lunes, 22 de febrero de 2016

El jardín de las delicias

Capítulo 26. Reencuentro y Despedida

Después de haberse desahogado en los brazos de Wufei, el rubio sale de la habitación y se dirige al baño para ducharse, el pelinegro aún sin creer que acababa de estar con su amigo, se viste y sale discretamente de la habitación, Quatre no le había contado lo sucedido así que ignoraba la presencia de Irea, y tranquilamente se dirige al refrigerador por un poco de agua, pero para su sorpresa la rubia estaba sentada en el sillón de la sala, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, mirándolo con desaprobación, Wufei se sorprende de verla ahí y después se sonroja por completo, Irea se levanta del sillón y se acerca a él

Irea. Que decepción
Wufei. A ti no tengo porque explicarte
Irea. Lo sé, pero se supone que ustedes son amigos
Wufei. Eso no te importa
Irea. Claro que sí, porque Quatre es mi hermano y sé lo que siente, además quiero que se quede con Trowa

A Wufei no le sorprende que Irea diga aquellas palabras, pero lo que si lo deja perplejo es la mención del nombre del ojiverde, a quien había olvidado por completo, así que se queda callado mirando a la rubia

Irea. Son crueles, Trowa estuvo aquí

Los ojos negros del ex guitarrista de The Wings se abren tan ampliamente que poco faltaba para que salieran de sus órbitas

Wufei. Trowa...
Irea. ¿Te das cuenta?

Sin tener nada que decir, Wufei mira unos momentos a la rubia y después le da la espalda, sin importarle que no se había despedido de su amigo, sale enseguida del departamento, ahora que Trowa había ofrecido su ayuda a él y Sally, ahora que Trowa había cambiado, ahora que le había ofrecido una amistad, él lo traicionaba con la peor puñalada, nunca antes se había sentido tan miserable... Minutos después Quatre sale del baño con bata, secándose el cabello con una toalla, mira a su hermana sentada en la sala y emite un respingo torciendo la boca, sabía que le regañaría y no quería oírla, por eso vuelve al cuarto pero al no ver a Wufei en él, sale enseguida y se acerca a la sala donde está su hermana, pero antes de que pudiera preguntar por el ojinegro, Irea se levanta y se acerca a él

Irea. ¿Te pareció justo?
Quatre. ¿De qué hablas?
Irea. Herir a Trowa
Quatre. Trowa, Trowa, todo es sobre Trowa ¿quién piensa en mí? en cómo me siento
Irea. Quatre basta, el mundo no gira entorno a ti

La respuesta de su hermana hace molestar a Quatre que enseguida avienta la toalla al suelo

Quatre. ¿Y por eso no debo tener sentimientos? supongo que por eso no debe de dolerme
Irea. No se trata de eso... se trata de superarlo
Quatre. ¿Y el dolor? ese continúa
Irea. Porque no lo dejas ir, tu solo te has hecho su prisionero... Trowa lo entendió y por eso cambió
Quatre. Pero...
Irea. No soy nadie para contártelo todo, además de que no sé exactamente todo lo que pasó, pero Trowa sufrió mucho en tu ausencia, casi hasta morir, pero lo superó y cambió, lo hizo por ti, para ser digno de ti

Después que le temblara el labio, las lágrimas comenzaron a brotar e instintivamente se llevó las manos al rostro, Irea se acercó y lo abrazó con fuerza

"Sé que te hice mucho daño, por eso he venido aquí, a pedirte perdón, y a decirte que te amo, que si me lo permites, quiero estar siempre contigo"

Quatre. ¿Cómo hago para olvidar?... no sé cómo superarlo... pero quiero estar con él... decirle que también lo amo... que quiero estar con él para siempre
Irea. Solo tienes realmente que creer en ello, solo así lo harás

Como un niño, el rubio se acurruca en brazos de su hermana al bajar las manos de su rostro y en silencio llora sobre ella, Irea sonríe al ver que sus palabras han surtido efecto y tampoco dice nada más, mientras Quatre continúa pensando que lo mejor en ese momento es irse de viaje y estar lejos de Trowa un tiempo…

Al haber llegado a casa, bastante molesto y triste por lo que había visto, Trowa se tira en la cama boca abajo, escondiendo el rostro de la luz, en ese momento quería hundirse para ya no salir jamás, la vida sin Quatre no tenía sentido, ni siquiera sabía en qué punto de su vida el rubio se había vuelto tan indispensable, en qué momento se había enamorado perdidamente de él

Trowa. Ya no puedo…

Jamás se había sentido tan dolido, y tenía unas ganas enormes de partirle la cara a Wufei, pero no podía mostrarse así, debía calmarse, él ya no era el mismo hombre violento que quería cobrarse todo a la fuerza, pero la rabia era bastante, porque acababa de ofrecerle su casa a ese hombre que por momentos quiso considerar amigo, pero ahora estaba confundido ¿acaso estaba haciendo todo mal? ¿Convenía mejor ser el mismo de antes? Estaba tan molesto que comenzaba a considerarlo, pero una voz interior le pedía que no

Trowa. ¿Y qué debo hacer?

A pesar de que tenía semanas sin pensar en ello, solo de recordar el dulce sabor del licor le hacía lamerse los labios, recordando aquel fiel amigo que jamás le cuestionaba, el único que le acompañaba incondicionalmente, haciendo menos tristes sus desgracias, y en esos instantes lo estaba necesitando. Inconscientemente se levanta de la cama y se dirige a su gaveta donde antes guardaba el licor y las drogas, pero ahora estaba vacío de esos productos; como si pudiera haber en algún rincón, comienza a hurgar, buscando algo, por lo menos un poco de alivio

Trowa. No hay nada

Desesperado saca todo lo que tiene en la gaveta, tirándolo al suelo, y al sacar lo último, da un pequeño jalón a una camisa atorada y logra verse al espejo en el momento de girarse un poco, mirándose fijamente, viendo en aquel reflejo la imagen de su pasado que tanto odiaba, sus ojos se abren un poco más, mirándose con horror

Trowa. Patético…

Dándose cuenta de su forma de actuar tan estúpida, suelta la camisa y se deja caer de rodillas al suelo, apoyando sus puños en el suelo

Trowa. No…

Cansado cierra sus ojos, necesitaba paz, no solo era Quatre, él necesitaba paz, una que no le brindaría nunca el rubio si ambos no se daban un tiempo, tal vez era mejor que el hiciera un viaje lejos y no volver en mucho tiempo, tal vez por el momento dar la espalda a todo era la solución. Pero enseguida recuerda que no puede irse así nada más, quería estar presente cuando Duo fuera liberado, quería estar presente cuando Catherine caminara completamente normal, y quería estar ahí para ver al hijo de Sally y al hijo de Zechs, no podía simplemente irse, aunque estaba confundido, ya no sabía que era lo correcto, tal vez incluso estar lejos de Quatre era lo mejor, que ambos se olvidaran que algún día hubo algo, amor, odio, humillación, tristeza, angustia, tal vez ya era mejor dejarlo pasar y que cada quien hiciera su vida lejos del otro. Se quedó dormido en el suelo, con miles de preguntas sin respuesta…

Al llegar a la habitación del Hospital, Wufei mira unos momentos a Sally desde la puerta, su amiga estaba dormida, se veía tan tranquila que sonríe, acercándose después. Cuando llega hasta la cama, se arrodilla a un lado de ésta y sujeta la mano de la mujer, cerrando los ojos y acariciándose la mejilla con ésta

Wufei. Perdóname… soy un idiota

Desde hace tiempo había deseado a Quatre, cuando lo había conocido le había gustado, y de cierto modo había química entre ambos, aquella la había descubierto gracias a que su antigua asesora de imagen los había encerrado en un departamento, ahí le había conocido mejor y le había deseado más que nunca, pero solo había logrado obtener un beso, sin darse cuenta que aquel visto por Trowa había iniciado el calvario de Quatre, porque con ese beso el ojiverde se había mostrado celoso por primera vez, no soportando el hecho de ver al rubio besarse con él, esa noche Trowa y Quatre habían tenido sexo por primera vez, desencadenando toda la tragedia que ahora les perseguía como una ingrata sombra. Y él, Wufei se había quedado fuera desde ese momento, para el rubio él solo era un escape, siempre un escape, para el ex bajista, él no era nadie más que un amigo, pero siempre se había hecho el tonto, creyendo que entre los dos podía surgir algo, y a pesar de que amaba a Traize, su relación con Quatre siempre había sido compleja, física, sentimental, sin embargo jamás había entendido que no eran el uno para el otro.

Ese día habían tenido sexo, como seguramente ambos habían deseado por lo menos en alguna que otra fantasía, entonces ¿Por qué no se sentía bien? ¿Por qué nunca había sentido tanta culpa como ese día? ¿Porque deseaba fuertemente que aquello nunca hubiera pasado? Se sentía un tonto, por dejarse abrazar por el placer, por el deseo, por haber estado con Quatre. Nuevamente descubiertos por Trowa, sin saber que en ésta ocasión, no era un calvario el que les esperaba a sus ex compañeros

Sally. ¿Qué sucede?

Despertándose poco a poco, la chica observa a Wufei a su lado y sonríe, pero él mostraba un gesto de tristeza, la miraba fijamente, se levanta un poco y le agarra con fuerza la mano que antes ya sostenía

Wufei. Te quiero

Incrédula abre sus ojos ampliamente, su amigo nunca le había dicho algo así, pero en esa mirada había algo no sincero, pero ocultando su tristeza le sonríe

Sally. Y yo te amo

Sin responder por sentirse un miserable, Wufei se agacha un poco y besa los labios de Sally, nuevamente ella no percibe sinceridad, pero colocando su mano en la nuca del pelinegro, lo acerca más a su rostro, correspondiéndole aquel beso. Al separarse, Wufei se vuelve a arrodillar y recarga su cabeza en la cama, sin soltar la mano de Sally, ella lo mira con tristeza, estaba segura que algo había pasado, que tal vez su amigo había estado con otra persona, sin embargo no dice nada, tan solo aprieta su mano con la de Wufei…

Como siempre, Trowa lograba ingresar a la cárcel para ver a Duo en horas que no correspondían a las de visita, era ahí cuando pensaba que el dinero era realmente útil. La verdad es que necesitaba hablar con alguien y sabía que con Catherine solo recibiría el mismo consejo de siempre, por eso necesitaba charlas con alguien más. Era ya de noche y en la sala de visitas no estaba nadie, Duo llega acompañado de un celador y sonríe a su ex compañero de grupo, Trowa se levanta un poco de la silla y después se vuelve a sentar

Duo. Que gusto Trowa
Trowa. Lo mismo digo
Duo. No es reproche pero ¿a qué viniste a estas horas?
Trowa. Estoy… confundido
Duo. Dime

Sus días en la cárcel estaban contados, pero a pesar de eso, el trenzado sentía alegría de que el ojiverde tuviera la atención de visitarlo, aunque en esa ocasión, Trowa se veía realmente afligido y él sabía bien que eso se debía a Quatre

Trowa. Wufei y Quatre estuvieron juntos

La confesión había tomado por sorpresa a Duo, sin embargo no le sorprendía el hecho en cuestión, porque él sabía de lo que su amigo rubio pensaba de Wufei, aun así tardó en responder, mirando fijamente a Trowa

Duo. ¿Y qué hiciste?
Trowa. Renuncié, yo ya no… lo buscaré más
Duo. ¿Por qué? Tú lo amas ¿o no?
Trowa. Si pero…
Duo. Heero está muerto…

El ojiverde que todo el tiempo había tenido la cabeza agachada, la levanta lentamente y mira con sorpresa y pena a su ex compañero, pero Duo le sonreía tenuemente, casi sin emoción, Trowa pasa duro saliva antes de intentar hablar, pero el ojivioleta se lo impide

Duo. Te preguntarás que tiene que ver contigo… pero si Heero y yo no hubiéramos sido tan necios y orgullosos tal vez estaría aquí
Trowa. Duo…
Duo. Sí, es verdad, lastimaste a Quatre y él te lastimó a ti ¿y eso qué? ¿Por algo así lo dejarás pasar? No pierdas a Quatre como yo perdí a Heero, te arrepentirás… no sé si es a escuchar un consejo por lo que has venido, pero es todo lo que puedo decirte, lo siento

El ex baterista se queda completamente callado, mirando la faz de Duo, leyendo en ese rostro el dolor que aún no superaba a pesar de recuperar la sonrisa, y entonces entiende su punto de vista, pero él estaba preparado, desde que había salido de la clínica estaba preparado para Quatre, sin embargo, ahora era el rubio quien no estaba preparado para él

Trowa. Lo lamento, no quise…
Duo. Ve por él Trowa, se necesitan
Trowa. Entiendo, muchas gracias

El ojiverde se levanta de la silla y se acerca a Duo, para sorpresa del trenzado, se agacha hacia él y le rodea el cuello con las manos, alcanzando a recargar un poco su barbilla en el hombro de su ex compañero

Trowa. Perdón por el pasado… y gracias por tu amistad

Sonriendo sinceramente, Duo cierra sus ojos y abraza al ojiverde, apretando ligeramente la espalda con sus manos, sintiéndose realmente bien. Trowa lo suelta segundos después y lo mira de pie

Trowa. Regresa a casa cuando salgas
Duo. Lo haré

Sonriendo amigablemente, Duo se levanta de la silla y regresa a su celda acompañado del celador que en todo momento había estado de espectador, Trowa lo ve entrar y también da la espalda, saliendo de la sala de visitas, dirigiéndose de regreso a casa, pensando que ya era hora de dejar las cosas atrás, y para eso, debía hablar con Quatre por última vez…

Al día siguiente por la mañana, Wufei decide enfrentarse a la situación y regresa a casa de Trowa, la noche anterior había dormido en el Hospital, no teniendo el valor de regresar a la casa que el ex baterista le había ofrecido. Pero ese día debía dejar en claro la situación, por eso después de asegurarse que Sally desayunara como es debido, sale de la Institución y se dirige a casa de los hermanos Bloom, ahí es recibido con mal gesto por Catherine, que se limita a solo abrirle sin dirigirle la palabra, la pelirroja estaba muy molesta con él por lo sucedido. Trowa, que había oído el timbre, baja enseguida, topándose al pie de la escalera con el pelinegro, Wufei enseguida se sonroja, en cambio el ojiverde permanece serio, mostrándose frío, ni siquiera le había saludado

Wufei. ¿Podemos hablar?
Trowa. No necesitamos hablar, no quiero saber cómo pasó ni porque lo hicieron
Wufei. Pero…
Trowa. Entiende, ni mi decisión de ayudarte ni el amor que siento por él se acaba por lo que pasó, y no me interesa conocer detalles, así que por favor vete, acompaña a Sally
Wufei. Pero Trowa, yo…
Trowa. ¿Cómo te lo explico? Guárdate tus disculpas

Sin alargar más la conversación, Trowa mete las manos a los bolsillos del pantalón y termina de bajarse de las escaleras, desapareciendo de la vista de Wufei al dirigirse al comedor, el corazón del chino latía con fuerza, tenía la necesidad de hablar, pero era obvio que Trowa no lo quería escuchar y realmente no lo juzgaba por ello. Cabizbajo se va de la casa sin decir nada más, regresaría al Hospital y se quedaría al lado de Sally, cuidando de ella hasta que naciera su bebé…

Días después…

Ahora que había cambiado, Trowa estaba enmendando algunos de sus errores, pero además estaba tratando de ayudar a sus allegados en distintas formas, a Duo lo estaba sacando de la cárcel, a Wufei lo había ayudado con lo del embarazo de Sally, y ahora quedaba alguien más, Noin, la mujer de su antiguo manager también estaba esperando un bebé y de ella no se había ocupado investigar, por eso aquella tarde decide llamar a Richard para que éste le pase el teléfono de Hilde, de quien sabía era la única que tenía contacto con la ex manager de Dark Sound, pero el abogado no le había contado nada de lo que había sucedido últimamente, por lo que lo cita en su departamento. Así que al llegar la hora acordada, el ojiverde va al departamento del abogado y éste lo recibe en compañía de Mark

Trowa. ¿Ya me dirás por que tanto misterio?

Antes de contestarle, Richard y Mark se miran, el abogado hace una seña a Trowa para que tome asiento y éste obedece, mientras lo hace, Mark se dirige a la barra de vinos de Richard, el ojiverde mira de reojo y después voltea

Trowa. Solo agua mineral
Mark. Es cierto, lo siento

El ojiverde vuelve a mirar a Richard, el cual permanece de pie, poco después regresa su amigo con el vaso de agua para el ex baterista

Richard. Hilde está desaparecida
Trowa. ¿Qué dices?

Sorprendido y preocupado, Trowa se pone de pie sin dar un solo paso, mirando duramente al abogado, pero Richard no le sostiene la mirada, la desvía enseguida

Trowa. ¿Y no has hecho nada? Acaso no le dijiste que no se entrometiera de más ¿Qué haremos si algo le pasó?
Richard. Créeme, estoy tan preocupado como tu
Trowa. Debemos contar con la policía

Richard vuelve su mirada a Trowa y después a Mark

Trowa. ¿Qué pasa?
Richard. Hemos hecho actos de espionaje, y no es legal sin licencia
Trowa. Pero estamos hablando de una vida
Richard. Lo sabemos

Enojado el ojiverde vuelve a sentarse sobre el sillón, con la cabeza agachada, pasándose una mano sobre el cabello y después vuelve a mirar al abogado

Trowa. Es seguro que la tengan Dorothy y el tal Erick ¿no ha actuado extraño él?
Richard. Lo hemos seguido y no ha hecho otra rutina diferente
Trowa. Ojo por ojo
Richard. ¿De qué hablas?
Trowa. Secuestrémoslo

Asombrados, el abogado y su amigo se miran mutuamente ¿acaso Trowa se había vuelto completamente loco? Si el espionaje era ilegal, mucho más lo era el secuestro, pero el ojiverde se veía realmente decidido, y la verdad es que ellos no deseaban cargar con la muerte de Hilde en sus conciencias, así que después de pensarlo detenidamente unos momentos, Richard sonríe tenuemente

Richard. Está bien
Mark. ¿Te has vuelto loco?
Richard. No, es buena idea
Mark. ¿Cómo va a serlo? Podemos ir a la cárcel
Richard. ¿Y prefieres que esa chica muera?
Mark. Claro que no, pensemos en algo más
Trowa. No hay tiempo, Dorothy está loca
Mark. Pero…
Richard. ¿Estás o no en esto?

Mirando a su amigo unos momentos, Mark acentúa su mirada

Mark. Estoy contigo en todo
Richard. Bien

Sonriéndole a su incondicional amigo, Richard se gira después hacia Trowa

Richard. Lo haremos
Trowa. Bien, entonces cuando lo hagan llámenme, yo me encargo de hacerlo hablar
Richard. Entendido
Trowa. Me retiro, espero su llamada

Sin más formalidades, Trowa da un solo trago a su agua mineral y sale del departamento del abogado. Mientras se dirige a su auto, su teléfono celular suena, en pantalla no reconocía el número, así que contesta enseguida, se trataba de Irea que le llamaba desde el departamento, se oía un poco agitada

Irea. Trowa ¿Dónde estás?
Trowa. No estoy en casa ¿Qué pasa?
Irea. Es Quatre, está empacando
Trowa. ¿Empacando?
Irea. Sí, dice que se va a California, tienes que retenerle

Quedándose callado unos momentos, Trowa suspira después y sonríe

Trowa. Déjalo que se vaya
Irea. ¿Pero qué estás diciendo?
Trowa. Necesita pensar las cosas, alejarse de mí
Irea. Pero…
Trowa. Es bueno para él
Irea. Entonces al menos ¿no te despides?

Ahora era Trowa quien estaba un poco agitado, era cierto lo que decía Irea, si le iba a dejar ir, al menos debía despedirse, sin embargo, el ojiverde no se lo hace saber

Trowa. Lo siento

Sin cortesía cuelga la llamada y guarda su celular, llega hasta el auto y entra, dirigiéndose a la casa que el rubio hasta ese día estaba compartiendo con su hermana…

Desde que había llegado a una casa desconocida a pedir refugio, Sylvia había permanecido semiinconsciente, no había comido bien y además le había dado una terrible fiebre por permanecer tanto tiempo a la intemperie, mojada y sin algo para cubrirse más que su ropa. La mujer que le había abierto cuidaba de ella, pero no había llamado a ningún doctor, porque no sabía ni quien era la chica ni que hacía ahí y en ese estado, en cambio, el muchacho que le había ayudado a levantar a la enferma, no dejaba de mirarla, era tan bonita y enigmática que estaba casi enamorado, por eso velaba sus sueños. Aquella tarde, por fin después de varios días, Sylvia logra despertar, con la fiebre controlada, aunque aún sudaba frío y se sentía débil

Tom. ¡Despertó!

Su abuela no había contestado al grito del muchacho, por lo que él mismo la atiende, acercándose más a la cama, la chica lo mira con extrañeza y después de toser mientras pide agua, intenta hablar, pero el muchacho se lo impide, dándole un vaso de agua sobre un mueble y pidiéndole que no hable

Tom. Descansa
Sylvia. Do… Dorothy
Tom. ¿Dorothy?
Sylvia. Detengan… a… Doro… thy
Tom. ¿Estará delirando?
Sylvia. No… llévame a New… York
Tom. ¿New York? Eso está un poco lejos
Sylvia. Por… favor
Tom. Está bien, está bien, pero primero descansa ¿de acuerdo?

Con lentitud la chica asiente y cierra los ojos, aún estaba débil, pero su objetivo no había desaparecido de su cabeza, debía llegar a New York e impedir que la rubia hiciera cosas terribles, peores de las que ya había hecho...

Mas apresurado de lo que quería parecer, Trowa acelera su automóvil para alcanzar a Quatre antes de que éste se fuera sin que él pudiera despedirse. Igual que aquella vez cuando se había ido a Francia, el ojiverde irrespetaba señales de tránsito y se pasaba semáforos en rojo, solo que ésta vez no contaba con aquella terrible desesperación que le causo un pequeño accidente, ésta vez iba con la cabeza más fría, pero también con el objetivo más claro… mientras que en el departamento, el ex bajista terminaba de empacar, dirigiéndole a su hermana una sonrisa, Irea lo había observado todo el tiempo mientras empacaba, a excepción del rato que salió al balcón para llamar a Trowa.

El ex bajista agarra su maleta y dejándola en el piso comienza a arrastrarla hasta afuera de la habitación, su hermana lo siguió hasta fuera de ella

Irea. ¿Es definitivo?
Quatre. Sí, ya te lo había dicho… pero volveré en unos meses
Irea. Ya veo
Quatre. ¿Sabes? Lo único que lamento de esto es no estar cuando Duo salga de ese horrible lugar, no sabes cómo me parte el corazón, él aún sufre
Irea. ¿Sientes sus sentimientos verdad?
Quatre. Sí, por eso cuando fui a verlo no pude estar mucho tiempo ahí
Irea. Sí, supongo que es duro
Quatre. … bien, no me atraso más, cuídate hermana

Nuevamente sonriendo, el rubio se acerca a Irea y ambos se abrazan, Quatre no había querido despedirse de nadie, ni siquiera había querido que la chica lo acompañara al aeropuerto, sabía que alguna otra despedida le partiría el corazón, sobre todo si se trataba de Trowa o Wufei, había sido bastante imbécil con ambos

Irea. Cuídate mucho
Quatre. Sí, tú también

Después de suspirar, Quatre agarra su maleta y sin mirar atrás sale del departamento, mostrándose bastante tranquilo, en cambio a su hermana se le humedecen los ojos y se deja caer en el primer sillón de la sala que tiene cerca. El rubio camina lento pero decidido, en su cabeza rondaban miles de ideas sin forma, mientras una parte le decía a gritos que cometía un error, otra le decía que era la mejor decisión que podía estar tomando.

Al salir del conjunto de departamentos, las pupilas del rubio se retardan al tener frente a él a quien menos esperaba ver en el preludio a su huida, Trowa estaba de pie frente a él, mirándolo como nunca, fijamente, casi sin emoción, de sus labios sale el susurro de su nombre y se queda sin hacer ninguna otra acción, el ojiverde en cambio da un par de pasos al frente, no quedando a más de tres metros del que fuera antes su amante

Trowa. Con que te vas
Quatre. ¿Irea cierto?
Trowa. ¿Importa?
Quatre. No realmente… ¿a qué…?
Trowa. Vine a desearte suerte

El estremecimiento que el rubio sintió en esos momentos no se comparó a nada que hubiera sentido antes, pensaba que su ex compañero se había molestado en pararse frente a él para pedirle que no se fuera, pero no esperaba nunca que le diera la buena suerte, como diciéndole que no le importaba en lo más mínimo que se marchaba, eso lo lastimó mucho más de lo que quería creer, ni siquiera pudo ocultar la tristeza de sus ojos

Quatre. Gracias
Trowa. Pero además…

La ilusión volvió a los ojos del rubio y su mirada se posó de nuevo de forma fija sobre la verde del ex baterista

Trowa. Quiero que sepas que aunque te vayas, yo seguiré aquí, y te estaré esperando

El corazón del rubio y sus pulsos recobraron vida con aquellas palabras, y aunque estaba emocionado, no pudo hacer nada, nada más que estar de pie frente al hombre que amaba sin decir algo o realizar alguna acción, estaba realmente conmocionado. El ojiverde le sonrió y dio unos pasos más hacia él, Quatre intento hacer lo mismo pero hacia atrás y evitarlo, sin embargo Trowa estiró su mano izquierda y sujetó la derecha del rubio, ninguno de los dos había dejado de mirar los ojos del otro

Trowa. Sé que no es fácil, sé que es doloroso, pero también sé que sería estúpido dejarlo morir así, por eso te ruego que pienses las cosas muy bien… yo ya pasé la etapa en que te suplicaría, por eso espero que tu pases la etapa de aborrecerme
Quatre. Yo…
Trowa. No te pido olvidar el pasado, solo te pido superarlo… Quatre… te amo

Las piernas del rubio se sintieron temblar al estarlo oyendo, cada palabra, cada mirada, cada movimiento, cada sentimiento, todo le hacía estremecer, su corazón latía tempestuoso, sus ojos se sentían arder, como si estuviera a punto de llorar, pero su boca no emitió nada, ni siquiera un sonido, algo, solo se quedó quieto, mirando los profundos ojos verdes

Trowa. No te detengo más

Sonriéndole casi imperceptiblemente, el ojiverde da un paso más hacia Quatre y soltando la mano de su ex compañero, eleva las propias a la altura del rostro blanco del ex bajista, de nuevo sus pupilas parecen extenderse, entonces siente la piel de Trowa sobre sus mejillas, sintiendo el calor que le invade el rostro, como si estuviera a punto de quemarse

Trowa. Cuídate mucho

Con suavidad acerca su rostro al del rubio, cuyos labios se mueven imperceptiblemente, saboreando el beso que esperaba de la otra boca, sus ojos se entrecierran levemente, pero a cambio de aquello que esperaba, los suaves labios del ojiverde se sienten sobre su mejilla izquierda, haciéndole sentir una extraña sensación de pérdida, Trowa tarda escasos 3 segundos en separarse, bajando después sus manos, mirando por última vez al rubio

Trowa. Hasta pronto

Volviéndole a sonreír da la espalda poco a poco y comienza a caminar lejos de él, sin esperarse a ninguna clase de respuesta, de hecho Quatre era incapaz de darla, sentía tantas emociones a la vez que le costaba descifrarlas todas, ninguna parte de su cuerpo era capaz de moverse, en su garganta se atoraban miles de palabras que sería capaz de decir ante aquella terrible despedida, a pesar del "Te estaré esperando" de Trowa, se sentía como si fuera el final.

El nudo en su garganta por fin se desenredó y tirándose de rodillas al suelo susurro entre sollozos el nombre del amor de su vida, sin embargo no iba a desistir, se alejaría de él, y tal vez solo el tiempo diría si realmente eran el uno para el otro… Mientras caminaba, acompañado a esa sonrisa estaban sus ojos llorosos, pero sabía que había hecho lo correcto, dejar ir a Quatre para esperar su regreso, eso era lo mejor para poder recuperarlo…

Después de que habían seguido a Erick por un par de días, aquello comenzaba a dar frutos, aquella era la tercera vez en la semana que le veían salir de su departamento exactamente a las 5 con treinta de la tarde, dirigiéndose hacia una oficina que les era por demás familiar, aquella pertenecía a la revista Golden, donde anteriormente trabajaba su ex novia.

Aquel día en especial, Erick había salido echo una fiera, bastante molesto, había subido a su automóvil manejando con toda la imprudencia posible, afortunadamente antes de intentar pasarse un alto, su auto disminuye la velocidad y actúa con cautela al tener un tránsito cerca, lo cual hace que les de la ventaja, el auto de Mark se detiene justo a su costado, Erick se veía desesperado, con la mano izquierda sobre la base del vidrio de su puerta, solo la levantaba cuando se hacía el cabello hacia atrás en un gesto de desesperación, sus labios se movían pareciendo que susurraba algo.

Richard acompañaba a su amigo y ambos comparten una mirada cómplice antes de que el semáforo se ponga en verde, entonces de nuevo siguen el auto, Erick no se había percatado de la presencia de los hombres, y aunque no conocía a Mark, al abogado de Duo lo conocía muy bien porque ahí estaba en los juicios, con excelentes argumentos que si no fuera por la confesión falsa del trenzado, habría sido él quien estuviera tras las rejas

Richard. ¿A dónde se dirigirá el maldito?
Mark. No sé, pero seguro nos lleva a una buena pista

Y tal como lo había predicho el amigo del abogado, Erick llega hasta un departamento en el que nunca antes desde que lo perseguían se había parado. Era en un barrio poco civilizado, poca gente, casi ninguna se veía por las calles, tampoco había muchos autos, así que no se estacionan en la misma calle que Erick, bajan del auto y lo siguen a pie, el chico toca a la puerta y después de unos momentos ésta se abre, asomándose por ella un hombre robusto, que mira hacia varios lados y después de asegurarse lo deja entrar, nuevamente los amigos comparten una mirada

Mark. ¿Lo has visto antes?
Richard. No, nunca

Cerca de aquel departamento, los amigos esperan a que Erick salga y poder cumplir con lo propuesto por Trowa… mientras que dentro de aquel lugar, Dorothy y Erick apenas se habían visto habían comenzado a discutir, Erick se acababa de enterar a través de un empleado de Dermail que su amada Sylvia había escapado, se sentía molesto y perturbado, no sabía que penas estaría pasando la muchacha, mientras que Dorothy, también recién se había enterado, estaba tan preocupada de que la muchacha abriera la boca, que le gritaba con coraje a Erick que si la encontraba primero que él, la mataría

Erick. Yo también se mucho, más te vale tener cuidado y no tocarle ni un pelo
Dorothy. ¿Me amenazas a mi idiota? Te he dicho mil veces que esas estupideces no funcionan conmigo, y de saber, sé más cosas de ti que te causarían años de cárcel

El chico no responde nada en segundos, después vuelven a gritarse amenazas, mientras una maltratada Hilde, atada a una silla, con sangre sobre la ropa y la cara, les miraba atenta, estando al pendiente de cualquier cosa que pudiera servirle como testimonio si es que agarraban a esos dos y si es que ella salía con vida después de eso

Erick. ¡Se acabó! No escucharé más, y te sigo advirtiendo, le haces algo a Sylvia y…
Dorothy. No, tú ya no me sirves
Erick. ¿Qué dices?
Dorothy. Lo que digo es que…

Sonriendo altaneramente, la rubia fija su mirada hacia el guardia, él enseguida capta y saca su pistola, apuntándola hacia la cabeza de Erick, él escucha movimiento atrás de él y se gira un poco, mostrándose nervioso, casi sonriendo

Erick. No Dorothy, yo… aún te sirvo, mira que…

En un movimiento estúpido y desesperado, Erick se gira completamente para intentar arrebatar el arma del guardia, pero él reacciona antes de que el chico pueda hacer algo más y dispara directo a la oreja de éste a propósito, él grita adolorido y agarrándose la destrozada oreja, se tira al suelo de rodillas, con la cabeza agachada y sus manos llenas de sangre al igual que el suelo bajo él; los ojos de Hilde se contraen y después gira su cabeza hacia otro lado, sintiendo náuseas al ver tal escena, mientras que Dorothy sonreía retorcida, soltando después una odiosa risa

Dorothy. Patético… mejor mátalo
Guardia. Enseguida

Levantando su cabeza a pesar del dolor, Erick mira horrorizado como de nuevo el arma se alzaba delante de sus ojos, después, sin siquiera detenerse a oír el sonoro disparo, su vista se comienza a nublar, había sentido como si le hubieran dado un golpe entre las cejas, no había sentido dolor profundo, salvo en una fracción de segundo antes de que su cerebro muriera, aterrada Hilde grita, sintiendo ganas de vomitar, Dorothy en cambio ríe de nuevo, sus ojos mostraban locura, recordando enseguida el rostro aterrado de Chris justo después de recibir un impacto parecido

Dorothy. Cállate tonta… y tú, deshazte de ese cuerpo
Guardia. Enseguida señorita

Con toda la sangre fría que podía poseer un ser humano, aquel hombre toma el cuerpo inerte de Erick y lo retira de ahí, como si se tratara de cualquier Res, su sangre proveniente de la oreja y la cabeza, manchaba dejando un rastro de sangre, entonces Hilde no resiste más y vomita, Dorothy voltea a verla y pone cara de asco

Dorothy. No te angusties preciosa, la siguiente eres tú

Sin decir nada, Hilde solo aprieta con fuerza los labios, tanto para no gritar su suerte como para ya no seguir vomitando… Fuera del departamento, 5 horas después que Erick entrara, los amigos comienzan a desesperarse, pero entonces sucede algo que les llama la atención, el hombre robusto que se había asomado por la puerta antes de dejar pasar a Erick, salía del departamento con un costal en los brazos, no lo suficientemente grande como para que fuera un ser humano, pero el grosor del mismo daba a entender que fácilmente podía estar ahí un cuerpo doblado, además el hecho de que éste fuera colocado justamente en la cajuela del auto lo hacía más sospechoso, el hombre sube al auto que era de Erick y arranca, los amigos voltean a verse rápido, debían reaccionar

Richard. Yo iré a seguirlo, tú entra a ese departamento, algo aquí no me huele bien

De forma rápida, él corre hacia el auto antes de que el otro se aleje más y entonces Mark se apresura a ir al departamento, afortunadamente guardaba su revólver en la cintura bajo el traje, tenía permiso para usarlo aunque rara vez lo hacía, sus años de detective habían terminado hace tiempo. Antes de siquiera intentar entrar, decide inspeccionar el departamento a los alrededores, era un edificio de varios departamentos y de un solo piso, ni siquiera la tercera parte se veían habitados y eso facilitaba su labor.

Al asomarse discretamente por una de las ventanas nota que es una habitación vacía, parecía algo así como una sala comedor, pero no tenía de muebles más que una mesa, una silla y dos cubetas de cabeza que bien podían hacer la función de sillas, al no hallar nada interesante se dirige a otra ventana, pero ésta tenía una gruesa cortina que le impedía ver el interior, desafortunadamente los complejos habitacionales no compartían muros entre sí y no podía ver ni oír lo que había y pasaba en una tercera habitación, la cual era donde estaban las ex miembro de Dark Sound…

Tras subir al auto, Richard había seguido al auto sospechoso en que el tipo fornido había huido con un costal, hacía varios minutos que había agarrado la carretera para salir de New York por el lado oeste

Richard. ¿A dónde pretende ir?

Los minutos pasan y el auto de Erick no era detenido por su conductor, ya estaban en una carretera poco transitada y eso lo ponía un poco nervioso, él a diferencia de Mark, no tenía experiencia con ese tipo de cosas, él era bueno para las leyes, para reconstruir hechos, pero no para hacerla de detective o policía, sin embargo aquella situación le llenaba de adrenalina…

Después de varios minutos de darse cuenta que no había mucho movimiento dentro del departamento, y sabiendo que por lo menos había un tipo fornido menos, Mark se decide a entrar al lugar por la fuerza, sacando su pistola y apuntándola hacia la chapa de la puerta, sin dudarlo dispara dos veces antes de que ésta se destroce. Dorothy al oír los impactos abre ampliamente los ojos y se pone en alerta, Hilde por su parte olvida por segundos su mala suerte y se llena de esperanza, por lo visto Dorothy no se esperaba eso y se veía preocupada, la rubia gira su cabeza hacia Hilde y con el índice derecho le indica que guarde silencio, entonces la ex bajista de Dark Sound saca una pistola de su bolso el cual estaba en el suelo y con cautela avanza hacia la puerta que estaba abierta, pero en el pasillo no había nadie.

Tontamente, la rubia decide salir de la habitación, sin percatarse de que alguien estaba tras la pared que separaba el pasillo de la siguiente pieza, la cual era la sala comedor. Mark sale de improviso sorprendiendo a una espantada Dorothy, alcanzando a intermediar entre él y el arma de la chica, la cual cae al suelo girando mientras él apunta con la suya a la rubia

Mark. Quieta y estarás con bien
Dorothy. ¿Quién demonios eres tú?
Mark. Nadie en especial, pero si haces algo tonto me convertiré en tu asesino
Dorothy. ¿Policía?
Mark. No, no soy tan inepto… ahora sube tus manos y voltéate

Haciendo una mueca de desagrado, Dorothy hace caso del chico, Mark se queda atento a cualquier movimiento que ella pudiera hacer. Mientras él sostiene la pistola con una mano, saca su celular con la otra y marca

Mark. ¿Sí? Habla Mark Spencer, necesito que manden una patrulla, y posiblemente una ambulancia, la dirección es…

Mientras Mark hacía su llamada, Dorothy pensaba en como librarse de ello, se sentía entre la espada y la pared, pero fuera lo que fuera hacer, necesitaba pensarlo bien o terminaría muerta, haciendo de todos sus esfuerzos algo vano. El ex detective cuelga su teléfono sin dejar de mirar a Dorothy, después por instantes fija su mirada por encima del hombro de la chica, pero desde su ángulo no se veía nadie más dentro de la habitación

Mark. ¿Hay alguien más?
Hilde. Sí

La respuesta débil de la chica hace sentir lástima a Mark, era obvio que Hilde no la había pasado nada bien, ahora miraba con desprecio a Dorothy… Tras una espera de poco más de una hora, Richard ve por fin el auto que seguía dirigirse hacia un punto diferente, tomando una de las carreteras con que hacía cruce en la que iban, el auto disminuía velocidad y él, un tanto de lejos, con los faros apagados le seguía, pero parecía que aquel a quien seguía se había percatado de su presencia.

El auto se detiene por fin en medio de la maleza, el abogado también apaga el auto, observando como el hombre fornido abría la cajuela, inclinándose hacia delante como si fuera a sacar lo que sea que había metido, Richard baja con cautela del auto de su amigo, dispuesto a atraparlo con las manos en la masa, pero aquel movimiento de intentar sacar el costal de la cajuela no era más que una pantalla del guardia de Dorothy y así poder acabar con aquel que le seguía, por eso al sentir los pasos atrás de él, se gira rápidamente y dispara, por fortuna, su detonación falla y entonces abalanzándose hacia él, Richard pega con su costado el pecho del hombre, haciéndolo caer sentado sobre la cajuela, rápido vuelve a disparar, ésta vez rozando el hombro del abogado, el cual se distrae al sentir el impacto, agachándose mientras se sostiene la herida, el guardia sonríe creyendo que ha vencido, pero antes que detone el arma por tercera vez, Richard eleva su propia arma que acababa de obtener del bolsillo interior de su saco, llenándolo de sangre y apunta hacia él, ambos se miran a los ojos, apuntándose con el arma, ninguno se atrevía a dar el primer paso…

Los minutos seguían su curso y la ayuda que había pedido Mark no llegaba, el chico le había ordenado a Dorothy entrar en la habitación, obligándola a permanecer en un rincón mientras él sin perderla de vista, ayudaba a Hilde a quitarse las sogas, la chica estaba apenada y nadie hablaba en la habitación, la ropa de la ex guitarrista estaba sucia, manchada de sangre y con residuos de semen, tenía ojeras amplias y ojos demacrados, su piel también estaba sucia como la ropa y olía mal, Mark la miraba con rastro de ternura detrás de la compasión

Mark. No te preocupes, todo acabó
Hilde. Muchas gracias

Poco después que Mark terminara de ayudar a Hilde y de prestarle su saco para que se cubriera, escucha movimiento afuera de la habitación y sonríe, era obvio que la ayuda había llegado, y no se equivocaba, un grupo de seis hombres hacía acto de presencia, dos registraban afuera del cuarto, otro llamaba por celular reportando que estaban dentro mientras que los otros tres entraban completamente a la habitación, dos portando armas en la mano y otro que parecía el líder, se acercaba a Mark y le estrechaba la mano

Mark. Sé que ya no tengo nada que ver, pero gracias por apoyarme
Jefe. Muchos te han creído siempre un loco, pero cuentas con mi apoyo siempre, espero algún día puedas volver

Sin responder nada suelta una risa traviesa y después se pone serio, señalando a Dorothy que estaba en el rincón, aún absorta en sus pensamientos, ideando algo para salir ilesa de la situación, pero ahora era más difícil, contando a Mark, había siete hombres en ese lugar vigilándola, comenzaba a sudar frío. Momentos después, avisados por alguien de los seis que habían llegado después, un par de paramédicos entra en la habitación con una camilla y suben a Hilde en ella después de revisarle las pupilas y el pulso, entre otras cosas, después un hombre va tras ellos y la chica, necesitaba interrogarle, Mark se acerca a Dorothy y la sujeta del brazo para ayudarla a levantarse

Dorothy. ¡Déjame!

Enojada mueve su brazo con fuerza y se pone de pie ella sola. En la escena ahora solo eran 4, pues con la ambulancia se habían ido dos de los seis que habían llegado, necesitaban llenar un par de formalidades, Mark y el jefe escoltan a Dorothy hasta fuera del departamento, dos se quedan en él para registrar y recoger evidencias mientras que el otro acompañaba a Mark y el jefe de todos, Dorothy estaba por delante de ellos y los veía detenidamente, buscando algo que le pudiera ayudar y entonces lo nota, ninguno de los tres tenía a la mano su arma, había dos patrullas afuera cuyas llaves estaban puestas, había menos refuerzos y estaban en una zona que ella conocía muy bien y ellos seguramente no, era de noche y además no estaba esposada, sonreía por dentro, que razón tenía el tal Mark al haber dicho que los policías eran unos ineptos

Mark. Le agradecería me notificara de lo que procede, ¿recuerda a Richard? Está en un caso que depende mucho de la resolución de todo esto
Jefe. Claro que sí Mark, cuentas con mi apoyo

Tanto Mark como el otro hombre estaban desprevenidos, lo suficiente para que Dorothy se separara de ellos casi tan imperceptiblemente que parecía no moverse del pequeño cuadro a su alrededor, el otro policía que quedaba afuera se percata de los movimientos de la chica y alcanza a gritar, enseguida los dos hombres voltean y miran sorprendidos como Dorothy corre hacia la primer patrulla que tiene enfrente, rápidamente Mark y el otro policía sacan sus armas pero para cuando disparan, la rubia ya estaba dentro del auto y enseguida lo arranca

Mark. ¡Maldita sea!

Enojado por la estupidez tan simple que habían cometido, comienza a disparar hacia las llantas del vehículo, las cuales comienzan a sacar el aire pero la rubia continuaba manejándolo aunque con mucho menos equilibrio, perdiéndose en la oscuridad de la calle, rápidamente Mark y el otro policía que no era el jefe, suben a otra de las patrullas y siguen el camino por el que la chica había desaparecido…

Sus armas continuaban al pendiente del primer movimiento que alguno de los dos hiciera, la tensión crecía a cada segundo, comenzaban a sudar, entonces sucede algo inesperado para ellos, pues una pequeña ardilla había pasado por entre la maleza, haciendo un ruido que los pone de alguna forma en alerta, por lo que el primero comete la estupidez de exaltarse y fallar el tiro que había intentado dar, perdiéndose una bala más entre la oscuridad, ese había sido el guardia, ayudando así a que Richard tenga la ventaja, pues al entender la rápida situación, da un paso atrás y dispara justo en la pierna del hombre, quien emite un grito de dolor y por inercia suelta el arma, el abogado se apresura a patearla y ésta se pierde por entre las ramas

Richard. Pon tus manos sobre la nuca

Con dolor y temblándole las manos, el guardia obedece a la petición, Richard hace una seña con la pistola de que se ponga de pie y avance hacia el punto que le indica con el movimiento de su cabeza, el hombre obedece, sin bajar la guardia, Richard avanza hacia la cajuela y al asomarse un poco percibe el olor a sangre, rápidamente se levanta y mira hacia el sujeto que tenía bajo control

Richard. ¿Quién es? ¿Es la chica?

Angustiado de que la respuesta pudiera ser si, Richard aprieta con fuerza la mano que sostenía su arma, pero para su alivio, el hombre niega enseguida con la cabeza

Guardia. Creo que se llamaba Erick
Richard. ¿Lo mató Dorothy?
Guardia. No, fui yo

Al abogado le sorprendía la sinceridad o quizás era cinismo, pero entendía que por lo general, cuando alguien era contratado para algo así, sin que las acciones le beneficiaran directamente, no convenía guardar el secreto, además confesar siempre reducía las penas en la cárcel. Al igual que su amigo, Richard saca su móvil y pide ayuda, no habían querido recurrir a la policía, pero habiendo pruebas de homicidio, no les convenía mantenerlo en secreto y quedar como cómplices ante los ojos de muchos, mejor era ese método y atenerse a las consecuencias. A Richard no le preocupaba porque todo lo hacía por el amor que había comenzado a sentir por Duo, en cambio Mark lo hacía por la amistad y la lealtad que le tenía al abogado desde años atrás…

A pesar de que el policía y el ex detective encuentran el auto robado por Dorothy, a un par de kilómetros del departamento, no había rastro de la chica, era obvio que había huido, haciendo que ellos se sintieran enormemente culpables, Mark no encontraba la forma en que le explicaría ese error a su amigo, era obvio que le había fallado y estaba molesto consigo mismo…

La ayuda pedida por Richard no tarda en llegar, antes de eso, el abogado había logrado detener la hemorragia en la pierna del hombre que tenía custodiado por el momento. Con él tan solo había acudido una patrulla, en la cual se llevan deprisa al detenido para que fuera atendido, mientras que con el abogado se quedan dos hombres, los cuales inspeccionaban la zona, llevándose en una bolsa la pistola que yacía antes en el suelo. Uno de ellos llama a los peritos que se encargarían de levantar las actas en la zona de los sucesos, ya que ellos no podían mover ninguna clase de evidencia además del revólver, sobre todo tratándose del cadáver que seguramente había en la cajuela…

La pesadilla parecía haber terminado por fin, pero Hilde ignoraba del triunfal escape de Dorothy. Pero a diferencia de ella, no solo Richard ya estaba enterado de aquel suceso, sino también Trowa y Duo, quienes más lamentaban ese hecho, ellos más que nadie querían que esa mujer pagara por todo lo que había hecho… justamente al día siguiente de esos sucesos, la policía había tomado cartas en el asunto, como pensaban, en la cajuela se encontraba el cuerpo inerte de Erick, partido completamente por la mitad, además ya estaban a la tarea de buscar a la rubia que había huido, por lo que ese día llegan a la mansión de la chica donde aún vivía Relena

Ella recibe a los policías, sorprendiéndose de verlos ahí, pero sin dudar los hace pasar, enseguida ellos le explican todo lo sucedido, la chica no puede creer todo lo que oía, ni siquiera evita un grito de horror, todo el tiempo había convivido con una loca, estaba asustada, también preocupada, por su propia seguridad y por Hilde, de quien le habían dicho estaba en el Hospital, recuperándose físicamente y que por seguro necesitaría ayuda psicológica…

Los días pasan, y por fin después de una larga y horrible espera, ese día sería el de su liberación, debido a los sucesos que habían ocurrido días atrás, las formalidades de su liberación se habían acelerado, logrando que tuviera una libertad condicional, en tanto no hubiera alguien que declarara sobre el crimen por el cual lo habían encarcelado… faltaban solo menos de una hora para que pudiera salir, Duo se encontraba preparándose dentro de su celda, Frank le miraba detenidamente, había algo en el semblante del chico, se veía feliz, jamás lo había visto así

Frank. Eh Duo ¿me visitarás?
Duo. ¿Qué dices? No lo preguntes, claro que lo haré
Frank. Tienes suerte que todo se esté aclarando
Duo. Sí, tienes razón

Sonriendo casi por inercia, el trenzado se voltea de nuevo para terminar de acomodar su cama, en unos minutos debía dirigirse con el director y debía recoger las cosas que había dejado en custodia al ingresar a ese lugar. Instantes después, unos pasos acercándose llaman la atención del ex guitarrista, encontrándose con un grupo de hombres afuera de la celda, entre ellos reconoce a los dos que le habían apuñalado tiempo atrás, Duo los mira seriamente, todo el tiempo los había estado evitando, no quería tener algún enfrentamiento. Frank se pone de pie y también los mira, el ex guitarrista levanta su mano en señal de que le dejara el asunto para él y su compañero acata, Duo se acerca a los barrotes

Duo. ¿Qué quieren?

Uno de ellos, quien le había apuñalado, se sobrepone al grupo, quedando frente a Duo, el chico lo miraba detenidamente, entonces cuando lo ve sonreír se extraña, mirando unos segundos a su compañero de celda

"Así que te vas"
Duo. Sí ¿algún problema?
"Solo uno"
Duo. ¿Cuál?
"Nunca tocaste para nosotros"
Duo. ¿Qué?

Desconcertado, el ex guitarrista voltea a ver a Frank, él se encoge de hombros, tampoco entendía nada, entonces otro hombre se abre paso entre el grupo, portando una guitarra, Duo mira el instrumento y siente un fuerte escalofrío, miles de escenas que no quería recordar pasan por su mente

Duo. No entiendo
"Ya sabemos que no fuiste tú quien mató a Kim, también nos enteramos de toda tu historia"

A pesar de que ahí se encontraban ladrones, estafadores, secuestradores, asesinos y demás, parecía que de verdad sentían lástima por lo que había vivido Duo, el ojivioleta se estremece, sintiendo un poco de emoción, aquello era algo que no esperaba, así que sonríe sinceramente

"Así que…"

Antes de que termine su frase, uno de los celadores abre la celda y ordena a Duo que salga de ahí, él obedece, acercándose al instrumento

Duo. Dame eso con un demonio

Arrebatando la guitarra de las manos del chico, se sienta en el suelo con las piernas cruzadas y se acomoda, acondicionando los acordes y haciendo una primera prueba, parecía que aún recordaba como tocar, así que después comienza, eligiendo "Te causa placer" una de las tantas canciones que Heero había escrito para él, sintiendo que su corazón late deprisa, volviendo a él miles de emociones que creyó perdidas, pero a pesar de todo, no derramó ninguna lágrima, terminando la canción, encontrándose con los aplausos de los reos que se encontraban ahí, Duo se levanta del suelo e intenta devolver el instrumento, pero no es aceptado por el otro hombre

"Llévatela"

No tenía intenciones de recordar sus días de cárcel, pero se llevaría aquel instrumento como una prueba de que continuaría su vida de la mejor forma posible, y que aquel terrible episodio quedaría en el pasado. Nuevamente sonríe con sinceridad y alza el instrumento, despidiéndose así de aquellas personas, por quienes obviamente no sentía aprecio, pero que en aquel momento sentía como parte de un hogar al cual no deseaba regresar.

Mientras es llevado por el celador, otros reos lo miraban con desprecio, igual que hacían con todos los que lograban salir de la cárcel, otros le gritaban groserías, pero Duo ya no hacía caso de esas cosas, por fin era libre… después de eso, recoge sus cosas, visita al director, firma algunos papeles y se viste con la ropa que había ingresado, todo resultaba tan distante, que sentía olvidar que alguna vez había estado preso, hundido en una cruel oscuridad.

Uno de los guardias lo acompaña hasta la puerta del reclusorio, Duo suspira y se prepara para ver de frente su libertad, entonces ésta se abre y el ojivioleta da un paso afuera, respirando profundamente el aire que tanto ansiaba, cerrando sus ojos, disfrutando de aquel unos momentos, al volver a abrir sus ojos, le parece ver la figura de Heero frente a él, sonriéndole, la puerta tras él se cierra, quedándose solo ahí, pero no repara en el detalle, solamente miraba aquella figura, la cual seguramente se trataba de una ilusión, con tristeza se muerde el labio, ahora debía enfrentarse al mundo sin Heero, antes ya se había despedido de él, pero la sensación de que Heero no estuviera estando él en la cárcel, se sentía completamente diferente sabiendo que volvería a su vida de diario sin el amor de su vida, pero ya no debía ser débil, por eso se arma de valor y camina

Aquella silueta no era solo un producto de su imaginación, pues frente a él se encontraba Richard, quien había ido por él, Duo sonríe al ver a su abogado ahí, tal vez aquella imagen de Heero era significado que su nueva vida comenzaba, que el ojiazul se despedía también de él, ahora Duo comenzaría una nueva vida al lado de aquel hombre, por quien había llegado a sentir una gran estima. Cuando ambos están frente a frente se sonríen, y caminando uno al lado del otro, avanzan hacia el auto del abogado, quien lo llevaría a casa de Trowa…

Era casi mediodía, y en el Hospital donde estaba internada Hilde, la chica comía un estofado de pollo, mientras la enfermera le explicaba que pronto saldría de ahí, aunque ella no sentía muchos ánimos, a pesar de que al enterarse Noin de lo que le había sucedido, le había ofrecido su incondicional ayuda. Los episodios vividos en su encierro le atormentaban día a día, los maltratos, las violaciones, las burlas, todo resultaba un infierno en vida. Sin embargo, aquel día recibe una visita que la desconcierta y a la vez le alegra, el buen hombre que había llegado a rescatarla de su horrible encierro estaba ahí, con un gran ramo de flores, Mark sonreía a la chica, que apenada le miraba, él se acerca a la camilla y le entrega las flores a la chica

Hilde. Muchas gracias
Mark. ¿Cómo sigues? Te llamas Hilde ¿verdad?
Hilde. Sí, muy bien, gracias
Mark. Me han dicho que pronto saldrás de aquí. ¿Sabes? Has sido muy valiente
Hilde. ¿Yo? Este… no, claro que no

Más apenada que antes baja la mirada hacia las flores, el ex detective sonríe mientras la observa, aquella chica tenía algo especial, además estaba muy bonita

Mark. ¿Sabes algo? Sin ti nos habría resultado más difícil todo esto, así que me gustaría agradecerte de alguna forma… si necesitas algo, no dudes en pedírmelo

Sorprendida, la ex guitarrista vuelve sus ojos al chico y sonríe, Mark también le sonríe y entonces se sonroja, el hombre era bastante atractivo y no lo había notado sino hasta ese momento. Ambos se quedan en silencio por unos momentos, hasta que Hilde vuelve a cobrar la compostura

Hilde. ¿Puedo preguntarle algo?
Mark. Claro
Hilde. ¿Cuál es el interés especial que tiene por todo esto?
Mark. Vaya, te diste cuenta, eres muy observadora
Hilde. Gracias

Nuevamente la chica se sonroja por las palabras de Mark, él sonríe y camina hacia la ventana, mirando los árboles que había afuera

Mark. Yo solo quiero la felicidad de Richard

La ex guitarrista se entristece al oír aquellas palabras, el semblante en el perfil que lograba ver en aquel hombre le indicaba que su amigo realmente era especial para él, por eso baja la mirada de nuevo hacia las flores

Hilde. Entiendo, usted lo ama ¿cierto?
Mark. ¿Qué?

Sorprendido enseguida voltea hacia la chica, Hilde levanta la vista y se sorprende al ver la cara de desconcierto del ex detective, además todo el rostro de él estaba rojo

Hilde. Es que…

Antes de que termine, Mark suelta una carcajada, negando después con su cabeza

Mark. Somos amigos desde hace muchos años, lo quiero tanto como si hubiera tenido un hermano, y aunque él siempre ha sido gay, yo no

El ánimo vuelve a la chica al oír la explicación de Mark, aunque nuevamente vuelve a entristecerse al pensar que jamás ningún hombre le aceptaría sabiendo lo que había vivido, ya no era digna de nadie. Mark nota el cambio en su rostro y se acerca

Mark. ¿Estás bien?
Hilde. Sí, me dio mucho gusto su visita
Mark. Me alegro que así sea
Hilde. ¿Eh?
Mark. Sabes yo… no solo vine a traerte esas flores, la verdad es que me gustas

Aquellas palabras no se las esperaba, y sin embargo le llenan de una indescriptible alegría, Mark sonríe apenado y se acerca más a la camilla, sentándose a un costado de la chica

Hilde. Gracias pero yo no… la verdad es que… lo que sucedió…

Apretando con fuerza la sábana de la cama con la mano que no sostenía las flores, Hilde cierra los ojos y se sonroja, algunas lágrimas salen de sus ojos, Mark comprende lo que quería decir y estirando su mano, acaricia sus cabellos, la ex guitarrista abre sus ojos y levanta la cabeza, mirándolo

Mark. No me importa
Hilde. Pero…
Mark. Si decides aceptarme, me pondré muy contento

Volviéndole a sonreír provoca en la chica una agradable sensación, hasta parecía que sus heridas tenían una oportunidad de sanar y eso le agradaba, pero en respuesta, solo se seca las lágrimas y le sonríe ampliamente…

Cuando Duo baja del auto y mira por fuera la casa que alguna vez también fue suya, una agradable sensación recorre su cuerpo, a pesar de los malos recuerdos en ella, se sentía bien volviendo a estar ahí. Cuando la puerta de entrada se abre y detrás de ella se encontraban Trowa y Catherine, vuelve a sentirse bien, la pelirroja no puede evitar soltar un sollozo y con felicidad se acerca a él, uniendo sus labios a los del chico en un movimiento rápido, el ojivioleta se sonroja y la abraza, apartándola segundos después de él, con las manos sobre sus hombros

Catherine. Estás bien, en una sola pieza
Duo. Claro ¿Qué esperabas tonta?
Catherine. No has cambiado nada inútil

Ambos se sonríen y la pelirroja se seca las lágrimas antes de apartarse, entonces Trowa es quien se acerca, sonriéndole a su antiguo compañero, después se agacha y lo abraza

Trowa. Bienvenido
Duo. Gracias por todo, no sabría cómo pagarte

Soltándose de él, el ojiverde lo observa y niega con la cabeza, mirando después al abogado, que miraba la escena, sosteniendo la guitarra del ojivioleta

Trowa. Dale las gracias a Richard, ha hecho más de lo que debía

Apenado Duo voltea hacia el hombre y le sonríe, su rostro estaba ligeramente rojo, Richard le responde la sonrisa, Trowa entendía a la perfección lo que sucedía, pero Catherine no, así que se queda un tanto confundida. Después de unos momentos, la pelirroja encarga unos cafés y los cuatro se van a la sala, momentos después, Duo se da cuenta que no estaban todos por lo que pregunta por Wufei y por Quatre, el ojiverde baja ligeramente la mirada mientras que Catherine se muestra enojada, entonces el ex baterista le cuenta a Duo de lo que no estaba enterado, haciendo del ambiente algo incómodo, pero al cabo de unos momentos, el ojivioleta le da un giro distinto, sujetándose unos cuantos cabellos, los cuales estaban sueltos

Duo. Miren, ha crecido

Catherine, que no había notado que el cabello de Duo estaba más corto, se sorprende, mirándolo detenidamente, el largo cabello antes sujetado en una trenza, ahora apenas pasaba por debajo de los hombros del chico, así que no le interesaba sujetarlo nuevamente hasta que no creciera. Después de aquel comentario, el ambiente vuelve a hacerse ameno y los cuatro permanecen ahí un par de minutos más, conversando sobre otros temas, poco a poco cada quien volvería a su vida de siempre, aunque aún estaba en sus mentes el hecho de que Dorothy estaba suelta en cualquier lugar y que tarde o temprano tendrían que enfrentarla de nuevo…

Al día siguiente, Duo saca de la cochera su auto, el cual no había sido usado en todo el tiempo que él no estaba, y se dirige al Hospital donde le habían dicho que se encontraba internada Sally. Al entrar en la habitación de la ex miembro de Dark Sound, tanto ella como Wufei se sorprenden, el chino no sabía que Duo había salido, tampoco estaba enterado de lo sucedido con Dorothy, pues desde que había sucedido lo de Quatre, no había abandonado el Hospital. El ex guitarrista se muestra sonriente como antes y se acerca a su ex compañero, Wufei no duda en abrazarlo, estaba muy emocionado de verlo fuera del horrible lugar en que había estado, cuando se sueltan, Duo se acerca a Sally y la saluda con un beso en la mejilla, permaneciendo al costado de la cama

Sally. Me alegro que estés bien, es en serio
Duo. Y yo estoy feliz por ustedes, aunque sé que se ha complicado un poco

Los padres del futuro bebé se ponen serios y tristes, pero Wufei mueve su cabeza a los lados y se arma de valor para sonreírle al ojivioleta

Wufei. Todo saldrá bien
Duo. ¡Ya verás que sí!

Más animado que días anteriores, Duo muestra de nuevo una sonrisa, y aunque parecía el mismo de siempre, él había cambiado, sus días de cárcel lo habían cambiado. Después de unos momentos en que habían continuado hablando, Duo mira su reloj, ya pasaba del mediodía y aún tenía cosas que hacer

Duo. Me dio mucho gusto verlos, pero debo irme, Wufei ¿me acompañas afuera?
Wufei. Eh, claro… Sally, ahora vuelvo
Sally. Sí

Tratando de no darle mucha importancia, la ex tecladista sonríe, sin embargo le preocupaba de que pudieran hablar, sobre todo porque Duo se había puesto serio. Wufei y él salen del cuarto, alejándose del mismo para que la chica no pudiera oírlos, al ojinegro le parece también raro que Duo quiera hablar con él pero no dice nada; cuando por fin salen del edificio, en el jardín trasero, Duo decide explicarle a su compañero sobre lo que había sucedido con Dorothy, y como era de esperarse, el coraje de Wufei no tarda en hacerse notar, ya que él más que nadie deseaba que esa mujer terminara sus días de libertad

Duo. Tienes que calmarte
Wufei. ¡No puedo! Esa vieja… yo la mato
Duo. Wufei, sé cómo te sientes, recuerda que por su culpa estuve en la cárcel, pero debes calmarte, ella pagará
Wufei. Duo, si es por ella que Traize… te juro que la mato
Duo. No digas tonterías, si hicieras eso te meterían a la cárcel y no podrás ver crecer a tu hijo

Con aquellas palabras, el ex guitarrista logra que Wufei piense de manera distinta, por momentos había olvidado que lo más importante para él ahora era su hijo

Wufei. Es verdad
Duo. ¿Lo ves? Aún hay algo por lo que debes mantenerte sereno
Wufei. Lo sé pero…

Hacía tiempo que Wufei no derramaba lágrima alguna por la pérdida de Traize, pero en esa ocasión no lo puede evitar, Duo era quizás el único que podía saber cómo se sentía Wufei, por eso no puede evitar sentirse triste, acercándose al ojinegro, colocándole una mano sobre el hombro

Duo. Wufei… ni Heero ni Traize volverán, entiendes eso ¿verdad?
Wufei. Sí… pero…

Tapándose el rostro con las manos, Wufei se agacha colocándose de cuclillas y comienza a llorar, Duo suspira y copia la posición de su amigo, abrazándolo pero sin llorar, él ya no podía llorar la muerte de Heero, aun cuando siguiera doliendo… Después de aquella amarga situación, Duo abandona el Hospital donde estaba internada Sally, dejando a su amigo más tranquilo, aunque le preocupaba, por muchos años Wufei solo había vivido sufrimientos, y la difícil situación del embarazo de Sally ponía en cuerda floja su salud mental…

El siguiente lugar que Duo visitaría ese día, era el Hospital donde Richard le había dicho que se encontraba internada Hilde, quería darle las gracias por todo lo que había hecho, reconocía que sin su ayuda no habrían sido posibles muchas cosas. Cuando la enfermera le dice que tiene visita, la ex guitarrista se extraña pues además de Mark y Relena, nadie más lo había hecho. Cuando el ex trenzado entra en la habitación, su sorpresa es tan grande que duda que pudiera estar pasando, y cuando Duo está cerca de la cama, sin sentir pena de nada le da un fuerte abrazo, haciendo que Hilde se ponga completamente colorada, cuando la suelta le sonríe ampliamente

Hilde. Pero que…
Duo. No puedo agradecerte con palabras, no sé cómo hacerlo, pero te estoy infinitamente agradecido

Sintiéndose apenada, Hilde agacha su cabeza y sujeta con fuerza las sábanas sobre sus piernas, Duo se extraña de que haga eso

Hilde. No tienes que hacerlo, en realidad no pensé en ti como primer beneficiado
Duo. Ah, eso… no importa, te arriesgaste y gracias a ti la policía se allegó de muchas pruebas
Hilde. Pero es que…
Duo. Vamos, no seas modesta

Acercándose a ella, le sujeta la barbilla con una mano y le levanta el rostro, aún más sonrojada Hilde lo mira, sus ojos estaban ampliamente abiertos, Duo le sonríe amablemente

Duo. Lo cierto es que fuiste de gran ayuda
Hilde. Gracias

El ex guitarrista suelta a la chica sin dejarle de sonreír, y entonces ella le sonríe a él. Después de unos momentos de silencio…

Hilde. ¿Y qué sucederá con Sylvia?
Duo. Ella aún nos puede ser de mucha ayuda con su testimonio, la policía no solo está sobre la pista de Dorothy, también lo está sobre Dermail, solo espero que esa chica siga con vida
Hilde. Pero que tontas fuimos ¿Por qué nunca lo notamos? Ellos eran parientes, y Dorothy está completamente loca
Duo. ¿Cómo saberlo? Son hábiles para el engaño, supongo
Hilde. Sí, supongo que es así
Duo. Pero no hablemos de cosas feas. ¿Sabes? Quiero ver a Noin, me contó Trowa que va a tener un hijo de Zechs
Hilde. Sí, yo te doy su teléfono y dirección
Duo. Que irónica es la vida, éramos rivales y ahora 2 ex miembros de The Wings tendrán un hijo de dos ex miembros de Dark Sound
Hilde. Es verdad

Ambos se ríen por esa situación y después Hilde le anota a Duo los datos de su ex manager

Hilde. Es una lástima que Zechs jamás conocerá a su hijo
Duo. Es cierto… se habría puesto muy feliz
Hilde. Si

Esos comentarios los vuelven a poner serios

Duo. Ya, dijimos que nada de esas pláticas
Hilde. Sí

El ex guitarrista estira su mano hacia la chica, volviendo a sonreírle

Duo. ¿Amigos?
Hilde. Amigos

Ambos chicos se dan la mano sonriéndose mutuamente, y aunque resultaba extraño que ahora fueran amigos, sabían que nada malo podía resultar de ello… Ahora que Duo había visitado a Hilde, solo le quedaba ir a un lugar, así que gracias a la información que la chica le había dado, logra llegar ahí. Quien le abre la puerta es Relena, cuya sorpresa de verlo ahí no era menor que la de Hilde, solo que a diferencia de ella, la ex vocalista no sabe cómo reaccionar, en cambio Duo asiente con amabilidad y ella lo imita, sin decir nada lo deja entrar, dirigiéndose después a la habitación de su ex manager y avisarle, al verlo, Noin sonríe ampliamente y se acerca, colocándole las manos sobre los hombros

Noin. Estas bien muchacho, me da gusto verte fuera
Duo. Gracias ¿Cómo ha estado?
Noin. Pues mírame

Sin dejar de sonreír con mucha alegría, la mujer se da una vuelta, haciendo reír a Duo

Duo. Se ve hermosa
Noin. Gracias
Relena. Prepararé café
Noin. Gracias

La chica se aleja hacia la cocina, dejándolos solos, el ex trenzado la había seguido con la mirada y cuando se pierde de vista mira fijamente a Noin

Duo. Se ve triste
Noin. Sí… ella y Dorothy tenían algo
Duo. ¿Ah sí?
Noin. Sí, pero aunque Relena no la amaba, creo que le afectó
Duo. Ya veo
Noin. De hecho no sale a la calle, teme encontrársela
Duo. Debió ser duro
Noin. Sí… pero no hablemos de eso ¿te sientes bien?
Duo. Sí, mejor que antes
Noin. Fue una desgracia ¿verdad? Lo de ese avión
Duo. Sí… horrible

Sonriendo con melancolía, la mujer se lleva ambas manos al vientre y después mira detenidamente al chico

Noin. Si no fuera por mi bebé creo que habría preferido morir
Duo. Supongo… ¿y ya sabes qué será?
Noin. Sí, niño
Duo. Seguro se le parecerá mucho
Noin. Sí, Milliardo será igual a su padre
Duo. ¿Le pondrás Milliardo? Es un nombre muy sofisticado
Noin. Sí, como su papá
Duo. ¿Eh? No entiendo
Noin. El verdadero nombre de Zechs era Milliardo
Duo. ¡Eso si no lo sabía!
Noin. Él no se lo decía a nadie

Confundido pero sin hacer más comentarios, Duo se limita a sonreír, poco después regresa Relena con los cafés, sin hacer comentarios de nada, realmente estaba muy seria…

Aquel día Sylvia despierta por fin sin fiebre después de muchos días de estar enferma, Tom que había cuidado siempre de ella estaba muy contento, sin embargo cuando la chica le vuelve a pedir de favor que la lleve a New York se pone muy triste, sobre todo porque pensaba que ese deseo era producto de su delirio de fiebre

Sylvia. Por favor, prometo pagarte bien, mi padre puede estar en peligro
Tom. Si pero yo no puedo llevarla a donde me pide, no tengo dinero
Sylvia. Pedimos prestado, te lo pagaré, en serio
Tom. Déjeme ver qué puedo hacer

Volviendo a sentirse animada, la ex periodista mira como aquel buen chico sale de la habitación donde la tenían, estaba completamente aislada de los sucesos de los últimos días, por eso se sentía muy inquieta, seguramente su padre estaba en peligro y solo de pensarlo sentía un horrible estremecimiento…

Desde que había llegado a esa soleada ciudad tan cerca del mar, sentía que su alma estaba más tranquila que días atrás, sin duda no había cometido un error al irse para allá, había logrado encontrar un modesto departamento el cual rentar, y su mente estaba despejada de todo, el ojiverde parecía haber sido difuminado por su estancia ahí, y realmente le sentaba bien así, sobre todo después de la inquietante despedida

Dave. Este es para ti
Quatre. Gracias

Justo al lado del rubio, se sienta un chico de estatura media, apenas un poco más alto que él, era de cabello castaño oscuro, ojos color miel y el tono de su piel era clara; era joven y apuesto, le entrega una lata de jugo frío. Aquel muchacho era su vecino de departamento, y lo había conocido el día que había llegado, ahora eran buenos compañeros y se llevaban bien, casi como amigos, a veces iban a esa playa a pasar un tranquilo día

Dave. Deberíamos ir a caminar ¿no crees?
Quatre. Claro, vamos

El primero en ponerse de pie es Dave, que estirando su mano hacia el ex bajista lo ayuda a ponerse también de pie, mientras caminan hablan sobre un programa que habían dado la noche anterior en un canal de cable. Desde el inicio ellos se habían llevado bien, así que podían pasar las horas charlando sobre cualquier tontería y no pensaban que era tiempo desperdiciado. Después de algunos minutos de caminata, abandonan la playa para dirigirse a sus departamentos, el sol comenzaba a ocultarse

Dave. ¡Es cierto! Hoy es el partido ¿me acompañas a verlo?
Quatre. ¿Fútbol americano?... no me gusta
Dave. Ya veo, pero acompáñame, compramos botanas y cervezas ¿Qué dices? Anda, se decidirá quién irá a la final del Super Bowl
Quatre. De verdad, no veo ningún deporte
Dave. Ya veo

Mostrándose triste, el chico baja su mirada y por momentos se queda callado completamente, Quatre lo mira de perfil y después de meditarlo un poco suspira resignado

Quatre. Está bien
Dave. ¿En serio? ¡Genial!

Emocionado el chico da un salto, el rubio siente su emoción y también sonríe. Entonces antes de llegar a los departamentos llegan a un mini súper por botana y cervezas, después van al departamento de Dave, faltaba aún media hora para el partido, así que el chico comienza a preparar todo, las cervezas las pone en la heladera y en el suelo coloca unas sábanas para que vean ahí el partido ya que no contaba con muebles de sala.

Cuando el partido inicia sirve las botanas y entrega a Quatre una cerveza, durante el transcurso, el rubio se sentía muy aburrido a pesar de las emociones demostradas por Dave, se ponía de pie, gritaba, se emocionaba, decía groserías a los jugadores, a otros los felicitaba, entre otros arrebatos.

Al final el equipo al que iba Dave logra su pase a la final, así que se pone bastante contento, tanto que sin pensarlo se avienta a los brazos del rubio que se encontraba sentado en el suelo, por el impacto lo hace desequilibrarse, pero Quatre logra apoyarse con su codo y no acostarse, Dave en cambio deja caer el peso de su cuerpo en el del rubio, logrando apoyar ambas manos en el suelo, sus rostros estaban muy cerca, los dos se sonrojan quedándose paralizados, entonces dejándose llevar, Dave cierra sus ojos e intenta besar a Quatre, en cambio él reacciona a tiempo y con su otra mano colocándola en el pecho de Dave lo aleja, él abre rápido sus ojos y más apenado que antes se aleja rápidamente, dándole la espalda al rubio

Dave. Lo siento yo… creí que… pensé que eras gay, lo lamento
Quatre. Bueno… si lo soy

Sin esperárselo, el chico se anima a voltear de nuevo hacia el rubio, Quatre evita su mirada mientras se pone de pie

Quatre. Ya me voy
Dave. No espera, déjame aclarártelo

El chico imita el movimiento del rubio y se levanta, mirándolo preocupado

Quatre. Sé lo que esperas, sexo de una noche y se acabó ¿cierto?... todos quieren eso de mí
Dave. Te equivocas

Sin creérselo el rubio se anima a mirarlo, el rostro de Dave demostraba verdadera preocupación

Dave. Lo cierto es que siempre me has gustado
Quatre. Sí, eso imagino
Dave. Pero es mentira que deseo sexo de una noche
Quatre. ¿Y por qué quisiste besarme?
Dave. Ya te lo dije, me gustas
Quatre. Y quieres acostarte conmigo
Dave. No… bueno sí, pero no como piensas… no te quiero solo para una noche

El rubio percibe los verdaderos sentimientos de Dave, pero a pesar de eso había algo que lo frenaba, sabía que tenía que cambiar, ya no podía seguir siendo el mismo impulsivo lujurioso que buscaba una noche apasionada, tal como había pasado el día que conoció a Joe, como había sucedido la vez que había hecho un trío, como había sucedido con Mike, debía de cambiar, pero había algo que se lo impedía, Trowa lo había enseñado, el ojiverde lo había acostumbrado al sexo vacío

Quatre. Entonces hagámoslo
Dave. ¿Qué dices?
Quatre. Tengamos sexo ésta noche, y la que sigue, y la que sigue también

Las palabras del rubio así como su mirada eran fríos, eso hace sentir a Dave que el chico no es como lo imaginaba, creía que Quatre era noble y tierno, pero parecía que era solamente una máscara, sin embargo él mismo se estaba ofreciendo, tal vez era señal de que no debía perder la oportunidad

Quatre. ¿O no quieres?

El chico tarda en contestar, pero la decisión la había tomado antes, así que se acerca al rubio, teniéndolo enfrente tan cerca estira su mano y le acaricia el cabello, moviendo su mano hacia la nuca y atrayéndolo a él para besarlo, las manos de Quatre se cierran en su cintura, acercando más su cuerpo al de su vecino. Cuando dejan mutuamente sus labios, los de Dave no tardan en explorar el blanco cuello, sin verdadera entrega el ex bajista revuelve los cabellos del chico mientras recibe los besos…

Pronto sus ropas caen al suelo en cualquier parte y desnudos se dirigen hacia la habitación, Dave acuesta el cuerpo de Quatre y se vuelven a besar, pero antes de la penetración el ojimiel se baja de la cama rápidamente, buscando en uno de los cajones del buró un condón, pero ya no le quedaba ninguno ahí

Dave. Demonios
Quatre. Busca en mi cartera
Dave. Sí

Enseguida el chico sale de la habitación por el preservativo, Quatre sonríe amargamente cuando piensa que siempre está preparado para eso, realmente era un adicto al sexo, y se preguntaba hasta cuando iba a serlo. Cuando Dave regresa con el condón encuentra al rubio acariciándose el pecho, eso lo hace sonrojar pero enseguida se acerca de nuevo, subiéndose otra vez a la cama, intenta besar al ex bajista pero él lo esquiva, mordiendo levemente la oreja del muchacho, después, de la manera más fría le da la espalda, colocándose de bruces en la cama, separando levemente sus piernas.

Sin decir nada Dave abre el preservativo y se lo coloca, dudándolo un poco antes de hacerlo, se introduce en el rubio, escuchando un quejido de su parte, y entonces después inicia sus vaivenes, sujetando las caderas del chico, escuchándolo gemir de placer, pronto una de sus manos se dirige al miembro del rubio y lo masturba, Quatre estaba perdido por completo, dejándose llevar por el placer, no sintiendo ninguna otra emoción, su éxtasis crecía cada vez más, así que bajando su pecho a las sábanas se agarra con fuerza de éstas, con su mejilla izquierda pegada a las sábanas, apretando con fuerza los ojos, la culminación estaba cerca pero además de lo físico no sentía nada

Quatre. ¡Aaaah sí!

Al dejar soltar su semilla en la mano de Dave hace un movimiento con sus caderas contrayendo a la vez su entrada, sintiendo así el pulsante miembro de su vecino, quien a la vez por la estrechez de esos segundos siente mayor placer, derramándose por fin

Dave. Ngh… Quatre

El chico no se sale del rubio hasta no sentirse por completo liberado, moviéndose aún solo que más lento, respirando rápido los dos se quedan en la misma posición, Dave se agacha comenzando a besar la espalda del ex bajista, poco a poco sale de él y entonces el rubio se acuesta completamente en la cama, escondiendo enseguida su rostro en la almohada, su vecino se levanta de la cama y se va al baño para tirar el condón, cuando regresa ve a Quatre aún en esa posición, escuchando después algunos sollozos, se acerca a él y le acaricia los cabellos, preocupado de que pudo haberlo lastimado

Dave. Lo lamento, yo…
Quatre. Soy un idiota ¿Por qué siempre termino haciendo esto?
Dave. Quatre…
Quatre. Soy asqueroso

Dave no sabe qué hacer ante las lágrimas de Quatre, así que no le queda más remedio que verlo y oírlo, ignoraba todo lo relacionado con el pasado de su vecino porque el rubio nunca le había querido contar nada. El resto de la noche lo pasa impotente, sin poder hacer nada por su vecino, Quatre se queda dormido después de haber llorado sin decir nada más… Cuando Dave se despierta a la mañana siguiente, su cama estaba vacía, tallándose los ojos mira el lugar donde debió estar su vecino y suspira al ver que no está, se sienta en la cama y doblando sus piernas coloca la cabeza sobre las rodillas

Dave. Idiota ¿en qué estabas pensando?

Enojado se levanta de la cama, nada ganaba con lamentarse por lo sucedido, de momento no tenía nada claro en la mente, por eso solo se dirige a la habitación de baño para tomar uno, necesitaba sentirse más relajado… mientras tanto en la playa, Quatre caminaba pensativo, con la cabeza agachada, mirada melancólica, sus pasos lentos y desentendidos no le daban buen aspecto

Quatre. ¿Será que nunca podré…?... solo soy un idiota

Su viaje a aquel lugar se estaba convirtiendo en lo que no quería, un lugar que le atara con fieras cadenas a lo que trataba de superar, todo estaba resultando al revés y eso lo hacía sentir miserable…

Ese día en la primera plana del New York Times aparece una fotografía del señor Dermail cuando la tarde anterior había sido arrestado por los delitos de Extorsión y Fraude, además de algunos otros. Después de meses de investigación, la policía por fin había dado con su paradero y se había allegado de sólidas evidencias que lo inculpaban, entre otras cosas, el hombre había estafado a no menos de 17 empresarios y era el dueño ilegal de más de 40 empresas en el país y algunas más en Canadá y México.

La lista de dichas empresas se daría a conocer en un par de días, y el Juicio se llevaría a cabo en una semana. Además, como parte del testimonio previo, Dermail daba a conocer de la manera más fría que su nieta tenía que ver en gran parte con sus fraudes, y sin importarle que vinieran de la misma familia estaba dispuesto a hacer rodar su cabeza "Si yo caigo, te hundes conmigo" esa había sido la sentencia que Dermail daba a conocer a su nieta a través de los medios, donde fuera que la chica estuviera

Dorothy. Maldito viejo decrépito

La ex bajista de Dark Sound leía una y otra vez el reportaje del New York Times salido apenas esa mañana, la chica arrugaba con fuerza el papel y después lo tira, estaba realmente molesta, tanto que si tuviera a su abuelo enfrente lo mataría con sus propias manos, pero no podía ser indiscreta, ahora más que nunca necesitaba cautela, incluso había cortado su largo cabello y usaba sombrero cuando salía a la calle, a veces también lentes, vivía en una pobre pensión debido al poco efectivo que tenía, y es que si usaba alguna de sus tarjetas la policía daría fácilmente con ella

Dorothy. Me la pagarán todos, idiotas mal nacidos, todos morirán

Obsesionada con ello la chica comienza a reír, ahora estaba un poco débil, pero pronto sería la misma de siempre, dispuesta a acabar con todos cuando se le diera la gana, y entonces arrepentidos le pedirían perdón, suplicarían por mantenerse vivos…

Esa noche, Duo cumple su promesa al abogado de invitarle una copa, Richard había pasado por él a las 10 en casa de Trowa, el hombre había elegido un lugar agradable y tranquilo, donde ambos pudieran conversar, de hecho en toda la noche no habían parado más que el rato en que un jazzista los había deleitado con su música. En sí se había tratado de una velada bastante agradable, pero pasaban de las 2 de la madrugada y debía terminar, Richard aún tenía casos que atender, así que no podía trasnocharse mucho, así que el abogado se ofrece a llevar a Duo de nuevo a la casa del ex baterista y él no se opone. Cuando llegan Richard apaga el motor del auto y permanecen callados unos momentos, entonces Duo voltea hacia él mientras se quita el cinturón de seguridad y le sonríe

Duo. Me la he pasado muy bien, muchas gracias
Richard. Gracias a ti por aceptarme ésta velada
Duo. Bueno, hasta luego
Richard. Adiós

Por unos momentos se miran mutuamente y después se sonríen, Duo se gira para abrir la puerta y marcharse, pero cuando coloca su mano sobre la manija se queda pensativo mientras el abogado lo observa, entonces el ojivioleta reacciona y se gira de nuevo para verlo

Richard. ¿Qué sucede?

Sin responderle Duo se acerca colocándole una mano sobre la mejilla, lo mira unos momentos a los ojos y después cierra los suyos, acercándose para besarlo, Richard entrecierra sus ojos y antes de que Duo lo bese, le coloca dos dedos sobre los labios, haciéndolo abrir ligeramente sus ojos, estaba confundido

Richard. ¿En verdad es lo que quieres?

Al susurrarle Duo siente el aliento en su boca entreabierta y moviendo ligeramente su cabeza le indica que sí, entonces sus bocas se unen en un movimiento tímido, acariciándose al tacto, la mano derecha del ojivioleta se acomoda en el cuello de quien fuera su abogado y éste le abraza de la cintura con su zurda, disfrutando y sufriendo de aquel beso, sin embargo compartían la idea de que necesitaban de aquel. Al soltarse se miran unos momentos antes de separarse, Duo sonrojado, Richard embelesado con aquel bello rostro

Richard. ¿Podré volverte a invitar?
Duo. Sí, claro
Richard. Bien, cuídate
Duo. Tú también, hasta luego
Richard. Hasta luego

Por fin Duo baja del auto y en cuanto entra a la gran casa de su ex compañero, Richard se marcha, el ojivioleta suspira y cabizbajo avanza hacia la escalera, cerca de ahí, Trowa venía de la sala y se disponía también a subir, a Duo le sorprende que el ojiverde siga despierto

Duo. ¿Insomnio?
Trowa. No, quería esperar a que llegaras ¿estás bien?
Duo. Sí gracias
Trowa. Richard es un gran hombre, pero si no te sientes cómodo no lo hagas por compromiso ¿de acuerdo?
Duo. Sí, no te preocupes

Sonriéndole amable se marcha de ahí hacia su habitación, sin embargo cuando está frente a la puerta desiste, dirigiendo su mirada hacia la puerta de la habitación que ocupaba antes Heero, entonces se dirige a ella y entra, sintiendo emoción al ver cada cosa en su sitio, tal cual Heero las había dejado. Después de mirar a todos lados, se dirige a la cama y se acuesta en ella, cerrando sus ojos

Duo. Está bien ¿verdad Heero? No es traición, yo solo… quiero continuar mi vida

Abriendo sus ojos se gira hasta quedar sobre uno de sus costados, mirando hacia la puerta del baño, recordando la noche en que había intentado suicidarse

Duo. Continuar mi vida

Susurra mientras estira su mano y observa los cortes de su muñeca, después vuelve a cerrar sus ojos y poco a poco se queda dormido, aquella noche había sido la primera en muchos días que no había tenido pesadillas…

El sol que abrasaba haciéndole escocer la piel hacía meses que ya no le importaba, solía pasarse las horas en ninguna sombra, a veces mirando los lomos de sus manos, perdido en aquella imagen, con los recuerdos más dolorosos en la piel, deseando volver, cada día, cada noche, sin excepción alguna desde su terrible confinamiento en una desolada isla con un lunático y el extraño espíritu de un viejo amigo atormentándole día y noche.

Los días pasaban sin que supiera en cual vivía, estaba desnutrido, deshidratado en gran parte, y cada vez dudando más de su lucidez, y es que a veces cuando el romper de las olas se volvía una copiosa melodía, su mente le jugaba bromas, transmutando el sonido en una risa conocida, una risa que adoraba, la risa que desde hace tiempo deseaba volver a oír

Heero. Duo ¿estás aquí?

A lo lejos oía a su compañero de naufragio gritarle a las olas que no lo siguieran o las golpearía, pero no era eso lo que le hacía creer que su adorado trenzado estaba ahí, era un ruido extraño que jamás había oído ahí, un cansado golpetear del viento ¿pero es que acaso era otra de las terribles bromas de su mente? Porque pensando descabelladamente en una explicación, aquel ruido sonaba tal cual las aspas de un helicóptero en el aire, pero la sola posibilidad muy a pesar de la ironía resultaba ser la broma más cruel hasta el momento

Traize. Mira muerto… Dios ha venido por nosotros

Los momentos de repentina lucidez vuelven a Heero, y es que estar alucinando cosas se estaba convirtiendo en cosa de todos los días, pero no era momento para hundirse en una alucinación, por eso pone atención a las palabras del hombre y voltea, mirándolo señalar el cielo. Sus ojos visiblemente cansados y casi cerrados por el cansancio se abren como platos cuando estos le dicen que aquello no era producto de su mente, su locura aún no llegaba al punto de ser colectiva como para creer que ambos deliraban lo mismo

Traize. ¿Ya viste?
Heero. Sí… que… ¿Qué hacemos?

Aunque sus momentos de locura a veces no le hacían discernir entre lo real y lo fantástico, estaba casi seguro de que la solución no estaba en lo que veía en las películas, porque podía gritar y agitarse todo lo que quisiera, las personas dentro del transporte difícilmente mirarían en esa dirección y percibirían a dos personas pidiendo auxilio, a menos que usaran binoculares y exploraran la zona en busca de algo; también estaba convencido que para cuando hiciera una fogata y ésta comenzara a humear bien a pesar del viento y la humedad, el helicóptero bien podía haberse marchado ya. Pero aunque sabía eso, aunque tenía la convicción de que así sería, su primer impulso es comenzar a saltar, agitando sus brazos, Traize lo observa y divertido lo imita, riendo como un niño practicando su juego favorito.

A pesar de la distancia que había entre ellos y el transporte, el sonido de las aspas era perceptible, sin embargo a medida que avanzaba éste se hacía menos sonoro, habían pasado varios minutos y tal como pensaba Heero, el helicóptero se pierde de vista, derrotado cae de rodillas sobre la arena, sus brazos caídos a los costados de su cuerpo parecían sin vida, su mirada vacía y la boca reseca estaba entreabierta

Traize. Dios se fue… ¡lo asustaste muerto!

Enojado Traize se va corriendo perdiéndose entre las ramas, pero a Heero no le importaba nada, su mente estaba ocupada solamente en aquel fracaso, de pronto oye una risa que lo desconcierta y volteando ligeramente hacia atrás ve a su antiguo manager, Zechs aplaude mientras se acerca a él

Zechs. Felicidades, se te fue
Heero. Pero…
Zechs. Resígnate, se quedarán aquí para siempre
Heero. No, yo…
Zechs. No me pueden dejar aquí, los tres juntos ¿se te olvida? Siempre juntos

A pesar de que movía su cabeza a los lados para negar la realidad que el rubio le quería meter a golpes en la cabeza, éste no dejaba de sonreír y su alta y delgada figura no se disolvía, su presencia lo desquiciaba, deseaba que se fuera, deseaba irse, regresar a la realidad, odiaba esa fantasía horrible, sin embargo, ese día comenzaba a comprender que aquella era su condena

Continuará…

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