consiguieron una lista

Duo. Ed, ten mucho cuidado

El moreno sonríe ampliamente al ver que Duo se preocupa por él y baja su mano de la mejilla del chico, el trenzado también le sonríe un poco

Ed. Solo quería saber cómo estabas y verte por última vez

Duo. Ed...

Ed. Duo ¿te puedo dar un abrazo?

El trenzado afirma moviendo la cabeza y Ed se acerca a él y lentamente lo rodea con sus brazos dándole un cálido abrazo, Duo cierra un poco sus ojos y contesta al abrazo, pasados un par de segundos se separan y se miran fijamente a los ojos, Ed se pone de pie por completo y acomoda la silla

Ed. Bien Duo, era todo

Duo. Cuídate mucho, y cuida de Alan

Ed. Lo haré, gracias...adiós

Duo. Adiós Ed...

Ed camina hacia la puerta pero antes de abrirla se queda pensando unos segundos, Duo que se había girado hacia el otro lado lo mira detenidamente y confundido

Ed. Por cierto, ese amigo tuyo es un violento

Duo. ¿Cuál amigo?

Ed. No recuerdo el nombre... pero tiene mirada asesina

Duo se sorprende cuando escucha lo de la mirada, no podía estar hablando de Quatre porque el rubio tenía una mirada bastante dulce y no podía ser Trowa porque el ojiverde no tenía una mirada asesina, más bien tenía una mirada fija, vacía y sin expresión, entonces seguramente se trataba de Heero, eso lo hace sonrojarse e inquietarse un poco ¿acaso eso quería decir que ya no sentía asco de él? Sin duda la opinión del ojiazul era muy importante para él... por fin Ed se va no solo de la habitación, sino del Hospital, estaba decidido a irse con Alan a San Diego junto con su hermana para comenzar una nueva vida aunque aún no sabía si podía comenzar una relación sentimental con el rubio o no

Duo se queda muy pensativo por mucho tiempo y esperaba que Ed y Alan tuvieran mucho cuidado, conocía la situación de ambos y deseaba que pudieran por fin enmendar sus errores y vivir una nueva vida lejos del pasado, realmente les deseaba lo mejor, mientras que aún en el pasillo se encontraban Trowa y Heero, el ojiazul estaba muy indeciso, no sabía si entrar a ver a Duo o no, el ojiverde lo miraba por instantes y sabiendo que su amigo estaba confundido decide ayudarlo un poco

Trowa. Le has tomado cariño ¿verdad?

Heero. ¿De qué hablas?

Trowa. ¿De qué? mejor pregunta ¿de quién? Aunque de antemano tú y yo sabemos la respuesta

Heero. Déjame en paz

Ligeramente sonrojado Heero desvía su mirada y se cruza de brazos, Trowa ríe un poco y el ojiazul sorprendido voltea a verle, era raro escucharlo reírse

Heero. ¿Qué te pasa?

Trowa. Te gusta ¿verdad?

Heero. ¿Duo?

Trowa. Sí ¿quién más?

Heero. ¿Estás loco? Claro que no me gusta

El sonrojo de su rostro se intensifica un poco y poniéndose de pie Heero se aleja de ahí, no quería ser sermoneado por Trowa y aún no estaba preparado para entrar y hablar con Duo así que mejor era apartarse un poco y estar solo, en cambio Trowa sonríe y moviendo la cabeza a los lados cruza los brazos, nunca había visto a su amigo ponerse así ante afirmaciones de ese tipo...

Heero camina por los jardines del Hospital mostrándose muy pensativo, era verdad lo que le decía Trowa, realmente le gustaba mucho Duo, era un chico no solo guapo sino también lindo, amable, alegre y un poco inocente, eso realmente le agradaba, nunca había conocido a un chico así, pero en esos momentos estaba un poco dolido, había visto a Duo siendo violado por tres sujetos desagradables, esa imagen de su mente iba a atormentarle por mucho tiempo pero también entendía que en esos momentos Duo necesitaba del apoyo de todos los que le rodeaban y eso lo incluía a él quien ya le había tomado cariño al trenzado, tal cual lo había dicho Trowa...

Quatre regresa al Hospital mostrándose bastante despejado, le había hecho muy bien haberse ido un par de horas, Trowa le cuenta todo lo sucedido al rubio y él se alegra de que Heero se haya decidido a ir a verle, eso hablaba muy bien de él, sobre todo teniendo el carácter que tenía, mientras siguen platicando Quatre nota que Trowa está un poco pálido y se preocupa interrumpiendo la plática

Quatre. ¿Qué tienes mi amor?

Trowa. ¿Por qué?

Quatre. Te veo pálido

Trowa. Tal vez porque no he comido bien

Quatre. Mnh, no me convence pero tal vez sea eso así que te me vas ahorita

Trowa. Pero...

Quatre. Ahora está aquí Heero, no pongas pretextos, ve a casa y descansa un poco

Trowa. ¿Seguro?

Quatre. Si mi amor, vete, mañana regresas

Trowa. ¿Mañana? Pero...

Quatre. Llegas antes de que den de alta a Duo y ya

Trowa. Está bien

Trowa se agacha y besa los labios del rubio siendo suavemente correspondido, ambos se sonríen y Trowa se retira ya, Quatre lo ve marcharse y suspira preocupado, algo andaba mal en su novio y él no se lo quería decir, seguro eran problemas familiares de los que no quería hablar, él respetaba mucho su espacio personal y no iba a hostigarlo más...

Heero llega pocos minutos después cuando Quatre iba saliendo de la habitación de Duo, se había estado muy poco tiempo con él porque su amigo quería estar solo un rato, ambos muchachos se saludan y Heero se sienta en uno de los incómodos asientos del pasillo, Quatre también se sienta tomando el asiento a un lado de Heero, el rubio intentaba decirle algo al ojiazul pero no sabía cómo empezar, Heero se da cuenta de ellos y decide ayudarlo

Heero. Sé de qué quieres hablar

Quatre. ¿De verdad lo sabes?

Heero. Quieres que entre a verlo ¿verdad?

Quatre. Él nos necesita a todos

Heero. Lo sé... lo que no sé es como darle la cara

Quatre. ¿Darle la cara? ¿por qué? ¿qué pasó?

Heero. Aquel día en que lo internaron, yo le dije que me daba asco

Quatre se sorprende por la confesión de Heero y se queda callado por largo tiempo, no podía creer que Heero hubiera sido capaz de decirle aquello a Duo, era bastante cruel e injusto, con razón su amigo estaba muy deprimido, las palabras de Heero lo habían derrumbado, por eso él mismo de despreciaba, si ya antes lo pensaba después de las palabras de Heero ahora estaba convencido... el rubio reacciona y se pone bastante furioso y no iba a estar dispuesto a quedarse callado así que se pone de pie y se postra frente a Heero, el ojiazul eleva su rostro y lo mira fijamente

Quatre. Eres un insensible Heero, deberías disculparte con Duo

Heero. ¿Quién eres tú para decírmelo?

Quatre. Alguien que quiere muchísimo a Duo, ese soy

Ambos se miran fijo por mucho tiempo y con las cejas fruncidas hasta que Heero gruñe y sin decir nada solo se pone de pie e ignorando a Quatre se dirige a la habitación del trenzado, Quatre sonríe y un poco calmado vuelve a sentarse mientras observa como Heero entra dubitativo a la habitación, Duo se encontraba acostado dándole la espalda a la puerta y mirando por la ventana, escucha que la puerta se abre y pensando que es Quatre sonríe sin voltear atrás

Duo. Siempre preocupándote por mí, gracias

Heero. Lo siento

Enseguida Duo se gira hacia la puerta olvidándose por completo del dolor físico y mira sorprendido a Heero quien mantenía la cabeza agachada, no se atrevía aún a verlo a los ojos, un silencio incómodo los invade y sin decir nada Duo vuelve a acostarse dándole la espalda a la puerta, el ojiazul levanta la cabeza y mira detenidamente a Duo comenzando a acercarse hacia la cama, Duo escucha los pasos y cierra con fuerza los ojos apretando las sábanas, Heero nota la reacción y nuevamente se siente culpable por las palabras tan duras que le había dicho días atrás

Heero. Duo

Duo. Vete, no quiero seguir dándote asco

Los ojos de Duo derraman un par de lágrimas silenciosas y Heero siente un ligero dolor en el pecho al escuchar las palabras de Duo, su voz sonaba dura y triste, sin duda lo había lastimado y eso era algo que nunca se iba a perdonar... Heero llega por fin a la cama y se dirige hacia la ventana por la que miraba Duo, el trenzado no desvía su rostro, continúa viendo hacia la ventana la cual es cubierta pronto por la figura de Heero quien miraba hacia afuera, Duo se pone un poco nervioso pero no aparta su mirada, en cambio Heero se voltea quedando frente a frente con Duo

Heero. Perdóname por lo que dije

Duo. No, sé que piensas lo peor de mí, Trowa y tú no me creen

Heero. Mentira, te creo

Duo. ¿Qué?

Nuevamente los dos se quedan en silencio mirándose fijamente, Duo siente un pequeño ardor en sus mejillas y desvía su mirada, Heero nota ese sonrojo y también desvía su mirada, el ambiente estaba muy tenso y no se sentía nada bien, pero casi al mismo tiempo los dos vuelven su mirada al frente topándose la una con la otra

Heero. Ese chico que vino nos explicó

Duo. Ed...

Heero. Y yo me siento apenado por lo que dije

Duo se queda sin habla tras las palabras de Heero pero no puede evitar sonreír, le daba mucho gusto no darle asco al ojiazul, el chico era una muy buena persona y había sufrido hace poco una pena muy grande, debía entender su situación y su postura, merecía sin duda una segunda oportunidad, Heero también se queda callado unos minutos, voltea hacia la esquina de la habitación y ve una silla, va por ella y la arrima a la cama de Duo sentándose después, el trenzado lo mira fijamente y sonríe

Heero. Mi madre me abandonó

Duo. ¿Eh? Lo sé pero ¿por qué lo comentas?

Heero duda unos segundos en contestar la pregunta, hace momentos estaba dispuesto a contarle esa parte de su vida a Duo pero después lo duda un poco, el único que lo sabía hasta entonces era Trowa y para él no era fácil hablarlo con las personas pero necesitaba que Duo lo supiera para que entendiera el porqué de su enojo, Duo lo mira atento esperando una respuesta que tarda en llegar

Heero. Duo, mi madre me abandonó para dedicarse a la pornografía

Duo se queda helado por la confesión, por primera vez veía en Heero esa clase de expresión, se notaba en su mirada que le dolía profundamente ese hecho

Duo. Lo... lo siento

Heero. Mi padre nunca quiso hablarme de ella y yo me preguntaba porque se había ido, porque nos había dejado y hace tres años me enteré de todo... esa mujer abandonó a su esposo y a su hijo de 2 años para convertirse en estrella Porno

Duo. Heero, no tenía idea

Heero. ¿Sabes qué es lo peor?

Duo. ¿Qué?

Heero. Que la vi antes de saber que era mi madre

Duo. ¿Cómo?

Heero. Vi una de sus películas, yo... me masturbaba con esa película, por eso yo... siempre sentí mucho asco

La confesión de Heero era bastante fuerte y Duo no podía creer que se la estuviera dando a él, los ojos se Heero tenían un par de lágrimas que luchaban por salir y el trenzado siente mucha tristeza y olvidándose del dolor por completo se estira hacia la silla y abraza con fuerza a Heero, el ojiazul se sorprende al principio pero después olvidándose de todo le corresponde el abrazo también con fuerza permaneciendo así por mucho tiempo, en silencio, Duo ahora comprendía porque Heero había sido tan duro con él... 

Pasados los segundos en que sus cuerpos aún estaban juntos y ya que Heero se había calmado suelta a Duo poco a poco y él hace lo mismo, Duo estira su mano hacia el ojiazul y le acaricia la mejilla, como casi nunca Heero sonríe al sentir el tacto de la mano de Duo y cierra sus ojos, el trenzado lo mira detenidamente por varios segundos y un ligero sonrojo aparece en sus mejillas y por instinto quita rápidamente su mano del rostro de Heero, él abre sus ojos y se da cuenta de la situación tan incómoda sonrojándose levemente también

Heero. Creo que... debo irme

Duo. ¡No!

Heero. ¿Eh?

Duo. Es que... no quiero estar solo... te... te necesito

Heero abre sus ojos grandemente y su sonrojo se intensifica, Duo tenía la cabeza agachada y miraba hacia la cama, ni siquiera había pensado antes de decir eso, pero la realidad es que en esos momentos realmente necesitaba de Heero, el ojiazul sin decir nada más permanece en su asiento, por su parte Duo se acuesta nuevamente y sujetando la almohada con su mano derecha cierra sus ojos, se sentía muy cansado y tenía sueño, poco a poco se queda completamente dormido y Heero le observa fijamente por mucho tiempo

Heero. También te necesito...

Con su serenidad de siempre Heero extiende su mano hacia Duo y apartando un par de cabellos sobre su rostro le acaricia la frente con el lomo de su dedo índice derecho

Heero. ¿Qué me pasa contigo?

Repentinamente el ojiazul quita su dedo índice de la frente de Duo y se recarga en la espalda de la silla cruzando los brazos sobre su pecho mientras le mira detenidamente dispuesto a verle dormir hasta que lo sacaran de la habitación...

Eran ya las siete de la tarde y Trowa estaba descansando en su casa, sentía mucho cansancio, como si hubiera estado corriendo todo el día, se sentía sin fuerzas, bien sabía lo que le pasaba y aunque era algo que guardaba celosamente solo para él no estaba dispuesto a dañar a nadie, por eso aquello era algo que solo él sabía, la angustia era mucha pero podía soportarla solo, debía hacerlo, por él y por todos los que le rodeaban y querían... alguien toca con fuerza la puerta y exaltándose un poco se levanta de la cama, estaba a punto de conciliar el sueño pero alguien le llamaba

Trowa. ¿Quién es?

Catherine. hermano ¿estás bien?

Trowa. Sí ¿qué quieres?

Catherine. Dice tía Leia que vengas a cenar

Trowa. No tengo hambre, vete por favor

Catherine. Trowa... ¿seguro estas bien?

Trowa deja pasar unos segundos antes de contestar afirmativamente y Catherine no tiene más remedio que hacer caso a su hermano, si él decía que estaba bien entonces estaba bien, conocía bien a Trowa y sabía perfectamente que no sabía mentir, Trowa en cambio estaba un poco asqueado, solo pensar en comida le daban nauseas, ese era un síntoma nuevo, hasta el momento solo tenía dolores de cabeza y mareos pero ahora las náuseas le hacían sentirse muy mal, seguro aquella reacción era por las medicinas tan fuertes que consumía, pero no había remedio, si quería vivir un poco más debía tomarlas

Trowa. ¿Podré algún día decírselos? Catherine... Heero... Quatre, ustedes son lo más importante de mi vida... no quiero verles sufrir

Completamente angustiado Trowa se deja caer sentado a la cama y se agarra el cabello con la mano derecha sintiendo ganas de llorar pero debía contenerse, ya había llorado una vez por esa situación y no pensaba volverlo a hacer, tampoco creía en los milagros y sabía que soñar no servía de nada, por eso era mejor tratar de ver lo positivo del asunto aunque realmente no hubiera nada positivo... aun intentando contenerse Trowa permanecía sentado en la cama sujetándose el cabello, realmente no tenía nada en mente, solo estaba como ido hasta que el sonido de su celular lo hace salir del trance, el ojiverde se acerca a su chamarra que estaba tirada en el suelo y saca el celular no sin antes ver que el número en pantalla es el de Quatre

Trowa. Hola

Quatre. Hola mi amor ¿te desperté?

Trowa. No, yo solo... pensaba, pero estaba despierto

Quatre. ¿Sabes? llámame loco pero sentí tu voz... como si me llamaras

Trowa sonríe ligeramente por el comentario de su novio, Quatre era sumamente tierno

Trowa. No pensaría eso nunca

Quatre. Estas bien ¿verdad? porque sentí grandes deseos por hablar contigo, como si me necesitaras ¿o acaso me estoy volviendo loco?

Trowa vuelve a sonreír y se acerca a su cama acostándose después, Quatre espera paciente su respuesta, Trowa sabía que era cierto, que él llamaba desesperadamente al rubio porque en esos momentos le necesitaba más que nunca pero no podía ser cruel y abrumarlo, bastante tenía con lo de Duo como para atormentarlo con algo así

Trowa. Ya te dije que no estás loco... tal vez sentiste eso porque tengo muchas ganas de abrazarte y besarte

Quatre. Yo también, te extraño

Trowa. ¿Sabes? quisiera hacerte el amor

Las mejillas de Quatre se tiñen por completo de rojo y sonríe tímidamente, y es que el solo hecho de recordar como Trowa solía siempre hacerle el amor de forma tierna y delicada le hacía hervir la sangre, los dos se quedan en silencio por varios segundos

Trowa. Perdón, estoy escuchándome como un pervertido

Quatre. No, a mí... me encanta cuando me haces el amor, jamás pienses que creo que eres un pervertido...

Trowa. ... Mañana te veo ¿vale?

Quatre. Sí

Trowa. ... y te haré el amor

Quatre. ¡Trowa! Ahora sí suenas como un pervertido

Trowa. Lo siento

Quatre. Te amo mi amor, cuídate mucho

Trowa. También te amo, adiós

Quatre. Adiós

Antes de colgar Quatre manda un beso por la bocina y suspirando se lleva el celular al pecho, no podía imaginar su vida sin Trowa, su novio había llegado a su vida en el momento en que más necesitaba de alguien, en uno de los momentos más dolorosos de su vida, Trowa para él era como esa luz al final de un oscuro camino, además era demasiado lindo con él, jamás alguien lo había tratado con tanto amor después de su mamá, por eso lo amaba con profundidad... Trowa cuelga el teléfono al recibir el beso de Quatre y dejando el celular sobre la cama se acuesta completamente y mira hacia el techo pasándose los brazos atrás de la cabeza y cierra sus ojos quedándose dormido casi al instante, inexplicablemente sentía mucho sueño...

Eran las nueve de la noche y le esperaba impaciente en la habitación de hotel que hace días habían rentado temporalmente en lo que abandonaban el Estado, le parecía muy extraño que aún no hubiera llegado porque lo había dejado solo desde muy temprano cuando le abandonó en la calle, sabía que le había tomado mucho cariño a ese chico de ojos violetas y aquella idea no podía soportarla, Ed debía ser solo suyo, de nadie más... le esperaba sentado en una de las camas de la pequeña habitación y cuando más deseos tenía de ponerse de pie y salir a buscarlo el propio Ed llega tranquilamente, más bien nerviosamente pero se le veía tan normal como siempre, Alan lo mira detenidamente y Ed se negaba a verlo a los ojos, el moreno cierra la puerta y sin decir nada se va directo a su cama acostándose y dándole la espalda a su amigo, el rubio se enoja bastante y se acerca a la cama de Ed

Alan. ¡¿No dices nada?! ¿dónde demonios estuviste toda la tarde? ¿por qué llegas tan noche? ¡contesta!

Ed. Por favor, ahora no... no quiero discutir

La voz de Ed sonaba muy triste y Alan entiende que su amigo estaba triste porque ya no iba a volver a ver a Duo, sabía muy bien que el moreno había ido al Hospital a ver al trenzado y de paso para despedirse de él, he ahí el motivo de su tristeza y en parte lo era, Ed estaba triste por eso pero más que triste se sentía angustiado por no saber qué hacer con sus sentimientos hacia su mejor amigo, y eso es lo que Alan ignoraba

Alan. Está bien, no discutiremos... pero realmente estaba preocupado por ti

Ed. Gracias, de verdad

Alan. ¿Por qué no volteas a verme?

Ed. No por favor... no me pidas eso

Ed se negaba a ver a Alan a la cara, tenía el rostro bastante sonrojado y se sentía muy nervioso, Alan le había declarado abiertamente su amor y aunque él también lo amaba era incapaz de darle alguna respuesta, Alan baja su mirada y se aparta de la cama dirigiéndose a la luz y dejando la habitación oscura, debían madrugar al día siguiente y era hora de dormir, el rubio se acuesta en la cama y mirando al techo permanece pensativo, Ed seguí dándole la espalda y aún estaba despierto

Alan. ¿Sabes?... si tú quieres puedo seguir haciéndome cargo de tu hermana y... tú puedes quedarte con Duo, entiendo que él ha ocupado tú corazón y respetaré tus sentimientos

Ed no puede creer lo que Alan le dice y muy sorprendido por fin se gira hacia la otra cama observando fijamente al rubio a pesar de la oscuridad de la habitación, pero gracias a la luz de la luna podían distinguirse ambas presencias

Ed. ¿Por qué me dices eso?

Alan. Me costó mucho aceptarlo pero ya entendí que te has enamorado de él

Ed. ¡Eso no es verdad!

Alan. ¿Qué?

Ed. Es cierto, quiero a Duo pero no lo amo yo... amo a otra persona

Los dos se quedan en absoluto silencio, Alan estaba sorprendido por la respuesta de Ed, el moreno no amaba a Duo, eso lo hacía sentir mejor pero entonces ¿quién era aquel a quien su amigo amaba? Estaba más que dispuesto a averiguarlo así que se levanta de su cama y para sorpresa de Ed se sienta en la suya mirándolo fijamente, Ed se pone un poco nervioso pero también se sienta sobre la cama, ambos se miran con fijeza

Alan. Dime su nombre, dime el nombre de aquel a quien amas

Ed. No puedo...

Alan. ¿Por qué?

Ed. Porque le amo demasiado y no lo quiero destruir

Alan. ¿De qué hablas?

Ed. Yo no soy bueno para nadie, estoy sucio

Alan. ¡No digas chorradas! ¿tratas de decir que también yo lo estoy?

Ed. ¡Es que tú no entiendes!

Nuevamente se quedan en silencio por unos momentos y no sabiendo que más decir Ed baja la cabeza y aprieta con fuerza las sábanas, Alan lo mira detenidamente y dirige su mano al rostro de Ed levantándole la cabeza, ambos vuelven a mirarse a los ojos

Alan. Por favor dime qué es eso que no entiendo

Ed. Desde los trece años he dejado que mi cuerpo sea manchado de lujuria, tantos hombres han tomado mi cuerpo que ya no sé siquiera cuantos han sido... llegó el grado de que ya ni siquiera me daba asco, comencé después a disfrutarlo y ahora me es indiferente, es como si estuviera muerto, no merezco a nadie... no valgo nada

Ed mueve bruscamente su cabeza logrando que Alan quite la mano de su rostro y deja de mirarlo nuevamente, el rubio se queda callado por mucho tiempo, no sabía que decir, él tenía apenas dos años en el negocio de la Pornografía y la Prostitución y había comenzado cuando Ed había entrado a trabajar con Robert, para él era como una especie de pasatiempo, en cambio Ed lo había convertido en su estilo de vida desde los trece años, eso debió de haber sido muy duro para el moreno y ni siquiera sabía que decir o cómo actuar para hacerlo sentir menos miserable

Alan. Escucha...

Ed vuelve a mirar a Alan cuando éste comienza a hablar

Alan. A mí no me interesa tu pasado o cuantos hombres aparte de mí te han mancillado, lo único que me interesa es darte un futuro y cuidarte, solo quiero tenerte a mi lado y ofrecerte algo mejor, no sé quién sea esa persona que amas pero si me lo permites yo quiero ocupar su lugar

Ed. Alan...

Alan. Por favor...

Nuevamente Alan acerca su mano al rostro de Ed y acercando un poco más su cuerpo al del moreno le acaricia la mejilla, Ed se sonroja por ese cálido tacto y mira fijamente al rubio a los ojos y viceversa

Alan. ... Por favor dame la oportunidad de conocer la única parte de tu cuerpo que no conozco

Ed. Yo...

Alan. Por favor, quiero conocer tu corazón

Alan acerca su rostro al de Ed y sutilmente le regala un beso en los labios, él se sorprende de aquella calidez porque era la primera vez que el rubio lo besaba de esa forma y hasta se sentía extraño, tan solo cierra sus ojos y antes de poder darse cuenta ya se encontraba acostado con el cuerpo de Alan sobre el suyo, el rubio se aparta un poco y junto con Ed abre los ojos, ambos se miran a los ojos y poco a poco una sonrisa adorna los labios del moreno, el rubio se sorprende mucho y también sonríe después

Ed. Se llama Alan... la persona a la que yo amo

Ed estira sus brazos y con ternura los cierra sobre la nuca de Alan atrayéndolo de nuevo hacia él y besándose después, ésta vez un beso apasionado, sin ataduras, solos ellos dos, sin cámaras, sin obligaciones, sin nada que les impidiera amarse... las manos de ambos se atrapan la una a la otra al entrar Alan en Ed y sus bocas también se atrapan en un beso caliente y apasionado, Alan comenzaba con sus movimientos, afuera, adentro, todo de una forma lenta, sensual y delicada, no había necesidad de dar demasiado placer, quería que Ed no solo sintiera pasión corporal, quería que sintiera la pasión de su alma y su corazón, quería demostrar con esa unión física la unión de su amor y Ed no necesitaba recibir de Alan el mejor de los sexos, él necesitaba que le hiciera el amor, por primera vez sentía que hacía el amor con alguien y eso lo hacía sentirse hasta la cima de la gloria...

Ed. Te... amo... ngh ¡Ah... Alan!

El último grito de éxtasis se escucha por toda la habitación mientras la espalda del rubio es fuertemente apretada por los brazos del moreno y Alan deja salir toda su esencia inundando por completo el ser de Ed, ambos gimen despacito al terminar completamente el acto y con las respiraciones aún agitadas vuelven a besarse tiernamente mientras despacio Alan sale de Ed y abrazándolo con fuerza lo atrae hacia él haciéndose a un lado quedando de costado y Ed también de costado mientras se miran fijamente

Alan. Gracias...

Ed. Gracias a ti... por darme mi primera vez, gracias porque contigo he aprendido a hacerlo con el corazón

Sonriéndose ambos se regalan el último beso antes de quedarse completamente dormidos, y es que estaban muy cansados, eran actores porno y tenían mucha resistencia pero en ésta ocasión habían entregado algo más que el cuerpo y estaban exhaustos, ahora debían dormir porque al día siguiente les esperaba uno de los mejores días de sus vidas, iban a vivir lejos del pasado sucio que intentaba perseguirlos y ahora por fin se habían declarado sus sentimientos, sin duda iban a ser felices, muy felices...

No podía más con la situación, era algo que le destruía, estaba muriendo día a día sin su amado Duo, necesitaba tenerle de nuevo, hacerlo suyo, decirle cuanto lo amaba y cuanto estaba arrepentido de todo lo que le había hecho porque todo eso era culpa de Wufei, no había otro culpable más que él, seguramente aunque numerosas veces lo había golpeado y violado el trenzado iba a perdonarlo, pero lo único que Duo no le iba a perdonar era su infidelidad y por eso Wufei tenía la culpa de todo, ahora él estaba solo sin Duo y se sentía morir, la vida no tenía significado alguno para él, pero que equivocado estaba Treize porque Wufei solo era culpable por una parte, era culpable por haberse dejado arrastrar por el pecado del adulterio, pero no era culpable de los abusos de Treize contra Duo, es más, ni siquiera estaba enterado de que Duo era golpeado y violado por su propio esposo, sabía bien que Treize se expresaba de él como quien se expresa de un inútil y también sabía que Treize lo trataba como a un sirviente, en cambio la realidad era otra, Treize era un desgraciado y punto, era la única verdad en todo ese asunto...

Estaba en la oficina como ido, miraba hacia el vacío, no hacía más que pensar en Treize todo el tiempo y no podía hacer otra cosa más que pensar en por qué ¿por qué todo había terminado así? Si tan solo pudiera borrar el pasado y verle nuevamente sonreír él estaría feliz, si la sonrisa de Treize volviera a su rostro con la reaparición de Duo él estaría enormemente feliz aunque no fuera a su lado

Otto. Ey ¿estás aquí o en otro planeta?

Wufei. ¿Eh?... sigo aquí Otto

Con una sonrisa fingida el chino se gira hacía Otto pero su compañero de trabajo comprende que no había llegado en buen momento, los ojos negros de Wufei lo decían mejor que las palabras

Otto. ¿Te puedo ayudar en algo?

Wufei. No, no puedes, nadie puede

Otto. ¿Por qué dices eso?

Wufei. Otto, yo sé que estas enterado

Otto. Wufei...

Wufei. Todos en la oficina lo saben ¿cierto? Treize y yo creímos que lo ocultábamos bien pero todos lo supieron siempre

Otto. Lo siento, yo...

Wufei. No tienes que decir nada, además yo sé que tú esposa es muy amiga de Duo Kushrenada, sé que no le caigo bien, a pesar de eso eres bueno conmigo, así que no te disculpes por nada

Sonriendo con un poco más de sinceridad Wufei se pone de pie y se aleja de su compañero de trabajo, era casi hora del almuerzo y aunque sabía que Treize lo iba a correr cruelmente de su casa él quería seguir intentándolo, quería hacer recuperar a Treize la sonrisa, esa se había convertido en su meta así que sin importarle que tenía que regresar en una hora de nuevo al trabajo sale de la oficina y se dirige a la casa que Treize compartía anteriormente con Duo para prepararle algo de comer

Wufei llega pasados unos minutos ya que la casa no estaba muy lejos de la oficina pero por más que toca ésta vez Treize no le abre la puerta, a pesar de eso Wufei insiste sin cansarse, ya comenzaba a preocuparse, anteriormente le había escuchado hablar de suicidio y el solo pensarlo le hacía temblar de miedo así que tomando cartas en el asunto se aleja de la puerta y se acerca al alambrado que dividía la parte de pasto de la de asfalto afuera de la casa y jala con fuerza un pedazo, ni siquiera sabía de donde había sacado fuerzas para hacer algo así, lo único que sabía e importaba es que Treize estuviera con bien así que rápidamente logra su cometido y puede entrar a la casa

Todo estaba tan desordenado como siempre, pero sin importarle el chico de origen chino va directamente a la habitación de Treize, llevándose una gran sorpresa cuando entra a la habitación sin tocar la puerta y ve a Treize teniendo relaciones sexuales con un sujeto desconocido para él, se trataba del mismo sujeto con quien en una ocasión había violado a Duo, los ojos de Wufei se vacían por completo y un par de lágrimas se comienzan a formar en sus ojos 

Treize gemía con tanto placer que le hacía sentirse retorcer del dolor, el otro sujeto era duramente poseído por Treize, los cuerpos de ambos completamente desnudos, el de Zechs inclinado hacia la pared apoyándose sobre ésta mientras Treize lo penetraba con fuerza, haciéndolo gritar de dolor y placer mientras le jalaba con su mano izquierda sus largos cabellos y la mano derecha le apretaba con fuerza las caderas para un mejor soporte a la penetración; cuando la puerta se había abierto Treize escucha claramente y voltea de reojo observando a Wufei ahí completamente paralizado pero no le importa y continúa hasta culminar dentro del sujeto, gimiendo ambos al mismo tiempo, Treize se sale rápido de Zechs soltándole los cabellos y la cadera y se gira hacia Wufei cuyas lágrimas ya habían caído por sus mejillas

Treize. ¿Qué haces aquí? Te he dicho que ya no quiero verte más

Wufei. Yo... yo

Wufei estaba sin habla, ni siquiera sabía que decir y mientras pensaba Treize lo miraba fríamente y con fiereza, Zechs voltea hacia Wufei y le recorre el cuerpo con la mirada sonriendo al final y pasando después su lengua por sus labios, Wufei se da cuenta de la mirada sucia del hombre y se incomoda bastante

Treize. ¡Habla!

Wufei. Perdóname, es mejor que... me vaya

Zechs. Espérate lindura

Cuando Wufei iba a dar un paso escucha la voz de Zechs y se detiene completamente horrorizado, Treize mira de reojo a Zechs y se queda quieto sin hacer nada viendo como el de cabello largo se acerca lentamente a Wufei, el de ojos negros no se hace nada, solo se queda paralizado y sabiendo las intenciones del sujeto sus piernas tiemblan sin poderse mover, Zechs moja sus labios con su lengua y fija su mirada en la entrepierna de Wufei, él logra reaccionar y se da media vuelta intentando huir pero siente una fuerte mano que lo detiene sujetándolo del brazo, Wufei se gira y ve el rostro de Zechs bastante cerca del suyo sintiendo después como la lengua del rubio se pasa por sus labios sintiendo un profundo asco, Treize miraba todo atento sin hacer nada mientras Wufei lo miraba suplicante, sus miradas se cruzaban y sin detenerse Zechs comienza a besar el cuello del chico de origen chino, Wufei comienza a darle fuertes empujones pero no logra alejarlo de él, Zechs lo sujeta con fuerza de la cintura y aleja sus labios del cuello de Wufei para girar su cabeza hacia Treize sonriendo ampliamente

Zechs. Ven, disfrutemos de éste

Wufei. Tra... Treize

Treize mira fijamente a los dos y sonríe maliciosamente, Wufei se asusta demasiado y nuevamente comienza a derramar lágrimas cerrando sus ojos mientras escucha los pasos de Treize acercándose a ambos, Zechs sonríe ampliamente y siente pronto como su miembro despierta solo de imaginarse que entre los dos van a poseer el cuerpo de ese chico hermoso, Wufei estaba ya resignado, entre los dos iban a hacerle el sexo y él no podía defenderse, su angustia no podía ser mayor pero cuando siente que todo está perdido en vez de sentir el cuerpo de Treize cerca del suyo, escucha un fuerte golpe y siente como los brazos de Zechs lo sueltan repentinamente

Treize. ¡No lo toques con tus asquerosas manos!

Zechs cae al suelo con el labio sangrando y Wufei abre sus ojos observando sorprendido la situación, por momentos había creído que Treize iba a permitir que ese sujeto lo violara pero contrario a eso Treize lo había defendido, Treize voltea a ver a Zechs despectivamente y se acerca para darle una fuerte patada en la cara, Zechs grita de dolor y Wufei asustado se acerca a Treize para tratar de calmarlo

Wufei. Para por favor

Zechs se agarraba la cara quejándose del dolor, ahora no solo sangraba del labio sino también de la nariz y su ropa ya estaba también manchada por la sangre, Treize le había dado la patada bastante fuerte y sin remordimientos, Wufei estaba asustado, nunca había visto a Treize tan violento

Treize. Maldito imbécil, si hubiera estado sobrio aquella noche no habría permitido que tocaras a Duo

Wufei. ¿Ese hombre...?

Wufei se horroriza por lo que se acababa de enterar, ese hombre tirado en el suelo había violado al esposo de Treize y él lo había permitido, no podía creerlo, ahora conocía dos aspectos de Treize que jamás hubiera pensado, se sentía mal por eso pero aun así él le amaba y estaba dispuesto a aceptarlo como fuera, Zechs tenía lágrimas en los ojos y voltea a ver a Treize fijamente

Zechs. Lo siento yo...

Treize. ¡Cállate!

Alejándose de Wufei, Treize se acerca de nuevo a Zechs y le da otra patada en el rostro haciéndolo caer acostado golpeándose la cabeza con la pared dejándolo inconsciente

Wufei. ¡Treize nooo!

Wufei asustado se acerca a Treize y lo abraza con fuerza de la espalda mientras él totalmente tranquilo mira con rencor al de cabello largo

Wufei. Tranquilízate Treize, lo vas a matar

Treize. Para eso lo traje

Wufei. ¿Eh?

Wufei abre sus ojos sorprendido y afloja el abrazo quedándose sin habla, Treize voltea hacia él y lo mira fijamente al rostro observando esa reacción, confundido Wufei mira a Treize y da dos pasos hacia atrás

Wufei. ¿Por... por qué dices eso?

Treize. Por su culpa Duo se fue, merece morir

Wufei. Pero...

Treize. Wufei, si quieres que te perdone debes ayudarme

Wufei. ¿A qué?

Treize. A recuperar a Duo

Treize sonríe mientras que Wufei se confunde aún más ¿cómo pensaba Treize recuperar a Duo? además ¿qué se ganaba con matar a ese sujeto de cabello largo? Estaba muy confundido y no sabía si decirle que sí o no porque tal vez eso incluía ayudarle a matar a ese hombre que según Treize tenía la culpa de que Duo lo abandonara

Treize. ¿Qué dices?

Wufei. Te amo Treize... acepto, te ayudaré a recuperar a Duo

Treize sonríe ampliamente y con alegría se acerca a Wufei abrazándolo con fuerza, la piel de Wufei se estremece al sentir el abrazo y enseguida lo corresponde, hacía mucho tiempo que no sentía a Treize tan cerca aunque fuera para recuperar al amor de su vida, aunque fuera para perderlo para siempre, pero lo único que a él le interesaba era volver a ver esa sonrisa que en esos momentos Treize le mostraba, al precio que fuera, incluso al de su propia felicidad

Continuará...


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