martes, 16 de febrero de 2016

El jardín de las delicias

Capítulo 25. A solo un paso


Acostado en la cama de la enfermería, Duo repasaba su vida en el tiempo que había estado en la cárcel, no podía explicar porque, pero se sentía aliviado, y aunque los barrotes eran vistos por sus lindos ojos todos los días, se sentía libre, y nunca antes le había sucedido, tal vez podía decir que había madurado, gran parte de su egoísmo característico, y el orgullo que alguna vez le hicieron perder a Heero, sentía que había desaparecido, a nivel personal podía decir que de cierto modo se sentía favorecido, aunque para obtenerlo, le había costado muy caro, y ahora Heero ya no estaba con él, y jamás volvería, tenía que resignarse, y ahora que iba a salir de la cárcel debía comenzar de nuevo. Sentía que el estómago se le revolvía, pero sabía que con el tiempo aquello desaparecería poco a poco, la sensación de pérdida tal vez nunca desaparecería, pero ahora debía de pensar en Heero como un hermoso pasado, nada más. Comenzaba a derramar lágrimas, tal vez las últimas que derramaría por él

Duo. Gracias por todo Heero...

Dedicándole su más tierna sonrisa desde su temprana muerte, el ex trenzado cierra sus ojos, dormiría un rato, y cuando despertara, daría la bienvenida a un nuevo yo

Por varios momentos, el ex vocalista miraba al amigo de su difunto manager, por más que viera no encontraba cicatriz alguna, sabía que jamás volverían y que no tenía ya caso, pero estaba intrigado, ojalá tuviera a Wufei ahí, para gritarle en la cara que su terrible tormento por amar al maldito violador que lo había destruido, no era más que una cruel pantomima sin sentido

Traize. ¿Hola?

Extrañado por el estado de shock en que Heero había caído, Traize inclinaba la cabeza de un lado a otro, después se comienza a reír, haciendo reaccionar al ojiazul, Traize señala a Heero

Traize. Estás loco

Se burlaba de él mientras señalaba, casi doblándose de la risa, entonces Heero se levanta, sabía que era inútil hablar con él en el estado que se encontraba, pero quería intentarlo un poco

Heero. Oye Traize
Traize. ¿Yo?

Dejándose de reír se señala a sí mismo

Heero. Si tú... ¿recuerdas a Wufei?

Al oír aquel nombre, Traize hace una extraña mueca, como si se resistiera a que esa información tuviera un significado en su cerebro, por breves momentos se miran fijamente a los ojos, el ex vocalista creyendo que tendrá alguna respuesta favorable, pero Traize se ríe nuevamente, corriendo hacia el agua, Heero suspira fastidiado, estaba condenado a convivir con un lunático para siempre, y lo peor es que cada vez se sentía más falto de cordura, no dudaba que en cualquier momento también perdiera la razón

Heero. Ya no quiero estar aquí

Colocándose las manos en los oídos, cierra sus ojos con fuerza, podía escuchar claramente los consejos de su antiguo manager, tal como él lo recordaba, sensato y dispuesto siempre a ayudar

Heero. Ya cállate... Lo sé... Déjame en paz Zechs

No podía evitar escucharlo, antes le parecía normal, porque era algo que él mismo se había inventado para no sentirse solo, nunca había escuchado realmente la voz de Zechs, pero ahora no podía controlarlo, y la voz estaba ahí, llamándole, quería resistirse pero no podía, tal vez terminaría como Traize, y tal vez sería lo mejor...

Había permanecido tirado en el suelo desde que se había declarado a Quatre con resultados desfavorables para él, su mente estaba casi en blanco, con la mirada perdida, el cuarto oscuro y silencioso, quería cerrar los ojos, pero se resistía, porque cada vez que lo hacía, recuerdos malditos le acechaban, le había destruido saber que el rubio le guardaba un gran rencor, pero también comprendía su modo de pensar, y de cierto modo, estaba de acuerdo con aquel resultado, porque sabía que se lo merecía

Trowa. Quatre...

Por sus ojos muertos caen un par de lágrimas, rodando silenciosas por sus mejillas

Trowa. ¿Realmente ya no me amas?

Lejos del rencor, tal vez la parte más dolorosa para él, era saber que el ex bajista ya no lo amaba, se había propuesto recuperarlo, con resultados mejores a los anteriores, pero ahora veía distante aquella posibilidad, y realmente dolía...

Preocupada porque hace un par de horas que no sabía de su hermano, Irea sube a la habitación de Quatre y toca, pero éste no le contesta, entonces abre la puerta, encontrando a su hermano sentado en la cama, las piernas estiradas, los brazos sobre su regazo, la cabeza apoyada en la cabecera y los ojos rojos e hinchados, con la mirada perdida, parecía como si estuviera muerto. Solo de verlo sentía que le daban una puñalada en el estómago, entonces se acerca a él después de cerrar la puerta

Irea. ¿Qué tienes?
Quatre. Me ama... Trowa me ama

Aunque el rubio no parecía estar emocionado, su hermana sonríe, pero él no la mira. La chica se sienta a su lado y le retira algunos cabellos de la frente

Irea. ¿Y cómo te sientes?
Quatre. No lo sé
Irea. ¿Qué dices? Deberías estar contento, tú lo amas ¿verdad?
Quatre. Si... lo amo, pero también lo odio... y ya estoy cansado

La voz del rubio era casi inaudible, era como si su cuerpo hubiese perdido toda su energía, y sus ojos estaban cansados

Quatre. Es como un sentimiento muerto, que no evoluciona y tampoco desaparece... pero no lo quiero cerca de mí... no puedo perdonarlo... y no quiero olvidar lo que hizo
Irea. Hermano...
Quatre. No digas más ¿sí?... y vayámonos lo más pronto
Irea. Sí Quatre, no te preocupes

Cariñosa como si fuera su madre, le retira otra vez cabello de la frente y le da un beso en ella, apartándose después

Irea. ¿Se te ofrece algo?
Quatre. No, solo quiero estar solo
Irea. Está bien, descansa

A paso lento, la chica se aleja y sale de la habitación. Quatre cierra sus ojos, realmente estaba cansado de todo, quería marcharse cuanto antes, sobre todo porque sabía que era probable que volviera a caer en brazos de Trowa, lo sabía porque cuando estaban en París se había sentido solo y necesitado, y al tener al ojiverde ahí le había hecho pensar por breves momentos que podían comenzar una vida juntos, pero al llegar a New York, miles de recuerdos le habían acechado, haciéndole entender que él jamás sería feliz al lado del ex baterista, y que había cosas que no podía perdonar, aunque debía admitir, por muy difícil que fuera, que sentía una pequeña satisfacción dentro de lo más profundo de su oscurecido corazón, por saber que Trowa estaba enamorado de él...

Dispuesta a llevar a cabo su investigación hasta las últimas consecuencias, Hilde debía ampliar sus campos de investigación, y solo podía hacerlo acercándose un poco más a su compañera de grupo, ganándose la confianza de Dorothy, podía conseguir aún más de lo que ya tenía, aun cuando el abogado de Duo le había pedido que se alejara ya de la investigación... antes de entrar a la habitación de Dorothy, la guitarrista se cerciora que Relena se encuentre en la parte de abajo de la casa. La rubia se sorprende al ver que Hilde entra a su recámara, pero después sonríe maliciosa

Dorothy. ¿Te dio envidia que escogí a Relena? La verdad es que no eres mi tipo

Ante sus comentarios sarcásticos, Hilde no responde nada, solo se lleva un dedo índice a los labios y cierra la puerta, acercándose a su compañera que se encontraba acostada en la cama leyendo una revista

Hilde. No vine por eso pervertida
Dorothy. ¿Entonces?
Hilde. Quiero saber qué pasó con Erick, tú me lo presentaste y él huyó sin decirme nada
Dorothy. ¿Yo que voy a saber?
Hilde. Eres su amiga ¿no?
Dorothy. Ni tanto
Hilde. Tú dijiste en el juicio que tenían muchos años de conocerse

Las palabras de su compañera guitarrista hacen molestar a la bajista, que enseguida la mira con rudeza

Dorothy. ¿Eso qué?
Hilde. Bueno olvídalo, si lo ves dile que lo estoy buscando ¿de acuerdo?
Dorothy. No me digas que te enamoraste
Hilde. Claro que no, pero el sexo era fantástico ¿me entiendes?
Dorothy. Te entiendo

Con sonrisa y mirada maliciosa, Dorothy piensa en las numerosas veces que había estado con la vocalista, Hilde lo nota y ve ahí una oportunidad de intentar acercarse más a la rubia como su amiga

Hilde. Oye ¿y así que tú y Relena?
Dorothy. ¿Asustada?
Hilde. Claro que no, solo me tomó por sorpresa, dime ¿la quieres?
Dorothy. ¿Te importa?

Sospechando del repentino interés de la chica hacia ella, la rubia mira a la guitarrista con desconfianza, Hilde lo nota pero intenta continuar tranquila como hasta ese momento

Hilde. Aprecio mucho a ambas Dorothy, claro que me importa
Dorothy. Mmm entonces te lo diré, yo amo a Relena
Hilde. Vaya, entonces era amor real
Dorothy. Claro, por ella haría lo que fuera

Aquellas palabras la chica las había dicho mostrando una oscura sombra en su mirada, haciendo que Hilde pase duramente saliva

Hilde. ¿Ah sí? ¿Y cómo es que ustedes? Bueno, están juntas
Dorothy. Eres muy curiosa, pero te lo diré. Hice a un lado todo lo que me estorbaba, hasta que ella sola vino a mí

Responde con burla, casi a punto de reír, dejando a su compañera casi de piedra, sin habla, pero poco después la rubia comienza a reír

Dorothy. Es broma, quita esa cara. Solo se dio y ya, así pasa
Hilde. ¿Si verdad? Bueno, yo voy a... irme a mi cuarto
Dorothy. Si, está bien
Hilde. Con permiso
Dorothy. Pasa

Con un poco de nerviosismo, Hilde sale de la habitación sin borrar su sonrisa, jamás había visto en los ojos de alguien tanta suciedad como los que había visto en su compañera, hasta le había dado miedo, pero si quería investigar debía de seguir haciéndolo, poco a poco lograría ganarse la confianza de la bajista

Aunque ya tenía el suficiente tiempo como para haberse acostumbrado, Sylvia aún no conseguía hacerlo, detestaba estar en ese lugar y al lado de alguien como el idiota de Erick, ya no quería estar en ese maldito encierro, por eso estaba decidida a escapar, aunque había prometido estar con él con tal de que no dañaran a su padre, tal cual se lo habían advertido...

Recuerdo

Estaba en la sala de su casa cuando el timbre de la puerta había sonado, su padre se encontraba en algún otro lado de la casa, por eso se levanta ella a abrir, se trataba de un repartidor de correo, el cual traía una caja de cartón en sus manos para ella, después de firmarlo el chico se retira y ella regresa a la sala, en ese momento su padre se había asomado para preguntar quién había llegado, pero ella en lugar de contestarle abre la caja, extrañándose de su contenido, era una cinta de audio acompañada de una carta, la cual estaba firmada por Dorothy, no venía su letra pero si una marca que ella conocía, una figura de un zorro que la chica usaba para identificarse, al verla se muestra consternada y al ver que su padre estaba ahí se retira enseguida sin decirle nada, dejándolo con la palabra en la boca. Había subido a su habitación y antes de reproducir la cinta abre el sobre, comenzando a leer

"Querida Sylvia

Estoy muy agradecida por todo lo que has realizado, aunque es claro el hecho de que no ha servido de absolutamente nada, mi abuelo y yo estamos muy decepcionados, pero no queremos ser tan duros con alguien tan linda como tú, a mi abuelo le gustas y a mí no me eres indiferente, por eso queremos darte más oportunidades, tenemos muchos planes para el futuro, todos para lograr nuestros objetivos y queremos que participes de ellos, los cuales han comenzado desde hace algún tiempo, esperamos tu apoyo total, más adelante se te darán otras instrucciones. Por el momento solo te dejo una pequeña cinta de audio, reprodúcela tranquilamente en un lugar donde estés sola y relajada, es solo para que tengas una pequeña prueba de lo que hacemos a los traidores, y por favor, no intentes tonterías, recuerda que tu padre te quiere mucho, y dudo que quiera verte sufrir, o quizás, sufrir él ¿me entiendes? Bien, eres buena chica, cuídate mucho. Adiós"

Con las manos temblándole había arrugado esa carta, humedeciéndose sus ojos, brotando de ellos las lágrimas, maldecía el día que había aceptado ayudar a ese par de lunáticos por diversión, ya que el dinero le sobraba. Enojada rompe la carta y agarra la cinta, metiéndola en su aparato reproductor, al principio no sonaba absolutamente nada, pero poco después podían oírse claramente algunos gritos, como si se tratara de una sesión de tortura, la piel se le ponía completamente china, también se oía el ruido de algunos instrumentos como látigos

Sylvia. Están podridos... son unos enfermos

No había aguantado más, quitando la maldita cinta de audio, y aún a contra de sus deseos debía de aceptar sus condiciones, por su bien y el de su padre, no duraría una semana más en esa casa, se iría lejos sin despedirse para no dar razones, ahora su vida pertenecía a la maldita de Dorothy y a su abuelo

Recuerdo

Su secuestrador acababa de salir del baño en ropa interior y frotándose el cabello con una toalla, mientras que ella estaba con los pies atados a la cama, no con sogas, sino con cadenas y llave, los cuales usaba cuando él se ausentaba, mientras que la mayor parte del tiempo la tenía libre... Sylvia le sonríe fingido y él le corresponde alegre, acercándose a ella para besar sus labios

Sylvia. Amor, también me quiero bañar
Erick. ¿Cómo no se me ocurrió? Bueno, creo que tendrás que esperar
Sylvia. ¿Por qué?

Despreocupado avienta la toalla al suelo cuando termina de frotar su cabello y se acerca otra vez a la cama, volviendo a besar los labios de la chica y sentándose a su lado

Erick. Antes de meterme a bañar llamó Dorothy, voy a ir
Sylvia. ¿Me vas a dejar sola?
Erick. Hermosa, ya sabes cómo es de histérica esa vieja
Sylvia. Sí, es una maniática
Erick. No te preocupes, ya está lejos de ti

Al oír sus últimas palabras, Sylvia pone cara de confusión, no tenía ni una pequeña idea de donde se encontraba, pero Erick aseguraba que no estaba lejos de New York, por lo menos ya sabía que no se encontraban lejos

Erick. Voy a dejarte amarrada, perdóname
Sylvia. No te preocupes, vuelve pronto
Erick. Claro que sí

Sonriendo feliz se pone de pie para vestirse, mientras la ex reportera se queda pensativa, ideando alguna forma de salir de ahí, ya que si Dorothy había llamado a Erick significaba que algo no estaba saliendo bien, ya que era la primera vez en todo ese tiempo que tenía noticias de su antigua compañera de escuela. Poco después se va Erick, dejando sola a Sylvia, pero mientras tuviera cadenas le iba a resultar casi imposible escaparse de ahí...

Era el segundo intento de Irea por hablar con Trowa, pero éste continuaba encerrado en su habitación, sin siquiera responder a los llamados de la rubia. El ojiverde continuaba en el suelo, parecía no pensar en nada, pero la verdad es que los recuerdos amargos no desaparecían de su mente, y se preguntaba una y mil veces como había sido capaz de tratar tan mal a Quatre, incapaz también de entender la magnitud del amor que el rubio en algún tiempo le tuvo, ya que recordaba todas aquellas veces que atendía a sus crueles llamados, y que encima de todo había ocasiones en que le expresaba sus sentimientos

Trowa. Soy una basura... ni siquiera merezco tu perdón

Había perdido incluso la noción de tiempo, y cualquier llamado externo a sus pensamientos le era mudo, simplemente el mundo a su alrededor no existía... Irea por su parte, resignada a no ser escuchada se da media vuelta, topándose con Catherine que la miraba con ternura

Catherine. ¿Haciendo algo por los testarudos de nuestros hermanos?
Irea. Eso quise pero Quatre quería estar solo, y Trowa no me abre
Catherine. Ya veo... mmm, sé que es violar su privacidad pero tengo llave de ese cuarto
Irea. ¿De verdad? Ay que entrar

Sonriéndose en complicidad, la pelirroja saca un llavero del bolsillo de su falda y la entrega a la rubia resaltando la llave de la habitación de su hermano, Irea la agarra e introduce, pero no puede abrir ya que el ex baterista se encontraba recargado en la puerta, enseguida Trowa se mueve un poco, quedando la puerta abierta lo suficiente para que entre alguien, Trowa se veía desanimado, ni siquiera se había molestado porque habían abierto sin su permiso

Irea. ¿Te sientes bien?
Trowa. No me perdonó
Irea. ¿Qué le dijiste?
Trowa. Que me perdonara, que lo amo... solo eso
Irea. ¿Y qué te dijo?
Trowa. Él ya no... y no lo culpo

Tenía la mirada vacía, se veía como ido, y patéticamente derrotado, a Irea se le destrozaba el corazón, igual que a Catherine, quien oía todo detrás de la puerta, con ganas de entrar y abrazar a su hermano

Irea. Es mentira... Quatre todavía te ama

Gradualmente los ojos de Trowa recobran vida, aún sin voltear a ver a la chica, quien miraba al ojiverde fijamente

Irea. Te juro que no sé de dónde sacó mi hermano tanto orgullo, pero aún está enamorado de ti, no quiere admitirlo, pero es verdad
Trowa. Quisiera creerte
Irea. ¡Créeme bobo! Te ama, de verdad te ama, y si tú dejas de luchar por él, entonces si se olvidará de ti, Trowa, le debes algo a mi hermano
Trowa. ¿Deberle?
Irea. Si, le debes su felicidad, solo tú puedes

Pensando detenidamente las palabras de la rubia, Trowa logra captar el mensaje, volteando a verla por fin, sus ojos se encontraban vivos, y por su mirada se notaba que estaba confundido

Trowa. No sé cómo... él... no quiere saber de mí
Irea. Porque está herido, Trowa, de la noche a la mañana no se va a lanzar a tus brazos
Trowa. ¿Entonces?
Irea. Deja que se cure un poco, está bien que se alejen un tiempo, entonces tú volverás a buscarlo, él tiene que asimilar las cosas
Trowa. ¿Y si encuentra a alguien más?
Irea. No lo hará, si encuentra a alguien no lo va amar ¿entiendes? Te ama a ti, él no deshace sus sentimientos tan fácilmente, en eso sigue siendo el mismo

Reflexionando la situación, la esperanza vuelve a Trowa, mostrando una breve sonrisa sobre sus labios, Irea la capta y sonríe emocionada, por lo que veía en su expresión, el ojiverde no estaba del todo derrotado. Trowa se pone de pie

Trowa. Lo haré, lucharé por él... me ama... me sigue amando
Irea. Si
Trowa. Gracias

Completamente agradecido, Trowa se acerca a Irea y la abraza, haciéndola sonrojar, cuando la suelta la mira a los ojos

Trowa. Y tú tampoco lo dejes pasar
Irea. ¿De qué hablas?
Trowa. He notado como la miras

Sonrojándose aún más, Irea desvía su mirada, detrás de la puerta la pelirroja también se sonroja, alejándose de ahí. La hermana de Quatre mira a Trowa y le sonríe

Irea. Lo haré

Enseguida se marcha de la habitación del ojiverde, viendo para su alivio que Catherine no estaba ahí, pues aunque ella sabía de sus sentimientos, le resultaba aún vergonzoso, aunque ignoraba que si había alcanzado a oír. Mientras que el ex baterista se queda en su habitación, cerrando la puerta y acercándose a su cama, donde se acuesta, sintiéndose emocionado, ya que Quatre aún lo amaba, y él lucharía por su perdón

Esa noche, Dorothy y Erick se ven en un café, la rubia iba de incógnito ya que no quería que algún fan o medio de comunicación la hiciera llamar la atención, necesitaba conversar con su cómplice

Erick. Me extrañó tu llamada
Dorothy. Tu suegro me está causando molestias
Erick. ¿De qué me hablas?
Dorothy. ¿Cómo de qué? El padre de Sylvia está buscando a su amada princesita
Erick. Maldición

Molesto, Erick golpea la mesa, llamando la atención de algunos clientes, enojada Dorothy lo mira de forma fulminante, indicándole que se calme

Erick. ¿Y qué vas hacer?
Dorothy. Mi abuelo quiere matarlo, pero creo que solo levantará más sospechas, por fortuna el viejito no informó a la policía
Erick. ¿Y cuál es el plan?
Dorothy. No lo sé aún, pero debemos callarlo ¿entiendes?
Erick. Entonces si hay que matarlo, como si hubiese sido un accidente
Dorothy. Tú no entiendes, Hilde ha preguntado extrañamente por ti y antes ha conversado con tu suegrito, es probable que hayan encontrado información en común

Los ojos de Erick casi salen de sus cavidades al imaginarse un poco de lo que esos dos pudiesen haber conversado e incluso el hecho de que la guitarrista haya preguntado por él le resultaba extraño

Erick. Maldita vieja ¿qué quiere de mí?
Dorothy. Tú eres un idiota por desaparecerte como vil muerto, levantando sospechas
Erick. Pero es que...
Dorothy. Nada de peros estúpido, tienes que ver a Hilde, presiento que me oculta algo
Erick. No quiero ver a esa vieja, dejé a mi Sylvia sola
Dorothy. Voy a mandar a alguien, por eso no te preocupes, necesitamos saber que traman esos dos, si tu suegro resulta peligroso entonces consideraremos la solución de mi abuelo
Erick. ¿Y qué hay de Hilde?
Dorothy. Lo mismo, si nos puede perjudicar la matamos

La rubia sonríe cínicamente, bebiendo tranquilamente un poco de café, por su parte Erick estaba preocupado y molesto, porque no quería dejar a su Sylvia sola y porque no quería volver a ver a la guitarrista de Dark Sound, pero si lo pensaba bien, Dorothy tenía razón y él había tenido la culpa por marcharse sin dar explicación alguna

Al día siguiente a razón del mediodía, Irea regresa a la casa de Trowa después de haber salido para buscar departamento, ya que Quatre no quería estar un día más en esa casa, con la presencia de Trowa rondando por ella., ni quiera había salido de su habitación para desayunar, Trowa en cambio estaba repuesto, gracias a las palabras que había recibido por parte de Irea el día anterior. La rubia entra a la habitación de su hermano, el cual no estaba en la cama, sino que se encontraba en el baño, haciéndose las curaciones de la nariz que el doctor le había indicado

Irea. Adivina
Quatre. ¿Qué jujede?
Irea. Habla bien

Sin responder el rubio mira fulminante a su hermana

Irea. Es broma... ya encontré departamento, es amplio, tiene todos los servicios y está bien ubicado, ya dejé el depósito y pagué el primer mes ¿qué te parece?

El rubio no imaginaba que pronto su hermana había conseguido departamento, sobre todo en una ciudad como New York, pero más que sorprendido se sentía nostálgico, pues aunque deseaba salirse de esa casa, no podía evitar sentirse triste

Quatre. Que bien

Terminando sus curaciones, se deshace del material y sale del baño, pasándole por un lado a su hermana, quien lo mira preocupada, después se acuesta otra vez en la cama

Irea. ¿No es lo que querías?
Quatre. Si, agradezco que hayas encontrado tan pronto
Irea. Hermano, tú no quieres irte ¿verdad?
Quatre. Claro que quiero irme, no quiero estar cerca de él
Irea. Pero...
Quatre. Basta Irea, amar a Trowa me hace daño ¿qué no entiendes? Necesito desintoxicarme de él ¿por qué no comprendes?

Desesperado avienta una de las almohadas cerca de él, la rubia lo mira duramente, Quatre estaba actuando como un niño tonto, incapaz de entender razones

Irea. Ya no te diré más... empaca tus cosas que después de comer nos vamos

Enojada por la actitud de su hermano, Irea sale de la habitación, cerrando con fuerza la puerta, su hermano mira unos momentos la puerta y refunfuña con fastidio, cruzándose los brazos y frunciendo el ceño...

Por fin después de haber estado en cama por unos días, Duo sale de la enfermería y vuelven a ubicarlo en su celda, aún no podía hacer movimientos violetos, caminar mucho o esforzarse, pero al menos ya se encontraba mejor que otros días. Su nuevo compañero de celda, Frank, era un hombre alto, de porte fornido y rostro rudo de pocos amigos, no pasaba de los 40 años, no mucho después de muerto Kim, él había sido reubicado ya que había tenido problemas con su antigua celda y compañeros; al ver que el ex trenzado regresa de la enfermería lo recibe

Duo. Hola Frank, cuanto tiempo
Frank. Hola
Duo. ¿Cómo vas?
Frank. Bien ¿y tú?
Duo. No me puedo quejar

El ex guitarrista muestra una sonrisa como hace mucho no hacía, causando un poco de sorpresa en su compañero de celda. El guardia empuja levemente a Duo hacia el interior de la misma, cerrándola enseguida

Guardia. Ya no te metas en problemas Maxwell
Duo. No

El guardia se retira después de reír con burla, Duo finge una sonrisa y cuando por fin se va suspira resignado

Duo. He vuelto
Frank. Ten cuidado
Duo. Lo sé, ya no pienso bajar la guardia
Frank. Ya veo
Duo. Antes no me importaba morir, pensaba que muriendo era la forma de volver a ver a mí Heero, pero es una tontería, las personas se mueren y ya, además yo quiero demostrar que puedo sobrevivir, saldré de aquí y me enfrentaré al mundo

Sonriendo optimista, Duo se acerca a la parte de abajo de la litera y se acuesta lentamente para no lastimarse, mientras su compañero lo miraba de pie desde los barrotes de la celda

Frank. Esos dos han estado preguntando por ti
Duo. Entonces los esperaré

El hombre alto sonríe al oír a Duo, le parecía extraño que después del atentado, el ex trenzado se viera completamente distinto, no era el joven derrotado y patético que había conocido, ahora veía a alguien mucho más fuerte y eso le agradaba bastante...

Llegada la hora de la comida, al igual que la hora del desayuno, Quatre no había querido bajar a comer, una chica de servicio le había subido un poco de comida, mientras los demás estaban sentados a la mesa. Terminada la comida, Irea les da la mala noticia a los hermanos Barton, que al principio se muestran confundidos, sentían que estaba pasando todo muy rápido, además que la casa no se iba a sentir igual con dos personas menos, pero tanto Trowa como Catherine estaban de acuerdo en que era lo adecuado, sobre todo considerando la situación en que se encontraban el ex baterista y el ex bajista... Media hora después, Quatre baja con sus cosas, las cuales eran realmente pocas, la mayoría de ellas se habían quedado en los departamentos de Joe, y una diminuta parte se había quedado en casa de Trowa, por su parte Irea baja las maletas que había traído consigo desde Londres, Catherine se encontraba en la puerta para despedirlos, insistiéndole a Irea de que se llevara su auto, pero la rubia se negaba

Catherine. Ya te dije que me lo devuelves cuando consigan uno
Irea. Y yo ya te dije que llamaremos un taxi
Catherine. Anda, yo aún no puedo usarlo, el especial es el que uso
Irea. Es que no sé... me da pena

Mientras las chicas discutían sobre el auto, Quatre estaba ocupado en sus propios pensamientos, completamente perdido en ellos, no prestaba el mínimo de atención en nada más, ni siquiera había notado la presencia de alguien más

Trowa. Yo los llevo

La voz de Trowa irrumpiendo la discusión, hace reaccionar a Quatre, quien lo mira de reojo unos momentos y fingiendo indiferencia se voltea hacia otro lugar, Trowa en cambio miraba a las chicas, esperando una reacción

Irea. Pero...
Trowa. Solo los llevo, no te preocupes
Irea. Bueno, supongo que... Quatre ¿tú que dices?
Quatre. Me da lo mismo

Fingiendo que no le importa, Quatre se cruza de brazos, cumpliendo su cometido de no voltear a ver a Trowa, quien toma eso como un sí, acercándose a las maletas de la rubia, las cuales sujeta, Catherine abre la puerta y los cuatro salen, el rubio con su maleta y Trowa con las maletas de Irea, cuando llegan a la amplia cochera, Trowa saca la llave de uno de sus autos y abre la cajuela, echando las maletas de Irea

Trowa. ¿Me permites?
Quatre. Yo puedo solo

De mala gana el rubio deja su maleta sobre las de su hermana, se sentía celoso de que el ojiverde no la había llevado como a las de su hermana. Trowa cierra la cajuela, Irea voltea hacia Catherine y las chicas se abrazan, soltándose poco después

Irea. Gracias por todo
Catherine. Vamos, lo dices como si nunca volveremos a vernos
Irea. Tienes razón, llamaré
Catherine. Más te vale, hasta pronto
Irea. Adiós
Catherine. Adiós Quatre
Quatre. Si, adiós

Completamente seco, el rubio se acerca a Catherine y le da un abrazo de dos segundos, apartándose enseguida, aún estaba molesto por las duras palabras que la chica le había dicho hace apenas unos días

Trowa. No me tardo
Catherine. Si, conduce con cuidado

El ojiverde abre la puerta de copiloto a Irea y cuando ella entra la cierra, dirigiéndose después a la parte del chofer entrando también, dejando que Quatre abra su propia puerta de la parte de atrás, dejándolo también molesto, con los brazos cruzados, Trowa sale de la cochera y un empleado le abre el cancel. Irea indica la dirección al ojiverde y él emprende, durante el transcurso del camino, Irea platicaba a Trowa algunas historias de sus viajes y él oía atento, Quatre por su parte estaba cruzado de brazos, mal sentado y con el ceño fruncido, mirando celoso que por lo visto esos dos se llevaban bien, un cosquilleo desagradable le atacaba la boca del estómago

Irea. Aquí es

Tras algunos minutos de viaje por fin llegan a donde estaba el departamento, tenía buena ubicación como había dicho la rubia, era un tercer piso y alrededor se notaba tranquilo. De nuevo Trowa abre la puerta a la hermana de Quatre y después abre la cajuela, bajando todas las maletas, enseguida Quatre agarra celosamente la suya y el ojiverde agarra las de Irea, quien los guía hacia el departamento del cual ya tenía una llave. Éste era lo suficientemente amplio y distribuido como para vivir cómodamente, además ya estaba amueblado y tenía todos los servicios

Trowa. Es agradable
Irea. Sí
Trowa. Bien, yo me voy
Irea. ¿No lo quieres conocer?
Trowa. Está bien

Sonriendo amable, la chica comienza a avanzar hacia los cuartos para mostrárselos al ojiverde, olvidándose ambos de la presencia de Quatre, que se sentía triste por ello, no quería admitirlo pero estaba muy celoso. Minutos después Irea termina de mostrar el departamento a Trowa, mientras que Quatre estaba sentado en un mueble de la sala

Irea. Lindo ¿no?
Trowa. Si
Irea. ¿Quieres algo?
Trowa. No, ya me voy
Irea. Si, que lástima
Trowa. Adiós

Para molestia de Quatre, el ojiverde besa la mejilla de Irea para despedirse y ella se sonroja, sonriéndole amable, pero el rubio estaba enojado mientras los miraba

Irea. Cuídate mucho

Cuando ambos llegan a la puerta Irea abre ésta y Trowa avanza, Quatre por su parte estaba tratando de ignorar al ex baterista, pero le era casi imposible pues Trowa parecía también estarlo ignorando, pero para su sorpresa, Trowa se mueve levemente hacia la derecha para ver por encima del hombro de Irea

Trowa. Adiós Quatre

Los ojos del rubio se abren un poco más por la sorpresa, ya que no se esperaba esas palabras, así que olvidándose de su orgullo unos segundos, voltea para verlo a los ojos

Quatre. Adiós Trowa

Antes de irse, el ojiverde le sonríe sutilmente, haciéndolo sonrojar, pues era la primera vez que el músico lo hacía de esa forma, sin embargo enseguida el rubio se voltea hacia otro lado para volver a ignorarlo, Irea levanta una mano para despedirse del ojiverde, quien acto seguido se marcha, la chica cierra la puerta y suspira, acercándose a su hermano

Irea. ¿Te gustó?
Quatre. "Es agradable"

Al oír la mala imitación de Trowa por parte de Quatre, la rubia no puede evitar echar a reír un poco, haciendo enojar aún más a su hermano

Irea. Que celoso eres
Quatre. Cállate, no son celos
Irea. Está bien, no te enojes
Quatre. ¿Cuál es mi cuarto? Quiero dormir
Irea. El de la derecha
Quatre. Están cerca, bueno, procura no hacer escándalo cuando traigas a Trowa
Irea. ¿De qué hablas?
Quatre. No te hagas, seguro que te le metiste a la cama varias veces

Como si no hubiese dicho nada malo, el rubio avanza hacia su habitación, pero antes de que llegue, Irea lo alcanza y lo jala del brazo, haciéndolo voltear, mirándolo molesta

Irea. No digas estupideces, entre él y yo nunca ha habido nada y nunca lo habrá
Quatre. Si claro, no te creo
Irea. Piensa como quieras

Indignada suelta a su hermano y va hacia su habitación, encerrándose en ella, dejando a su hermano solo y molesto

Quatre. Eres el mismo cerdo de siempre Trowa

Ciego completamente por los celos, Quatre entra a su habitación y se echa en cama, indispuesto completamente, no sintiendo ganas de nada, solo quería que los días pasaran rápidos y que pronto pudiera olvidarse de Trowa...

Al día siguiente en la mañana, antes de que Hilde decida salir, recibe una llamada al celular que le sorprende. Pues dadas las recomendaciones de Dorothy, Erick decide llamar a su antigua amante, al principio la guitarrista duda en contestar, pues le resultaba extraña dicha llamada, altamente sospechosa, pero sabía que debía de tomarla si quería llegar al fondo del asunto

Hilde. ¿Diga?
Erick. Hola preciosa

Aunque sabía que se trataba de él antes de contestar, volver a oír aquella voz que ahora le resultaba desagradable, le hace sentir un malestar estomacal, pero debía de controlarse y actuar como siempre

Hilde. ¿Erick? Que sorpresa! Estaba preocupada por ti
Erick. Lo lamento linda, pero es que después del juicio me sentí tan mal que quise alejarme un poco, perdóname por no habértelo dicho
Hilde. ¿Y ya estás bien?
Erick. Por fortuna si, de hecho estuve yendo a terapias psicológicas
Hilde. Ah, qué bien
Erick. Quiero verte hermosa
Hilde. Yo... yo también

Poniéndose nerviosa, Hilde se queda callada unos segundos

Hilde. ¿Dónde nos vemos?
Erick. A las 8 en el Bar de siempre
Hilde. Está bien
Erick. Entonces te veo preciosa, cuídate
Hilde. Si, adiós

Enseguida la chica cuelga su celular y se queda pensativa unos momentos, recordando que el abogado de Duo le había dado su tarjeta de presentación, por lo que la busca en su bolso y le llama, contándole donde y a qué hora se iba a ver con su ex amante...

Después de las actividades de la tarde, les permiten a los reos hacer actividades recreativas, como casi siempre Duo sale a ver jugar basketball a sus compañeros, sentado en el piso con las piernas encogidas, Frank jugaba con ventaja por su altura, el trenzado sonreía por ver las quejas de sus oponentes, mientras que dos sujetos estaban a los laterales del ex guitarrista, pues tras la muerte de Kim había ganado sus respetos y aunque ya estaban enterados que él no lo había hecho, le seguían fieles

"Esos dos no se han aparecido últimamente"
Duo. Han preguntado por mí ¿cierto?
"Eso dicen, pero ya sabes que..."
Duo. No importa, les enfrentaré

La determinación en la actitud de Duo causa sorpresa en sus compañeros, incluso su mirada era distinta, tal vez producto de su cercanía con la muerte , el ex trenzado no era el mismo que había ingresado un par de meses atrás

"¿Estás seguro?
Duo. Siempre fui un cobarde, incapaz de enfrentarse a la vida solo, y ya no quiero depender de nadie

Aunque había cambiado, la tristeza en sus ojos continuaba ahí, pues aunque quisiera, después de haber perdido lo más amado, no volvería a ser el mismo...

Llegada la noche, Hilde se prepara para su cita con Erick, el abogado de Duo estaba enterado, así que la guitarrista no estaría sola, pues a la más mínima anomalía él intervendría junto con un amigo oficial a quien había llevado, el acuerdo era que Hilde se siguiera viendo con Erick hasta tener más pistas y dar con el paradero de Sylvia, también para intentar conseguir pistas que inculparan a Dorothy... Después de saludarse y tomar asiento, una mesera se les acerca y les toma la orden, enseguida que se marcha, Hilde decide comenzar con su interrogatorio

Hilde. No puedo creer que te hayas ido así, creí que algo malo te había pasado
Erick. No quería preocuparte nena, pero así sucedió
Hilde. ¿Debo creerte?
Erick. Claro que si ¿por qué te mentiría?

Fingiendo completamente, Hilde le sonríe de forma tierna, pero su conversación no podía quedar así

Hilde. ¿Y Dorothy? La has visto?
Erick. No he sabido de ella, solo pensaba en ti
Hilde. Ah... por cierto ¿tú sabías que desapareció una reportera?
Erick. ¿Ah sí? No sabía ¿quién es? Y a qué viene ese tema?
Hilde. Pues es que... no, solo... me acordé, porque estabas desaparecido
Erick. Ya veo ¿entonces quién era?
Hilde. Sylvia Noventa

La mirada de Erick se vuelve sombría al oír a Hilde, pero intenta no ponerse nervioso, aunque en eso Hilde se había equivocado, pues sus comentarios levantan las sospechas de su ex amante

Erick. ¿A qué viene todo eso? Sabes que era mi novia
Hilde. Por eso, pensé que tal vez querías saber
Erick. Te agradezco pero no me interesa. Solo me importas tú ¿de acuerdo?
Hilde. Si

Volviéndole a sonreír falsamente, Hilde se queda callada unos momentos, la mesera regresa con las bebidas de ambos

Hilde. Oye y ¿qué vas hacer con el dinero de la indemnización? Es mucho ¿verdad?
Erick. ¿Por qué quieres saber?
Hilde. Bueno, se supone que tú y yo salimos ¿no?
Erick. No tengo planes, además es dinero que no me enorgullece
Hilde. Ah
Erick. ¿Sabes? Se me antoja irme a otro lugar
Hilde. ¿Ah sí?
Erick. Vamos a un Hotel ¿no?
Hilde. Este... hoy no puedo, mañana tengo cosas que hacer
Erick. ¿Cuáles?
Hilde. Cosas de mujeres, ya sabes... este, voy al baño, ahora vuelvo

Sonriendo nerviosa, se pone de pie rápido y entra al baño, Erick la mira marcharse y enseguida saca su celular, marcando a Dorothy

Dorothy. ¿Qué quieres?
Erick. Ella sabe algo
Dorothy. ¿Qué sabe?
Erick. No lo sé con exactitud, pero se muestra nerviosa, preguntó por ti, y comentó de la desaparición de Sylvia
Dorothy. Maldita, investiga que tanto sabe, lo más probable es que tengamos que matarla
Erick. Está bien, adiós

Poco después que cuelga el teléfono, Hilde regresa a la mesa, no muy lejos de ellos estaban Richard y su amigo, observando sus movimientos y estarían ahí hasta que terminara su cita con la guitarrista, entonces lo seguirían, sabían que era ilegal hacerlo, pero no quedaba de otra, necesitaban pruebas antes de dar parte a las autoridades de manera oficial...

Por la noche, Trowa decide salir, aun cuando su hermana se había opuesto a ello, el ojiverde podía caer nuevamente en los vicios si lo hacía, pero realmente necesitaba hacerlo, no tenía otra cosa, a Quatre no se podía acercar y estar encerrado en su casa le resultaba desagradable, él no era así y no podía cambiar tan fácilmente, para ello entra a una cafetería y se sienta en una mesa para dos, pidiendo un descafeinado, el ambiente del lugar era tranquilo y tocaban buena música, pero para su mala suerte, momentos después, comienza a sonar una melodía que le resultaba familiar, reconociendo después en ella una canción de The Wings, rápidamente las expresiones de su rostro cambian totalmente, evocando miles de recuerdos, cuando la banda estaba en pleno apogeo, sus reuniones eran siempre muy particulares

Duo siempre armaba escándalo por cualquier tontería y Heero lo callaba comenzando una tonta discusión donde Catherine no perdía el tiempo en burlarse del trenzado, mientras Wufei por su lado intentaba ignorarlos logrando que se saliera de sus casillas y terminara interviniendo, Quatre por su parte intentaba tranquilizarlos con su característica paciencia y Zechs resignado casi lloraba por no poderlos controlar, mientras que él simplemente se limitaba a observar, solitario, pero tranquilo, eran días realmente entrañables, solo de recordarlo sus ojos se humedecían, pues todo estaba acabado, Zechs y Heero muertos, Duo en la cárcel, Wufei deshecho y Quatre odiándolo

Trowa. The Wings

Mientras estaba pensativo, una chica se acerca a su mesa y sin permiso toma asiento, el ojiverde la mira un poco, reconociendo en ella a una de sus amigas con las que solía irse a los Hoteles y tener depravadas horas de sexo, pero ahora se veía distinta, vestía con ropa decente y no tenía maquillaje exagerado, Trowa estaba sorprendido

"Vaya, vaya ¿quién está aquí? El buen Trowa"
Trowa. Hola
"Vi lo de tu problema en los periódicos, me alegra que estés bien"
Trowa. Si ¿y tú que tal?
"Han pasado muchas cosas, y veme, hasta me casé"

Mostrando su argolla de matrimonio, sonríe ampliamente, Trowa seguía sorprendido, pero solo sonríe un poco

Trowa. Felicidades
"También te ves cambiado. Te deseo mucha suerte"
Trowa. Gracias
"Ojalá volvamos a vernos"
Trowa. Sí, adiós

Sin dejar de sonreír se pone de pie y acercándose un poco a Trowa, se agacha y le sujeta el rostro con ambas manos, besando sus labios en señal de despedida, el ojiverde no había cerrado siquiera sus ojos y cuando ella se separa vuelve a sonreírle

"Adiós Trowa"

Aunque aquel encuentro había parecido insignificante, para Trowa era una especie de final, una despedida a su antiguo yo, antes de ser completamente de Quatre, tenía que liberarse de ciertas ataduras del pasado, incluyendo aquella melodía que aún seguía tocando

Después que Hilde y Erick se despiden en la entrada del Bar, Richard y su amigo salen y suben al auto del Abogado, comenzando a seguir al chico, Hilde se da cuenta de ello y nerviosa decide regresar enseguida a casa. Mientras tanto en el auto de Richard, él iba conduciendo y su amigo solo se limitaba a estar atento al auto de Erick, cruzado de brazos

Mark. Tú nunca haces esto con tus clientes ¿qué tiene él de especial?
Richard. Digamos que en un principio me llamó la atención el interés de ese sujeto
Mark. ¿De quién?
Richard. De Trowa. Él tenía un particular interés en ese chico, me ofreció mucho dinero por sacarlo
Mark. Hablas como si ya hubiera pasado
Richard. Así es, su interés cambió, al igual que el mío
Mark. Por eso lo ayudas tanto
Richard. Sí, estoy enamorado de Duo

La sonrisa burlona que su amigo asoma en sus labios no es captada por Richard, sin embargo, incluso él sabía que estaba actuando ridículamente por alguien a quien no tenía mucho de conocer, pero no podía negar que Duo lo había cautivado por completo

Mark. Detente aquí

Al ver que Erick había disminuido considerablemente su velocidad, Mark indica a Richard que se detenga, quedando su auto a solo dos cuadras de distancia del auto del ex amante de Hilde, el lugar era un conjunto departamental, donde el chico se baja del auto y entra, entonces los amigos deciden quedarse a pasar la noche ahí para esperar a que salga y seguirlo a todas partes...

Días después, no podía decirse que la situación había cambiado mucho, la investigación que Richard y Mark le estaban haciendo a Erick no tenía mucho más avance que el antes logrado, ya que en sus actos no se notaba nada extraño por el momento, en gran parte se debía a que el chico no tenía ninguna clase de contacto con Dorothy o la situación de Sylvia quien estaba siendo vigilada por gente al mando de Dorothy, la rubia le había advertido que tuviera discreción, además que Erick debía ganarse nuevamente la confianza de Hilde.

Lo respectivo a Duo y su próxima resolución de Inocencia requería de algunos trámites finales, pues la apelación ya estaba en proceso de ser aprobada, lo cual lo tenía en cierta medida contento, pues era incapaz de sentirse del todo feliz. Con Quatre las cosas seguían igual, pues encerrado en su depresión no era capaz de siquiera reflexionar la situación, olvidar a Trowa estaba dentro de sus mayores propósitos, cegado completamente por el dolor que el ojiverde le había causado, y aunque su hermana hablaba con él, era incapaz de entender razones. Por el contrario, el baterista trataba de darle su espacio a Quatre, dejarlo pensar antes de volver a insistir en que lo perdonara, el cual era entre otros su mayor anhelo, pues sabía que era aún más difícil, que el rubio lo aceptara nuevamente, aun así, se conformaba con su perdón...

Por la tarde, después de su visita con el Doctor, el cual le había quitado por completo los vendajes de su nariz, Quatre decide hacer una visita a Duo en la cárcel. Al tanto de los últimos sucesos, el rubio necesitaba ver a su amigo, aunque aún desconocía sobre los aciertos de Hilde y los planes por librarlo de toda culpa y conseguir su libertad. Al oír el nombre del ex bajista cuando el guardia lo había anunciado, Duo se alegra de tener a Quatre ahí, a quien no veía desde hace tiempo, por lo que no puede ocultar su gran sonrisa al verlo nuevamente, Quatre se siente igual

Duo. Te ves bien
Quatre. ¿Lo crees?
Duo. Sí... ¿y qué tal París?

Antes de contestarle, Quatre exhala un suspiro, desviando levemente sus ojos, Duo fija su mirada seria en Quatre, preocupándose de su expresión

Quatre. Tengo tanto que contarte, pero no es el lugar
Duo. Entiendo
Quatre. ¿Tu cómo estás?
Duo. También tengo mucho que contarte

Los dos se ríen un poco sin muchos ánimos, pero el tiempo era tan poco y el lugar tan incómodo que ninguno se sentía cómodo charlando

Quatre. Me alegra verte mejor, esa mirada apagada tiene nuevamente un brillo
Duo. Yo estoy mejor, sí, pero tú te ves fatal
Quatre. Lo sé
Duo. Quatre, no sé si los has notado pero, Trowa cambió

Sorprendiéndose un poco por la afirmación, Quatre abre un poco más sus ojos, quedándose mudo unos momentos

Duo. No sé qué sucedió mientras estuve aquí pero ¿tú tienes que ver con ese cambio? No sé siquiera cuanto tiempo ha pasado desde que regresaste a la ciudad
Quatre. Lo siento Duo, en estos momentos mi cabeza es un nudo, no sé nada... solo... no importa, sea cual sea la razón, yo no puedo perdonarlo
Duo. ¿De qué hablas?
Quatre. Es complicado y... por el momento no te puedo explicar
Duo. Entiendo

Nuevamente Quatre se queda callado mientras Duo lo mira fijamente, el rubio parecía realmente perdido, le intrigaba que pudo haber pasado con sus ex compañeros de grupo, pero no podía forzar al ex bajista a hablar

Duo. ¿Sabes? Han pasado muchas cosas, tal vez salga de aquí en un par de meses

Rápidamente Quatre sale de su trance y mostrando una gran sonrisa se levanta del asiento

Quatre. No lo puedo creer ¿de verdad?
Duo. Sí
Quatre. Pero ¿cómo? no entiendo, digo, te declaraste culpable y te acusan de asesinato según me enteré
Duo. Sí, es una historia larga que te contaré cuando salga
Quatre. Está bien

Antes de que pudieran conversar de algo más, llega el guardia encargado de Duo y los interrumpe para llevárselo

Duo. Tengo que irme
Quatre. Qué lástima
Duo. Cuídate mucho y piensa las cosas ¿de acuerdo? en la vida hay segundas oportunidades

Dejando a Quatre completamente mudo, Duo se aleja junto al guardia, quedándose el rubio pensativo, el ex trenzado tenía razón y se lo había demostrado al mostrarse tan cambiado desde aquel día en que se habían despedido en aquel mismo lugar, pero aun cuando estaba consciente de ello, le resultaba casi imposible perdonar a Trowa, sería traicionarse así mismo...

Era de noche en aquel lugar, y desesperada como siempre, Sylvia permanecía atada a la cama, con un vigía aguardando en la cocina, donde se entretenía con una partida de domino contra él mismo

Sylvia. ¿Qué hago?... no puedo esperar mucho, no sé si mi padre está vivo... Dorothy y ese anciano son unos malditos

A pesar de sus buenas actuaciones frente a Erick, la ex reportera nunca había dejado de sentirse angustiada por la posible situación que pudiera estar pasando su padre, por ello es que su encierro resultaba más angustiante de lo normal, a pesar de que Dermail le había prometido que su padre estaría a salvo

Sylvia. ¡Oye guardián!

Con gesto de fastidio, el hombre de Dorothy deja de jugar al dominó y de mala gana se levanta de la silla, entrando a la habitación donde se encontraba la chica amarrada a la cama

"¿Qué quieres?"
Sylvia. Quiero ir al baño

Nuevamente haciendo su gesto de disgusto, el guardia no tiene más remedio que ayudar a la chica, quitándole las cadenas y acompañándola al baño, quedándose él junto a la puerta cuando la cierra

"No intentes nada sucio ¿de acuerdo?"
Sylvia. Claro que no ¿qué puede hacer una indefensa dama?

Dentro de baño, la chica buscaba algo que pudiera utilizar para atacar a quien la vigilaba, pero todo lo que había no le servía para nada, ya que él era alto y robusto, necesita algo realmente afectivo ¿pero qué?

Sylvia. Las cadenas... pero... ¿cómo le hago? piensa Sylvia

Pensando detenidamente su plan, la chica se tarda más de lo normal, levantando las sospechas del hombre que la vigilaba

"Ey, te estas tardando mucho niña"
Sylvia. Esto... es que... me da pena
"¿Qué cosa?"
Sylvia. Es que bueno, tu sabes, Erick tiene días ausente y...
"No lo intentes mocosa, no caeré en tu juego, sal ya que no voy hacerte nada"
Sylvia. No tonto, no esperaba que hiciéramos algo
"¿No?"
Sylvia. No, yo quería... hacerlo sola, ya sabes

Sonrojándose levemente, el guardián se queda callado unos momentos

"¿Y la cuestión es...?
Sylvia. Que me da pena que oigas ¿te puedes alejar un poco?

Dudándolo un poco, decide aceptar la petición de mala gana, después de todo él sabía bien lo angustiante que resultaba estar sin sexo por un tiempo

"Está bien, pero date prisa"
Sylvia. No seas exigente

Enseguida la chica oye los pasos del hombre alejarse de la puerta y espera unos momentos, poco después comienza a fingir leves jadeos mientras abre con cuidado la puerta del baño, teniendo al alcance de su vista la espalda del guardián, que daba pasos de un lado a otro, por lo que veía se notaba que alcanzaba a oírla, ella aumenta el tono de voz y poco después el hombre se aleja más para no oírla, ella no sabía que tan lejos estaba pero se tenía que arriesgar, por lo que sale del baño y se dirige rápido a la habitación, tomando las cadenas que antes le ataban

Sylvia. Lo tengo

Sonriendo feliz, se da media vuelta, borrando por completo su sonrisa cuando ve a su captor frente a ella con cara de enojado, dejándola paralizada

"Idiota, quisiste burlar a la persona equivocada"

Acercándose a ella para atacarla, Sylvia sujeta con fuerza la cadena y en un movimiento rápido, golpea al hombre en la cabeza con el grillete, abriéndole una herida y dejándolo inconsciente, respirando dificultosamente, la chica se asegura de golpearlo otra vez y sin mucho más que hacer, con dificultad acerca el cuerpo del hombre a la cama y ata la cadena a sus manos con la cama, saliendo a prisa de ahí, aunque sus pies eran torpes, a su alrededor estaba casi desierto salvo algunas plantas y animales, estaba en peores situaciones que dentro de la cabaña y el guardia no duraría mucho inconsciente, lo mejor era esconderse bien entre las plantas y a la luz del día buscar la manera de llegar al poblado más cercano...

Aquella noche al terminar su turno, Wufei sale del Bar portando su inseparable guitarra, fiel compañera de sus penas, las cuales sentía menos gracias a la situación que por fin había aceptado, tendría un hijo con Sally, ellos dos eran ahora lo más importante en su vida, y por ellos había vuelto a tener fe en la vida, aun cuando la ausencia de Traize seguía doliendo, pero no dejaría que aquella pena amargara su vida, debía continuar con su camino en busca de la felicidad, la cual lograría cuando viera nacer a su primogénito con buena salud, las últimas visitas al ginecólogo habían sido favorables para Sally, que ya no había tenido más complicaciones, por lo menos no hasta la mañana siguiente...

Cuando el ex guitarrista de The Wings despierta como siempre en la misma cama que su amiga, Sally se encontraba en el baño vomitando, desde la madrugada se había sentido mal pero no había querido decirle a Wufei para dejarlo descansar, pero el pelinegro al despertar y oírla, rápidamente se levanta de la cama y se acerca a la chica, que vomitaba sobre el lavabo

Wufei. Creí que ya no tenías náuseas

Sin responder con palabras, la ex tecladista voltea hacia su amigo y le muestra su mano derecha, el pelinegro abre ampliamente sus ojos cuando ve sangre sobre ésta, sintiendo un escalofrío que le recorre todo el cuerpo

Sally. ¿Por qué me pasa esto a mí?

Rompiendo en llanto, la chica se abraza del cuerpo de Wufei y él la sostiene, haciendo un esfuerzo sobrehumano por resistir y no mostrarse débil

Wufei. No te angusties, vamos al Hospital
Sally. No quiero perderlo Wufei, tengo miedo
Wufei. Estará bien, en un par de meses lo traeremos a casa ¿de acuerdo?

Débilmente Sally mueve su cabeza para indicar que sí, Wufei se siente más tranquilo de animarla, ayudándola después a caminar, le ayuda a vestirse y después de vestirse él, salen del departamento, tomando un taxi para dirigirse al Hospital. Después que el Doctor revisa a Sally, lleva a ambos de nuevo a su oficina para explicarles la situación

Sally. Estará bien ¿verdad?
Doctor. Creo que debo ser sincero
Sally. ¿Morirá?
Doctor. No te precipites, no puedo darte esperanzas pero tampoco podemos ser pesimistas, tu salud no es buena y eso está afectando al bebé

Al oír aquello, Sally aprieta con fuerza la mano de Wufei, sintiendo él como su amiga temblaba

Doctor. Días atrás mejoró la situación, pero ahora no está todo bien
Sally. ¿Qué quiere decir?
Doctor. Tendremos que internarte, estarás bajo vigilancia, y de ser necesario, te haremos cesárea
Sally. Pero aún no...
Doctor. Ha habido otros casos en que el nacimiento prematuro es la mejor solución, aun cuando las semanas de gestación son pocas, el producto está casi formado, tenemos que mantenerla estable hasta que pueda nacer

Sin sentirse aún segura, Sally se queda casi helada, sin responder, Wufei comprende y tratando de darle ánimos a su amiga le sonríe

Wufei. Estamos juntos ¿te acuerdas? los tres regresaremos a casa
Sally. Si

Tratando de sonreír aprieta más fuerte la mano de Wufei, el Doctor llama a una de las enfermeras para que vaya por Sally y le asignen una habitación, cuando ella llega e intenta llevarse a la chica, la ex tecladista se niega a hacerlo sin su amigo

Wufei. Estaré contigo en un momento
Sally. Pero...
Wufei. Necesito hablar con el doctor
Sally. Está bien

Aceptando por fin, Sally se va de la oficina junto con la enfermera, enseguida Wufei mira fijamente al Doctor, permaneciendo serio

Wufei. ¿Se salvará?
Doctor. La situación se complicó bastante, las vitaminas que le receté no le surten efectos y se ha descalcificado más de lo normal
Wufei. ¿Por qué? no entiendo
Doctor. Aún no podría decirte con exactitud que le sucede, pero su salud está decayendo, si las semanas de gestación no se completan al menos hasta que el bebé pueda nacer, sugeriría un aborto inducido

Completamente enojado, Wufei se levanta de la silla, golpeando el escritorio con sus puños y mirando furioso al Doctor

Wufei. ¿Está loco? El embarazo está muy avanzado
Doctor. Sé que es muy riesgoso, pero entienda, ella no lo soportará, podría morir
Wufei. ¿Y qué hay de mi hijo? no está hablando de cualquier cosa, no le quitaré la vida
Doctor. Entiendo pero...
Wufei. No, usted no entiende

Sin decir más nada, Wufei se da media vuelta y sale muy molesto de la oficina, al cerrar la puerta descarga su furia golpeando la pared, recargando su frente sobre la misma, dando después otro golpe, se sentía nuevamente un impotente, prácticamente el Doctor le estaba sugiriendo decidir entre la vida de Sally y la de su hijo, pero no estaba dispuesto a hacer algo así, ambos merecían vivir...

Hundido en la amargura de siempre, Quatre estaba acostado en su cama, mirando por la ventana, realmente afuera el Sol estaba reluciente y el panorama era alentador, pero el matiz de grises en los ojos del rubio no se lo permitían ver, desde que se había despertado no había hecho más que estar acostado, ni siquiera había desayunado y estaban por dar las dos de la tarde. Irea, que había salido de compras, entra a la habitación de su hermano, suspirando hondo con resignación al ver la escena, decidida se acerca a la cama y se sienta cerca de los pies de Quatre

Irea. Hermano ¿te traigo de comer?
Quatre. No quiero
Irea. Entonces salgamos de paseo, te hace falta aire, no has salido desde que fuiste a ver a Duo
Quatre. No quiero, déjame en paz

La manera tan cortante de contestar de su hermano, dan a entender a Irea que el rubio seguía molesto con ella por creerla amante de Trowa, eso la pone molesta también a ella, que enseguida se levanta de la cama y camina hacia otro ángulo para tener enfrente a su hermano

Quatre. Déjame en paz
Irea. Estoy harta ¿eres tan tonto como para hacerte el digno y a la vez rechazar a Trowa? déjate de tanta estupidez, te estás haciendo más daño del necesario
Quatre. ¡Cállate y vete a revolcar con ese cerdo!

El rubio le grita furioso a su hermana, levantándose un poco de la cama. Sus palabras ponen a la chica aún más furiosa y sin consideración alguna, abofetea fuertemente a su hermano, dejándole la mejilla roja con la silueta de su mano teñida de blanco, Quatre abre ampliamente sus ojos y lentamente se lleva una mano a la mejilla lastimada, nunca antes Irea le había pegado tan fuerte, pero ella no estaba arrepentida, sus ojos miraban duramente a su hermano, quien estaba completamente mudo

Irea. No hablas más que porquerías, con esa alma envenenada no eres capaz de ver la verdad

Los ojos de Quatre comienzan a humedecerse pero continúa callado, ahogando sollozos

Irea. Jamás me metería con el hombre que ama mi hermano, además hay otra persona a la que amo

Difícilmente el ex bajista mueve su cabeza y mira a su hermana, cuyos ojos también estaban húmedos

Irea. Amo a Catherine ¿te das cuenta? y no haces más que reclamarme una aventura que no estoy viviendo, Trowa te ama y también está sufriendo, crees que eres el único, pero él estuvo a punto de morir ¿sabes? y eso le abrió los ojos ¿qué tiene que pasarte a ti para que los abras? Por qué no quieres ser feliz?

Aún sin responder, las lágrimas de Quatre se deslizan por sus mejillas, le había sorprendido la declaración, pero por más que lo pensara, no podía perdonar a Trowa, tal vez porque incluso no era capaz de perdonarse así mismo. Sin aguantarse más comienza a llorar, apoyando su frente en la cama y sosteniendo con fuerza las sábanas en sus manos, su hermana se acerca a él y lo abraza

Irea. Tómate tu tiempo, y aun cuando no quieras que haya algo entre tú y Trowa, por lo menos date la oportunidad de perdonarlo, y de perdonarte

Lentamente Quatre levanta su cabeza y suelta las sábanas, aferrándose después al cuerpo de su hermana

Quatre. No sé cómo... lo amo Irea, mucho más que antes... pero viví cosas terribles, y me convertí en esto... por eso también lo odio... siento que no puedo dejar de odiarlo y me duele el pecho... porque también siento su dolor
Irea. Hermano...

La confesión del rubio sorprende a la chica, que no sabía que consejo darle, no tenía idea que en su hermano el sentimiento de odio pudiera existir a tal grado, porque no odiaba a cualquier persona, odiaba a la persona que más amaba y era incapaz de perdonar, aun cuando estaba consciente del dolor de Trowa, la herida provocada por él y por sí mismo difícilmente podría cerrar...

En esos momentos Sally se encontraba dormida, mientras Wufei la contemplaba desde una silla cerca de la ventana, se veía tan tranquila que él mismo se sentía así, rogaba porque todo resultara bien y pudieran regresar a casa junto con el bebé, después se casarían y formarían una familia, la que él antes no había tenido.

Aunque había cosas que aún le preocupaban, pues el dinero de las ganancias que había tenido como miembro de The Wings no le durarían muchos años, y su trabajo actual no era del todo bien remunerado, su amiga necesitaba estar internada y él no podía pagarle durante mucho tiempo aquellas atenciones, aunque sabía muy bien que podía recurrir a cierto desagradable ex baterista, la idea no lo hacía feliz, pero sabía que era su mejor salida, ya que podía recurrir a Quatre, pues seguramente él estaba en las mismas situaciones económicas que él, pues el rubio había renunciado a la fortuna familiar y no trabajaba. Ahora es que se lamentaba no haber invertido sus ganancias

Wufei. Por ustedes me rebajaré... al diablo el orgullo

Sonriendo ante la figura de su amiga durmiendo, Wufei se acerca a ellos y le besa la frente a su amiga, acariciando a la vez su vientre, cuando se aleja borra su sonrisa y sale de la habitación, topándose con la enfermera encargada, a quien le pide le diga a Sally cuando despierte, que ha tenido que irse y no tardará. Después se va para ir a la que alguna vez fue su casa. Como era de esperarse, la reacción de Catherine es emotiva y no se mide al darle un fuerte abrazo al chico

Catherine. Que felicidad verte Wufei
Wufei. Gracias, aunque me porté muy mal contigo
Catherine. No te preocupes, lo importante es que estas aquí
Wufei. ¿Está el idiota de tu hermano?
Catherine. ¿Trowa? sí, ahora le aviso, siéntate

Sintiéndose extraño por ser visitante en una casa que consideró alguna vez su hogar, Wufei se sienta en la sala, mientras Catherine se aleja a paso lento apoyándose de la andadera, sus terapias tenían resultados favorables y seguramente caminaría bien en menos de un año

Wufei. Todo sigue igual

Con nostalgia, el chino mira las partes de la casa que alcanzaba a ver, recordando momentos que estaban fuertemente arraigados en su memoria, tal vez no eran grandes anécdotas, pero las recordaba con cariño, aunque acordarse que Heero y Zechs estaban muertos le producía una gran melancolía, sobre todo por Heero, a quien lo había considerado un amigo importante, y que decir de Treize, que se había convertido en su más grande amor, aunque nunca habían tenido intimidad, y de quien nunca sabría si fue su violador, pero todo estaba atrás, y si se encontraba en esos momentos de nuevo en esa casa, era porque quería un futuro al lado de su bebé y Sally

Trowa. Me alegra verte

Aunque su voz sonaba igual de seca que siempre, en sus ojos se reflejaba que realmente le agradaba tener a Wufei ahí, por el contrario el ex guitarrista al oírlo, voltea a verlo y se levanta del sillón

Wufei. Perdón, no puedo decir lo mismo

La mirada del chino realmente demostraba que decía la verdad, pero Trowa lo había llegado a conocer y sabía que en el fondo, una pequeña parte de él sentía un gramo de felicidad, no en vano habían sido compañeros por más de un año. El ojiverde se acerca a él

Trowa. Tú dirás
Wufei. Sally está mal, la tengo internada y es posible que mi bebé no nazca

La noticia toma por sorpresa al ex baterista, que enseguida se muestra preocupado

Trowa. Lo lamento mucho, yo...
Wufei. Antes que digas algo, permíteme a mí hacerlo... Ayúdame
Trowa. Wufei...

Wufei. Sabía que me ibas a ofrecer ayuda, pero quería pedirla yo, porque realmente no sé qué hacer

La desesperación en sus ojos era suficiente para que Trowa se diera cuenta de cómo se sentía su ex compañero, porque además lo conocía y sabía muy bien que Wufei tenía un ego casi tan grande como el suyo, y que si estaba ahí pidiéndole ayuda, era porque sus medios estaban agotados. Y para sorpresa del ex guitarrista, el ojiverde le coloca una mano sobre el hombro y lo mira con firmeza

Trowa. Cuenta conmigo

Aun cuando no lo podía creer, Wufei sonríe levemente, no sabía que había pasado con el arrogante de Trowa Barton, a quien había llegado realmente a despreciar, solo sabía que además del agradecimiento, algún día le pagaría hasta el último centavo

Wufei. Gracias Trowa

El ex baterista baja su mano del hombro de Wufei, mientras a lo lejos, Catherine había observado la escena y sonríe, tal vez aquel era el inicio de una gran amistad, o por lo menos es lo que ella esperaba...

Casi al anochecer, Richard hace una visita a Duo, quien estaba por entrar a las regaderas junto con su grupo, ya que los bañaban en grupos. A diferencia de antes, el aire alrededor del ex trenzado no era trémulo, se le veía tranquilo, casi a punto de sonreír; Duo toma asiento frente a él

Duo. ¿Alguna novedad?
Richard. Me han aprobado la apelación, en 2 meses estarás libre
Duo. Que bien ¿y qué pasó con el tipo aquel?
Richard. Hilde se ha estado viendo con él, y he estado siguiéndolo, pero aún no hay pistas, esperamos encontrar la conexión con Dorothy
Duo. Esa maldita merece refundirse en la cárcel
Richard. Si tan solo tuviéramos más pistas y testigos, si la señorita Noventa estuviera aquí, la haríamos hablar
Duo. Pero no está, debemos sujetarnos a lo que se tiene y a lo que podamos conseguir
Richard. Te garantizo que pagarán el haberte acusado falsamente, también caerá lo demás, no pueden quedar impunes

La pasión con que el abogado decía las cosas, deja pensativo a Duo, nunca antes había conocido a un abogado, por lo que se preguntaba si así eran todos de dedicados con los casos, Richard se da cuenta que lo observa y lo mira fijamente

Richard. ¿Qué sucede?
Duo. Te gusta tu trabajo
Richard. Bueno sí, aunque en ésta ocasión va más allá
Duo. ¿Por qué?
Richard. Porque realmente me gustas

Aunque Richard no era un hombre altamente atractivo, poseía una hermosa sonrisa que Duo no pasa desapercibida, sonrojándose levemente

Duo. ¿No falta eso a la ética profesional?
Richard. Tal vez... pero sé reconocer las oportunidades que son imperdonables dejar pasar

El ex trenzado también sonríe ante el comentario, Richard le agradaba, aunque aún se preguntaba si había sido buena idea aceptarle una invitación a salir cuando dejara aquel refugio. Aunque si lo pensaba desde otro punto, podría resultar buena idea darse una segunda oportunidad...

Comenzaba a amanecer cuando abría los ojos, se había quedado dormida entre la hierba después de haberse escapado, lamentablemente le resultaba difícil moverse arrastrándose, ya que no podía avanzar rápido y caminar. Hasta el momento no oía señal alguna de su captor, lo cual era ventaja, pero al estar arrastrándose era incapaz de ver hacia donde iba, recordaba que en los paseos que daba con Erick, podía divisarse una especie de lago, por desgracia el chico no le permitía ver mucho

Sylvia. Diablos, no sé qué hacer... y tengo hambre

No teniendo más remedio, la chica continúa huyendo, si continuaba así, seguramente llegaría al lago o tal vez a un lugar donde pudiera pedir ayuda, sabía que no era nadie para exigir, pero rogaba a Dios porque ésta vez las cosas pintaran a su favor

Un poco más animado, Quatre había accedido a salir de su habitación, Irea había preparado la cena. Al terminar, los hermanos permanecen sentados a la mesa, muy silenciosos, después de la plática anterior no habían tocado el tema

Irea. ¿Y ya pensaste que hacer?
Quatre. Un poco... quiero hacer un viaje
Irea. ¿Otro? que yo sepa no tienes mucho dinero
Quatre. Lo sé, por eso quería pedirte prestado
Irea. Lo siento hermano, tampoco tengo mucho
Quatre. Qué raro, si siempre te has dado la buena vida

El rubio sonríe burlón por primera vez en días, Irea hace una mueca de desagrado y le saca la lengua

Irea. Sí pero hace meses que no tengo quien pague mis vicios
Quatre. ¿Renunciaste ya a los amantes ricos?
Irea. Sí, yo solo pienso en ella
Quatre. Me tomó por sorpresa tu cambio
Irea. A mí también me sorprendió descubrirlo, jamás pensé en mujeres, pero es algo que solo me pasó con Catherine
Quatre. Qué ironía

El ex bajista sonríe con melancolía desviando su mirada un poco

Irea. ¿Porque amas a Trowa y yo a Catherine?
Quatre. Sí
Irea. ¿Y entonces que harás?
Quatre. Me iré unos días a California, necesito otros aíres y que además no me salga caro el viaje
Irea. Decidiste pronto ¿ya tienes fecha tentativa?
Quatre. No, pero quiero esperar unas semanas
Irea. Haces bien
Quatre. ¿Sabes? siento que haría mal si acepto a Trowa con estos sentimientos manchados, por eso quiero alejarme y pasar más tiempo solo conmigo, tal vez él y yo no estamos destinados a estar juntos, aunque nos amemos
Irea. Pero Quatre...
Quatre. Nos digas más ¿sí? con el tiempo sabré que decisión tomar
Irea. Está bien, piensa las cosas

Como si fuera su madre y no su hermana, la chica le sonríe tiernamente al rubio y le acaricia una mejilla, confiaba en la cordura que aún le quedaba al ex bajista, además que ahora se veía más sensato que en otras ocasiones...

Habiendo pactado las condiciones de la ayuda que Trowa le daría a Wufei, el chino regresa al departamento de su amiga por un par de cosas, el ojiverde le había puesto como única condición que se mudara nuevamente a su casa y que al nacer su bebé, Sally y él vivieran ahí un tiempo, Wufei había aceptado y por eso estaba en ese lugar; recoge un par de cosas y regresa a su antiguo hogar, ahí Catherine le esperaba, sobre la ropa tenía puesto un abrigo

Wufei. ¿A dónde vas?
Catherine. ¿Cómo a dónde bobo? vamos a ver a Sally
Wufei. ¿Qué dices?
Trowa. Sí, yo los llevo

Confundido, el guitarrista mira a ambos chicos y suspira resignado, aunque sabía que a Sally le haría bien ver a su amiga. Más que dispuesta, Catherine es la primera en salir de la casa y subirse al auto sin ayuda

Wufei. Veo que mejoras
Catherine. Sí, le daré la sorpresa a mi amiga

Después del corto recorrido, llegan al hospital donde estaba internada Sally, aunque era de noche les permiten la visita, la tecladista se encontraba despierta y al ver a su amiga caminar en andadera sin ayuda la deja sin habla unos momentos, Catherine se acerca a ella y le toma una mano

Catherine. ¿Cómo estás?
Sally. Me siento bien... me sorprendiste, es increíble
Catherine. Sí, pronto caminaré como antes
Sally. Eso espero
Catherine. Así que serás mamá

Sonriendo ampliamente, Sally se lleva ambas manos al vientre

Sally. Sí, tendré al hijo del hombre que amo

Con gran orgullo, Sally mira a Wufei y le sonríe, él en cambio solo se sonroja, Trowa también sonríe levemente y después se acerca a Sally, ella lo mira seria unos instantes, aún recordaba la vez que él y Wufei se habían peleado

Trowa. Tú y Wufei tienen todo nuestro apoyo

Sorprendida por las palabras, Sally abre los ojos ampliamente, incluso la voz del ojiverde sonaba distinta, parecía tener frente a ella a alguien completamente distinto

Sally. Gracias
Catherine. Ya quiero que nazca Wufei Jr.

Sonrojado aún más, el chino se cruza de brazos, volteando a otro lado su mirada

Sally. Sí, yo también quiero tenerlo en mis brazos... ¿Y saben algo de Noin?
Catherine. ¡Cierto! ella tendrá al hijo de Zechs
Sally. Y creo que no falta mucho para que nazca, Hilde es quien sabe más

Al oír aquel nombre, Trowa se pone completamente serio y toca el hombro de Wufei, él voltea y observa que el ojiverde le hace una mueca, enseguida entiende y ambos salen de la habitación, dejando a las chicas conversando

Wufei. ¿Qué sucede?
Trowa. Hay cosas que debes saber

Sin entender de qué habla, el chino enarca una ceja antes de escuchar atento lo que Trowa tiene que contarle, a medida que oía sus palabras se mostraba cada vez más furioso, no podía creer que había mucha posibilidad de que Dorothy fuera quien había cometido tantos actos malvados contra ellos, se sentía molesto

Wufei. Esa vieja es un monstruo
Trowa. Hablé con Richard ayer, dijo que Duo saldrá en 2 meses gracias al fallo a favor de la apelación, pero si encontramos pruebas para inculpar al tal Erick, entonces saldrá enseguida
Wufei. Me alegro por él
Trowa. Wufei... hay posibilidad de que lo sucedido con el accidente, haya sido también su culpa

Los ojos del ex guitarrista se llenan de furia al oír la última parte y con fuerza aprieta uno de sus puños, si lo que decía Trowa era verdad, entonces la bajista de Dark Sound había sido la culpable de la muerte de Treize, Heero y Zechs, no podía concebir tanto coraje

Wufei. Esa perra... ella...
Trowa. Es solo suposición pero...
Wufei. Te juro que la mato... si ella... la mato

Completamente sorprendido, Trowa mira el odio reflejado en el rostro de su ex compañero, y aunque eran simples palabras, podía notar que Wufei era muy capaz de cumplirlas...

Como solía pasar, Dorothy sale de la cama de Relena dejándola durmiendo, se acerca a su ropa y comienza a vestirse, tenía muchos asuntos que atender, entre ellos hacerle una visita a su abuelo, a quien no veía desde hace unos días, realmente estaba molesta con él porque estaba demasiado tranquila ante la situación, a ella en cambio le inquietaba la reciente actitud de Hilde, estaba completamente segura de que ella sabía más de lo que aparentaba y además que tenía algo que ver con el hecho de que el señor Noventa ya no se apareciera por ahí. Al terminar de vestirse, se acerca a la vocalista y le besa los labios, sonriendo perversamente

Dorothy. Por fin que te tengo, no voy a dejarte ir, nadie nos separará, así tenga que matar a uno por uno, hasta terminar con todos

Sus ojos eran incapaces de mostrar cordura, su amor por Relena se había convertido en una retorcida obsesión, y no le importaba a quien se llevara con ella al infierno, con tal de tenerla a su lado... Del camino de su casa a la de su abuelo, Dorothy llama por teléfono a Erick, quien aún no sabía del escape de Sylvia, ya que el guardia no había avisado aún a nadie, pues estaba seguro que de hacerlo, seria hombre muerto si la chica no aparecía. El cómplice de la bajista contesta enseguida el teléfono, decepcionándose al saber que era la rubia

Dorothy. ¿Qué has hecho?
Erick. ¿De qué?
Dorothy. ¿Cómo de qué idiota? con Hilde ¿ya averiguaste que tanto sabe?
Erick. No, nos hemos visto poco y siempre trata de eludirme, es seguro que sabe algo
Dorothy. ¡Claro que sabe algo idiota! por eso la tenemos en la mira, eres un inepto
Erick. Mide tus palabras Dorothy, no soy un empleaducho, puedo perjudicarte si quiero

Ante la tonta amenaza, la chica ríe cínicamente, haciendo que el chico se enoje aún más

Dorothy. No mi vida, tú no harás nada mientras Sylvita esté bajó mi observación

Por la respuesta de la rubia, Erick se queda completamente helado, él podía ser bajo y ruin, pero realmente amaba a la ex reportera, y por ella era capaz de soportar los desplantes de Dorothy

Erick. Está bien, no nos confrontemos, ahora más que antes debemos unir fuerzas
Dorothy. Qué bueno que lo entiendas cariño, así que ponte listo y sácale a Hilde todo lo que sabe, después veremos qué hacer con ella
Erick. Está bien, adiós
Dorothy. Adiós cariño

Completamente furioso, Erick avienta su teléfono contra la pared de su habitación, detestaba a Dorothy, aunque gracias a ella había obtenido grandes cosas, entre ellas dinero, aunque la rubia realmente lo fastidiaba.. La bajista de Dark Sound cuelga tranquila su teléfono celular y continúa conduciendo rumbo a casa de su abuelo. Al llegar, el abuelo la recibe con una gran sonrisa esperando un abrazo, pero en cambio, Dorothy se acerca amenazante hacia él

Dorothy. ¿Se puede saber por qué demonios no haces nada?
Dermail. Tranquila muñeca ¿Por qué tan enojada?
Dorothy. Estoy furiosa contigo, me tienes abandonada
Dermail. Cálmate princesita
Dorothy. ¡Que calmarme ni que nada! eres un inútil

La sonrisa idiota que antes mostraba, se borra ante el insulto, saltando a la vista unos ojos llenos de dureza, su nieta siempre había sido caprichosa y él le cumplía siempre sus caprichos, pero no soportaba que la chica fuera malagradecida con él

Dermail. Mide tus modales y respétame
Dorothy. Te he contado que el idiota de Noventa apareció buscando a su hijita y no has hecho nada
Dermail. Te he dicho que lo tomes con calma
Dorothy. ¡No puedo! no puedo

Histérica como nunca, la chica se acerca a la cama donde su abuelo estaba acostado y se tira de rodillas junto a ella, mirándolo fijamente a los ojos y sujetando con fuerza las sábanas

Dorothy. ¿Que no entiendes que nos van a separar?
Dermail. ¿A quiénes?
Dorothy. A Relena y a mí... y yo me muero sin ella
Dermail. Pero...
Dorothy. ¡Por favor ayúdame!

Mirando preocupado a su nieta, Dermail le coloca una mano sobre la cabeza y le acaricia los cabellos, sonriéndole

Dermail. Mate a algunos de esos musiquitos ¿qué más quieres?
Dorothy. Desaparecer a Marshall Noventa
Dermail. ¿No crees que levante sospechas? la hija desaparece y él también, querrán investigar
Dorothy. Tu no... ¡No sirves para nada!

Furiosa por completo, Dorothy se levanta del suelo y mira duramente a su abuelo

Dorothy. Haré todo yo sola... pero si caigo ¡te hundes conmigo viejo decrépito!

Decidida a ya no pedir nunca más la ayuda de su abuelo y también a no brindarle la suya, Dorothy sale del lugar completamente enojada, mientras que Dermail se queda sorprendido, sin duda la chica había perdido la cordura, después suspira

Dermail. Creo que la consentí demasiado

La bajista regresa a su casa echando chispas de coraje, ya no tendría ninguna consideración hacia su abuelo y utilizaría sus propios medios para llevar a cabo sus planes.. Su coraje se reduce un poco cuando al llegar a la sala encuentra un recado, el cual era de Hilde donde le informaba que saldría con Erick, lo cual la pone un poco contenta, deseaba que su inútil cómplice le sacara algo a la chica...

Después de una larga charla insignificante, Erick saca sutilmente a la luz el tema de Sylvia, lo cual pone a Hilde un poco nerviosa, a pesar de que Mark estaba fuera del Bar donde se había visto con Erick, esperando a que ambos salieran de ahí, ya que Richard le había pedido que no se separara de Erick y que además protegiera a la guitarrista

Hilde. ¿Y yo que podría saber?
Erick. Nada en especial, pero Dorothy me contó que estuvo en su casa el padre ¿no es así? y como sabrás, Sylvia fue mi pareja durante algún tiempo, me preocupa que haya desaparecido
Hilde. Entiendo
Erick. ¿Entonces?
Hilde. No hablamos de mucho, solo me dijo que la habían despedido de una revista y que tiempo después desapareció, él tiene muy pocas pistas, casi nada, es por eso que fue a la casa, pero realmente yo no sé nada
Erick. Ya veo, entonces...

Antes de poder concluir, el teléfono celular de Erick suena y enseguida lo saca de la bolsa del pantalón donde lo tenía y contesta, pero al oír la voz de Dorothy, rápidamente se pone de pie y se aleja de la mesa, eso pone aún más nerviosa a Hilde, era obvio que el chico quería sacarle información... Minutos después Erick regresa y se sienta a la mesa, agarrando por encima de ésta, la mano de la chica

Erick. Te extrañaba
Hilde. Yo también

Sonriendo hipócritamente, Hilde intenta separar su mano, pero Erick la sujeta más fuerte

Erick. También te deseo
Hilde. ¿En serio?
Erick. ¿Recuerdas lo bien que la pasábamos?
Hilde. Claro

Sin dejar de verla a los ojos, Erick comienza a acariciarle la mano con sus dedos

Erick. Nunca conocí a una mujer que me hiciera sentir tanto en la cama
Hilde. También eres buen amante, ¿pero sabes? últimamente...
Erick. ¿Por qué estás tan distinta conmigo?
Hilde. No, yo...
Erick. Me haces creer que algo ocultas

La chica abre los ojos con más amplitud, poniéndose de nuevo nerviosa, en cambio, Erick se estaba arriesgando a usar aquella estrategia, para que Hilde sintiera la presión y accediera a irse con él a otro lugar, creyendo que con eso lo convencería de que sus intenciones no eran sacarle secretos

Hilde. Es que...
Erick. Comprendo, ya no es igual

Siguiendo en su actitud digna, Erick deja las manos de Hilde y finge que intentará ponerse de pie, y como lo espera, la chica lo detiene antes de que lo haga

Hilde. No digas eso, yo... aún te quiero
Erick. ¿Y por qué estás tan fría conmigo?
Hilde. No es cierto

Mostrándose cariñosa, lo toma ella de las manos y le sonríe

Hilde. Vamos a otro lugar

Mirándolo pícaramente le hace entender lo que deseaba y entonces él sonríe victorioso, se ponen de pie para salir, Erick mientras se acerca a la caja para pagar, mientras que nerviosa, Hilde lo espera en la puerta mordiéndose las uñas, no quería arriesgarse más de lo necesario, más aún porque ni Sylvia ni Duo eran sus amigos, tampoco Marshall, pero estaba a favor de que las personas debían tener un castigo cuando hacían algo como lo que Dorothy y su abuelo habían hecho, es solo por eso que se estaba arriesgando a esos límites. Erick se acerca a ella y la sujeta sutilmente del brazo y se dirigen a su auto. Mark por su parte no perdía detalle y cuando el auto de Erick arranca los sigue...

Esa noche después de haber cenado y charlado con su hermano, Irea sale del departamento para tomar aire fresco, no era alguien que gustara del encierro, además entendía que Quatre necesitaba un tiempo a solas. El rubio había regresado a su habitación, tumbándose en la cama mientras abrazaba una almohada, su cabeza era un nido y no tenía sueño, así que era buena oportunidad para pensar un poquito. Una sonrisa tierna surca sus labios cuando recuerda las palabras de Trowa hace apenas unos días, el ojiverde le había dicho que lo amaba

"Te amo Quatre"

Es lo que había oído de sus propios labios, de la hermosa voz que lo había cautivado, y esos ojos verdes color esmeralda que tanto adoraba lo había visto fijamente a los ojos. Después de más de un año y de haber vivido una tormentosa pasión, Trowa le amaba sinceramente, como él lo había deseado desde que descubrió sus sentimientos, pero era inevitable, sentía rencor hacia él

"Sé que te hice mucho daño, por eso he venido aquí, a pedirte perdón, y a decirte que te amo, que si me lo permites, quiero estar siempre contigo"

Quatre. Mi Trowa... ¿por qué te enamoraste demasiado tarde?... ahora que no sé si pueda perdonarte

Lo hermoso de aquellas palabras se borra cuando recuerda los malos momentos. La primera vez que habían tenido sexo, Trowa lo había humillado y él mismo se había permitido humillarse, después lo había convertido en su puta, haciéndole saber que solo quería de él sexo, ofreciéndole incluso dinero por sus servicios, después había conocido a Joe y la situación se había tensado, la actitud posesiva del ojiverde había salido a flote y él se había aprovechado de eso para echarle en cara su nueva aventura, llamándole incluso mientras lo hacía con dos, la situación se había vuelto negra y ambos buscaban la peor forma de hacerse daño, hasta que el punto de rompimiento se atravesó y él decidió marcharse, huir de aquel círculo vicioso.

Creyendo que todo había acabado ahí fue su peor error, porque su ausencia sin que él lo supiera, había ayudado a Trowa a abrir los ojos y reconocer que se había enamorado; a la vez él se había dado cuenta que Joe no era la mejor persona para tener al lado y aunque el ex baterista había ido hasta París por él y le había confesado sus sentimientos, era incapaz de sentirse pleno y feliz

Quatre. ¿Qué debo hacer?... sé que lo amo, sé que me ama... ¿por qué me cuesta tanto?

Estaba cansado de llorar, de mostrarse como niño tonto cada vez que pensaba en Trowa, pero no lo podía evitar, el ojiverde le había hecho mucho daño, y lo había hecho sentirse bien al saber que lo amaba ¿acaso era más el odio que el amor? ambos sentimientos eran complicados y confusos ¿por qué no podía sentirse en paz?... de momento no tenía mejor opción que abrazarse con fuerza a la almohada y llorar hasta secarse, sentir dolor hasta ahogarse, y después pensar en una respuesta definitiva, sin dar paso al arrepentimiento...

A pesar del repudio por la situación, Hilde no podía hacer más que fingir que disfrutaba el momento, siendo tomada por Erick, procurando hundir las uñas en su espalda, apretando los ojos con fuerza, no pensar que era aquel tipo quien estaba dentro de ella... pero para su fortuna, ésta vez Erick había ido directamente al grano, evitándose tantos besos y caricias que para ella eran innecesarias, y había terminado por fin, postrándose al otro lado de la cama. Enseguida la guitarrista se cubre con la sábana y se gira hacia él

Hilde. ¿Qué pasa?
Erick. ¿Con qué?
Hilde. Es que de pronto te pusiste serio
Erick. Solo pensaba en cómo hacer algo
Hilde. ¿Cómo hacer algo?

Volteando hacia la chica, Erick le sonríe siniestramente y cierra los ojos

Erick. Eres una buena chica... pero muy metiche

Enseguida que oye aquellas palabras, Hilde abre los ojos ampliamente y sujetando con fuerza la sábana sobre su pecho, se aleja un poco de él, Erick la mira de nuevo y sonríe otra vez, sentándose en la cama

Erick. ¿Qué sucede? te pusiste pálida
Hilde. No, es que...

El teléfono celular de Erick suena y entonces él se pone de pie y camina hacia el pantalón que estaba en el suelo, lo saca de la bolsa y contesta

Erick. Hola... si, así es... se portó bien

Comenzando a preocuparse, Hilde se pone de pie rápidamente y agarra su ropa, vistiéndose rápido

Erick. Habitación 39... te espero

Colgando enseguida, el chico avienta el celular a la cama y se acerca a la guitarrista, que apenas se había colocado la ropa interior

Hilde. ¿Qué vas...?

Sin dejarla concluir su pregunta, Erick abofetea con fuerza a la chica, sujetándola después de los cabellos, obligándola a verlo a los ojos

Erick. Te quieres pasar de lista ¿eh?
Hilde. ¿Qué pasa? Por qué?
Erick. ¡No te hagas la tonta!

Enojado aprieta más los cabellos de Hilde haciéndola gritar, y después la avienta con fuerza al suelo

Erick. Estas jugando en terreno peligroso

Asustada, la guitarrista se pone una mano en la mejilla y mira al chico, que se aleja de ella para acercarse a su ropa y colocársela

Hilde. Eres un desgraciado ¡eres su cómplice!
Erick. ¿De quién?
Hilde. De Dorothy, son despreciables ¿qué hiciste con Sylvia? y ¿por qué mataron a Chris? Por qué tanto odio a The Wings? ¡contesta!
Erick. Vaya, entonces era verdad, sabes mucho
Hilde. No podrán salir bien librados ¡se hundirán en la cárcel!
Erick. ¡Ya cállate estúpida!

Obedeciendo, Hilde se queda callada unos momentos, sin dejar de mirar con odio a Erick. Segundos después llaman a la puerta y Erick sonríe, acercándose a abrir, se trataba de Dorothy y uno de sus hombres, quien anteriormente había violado a Chris antes de que fuera asesinada por Dorothy, el hombre arrastraba una maleta. Hilde mira a su compañera y frunce duramente el entrecejo

Hilde. Eres una perra
Dorothy. Gracias hermosa

Los recién llegados entran completamente a la habitación, pero antes de que cierre el hombre la puerta, Hilde se pone rápido de pie y corre hacia ella sin importarle que estuviera en ropa interior

Hilde. ¡Ayudaaa!

Enojado por el acto de la chica, Erick se acerca a ella y le sujeta con fuerza los cabellos, jalándola violentamente hacia atrás, haciéndola caer sentada al suelo y comenzando a arrastrarla a pesar de sus pataleos y de que las uñas de la chica estaban fieramente agarradas de sus muñecas. El hombre que acompañaba a Dorothy cierra enseguida la puerta

Dorothy. Eres una escandalosa... solo queremos charlar tranquilamente, pero aquí no, por eso te vamos a meter en ésta maleta
Hilde. Eres una enferma
Dorothy. Lo sé

Sonriendo cínicamente, la rubia quita a su empleado la maleta y la abre, Hilde pone cara de horror y para su desgracia, ve que el hombre que acompañaba a Dorothy se acerca a ella y con ayuda de Erick la sujetan, intenta gritar otra vez pero el hombre la abofetea y a pesar de sus esfuerzos por impedirlo, logran meterla a la maleta y cerrarla

Dorothy. Vámonos ya
Erick. Me verán salir solo
Dorothy. No te preocupes, si te preguntan algo diles que era una prostituta y que la dejaste en la habitación
Erick. Si, tienes razón
Dorothy. Sal como si nada ¿de acuerdo? luego te aviso donde la metemos
Erick. Está bien

Con el cinismo de siempre, Dorothy sonríe y ordena con un guiño a su empleado que arrastre la maleta con Hilde dentro y salen de la habitación, después sale Erick tranquilamente del Motel, donde a lo lejos lo ve Mark, extrañándose de que solamente era él, enseguida llama por teléfono a Richard y le avisa. Por su parte, Dorothy había llegado en auto al lugar, por lo que sube en él desde el estacionamiento del Motel, así que no es vista por Mark

Mark. Demonios ¿la habrá dejado adentro?

Tranquilamente Erick sube a su auto y se marcha enseguida, Mark enciende también su auto y como siempre, lo sigue hasta su departamento, de donde Erick no sale el resto de la noche...

Durante toda la noche, Wufei no había dejado de pensar en lo que Trowa le había contado, y le parecía tan detestable creer que era cierto, porque de ser así, entonces Dorothy era una completa enferma, pues no le había bastado con tenderle una trampa a Duo o hacer pública su desgracia, se había dado a la tarea de quitar del camino a Chris, Heero, Zechs y su querido Treize, la chica era una lunática, no encontraba descripción mejor... Era de madrugada y permanecía al lado de Sally, velando su sueño, no había podido dormir por estar pensando en lo que se había enterado, además de que ahora su amiga necesitaba de más cuidados

Wufei. Por culpa de esa maldita jamás sabré si fue Treize quien me violó, nunca lo sabré

El estado de ánimo del guitarrista estaba por los suelos, sus deseos de venganza no solo se habían reducido, sino que se daba cuenta de que todo había sido en vano, porque el haberse enamorado de aquel hombre no parecía tener ya ningún significado, no podía odiarlo, pero tampoco amarlo, porque ya no estaba ahí, no quedaba de él más que su recuerdo, las memorias de los pocos besos que se habían dado, nunca había sentido el calor de su cuerpo, jamás se había entregado a él, por eso no quedaba de él más que los recuerdos, solamente ello, y eso lo hacía sentir un completo idiota...

Estaba junto a la cama, sentado en una incómoda silla, contemplando a su amiga, permitiéndose unas cuantas caricias en su rostro. No podía decir que se estaba enamorando de ella, pero era inevitable encontrarla más hermosa, porque iba a tener a su hijo, a su nueva razón para seguir viviendo

Wufei. Por la memoria de Treize, y por ustedes, Dorothy pagará todas

El odio que sentía por Dorothy había logrado superar el odio incontenible que alguna vez sintió por su violador, ahora ya no importaba tanto, aún le interesaba saber quién era, pero ahora lo que más le interesaba era que la rubia pagara por todo lo que había hecho... Sin darse cuenta se había quedado dormido, sentado en la incómoda silla, volteando hacia Sally, que lo miraba fijamente, no llevaba mucho mirándolo, Wufei abre sus ojos al despertar y lo primero que ve es a su amiga, a quien le responde la sonrisa

Sally. ¿Cómo dormiste?
Wufei. Terrible ¿y tú?
Sally. Bien, me siento mejor
Wufei. Me alegro

Nuevamente le sonríe y poco después entra la enfermera trayendo consigo el desayuno

Enfermera. Buenos días ¿cómo estás?
Sally. Muy bien
Enfermera. Hoy tienen visitas temprano
Wufei. ¿Quién?
Enfermera. Unos amigos ¿los hago pasar?
Sally. Claro

La enfermera se acerca con el desayuno y lo coloca en la bandeja con ruedas, después sale para pasar a los visitantes, se trataba de Quatre e Irea, la hermana de Trowa le había avisado a la rubia y entonces habían decidido ir a visitarlos, al verlos pasar Wufei se pone de pie mirando al rubio mientras que Sally se pone un poco seria, sabía muy bien que el rubio no le era indiferente a Wufei y no podía evitar sentirse celosa

Quatre. Hola

La enfermera sale de la habitación dejándolos solos, los hermanos se acercan a donde está la cama

Sally. Hola, gracias por venir
Irea. Hola ¿te acuerdas de mí?
Sally. Sí, nos conocimos el día que visitaste a Trowa en el hospital ¿cómo está Catherine?
Irea. Muy bien
Quatre. ¿Cómo te sientes?
Sally. Bien Quatre, gracias

El ambiente en la habitación estaba un poco tenso, pero los cuatro se mostraban normales, solo a Wufei le costaba más trabajo, no podía evitar dejar de mirar a Quatre, pues aunque no estaba enamorado de él, debía admitir que tenerlo ahí sin poderlo tratar como siempre le desesperaba, sobre todo recordando la noche que se habían reencontrado y se había aguantado las ganas de darle un beso, había prometido a Sally hacerla su esposa

Irea. Me contaron que está complicado tu embarazo
Sally. Sí pero todo saldrá bien, y Wufei y yo nos casaremos, los tres estaremos juntos

La sonrisa en el rostro de Sally iba más allá de la felicidad y el orgullo, denotaba victoria, y es que estar al lado de Wufei había sido uno de sus más grandes anhelos, sin embargo Quatre muestra una sonrisa triste, Wufei por su parte continúa serio mientras se sonroja

Irea. Eso suena bien, felicidades

Teniendo los mismos dones que su hermano, Irea siente un poco oscuro el aire en la habitación y decide cambiar pronto de tema, pero para su desgracia y la de los presentes, la puerta de la habitación nuevamente se abre, entrando por ella no solamente la enfermera, sino otros dos visitantes, Trowa y Catherine, que habían decidido visitar a Sally. Los ojos del ojiverde se posan rápidamente en los de Quatre, pero pronto el rubio voltea hacia otra parte, Wufei se da cuenta de la acción de los dos y aprieta un poco los labios, a su vez Sally ve la reacción de su amigo y agacha un poco la mirada

Sally. Gracias por venir
Catherine. ¿Cómo estás?

Como se lo permiten sus piernas, Catherine se acerca rápido hacia la cama y abraza a su amiga, y aunque Irea sabía que Sally amaba a Wufei, también sabía que a la pelirroja le gustaba mucho la ex Dark Sound, el ambiente no podía sentirse peor, los seis presentes tenían una razón para sentirse incómodos

Sally. Muy bien, gracias
Catherine. Me alegro mucho amiga

Por varios momentos, los seis se quedan completamente callados, evitando miradas inoportunas. Pero sabiendo Trowa que no hace falta realmente ahí, decide irse, pero antes se acerca a Sally

Trowa. Quisimos ver como estabas, pero yo debo irme ¿no importa que deje a Cathe aquí?
Sally. No importa

La ex tecladista sonríe mirando a Catherine y ella le sonríe, después mira al ojiverde

Sally. Vete tranquilo
Trowa. Está bien, con permiso

Sin decir nada más, Trowa se da media vuelta y pasa de lado a Quatre, quien siente un escalofrío pero no dice nada, después pasa por un lado de Wufei mirándolo de reojo

Trowa. Llámame si necesitas algo
Wufei. Sí, gracias

Y de nuevo sin decir más, sale de la habitación, Quatre agacha su mirada y aprieta sus puños, la noche anterior la había pasado en vela dándole vueltas al tema una y otra vez, y había llegado a una conclusión, la cual le aterraba, pero sabía que era la correcta

Quatre. Ahorita vengo

Armándose de valor, deja de apretar sus puños y les da a todos la espalda para salir de la habitación, sin acordarse siquiera de cerrar la puerta, Catherine e Irea voltean a verse y se sonríen, Sally se queda un poco confundida, pero Wufei había entendido a la perfección, volteando después hacia Catherine

Wufei. Trowa no es el mismo
Catherine. Así es, cambió mucho
Wufei. Lo ama ¿cierto? ahora ellos se aman
Irea. Sí, ya no es solo Quatre

Las hermanas de los aludidos estaban contentas, Wufei en cierto modo también lo estaba pero no igual que ellas, pues se daba cuenta en la mirada del rubio, que aún había muchas heridas que no podían sanar, Sally se da cuenta y se entristece, Wufei quería mucho a Quatre, y eso la ponía celosa...

Quatre. Trowa espera...

El rubio le da alcance a Trowa cuando se encontraba saliendo del Hospital privado donde estaba Sally, el ojiverde voltea enseguida sorprendido, mirando al rubio, se sentía feliz de que le hablara, de que lo hubiera detenido

Trowa. Quatre...
Quatre. Yo... ¿tomamos un café? quiero hablar contigo
Trowa. Claro

El ex bajista se acerca más al ex baterista y uno al lado del otro caminan hacia un café que estaba por ahí, toman asiento en la primera mesa que ven desocupada, el mesero no tarda en atenderlos ya que era temprano y no había muchos clientes. Después que les trae sus encargos, se quedan callados unos minutos

Trowa. No tengo mucho tiempo, voy a ver a Richard
Quatre. Sí... bueno

Bajo la mesa Quatre apretaba sus manos una con la otra, con la mirada agachada, Trowa lo miraba detenidamente, pareciéndole tierno verlo así, pero se mantenía firme, mirándolo serio

Trowa. ¿Quatre?
Quatre. Lo siento, es que, no sé cómo decírtelo
Trowa. Como sea, hazlo
Quatre. Trowa yo... le he dado muchas vueltas, he llorado bastante y he pensado una y otra vez... no sabes lo bien que sentí oír que me amabas, y para serte sincero, jamás creí que algo así pasaría... pero...

La pausa que el rubio hace deja congelado a Trowa, más aún al ver ese triste rostro, además de ese Pero que no le había gustado en lo más mínimo, pero estaba preparado para lo peor

Quatre. No puedo olvidarlo...

Como lo esperaba, su corazón entero se siente destrozado, Quatre prácticamente estaba temblando, y aunque su voz se cortaba, su mirada era firme, y estaba sobre la suya de forma intensa

Quatre. Sé que estas arrepentido, sé que me amas, y aunque no quiera aceptarlo, sé que te amo... pero me hiciste daño, mucho daño y no puedo superarlo... Trowa yo, realmente te detesto, me mostraste tu peor lado, no conozco otro y...
Trowa. Conoce éste... déjame mostrarte lo demás de mí... Quatre no me rechaces...
Quatre. Trowa...

Los ojos del rubio comenzaban a humedecerse y aunque los de Trowa no, su mirada se mostraba desesperada

Quatre. No puedo aceptarte, ni siquiera sé si puedo ser tu amigo... entiéndeme
Trowa. Piénsalo bien
Quatre. Ya pensé lo suficiente... Y aunque no lo creas, te agradezco... por traerme a New York, por pedirme perdón y por amarme... pero también, te agradecería que ya no me busques más, que te olvides de mí, así como me olvidaré de ti...

Aunque le diera mil razones, en la cabeza de Trowa no cabía el entendimiento para aceptar aquellas palabras, no quería aceptar que las cosas terminaran así y de esa manera, no lo podía permitir, aunque estaba preparado para ello, aunque estaba preparado para dejar a Quatre ser libre, ahora que lo vivía no podía hacerlo, no quería perder al amor de su vida

Trowa. No lo acepto
Quatre. Trowa pero...
Trowa. ¿Recuerdas cuando dijiste que yo no podría tener sexo con ningún hombre que no fuera tú?
Quatre. Sí
Trowa. Pues te equivocaste... yo puedo tener sexo con cualquiera... pero yo contigo hice el amor, y eso, no puedo hacerlo con cualquiera, solo contigo

El rostro de Quatre se torna completamente rojo, no sabía que decir, por lo que se queda callado durante algunos segundos

Quatre. Sabiendo eso no me hace cambiar de decisión. Espero que aceptes mi respuesta...

Sin beber de lo que había pedido, Quatre se levanta de la silla y sale del café, dejando helado a Trowa, estaba confundido, no sabía cómo reaccionar, si iba tras él tal vez se podía alterar, pero si se quedaba sin hacer nada podía perder al amor de su vida. Pero en esas circunstancias tal vez lo mejor era dejarlo ir, tal vez después cambiaría de opinión... Quatre por su parte corría secándose las lágrimas, no iba al hospital de regreso, solo corría sin rumbo

Quatre. Es lo mejor... para que seas feliz

Sabiendo que sus sentimientos de odio tarde o temprano provocarían sufrimiento en Trowa, había decidido dejarlo, aun cuando el amor de los dos podía ser más fuerte que cualquier cosa, pero estaba cansado de esa situación, por eso había decidido que separados era mejor que juntos, se harían menos daño...

Para su fortuna, la madrugada del día siguiente de haber logrado su libertad, Sylvia encuentra una balsa, aunque no era lo que esperaba, ya que estaba rota, casi a punto de destruirse, pero seguía siendo la mejor opción, le había costado bastante trabajo localizarla para poder huir. Para su suerte, su antiguo captor había buscado en dirección opuesta y aún no avisaba ni a Dorothy ni a Erick, por lo que tenía la ventaja, solo esperaba que aquel lago la llevara a un lugar donde pudiera pedir ayuda. Y mientras la balsa se movía sigilosa por la calmada agua, la chica recordaba aquel día en que había sido encerrada en la cabaña

Recuerdo

Con los ojos vendados y al cuidado cien por ciento de Erick, la chica había sido llevada a un lugar seguramente apartado, la temperatura era muy diferente a la de la ciudad y el aire era frío. Debido al acuerdo que había tenido con Dermail, ella le iba a servir fielmente por siempre, eso si quería que su padre viviera sano y salvo de los peligros a los que Dorothy y el mismo Dermail lo podían someter

Erick. Hemos llegado mi amor

Con gran cinismo, el chico besa los labios de la chica y le quita la venda que había llevado puesta desde hace varias horas. Cuando Sylvia se acostumbra a la luz observa que se encontraba en una modesta cabaña, cuyo olor no era muy agradable, suponiendo que tal vez sea por el abandono. La chica se queda completamente callado, mirando el lugar y no atreviéndose a preguntar dónde estaba

Erick. ¿Te gusta amor?
Sylvia. Sí
Erick. No te ves contenta

Con gesto de molesto, la sujeta con fuerza del brazo y la atrae hacia él, robándole un beso que a ella le parece asqueroso, pero no se queja

Sylvia. Erick yo... no quiero ser tu prisionera
Erick. ¡Eres una malagradecida!

Más molesto que antes, Erick le da una bofetada a la chica que le voltea la cara y la tira al suelo, Sylvia se queda quieta con la cabeza agachada, poco después él se agacha frente a ella y le levanta el rostro, ella lo mira fijamente

Erick. Perdóname linda, pero me haces enojar
Sylvia. Lo siento
Erick. No te preocupes

Sonriéndole retorcidamente, la ayuda a ponerse de pie y le da un beso en los labios, el cual ella le corresponde, pero sin cerrar sus ojos lo mira fijamente, con asco, odiaba esa situación, pero lo hacía por su padre y su bienestar

Erick. Te amo

Abriendo sus ojos, Erick le dedica una sonrisa a la chica y besándole después el cuello la lleva hacia la cama, donde la acuesta y comienza a acariciarla, y aun cuando ella le responde, no abandona sus sentimientos de asco

Sylvia. Dime algo...

Erick estaba a punto de comenzar a quitarle la ropa cuando escucha la pregunta de la chica, por lo que se detiene, mirándola fijamente a los ojos

Erick. ¿Qué pasa?
Sylvia. Yo, es que... quiero saber qué planes tiene Dorothy
Erick. Eso no te importa

Poniéndose serio, Erick intensifica su mirada dura sobre la chica

Sylvia. Lo sé, pero es que... es que...
Erick. ¡Dime!
Sylvia. Es que me dan celos... y yo... por eso quiero saber si la seguirás viendo

Fingiendo muy bien, la chica convence a Erick, que enseguida sonríe ampliamente, acariciando el rostro de Sylvia

Erick. No seas tonta, Dorothy es lesbiana
Sylvia. No te creo
Erick. Claro que lo es, y mira, ella y yo no nos veremos en mucho tiempo
Sylvia. ¿En serio?
Erick. Claro que sí, ella me contrató para seducir a Duo e involucrarlo en un escándalo que después usaríamos en su contra, las cosas se dieron más rápido de lo que pensé y ahora ese estúpido está en la cárcel. Pero ya no le serviré más
Sylvia. Entonces te metiste con él

Fingiéndose molesta, Sylvia se cruza de brazos y hace puchero, él sonríe complacido y se acerca de nuevo para besarle la mejilla

Erick. Pero no significó nada, fue como filmar una película porno, colocamos la cámara en el ángulo correcto para que pasara como una violación
Sylvia. Está bien, te creo

Volviendo a sonreír retorcido, Erick de nuevo besa a la chica mientras la acaricia, Sylvia no había podido sacarle más información, aunque confiaba en que lo poco que sabía, incluyendo lo que Erick le había contado, podía servir de algo para hundir a Dorothy y su abuelo...

Recuerdo

Afortunadamente, no divisaba rastro alguno de su captor, por lo que podía continuar arriba de la balsa sin mayor problema...

Al abrir sus ojos, después de haber sido dormida con alguna sustancia, Hilde se da cuenta que está dentro de un cuarto pequeño y que se encuentra atada de pies y manos a una silla. Frente a ella estaba un hombre fornido vestido de negro, y poco después escucha una risa que le es familiar, Dorothy estaba a su lado derecho pegada a la pared, y después se acerca a ella con una gran sonrisa

Hilde. ¡Maldita!
Dorothy. Más respeto amiga
Hilde. Pagarás por todas las porquerías que has hecho
Dorothy. Ay niña, que violenta

Volviendo a reír como loca, Dorothy estira su mano hacia Hilde y la sujeta con fuerza de los cabellos, agachándose hacia ella y lamiéndole la mejilla izquierda

Dorothy. Yo no quiero hacerte daño, pero te metiste donde no debías, y todo por el idiota de Erick, que estúpida estas

Ahora quien ríe es Hilde, dejando un poco confundida a Dorothy

Hilde. La estúpida eres tú, él no me interesa. Yo sé que de él podía sacar información, por eso lo buscaba
Dorothy. Maldita

Enojada, la rubia suelta los cabellos de la chica aventando su cabeza

Hilde. Estuve disertando e investigando, sé más de lo que crees
Dorothy. ¡Eres una maldita!

Con fuerza, la bajista le da dos bofetadas a la chica, volviéndola después a sujetar de los cabellos, mirándola con furia

Dorothy. Te vas a arrepentir
Hilde. ¿Me matarás? como hiciste con Chris ¿cierto?
Dorothy. ¡Cállate!

Molesta la suelta de los cabellos, se aleja un poco y después se vuelve a acercar, ésta vez aventando con fuerza la silla, haciendo que se caiga al suelo junto con la chica

Dorothy. ¿Crees que te mataré tan pronto? No estúpida, sufrirás primero

La rubia hace una seña al hombre fornido que vigilaba a Hilde y él se acerca para levantarla, Dorothy se agacha y le quita la soga que amarraba los pies

Hilde. ¿Qué vas...?

Sin darle tiempo a terminar, Dorothy le separa una pierna con una de sus manos y con la otra sujeta a Hilde de la entrepierna, mirándola a los ojos con burla

Dorothy. ¿Sabes? además de dinero, a mí me gusta que mis empleados sean felices

La ex guitarrista de Dark Sound abre ampliamente sus ojos y mira después al hombre fornido, quien sonríe siniestramente

Hilde. No...
Dorothy. Lo siento amiga, tú así lo quisiste

Sin darle tiempo a más quejas, Dorothy la suelta y les da la espalda, mientras el hombre se acerca a Hilde quitándose el saco

Hilde. ¡Ni lo intentes asqueroso!
Dorothy. ¡Cállala!

Obedeciendo sin objeciones, el hombre golpea con fuerza a Hilde en la cara, haciéndola sangrar, y después comienza a quitarse la ropa antes de hacer lo mismo con sus ropas. Momentos después ante los gritos y lloriqueos de la chica, el empleado de la rubia la viola sin consideraciones, ante la sonrisa retorcida de Dorothy, que disfrutaba de hacer sufrir a quienes le traicionaban...

Durante el resto de la tarde, Quatre se la pasa vagando por las calles, pensando en lo que le había dicho a Trowa, ya no había marcha atrás, no podía volver con el ojiverde, era necesario para mantener la salud mental de ambos, y aunque doliera había sido lo mejor... El rubio decide regresar al departamento, necesitaba dormir un poco, pero para su sorpresa, cuando llega a su piso, divisa la figura de alguien sentado afuera de la puerta, al principio no reconoce a quien está ahí, pero conforme se acerca reconoce a Wufei, el chino voltea hacia el rubio y se pone de pie

Quatre. ¿Qué haces aquí?
Wufei. Si quieres me voy
Quatre. No, no lo decía por eso... este, pasa

Metiendo la mano al bolsillo de su pantalón, saca la llave y abre la puerta, Wufei le cede pasar primero y después entra él, cerrando la puerta luego

Wufei. Catherine tenía terapia e Irea la llevó, a Sally la dejé dormida
Quatre. Ya veo... por favor siéntate
Wufei. Gracias

El guitarrista toma asiento y poco después el rubio también lo hace, pero en el sillón de frente, sonriéndole al pelinegro

Wufei. ¿Y bien? solucionaste las cosas con Trowa, supongo

Al oír esas palabras, Quatre agacha la mirada, mostrándose triste

Quatre. No pude, te juro que lo intenté... pero no puedo perdonarlo, aunque sé que ha cambiado
Wufei. Deberías...
Quatre. No, Wufei... ya tomé la decisión ¿sí? no quiero saber más, quiero olvidarme de Trowa, quiero recomenzar ¿entiendes?
Wufei. Comprendo...

Los dos se quedan en silencio unos momentos, después Wufei se pone de pie, y Quatre lo mira con sorpresa

Quatre. ¿Ya te vas?
Wufei. Sí, solo quería saber que había pasado, es todo
Quatre. Comprendo

Volviéndole a sonreír, el rubio también se pone de pie, Wufei camina hacia la puerta y la abre

Quatre. Gracias por preocuparte
Wufei. De nada y... cuídate
Quatre. También tú

Con paso lento, Wufei se comienza a alejar de Quatre mientras él lo mira marcharse, y conforme Wufei se alejaba, él se mete de nuevo al departamento, cerrando poco a poco la puerta, pero antes de hacerlo completamente, la abre de un solo movimiento, saliendo del departamento

Quatre. Wufei...

Aunque su voz había sonado muy bajita, Wufei lo escucha y voltea, Quatre lo miraba fijamente, como nunca lo había hecho. Sin pensar en nada, absolutamente en nada, Wufei se regresa a paso rápido y al estar frente al rubio, le sujeta el rostro con ambas manos y se besan apasionadamente, hacía mucho que sus labios no se encontraban, por lo que estaban sedientos el uno de otro, como un simple consuelo, como algo que no trasciende y que sin embargo era necesario para ambos, para cerrar un ciclo, para recomenzar... al sentirse sin aire separan sus labios, aunque aún estaban cerca uno del otro, respirando con dificultad, Quatre estaba sonrojado

Quatre. Wu... Wufei
Wufei. ¿Sí?
Quatre. Estas.. erecto

Completamente apenado, Wufei intenta alejarse del rubio, pero él lo sostiene por el cuello y vuelven a besarse, las manos del chino sujetan la espalda de Quatre y entran de nuevo al departamento, respirando con dificultad por la intensidad del beso, Quatre abre un poco uno de sus ojos y ve la puerta abierta, y gracias a que está cerca le da una patada, volviendo a cerrar sus ojos, nuevamente separan sus labios para tomar aire

Quatre. Vamos... a mi cuarto
Wufei. Es que... no... yo
Quatre. Hagamos el amor

Los colores vuelven al rostro de Wufei, estaba muy avergonzado, Quatre en cambio sonreía tiernamente

Quatre. Sabes que entre tú y yo... siempre ha habido tensión sexual
Wufei. Pero... no te amo

No resistiéndolo más, el rubio vuelve a posesionarse de los labios de Wufei, acariciándole la cabeza, moviendo su mano hacia la liga que sostenía su cabellera y la quita, enterrando sus dedos en el cabello, atrayéndolo hacia él para profundizar más el beso, Wufei siente su miembro rozar duramente contra el de Quatre y ahoga un gemido en la garganta del rubio, separándose casi enseguida

Quatre. Yo tampoco te amo

Con su mano derecha en la nuca de Wufei, y su mano izquierda sujetando la cintura, Quatre pega más su cuerpo al de su ex compañero, buscando nuevamente sus labios, pero el chino baja su cabeza para evitarlo

Wufei. No está bien
Quatre. ¿No me deseas?
Wufei. Diablos... no tienes idea de cuánto te deseo
Quatre. ¿Entonces?
Wufei. Es que yo...

Subiendo su mano derecha, acaricia la mejilla de Quatre, sonriéndole

Quatre. ¿Es por lo que te paso?
Wufei. No, es que... nuestra amistad
Quatre. Será la misma... tan solo tómame... hazme tuyo Wufei... solo por esta noche, olvidemos todo

El rubio vuelve a sonreírle a su amigo, abrazándolo con fuerza, comenzando a mordisquearle la oreja, Wufei cierra sus ojos y sujetando el rostro de Quatre, lo acerca a él y nuevamente se besan. Sin palabras, Wufei acepta la tregua de esa noche y se deja llevar a la habitación...

Las manos de Wufei recorren la espalda del rubio, atrayendo su cuerpo con necesidad, mientras Quatre se afianzaba de su cuello, devorando sus labios, al mismo tiempo que avanzaban hacia la cama, hasta que chocan con ella y Quatre se sienta sin soltar el cuello de su ex compañero, pero sus labios se separan unos minutos, Wufei aprovecha y se quita la camisa, el rubio le ayuda a pasarla por su cabeza y después la tiran al suelo, Quatre se sujeta nuevamente del cuello del chino, acostándose lentamente, trayéndolo consigo, pero el guitarrista no cae sobre su cuerpo y su mano comienza a buscar donde desabrochar los pantalones del ex bajista.

El aire les vuelve a faltar y separan sus labios, respirando rápido y profundo; Wufei se sube a la cama, de rodillas sobre Quatre, el rubio se levanta un poco y se comienza a quitar la camisa mientras Wufei desabrocha sus pantalones, nuevamente Quatre se acuesta en la cama después de tirar su camisa y los dos se vuelven a besar. Wufei para mantener el equilibrio apoya su mano izquierda en la cama y con la derecha baja lentamente los pantalones de Quatre junto con la ropa interior y cuando las prendas llegan a sus rodillas, el rubio mueve sus piernas despacio para hacerlas caer, no sin antes soltar sus zapatos. Ahora se encontraba completamente desnudo, y su miembro clamaba por atención, sentía cosquillas por toda la piel, llevaba varios días sin sexo y ansiaba ser tomado por completo

Quatre. Nhg Wufei...

Jadeaba agitado, apretando los hombros de su amigo, él se separa un poco, mirando sonrojado la expresión de Quatre, el rubio sonríe y moviendo su mano hacia el pelinegro, la coloca sobre la entrepierna, Wufei se exalta un poco y se sonroja aún más

Wufei. Quatre, no...

Mordiéndose el labio inferior y sin perder de vista los ojos negros, Quatre comienza a mover su mano, acariciando el miembro del pelinegro, Wufei cierra sus ojos, apretándolos después, recordaba caricias que le repugnaban, pero en su mente se repetía una y mil veces que quien estaba en la cama con él era Quatre, no un desconocido que lo violaba. El ex bajista miraba atento a Wufei, que después de unos momentos de meditación, abre sus ojos, observándole también, entonces el pelinegro se desabrocha sus pantalones, sin dejar de mirar a Quatre, el rubio le sonríe

Quatre. Todo está bien

Sin contestar le sonríe y deja caer los zapatos al suelo, se agacha después y vuelve a besar a Quatre mientras se baja los pantalones hasta hacerlos caer, sus labios se separan y Wufei baja por el blanco cuello, besándolo con suavidad, el rubio coloca ambas manos en la cabeza de su amigo, acariciándole los cabellos mientras éste baja por su cuerpo, hasta llegar a su abdomen, dándole un beso en el vientre, bajando poco a poco hasta su erguido miembro, al cual le da un beso tímido, lamiendo un poco el tronco, subiendo a la punta para lamer lentamente. Quatre lo observaba con ternura, se notaba que era la primera vez que su amigo hacía algo así. Wufei estaba en cambio muy apenado, no sabía si continuar así o meterlo en su boca, pero cuando intenta hacer algo, Quatre le acaricia la mejilla

Quatre. Está bien.. no tienes que hacerlo

Wufei lo mira a los ojos y sin responder sube de nuevo, volviendo a besarse apasionadamente hasta acabar con sus alientos

Quatre. Entra en mí
Wufei. Quatre...

Sin llevarle la contraria a su amigo, Wufei vuelve a tomar sus labios, sintiendo que el rubio separa sus piernas, entonces baja su mano derecha y sujeta su miembro, buscando la entrada de Quatre, pero su mano temblaba sin poder lograr su objetivo, el ex bajista deja sus labios y baja su mano, colocándola sobre la de Wufei, ayudándolo a encontrar el punto deseado, con nerviosismo Wufei se mueve hacia arriba haciendo presión contra el pecho de Quatre para entrar lentamente, llegando al tope, provocándole un ahogado gemido

Wufei. ¿Estás bien?
Quatre. Si... muévete

Aun cuando no era su primera vez, aquella posición era completamente distinta a aquella vez con Sally, así que no lo hace bien, solo haciendo presión contra el pecho de su amigo, sin perder contacto absoluto

Quatre. Wufei, espera...
Wufei. ¿Qué sucede?
Quatre. Salte un poco
Wufei. Sí...

Obedeciendo al rubio, Wufei comienza a salir poco a poco de Quatre, pero casi a punto de sacar su miembro completamente, Quatre baja sus manos y las coloca sobre la baja cintura del guitarrista, Wufei se sonroja y Quatre hunde sus dedos en la carne del chino, atrayéndolo de nuevo hasta que lo penetre por completo otra vez

Quatre. Así hazlo

Avergonzado, Wufei afirma con su cabeza y nuevamente sale poco a poco, entrando de nuevo, saliendo y entrando, lentamente

Quatre. Bien...

Con ritmo Wufei embiste a Quatre, lentamente, y el gime placentero, relamiéndose los labios, con sus manos en los hombros de Wufei, mirándolo fijamente, con deseo, levantando un poco su espalda del colchón, moviendo un poco sus caderas para ayudar a Wufei, pronto los dos aceleran el ritmo de sus gemidos, sintiendo ondas placenteras por todo el cuerpo

Quatre. Más... más fuerte

Completamente avergonzado, Wufei accede a su petición, dejándole caer el peso de su cuerpo para acostarlo en la cama y él apoyar sus manos sobre el colchón, aumentando su ritmo y fuerza

Quatre. Ah sí... así

Lleno de placer, Quatre baja su mano hacia su miembro y lo sujeta con firmeza, masturbándose al ritmo de las embestidas y con dos dedos de su mano izquierda, sujeta el pezón derecho de Wufei y juega con él, apretándolo algunas veces. Ambos estaban envueltos en un exquisito placer, Quatre gemía complacido, apretando con fuerza los ojos mientras su amigo lo observaba, sonrojado, mirando con atención el rostro del placer total.

Momentos después sus cuerpos colapsan, llegando al orgasmo, casi al mismo tiempo gimen con placer. Quatre suelta su miembro hasta que siente salir la última gota y Wufei, rendido cae sobre el pecho agitado de Quatre, respiran profundamente para calmarse y entonces abren los ojos y se miran hondo, acercándose después para besarse lentamente, mientras Wufei sale del rubio y después de besarse, Wufei baja de él y se queda a su lado, volteando hacia él, entonces Quatre se acurruca en sus brazos, cerrando sus ojos

Quatre. Te quiero Wufei
Wufei. Y yo a ti

El rubio sonríe tiernamente, sintiendo un beso por parte de Wufei sobre su cabello. Estaba agotado, pero hacía mucho que no disfrutaba tanto tener sexo con alguien, aun cuando en el aspecto sexual, Trowa y Mike habían sido sus mejores amantes, sin dejar de lado a Joe, pero con Wufei había sido completamente distinto, jamás antes se había sentido tan querido, aunque su amigo no lo amara. Sin darse cuenta, ambos se quedan completamente dormidos...

Después de haberse visto con Trowa, Richard cita a Mark en su departamento, el abogado de Duo no había contado nada al ex baterista de lo sucedido con la ex guitarrista de Dark Sound. Ambos amigos estaban en la sala del departamento

Richard. No es posible que no sepamos nada aún
Mark. Tranquilo, he puesto bajo vigilancia a esos dos, solo necesitamos que Dorothy llegue a su casa para poder seguirla a ella, de momento no sabemos dónde está
Richard. Entiendo, el tiempo se nos está viniendo encima
Mark. Lo sé... ¿y cómo va tu cliente?
Richard. En dos meses sale si no hayamos antes a Erick y pruebas para liberarlo
Mark. Te ves entusiasmado
Richard. Sí... hace tiempo que no siento esto por alguien
Mark. Ya veo... pues suerte
Richard. Gracias... Por cierto, la policía está investigando las actividades ilícitas de Dermail
Mark. Ya era hora
Richard. Bien dicen que las cosas caen por su propio peso
Mark. Es verdad

Sonriendo ambos, levantan las copas que bebían y brindan, como bien decía Richard, todo iba a caer por su propio peso, por lo que no faltaba mucho para que Dorothy y los demás, pagaran por todo lo que habían hecho...

La puerta del departamento se abre y por ella entran Irea, Catherine y Trowa, el ojiverde había ido a ver a Richard y después había regresado al Hospital por su hermana y la rubia, dejando a Sally descansar, y aprovechando que traían auto, habían decidido llevar a Irea a su departamento, aunque el ex baterista se sentía incómodo estando ahí después de la plática que había tenido con Quatre

Irea. Siéntense
Catherine. Trowa no se ve muy tranquilo, mejor nos vamos
Irea. Comprendo
Catherine. ¿Y tú hermano?
Irea. Imagino que en su cuarto, solo estaba puesta una cerradura, tal vez dormido
Catherine. Ay que despertarlo
Trowa. No, mejor vámonos
Irea. Espera, deja entro a ver si duerme

Con toda tranquilidad, Irea se dirige a la habitación de su hermano, cuya puerta estaba cerrada, la chica la abre con cuidado, llevándose una gran sorpresa cuando ve a ambos músicos en la cama, dormidos, desnudos y abrazados

Irea. Ay Quatre...

Completamente decepcionada y triste, la rubia cierra la puerta y regresa a donde están los hermanos, Trowa miraba por la ventana hacia la ciudad y Catherine miraba los alrededores del departamento, la pelirroja se da cuenta que Irea no se sentía bien y se acerca

Catherine. ¿Qué sucede?
Irea. Nada...

La rubia sonríe con falsedad y de eso también se da cuenta Catherine, la pelirroja voltea hacia su hermano y al verlo tan distraído se acerca un poco más a su amiga, hablándole bajito

Catherine. Dime que pasa
Irea. Quatre está con Wufei
Catherine. ¿Qué?
Irea. Dormidos, sin ropa

Igual de sorprendida que su amiga, Catherine abre ampliamente sus ojos y mira hacia su hermano, mirando después a Irea

Catherine. Será mejor que nos vayamos
Irea. Sí
Catherine. Hermano ¿nos vamos?
Trowa. Claro... pero antes voy al baño
Irea. ¡No!

Extrañado, el ojiverde mira fijamente a la rubia

Irea. Es que... no sirve

Debido a que el baño se encontraba cerca de las habitaciones, la rubia no quería que Trowa fuera hacia allá y se pudiera topar con algo desagradable, pero su forma de reaccionar hace sospechar al chico

Trowa. Yo lo arreglo

Sin mayor problema por ello, Trowa avanza hacia donde se encontraba el baño

Trowa. Primero lo reviso
Irea. No te molestes
Trowa. No es molestia

Sin hacerle caso, Trowa se dirige al baño y al estar ahí destapa el tanque para revisar pero todo se veía bien, se coloca de rodillas y revisa por fuera y las llaves del agua, pero tampoco parecía haber fuga o algo anormal, lo cual lo hace sospechar aún más. Después jala de la cadena pero también estaba normal

Trowa. ¿Qué sucede aquí?
Irea. Nada
Trowa. No me mientas por favor
Irea. Es que...

Sin saber cómo decirlo, la chica solamente se muerde el labio inferior, pero antes de poder hablar, el propio Quatre la libera de esa obligación, pues con tanto ruido se había despertado, aunque sin saber quién estaba ahí. Cuando el rubio sale de la habitación, se encontraba en ropa interior y al ver a los tres en el baño se sorprende sobremanera, Trowa lo mira atentamente y nota sobre su abdomen del chico, algunas manchas de semen. Sintiendo que su mundo se derrumba, eleva su mirada, observándolo con tristeza, Quatre estaba en shock, mirando también los ojos verdes

Trowa. Ya sé porque me rechazaste

Completamente decepcionado, Trowa le pasa a Quatre por un lado, rozando un poco su hombro, el rubio siente un vuelco en el estómago y se lleva una mano al pecho, Irea lo mira con enojo y Catherine simplemente sale del baño, ignorando al rubio.. Trowa estaba bastante herido, pero aún más cuando pasa por la habitación y al estar abierta la puerta, ve a Wufei dormido sobre la cama de Quatre, y aunque el rubio no era su pareja, se sentía traicionado por los dos. El ojiverde sale a paso rápido del departamento y Catherine va tras él aunque despacio, ninguno se despide de Irea, quien estaba bastante molesta

Irea. No te creí capaz de tanto para herir a Trowa
Quatre. Pero...
Irea. ¿Cómo se les ocurre? Sally está muy mal en el hospital y Trowa se muere por ti, ninguno se merece esto

Bastante enojado, la rubia sale de la habitación, Quatre piensa un poco las cosas y frunciendo el ceño va tras su hermana que estaba en la sala

Quatre. ¿Y yo si me merecía todo lo que pasó?
Irea. Nada tiene que ver
Quatre. Claro que sí ¡Nadie piensa en mí, nunca lo hacen!
Irea. No es verdad
Quatre. No se cansan de decirme lo mal que la pasa Trowa, y cuanto me ama y que lo perdone ¡Estoy harto! Yo también sufro ¿qué no les importa?
Irea. Sabes que no es verdad
Quatre. ¡Déjame en paz, váyanse todos al diablo!

Furioso completamente, Quatre regresa a la habitación, donde Wufei apenas estaba despertándose, Quatre cierra la puerta con fuerza cuando llega y se deja caer sentado en el suelo junto a la puerta, rápidamente el chino se acerca a él

Wufei. ¿Qué tienes?
Quatre. Quédate conmigo
Wufei. ¿Qué dices?
Quatre. Eres el único en quien puedo confiar, nadie piensa en mí. A nadie le importo

Llorando desesperado se abraza del cuerpo de Wufei, quien estaba confundido, no entendía completamente nada, pero sabía que no era momento de preguntar, así que solamente lo abraza... Catherine llega a donde está su hermano, no se veía nada bien, estaba casi en shock

Catherine. Hermano...
Trowa. ¿Qué pretende? yo también tengo un límite y no voy a estarle rogando
Catherine. Pero...
Trowa. ¡Estoy cansado! tengo que aguantar esto porque estoy enamorado de él? ¿Y ésta es su venganza? ¿Pisotearme?
Catherine. Pero es que...
Trowa. No Catherine, entiendo que lo lastimé, pero eso no justifica lo que hizo.. No vale la pena continuar, mejor cada quien por su lado
Catherine. No Trowa, eso no soluciona nada, solo se separan cada vez más
Trowa. ¡No me importa!... no seré su juguete, aunque lamento haberlo usado como el mío por tanto tiempo

Cegado por completo por el enojo, Trowa tampoco era capaz de sentirse tranquilo y por el momento le parecía mejor idea tirarlo todo a la basura, aunque se había propuesto reconquistar al rubio

Trowa. Jamás podremos estar juntos si jugamos a ver quién lastima más al otro
Catherine. Sabes que eso no es cierto
Trowa. ¿Qué otra prueba quieres?
Catherine. Dense tiempo
Trowa. Es inútil... el Quatre del que me enamoré está muerto

Con la mirada perdida, Trowa ignora que trae auto y se va caminando solo, estaba bastante desanimado y no sabía si iba a poder recuperarse pronto, ésta vez Quatre lo había lastimado de muerte...

Tras varias horas de estar sobre la balsa, Sylvia llega a tierra, bajando rápidamente, desesperada corre a la primera casa que encuentra para pedir ayuda, pero por su aspecto no le abren la puerta, entonces corre hacia otra casa que no estaba muy cerca de la otra, parecía una especie de poblado, pero debido a su falta de alimento y por el sol, se desmaya a puertas de aquella casa, poco después se abre la puerta y sale una mujer de edad avanzada, sorprendiéndose al verla, enseguida llama a alguien de adentro y sale un muchacho, el cual ayuda a la mujer a levantar a Sylvia y llevarla dentro de la pequeña casa...


Continuará...

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